El regreso del célebre director de orquesta ruso Valeri Gergiev a Italia ha desatado una tormenta cultural y política de alcance internacional. Su anunciado concierto el próximo 27 de julio en el majestuoso Palacio Real de Caserta, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, ha generado indignación en numerosos sectores. Además, pone en tela de juicio la supuesta neutralidad del arte y revela una compleja red de intereses económicos y geopolíticos que, según diversas investigaciones, Gergiev ha tejido en suelo italiano. La chispa que encendió el debate provino de la denuncia de Yulia Navalnaya, la viuda del disidente ruso Alexéi Navalny, fallecido en una cárcel siberiana. En un artículo publicado en ‘La Repubblica’, Navalnaya describió a Gergiev no solo como un «amigo» del presidente ruso Vladimir Putin, sino como un «promotor de su política criminal, su cómplice y partidario», incluso en la invasión de Ucrania. Navalnaya hizo referencia a una investigación de 2022 de la Fundación Anticorrupción de su esposo, que detallaba cómo Gergiev habría desviado ingentes fondos de fundaciones culturales -financiadas por gigantes estatales rusos como Gazprombank, Rosneft y el banco VTB- a cuentas personales.La repercusión del artículo de la viuda de Navalny se sintió con fuerza en los pasillos del poder italiano y europeo. El ministro de Cultura italiano, Alessandro Giuli, aunque reconoció la libertad del arte, envió un mensaje claro a Vincenzo De Luca, presidente de la región de Campania, financiadora del concierto, sugiriéndole reconsiderar la invitación a Gergiev. Giuli advirtió que el concierto de un «amigo y consejero de Putin» podría convertirse en una «caja de resonancia de la propaganda rusa», algo que él considera «deplorable». En una nota, Giuli explicó la posición del Gobierno: «El arte es libre y no puede ser censurado. La propaganda, sin embargo, aunque hecha con talento, es otra cosa».Piden la cancelaciónDesde el ámbito político, el Partido Democrático se sumó a las voces críticas. La vicepresidenta del Parlamento Europeo, Pina Picierno, del PD, presionó para la cancelación del concierto, alegando que viola el reglamento ético del Palacio Real de Caserta y que «los dineros de los contribuyentes» no deberían ir a parar a «un partidario de un régimen criminal». La Comisión Europea también advirtió al presidente regional De Luca con esta declaración: «Las decisiones en materia de cultura siguen siendo nacionales, pero no deben comprometer la respuesta de la UE a la agresión rusa. Los Estados miembros y las instituciones deben actuar en línea con las sanciones de la UE y evitar dar espacio a personas que han apoyado o justificado activamente la agresión del Kremlin».La presión escaló muy significativamente el viernes con la publicación de dos cartas abiertas. La primera, dirigida a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y al propio Vincenzo De Luca, no solo exigió la cancelación del concierto de Gergiev en Caserta, sino también la apertura de una investigación sobre el uso de fondos públicos para eventos vinculados a la propaganda rusa en la Unión Europea. Además, solicitó la creación de un fondo cultural dedicado a apoyar a artistas que se oponen al régimen de Putin. En menos de un día, esta petición recabó más de 700 firmas de destacadas personalidades, incluyendo premios Nobel de la Paz como Oleksandra Matviichuk (directora del Centro para las Libertades Civiles de Kiev) y de Literatura como Herta Müller; escritores, directores de orquesta y políticos. La segunda carta, entregada por Memorial Italia -filial de la organización moscovita de derechos humanos galardonada con el Nobel de la Paz en 2022- a los presidentes de la Cámara de Diputados, Lorenzo Fontana, y del Senado, Ignazio La Russa, denunció la proliferación de la propaganda rusa en Italia. Memorial Italia solicitó la creación de un organismo de control parlamentario específico para combatir la difusión de esta propaganda, con la esperanza de que estas acciones «pongan fin a un fenómeno que está poniendo en serio riesgo los valores democráticos en Europa e Italia».El concierto sigueA pesar de la creciente presión, la situación actual es que el concierto, al menos por ahora, sigue en pie. El director artístico del festival de Caserta, Antonio Marzullo, defiende la decisión como una «elección puramente artística», desvinculada de la política. Por su parte, Vincenzo De Luca, ha mantenido su apoyo al evento, argumentando que su región promueve «la línea del diálogo».Más allá de la controversia política y cultural, el caso Gergiev ha destapado una faceta mucho más oscura y compleja, revelando un presunto entramado financiero que el director habría construido en Italia. Una investigación del periódico digital Linkiesta, titulada ‘El sistema Gergiev e Italia como hucha europea del poder cultural ruso’, ha arrojado luz sobre una sofisticada red de fundaciones opacas, sociedades ficticias y patrimonios invisibles en el país transalpino, valorados en más de cien millones de euros. Gergiev utiliza la cultura como una ‘pantalla’ para, supuestamente, «limpiar capitales, mover fondos y financiar la propaganda rusa» en el corazón de Europa. La investigación detalla un vasto imperio inmobiliario que el maestro poseería en Italia. Se detallan varias propiedades en la bella costa amalfitana, en Roma, Milán y en Venecia. Además, citando fuentes de los servicios de inteligencia, se apunta que parte de los ingresos de estas actividades inmobiliarias se reinvierten en «circuitos pseudo-culturales» y eventos ligados a la red de influencia rusa en Europa, financiando propaganda cultural del Kremlin a través de festivales, publicaciones y centros de estudio aparentemente independientes.Patrimonio de lujoBuena parte de la riqueza del director ruso, según otro reportaje de ‘La Repubblica’, titulado ‘El silencio de oro del maestro Gergiev por un patrimonio de lujo en Italia’, provendría de un legado de la arpista japonesa Yoko Nagae, quien a su vez era heredera del conde Renzo Ceschina, antiguo benefactor del Teatro Mariinski de San Petersburgo. A diferencia de lo que ocurrió con los oligarcas rusos, el patrimonio de Gergiev en Italia no ha sido secuestrado, ya que no está bajo las sanciones europeas.Numerosas personas se manifestaron el sábado en Milán contra la presencia de Gergiev en Italia AFPLas presiones contra la celebración del concierto en Caserta podrían llevar a Gergiev a renunciar a su dirección, cuyo caché es de 25.000 euros. La protesta política y cultural se trasladará a la calle. Están previstas tres manifestaciones de ucranianos y disidentes rusos: una en Roma, otra en Milán y la más grande en Caserta, en coincidencia con la actuación del director de orquesta ruso. Hay quienes incluso han adquirido entradas para el concierto con la intención de «contestar desde dentro esta infamia filo-putiniana», como anunció la Asociación Europa Radicale. MÁS INFORMACIÓN noticia Si Xavier Güell: «Putin sabe que la música es muy poderosa y por eso trata de manipularla» noticia No La soprano rusa Anna Netrebko condena ahora la guerra de Ucrania y vuelve a actuar en Europa noticia No Putin propone a Gergiev unificar la dirección del Teatro Mariinski con la del Bolshoi noticia Si Francia suspende todas sus relaciones con artistas e instituciones culturales de Rusia por la invasiónEl caso Gergiev, con su enrevesada sinfonía de arte, dinero y política, pone de manifiesto que, en el complicado panorama internacional actual, ni la música ni sus intérpretes son siempre neutrales. Así lo explica la directora del Instituto de Asuntos Internacionales de Roma, Nathalie Tocci, quien precisa que este caso es particular: «Una cara de la medalla es que Gergiev es un gran partidario de Putin; la otra cara es que el régimen ruso sostiene a este artista; por tanto, la realidad en este caso es que no podemos hacer una distinción clara entre arte y política». El regreso del célebre director de orquesta ruso Valeri Gergiev a Italia ha desatado una tormenta cultural y política de alcance internacional. Su anunciado concierto el próximo 27 de julio en el majestuoso Palacio Real de Caserta, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, ha generado indignación en numerosos sectores. Además, pone en tela de juicio la supuesta neutralidad del arte y revela una compleja red de intereses económicos y geopolíticos que, según diversas investigaciones, Gergiev ha tejido en suelo italiano. La chispa que encendió el debate provino de la denuncia de Yulia Navalnaya, la viuda del disidente ruso Alexéi Navalny, fallecido en una cárcel siberiana. En un artículo publicado en ‘La Repubblica’, Navalnaya describió a Gergiev no solo como un «amigo» del presidente ruso Vladimir Putin, sino como un «promotor de su política criminal, su cómplice y partidario», incluso en la invasión de Ucrania. Navalnaya hizo referencia a una investigación de 2022 de la Fundación Anticorrupción de su esposo, que detallaba cómo Gergiev habría desviado ingentes fondos de fundaciones culturales -financiadas por gigantes estatales rusos como Gazprombank, Rosneft y el banco VTB- a cuentas personales.La repercusión del artículo de la viuda de Navalny se sintió con fuerza en los pasillos del poder italiano y europeo. El ministro de Cultura italiano, Alessandro Giuli, aunque reconoció la libertad del arte, envió un mensaje claro a Vincenzo De Luca, presidente de la región de Campania, financiadora del concierto, sugiriéndole reconsiderar la invitación a Gergiev. Giuli advirtió que el concierto de un «amigo y consejero de Putin» podría convertirse en una «caja de resonancia de la propaganda rusa», algo que él considera «deplorable». En una nota, Giuli explicó la posición del Gobierno: «El arte es libre y no puede ser censurado. La propaganda, sin embargo, aunque hecha con talento, es otra cosa».Piden la cancelaciónDesde el ámbito político, el Partido Democrático se sumó a las voces críticas. La vicepresidenta del Parlamento Europeo, Pina Picierno, del PD, presionó para la cancelación del concierto, alegando que viola el reglamento ético del Palacio Real de Caserta y que «los dineros de los contribuyentes» no deberían ir a parar a «un partidario de un régimen criminal». La Comisión Europea también advirtió al presidente regional De Luca con esta declaración: «Las decisiones en materia de cultura siguen siendo nacionales, pero no deben comprometer la respuesta de la UE a la agresión rusa. Los Estados miembros y las instituciones deben actuar en línea con las sanciones de la UE y evitar dar espacio a personas que han apoyado o justificado activamente la agresión del Kremlin».La presión escaló muy significativamente el viernes con la publicación de dos cartas abiertas. La primera, dirigida a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y al propio Vincenzo De Luca, no solo exigió la cancelación del concierto de Gergiev en Caserta, sino también la apertura de una investigación sobre el uso de fondos públicos para eventos vinculados a la propaganda rusa en la Unión Europea. Además, solicitó la creación de un fondo cultural dedicado a apoyar a artistas que se oponen al régimen de Putin. En menos de un día, esta petición recabó más de 700 firmas de destacadas personalidades, incluyendo premios Nobel de la Paz como Oleksandra Matviichuk (directora del Centro para las Libertades Civiles de Kiev) y de Literatura como Herta Müller; escritores, directores de orquesta y políticos. La segunda carta, entregada por Memorial Italia -filial de la organización moscovita de derechos humanos galardonada con el Nobel de la Paz en 2022- a los presidentes de la Cámara de Diputados, Lorenzo Fontana, y del Senado, Ignazio La Russa, denunció la proliferación de la propaganda rusa en Italia. Memorial Italia solicitó la creación de un organismo de control parlamentario específico para combatir la difusión de esta propaganda, con la esperanza de que estas acciones «pongan fin a un fenómeno que está poniendo en serio riesgo los valores democráticos en Europa e Italia».El concierto sigueA pesar de la creciente presión, la situación actual es que el concierto, al menos por ahora, sigue en pie. El director artístico del festival de Caserta, Antonio Marzullo, defiende la decisión como una «elección puramente artística», desvinculada de la política. Por su parte, Vincenzo De Luca, ha mantenido su apoyo al evento, argumentando que su región promueve «la línea del diálogo».Más allá de la controversia política y cultural, el caso Gergiev ha destapado una faceta mucho más oscura y compleja, revelando un presunto entramado financiero que el director habría construido en Italia. Una investigación del periódico digital Linkiesta, titulada ‘El sistema Gergiev e Italia como hucha europea del poder cultural ruso’, ha arrojado luz sobre una sofisticada red de fundaciones opacas, sociedades ficticias y patrimonios invisibles en el país transalpino, valorados en más de cien millones de euros. Gergiev utiliza la cultura como una ‘pantalla’ para, supuestamente, «limpiar capitales, mover fondos y financiar la propaganda rusa» en el corazón de Europa. La investigación detalla un vasto imperio inmobiliario que el maestro poseería en Italia. Se detallan varias propiedades en la bella costa amalfitana, en Roma, Milán y en Venecia. Además, citando fuentes de los servicios de inteligencia, se apunta que parte de los ingresos de estas actividades inmobiliarias se reinvierten en «circuitos pseudo-culturales» y eventos ligados a la red de influencia rusa en Europa, financiando propaganda cultural del Kremlin a través de festivales, publicaciones y centros de estudio aparentemente independientes.Patrimonio de lujoBuena parte de la riqueza del director ruso, según otro reportaje de ‘La Repubblica’, titulado ‘El silencio de oro del maestro Gergiev por un patrimonio de lujo en Italia’, provendría de un legado de la arpista japonesa Yoko Nagae, quien a su vez era heredera del conde Renzo Ceschina, antiguo benefactor del Teatro Mariinski de San Petersburgo. A diferencia de lo que ocurrió con los oligarcas rusos, el patrimonio de Gergiev en Italia no ha sido secuestrado, ya que no está bajo las sanciones europeas.Numerosas personas se manifestaron el sábado en Milán contra la presencia de Gergiev en Italia AFPLas presiones contra la celebración del concierto en Caserta podrían llevar a Gergiev a renunciar a su dirección, cuyo caché es de 25.000 euros. La protesta política y cultural se trasladará a la calle. Están previstas tres manifestaciones de ucranianos y disidentes rusos: una en Roma, otra en Milán y la más grande en Caserta, en coincidencia con la actuación del director de orquesta ruso. Hay quienes incluso han adquirido entradas para el concierto con la intención de «contestar desde dentro esta infamia filo-putiniana», como anunció la Asociación Europa Radicale. MÁS INFORMACIÓN noticia Si Xavier Güell: «Putin sabe que la música es muy poderosa y por eso trata de manipularla» noticia No La soprano rusa Anna Netrebko condena ahora la guerra de Ucrania y vuelve a actuar en Europa noticia No Putin propone a Gergiev unificar la dirección del Teatro Mariinski con la del Bolshoi noticia Si Francia suspende todas sus relaciones con artistas e instituciones culturales de Rusia por la invasiónEl caso Gergiev, con su enrevesada sinfonía de arte, dinero y política, pone de manifiesto que, en el complicado panorama internacional actual, ni la música ni sus intérpretes son siempre neutrales. Así lo explica la directora del Instituto de Asuntos Internacionales de Roma, Nathalie Tocci, quien precisa que este caso es particular: «Una cara de la medalla es que Gergiev es un gran partidario de Putin; la otra cara es que el régimen ruso sostiene a este artista; por tanto, la realidad en este caso es que no podemos hacer una distinción clara entre arte y política». El regreso del célebre director de orquesta ruso Valeri Gergiev a Italia ha desatado una tormenta cultural y política de alcance internacional. Su anunciado concierto el próximo 27 de julio en el majestuoso Palacio Real de Caserta, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, ha generado indignación en numerosos sectores. Además, pone en tela de juicio la supuesta neutralidad del arte y revela una compleja red de intereses económicos y geopolíticos que, según diversas investigaciones, Gergiev ha tejido en suelo italiano. La chispa que encendió el debate provino de la denuncia de Yulia Navalnaya, la viuda del disidente ruso Alexéi Navalny, fallecido en una cárcel siberiana. En un artículo publicado en ‘La Repubblica’, Navalnaya describió a Gergiev no solo como un «amigo» del presidente ruso Vladimir Putin, sino como un «promotor de su política criminal, su cómplice y partidario», incluso en la invasión de Ucrania. Navalnaya hizo referencia a una investigación de 2022 de la Fundación Anticorrupción de su esposo, que detallaba cómo Gergiev habría desviado ingentes fondos de fundaciones culturales -financiadas por gigantes estatales rusos como Gazprombank, Rosneft y el banco VTB- a cuentas personales.La repercusión del artículo de la viuda de Navalny se sintió con fuerza en los pasillos del poder italiano y europeo. El ministro de Cultura italiano, Alessandro Giuli, aunque reconoció la libertad del arte, envió un mensaje claro a Vincenzo De Luca, presidente de la región de Campania, financiadora del concierto, sugiriéndole reconsiderar la invitación a Gergiev. Giuli advirtió que el concierto de un «amigo y consejero de Putin» podría convertirse en una «caja de resonancia de la propaganda rusa», algo que él considera «deplorable». En una nota, Giuli explicó la posición del Gobierno: «El arte es libre y no puede ser censurado. La propaganda, sin embargo, aunque hecha con talento, es otra cosa».Piden la cancelaciónDesde el ámbito político, el Partido Democrático se sumó a las voces críticas. La vicepresidenta del Parlamento Europeo, Pina Picierno, del PD, presionó para la cancelación del concierto, alegando que viola el reglamento ético del Palacio Real de Caserta y que «los dineros de los contribuyentes» no deberían ir a parar a «un partidario de un régimen criminal». La Comisión Europea también advirtió al presidente regional De Luca con esta declaración: «Las decisiones en materia de cultura siguen siendo nacionales, pero no deben comprometer la respuesta de la UE a la agresión rusa. Los Estados miembros y las instituciones deben actuar en línea con las sanciones de la UE y evitar dar espacio a personas que han apoyado o justificado activamente la agresión del Kremlin».La presión escaló muy significativamente el viernes con la publicación de dos cartas abiertas. La primera, dirigida a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y al propio Vincenzo De Luca, no solo exigió la cancelación del concierto de Gergiev en Caserta, sino también la apertura de una investigación sobre el uso de fondos públicos para eventos vinculados a la propaganda rusa en la Unión Europea. Además, solicitó la creación de un fondo cultural dedicado a apoyar a artistas que se oponen al régimen de Putin. En menos de un día, esta petición recabó más de 700 firmas de destacadas personalidades, incluyendo premios Nobel de la Paz como Oleksandra Matviichuk (directora del Centro para las Libertades Civiles de Kiev) y de Literatura como Herta Müller; escritores, directores de orquesta y políticos. La segunda carta, entregada por Memorial Italia -filial de la organización moscovita de derechos humanos galardonada con el Nobel de la Paz en 2022- a los presidentes de la Cámara de Diputados, Lorenzo Fontana, y del Senado, Ignazio La Russa, denunció la proliferación de la propaganda rusa en Italia. Memorial Italia solicitó la creación de un organismo de control parlamentario específico para combatir la difusión de esta propaganda, con la esperanza de que estas acciones «pongan fin a un fenómeno que está poniendo en serio riesgo los valores democráticos en Europa e Italia».El concierto sigueA pesar de la creciente presión, la situación actual es que el concierto, al menos por ahora, sigue en pie. El director artístico del festival de Caserta, Antonio Marzullo, defiende la decisión como una «elección puramente artística», desvinculada de la política. Por su parte, Vincenzo De Luca, ha mantenido su apoyo al evento, argumentando que su región promueve «la línea del diálogo».Más allá de la controversia política y cultural, el caso Gergiev ha destapado una faceta mucho más oscura y compleja, revelando un presunto entramado financiero que el director habría construido en Italia. Una investigación del periódico digital Linkiesta, titulada ‘El sistema Gergiev e Italia como hucha europea del poder cultural ruso’, ha arrojado luz sobre una sofisticada red de fundaciones opacas, sociedades ficticias y patrimonios invisibles en el país transalpino, valorados en más de cien millones de euros. Gergiev utiliza la cultura como una ‘pantalla’ para, supuestamente, «limpiar capitales, mover fondos y financiar la propaganda rusa» en el corazón de Europa. La investigación detalla un vasto imperio inmobiliario que el maestro poseería en Italia. Se detallan varias propiedades en la bella costa amalfitana, en Roma, Milán y en Venecia. Además, citando fuentes de los servicios de inteligencia, se apunta que parte de los ingresos de estas actividades inmobiliarias se reinvierten en «circuitos pseudo-culturales» y eventos ligados a la red de influencia rusa en Europa, financiando propaganda cultural del Kremlin a través de festivales, publicaciones y centros de estudio aparentemente independientes.Patrimonio de lujoBuena parte de la riqueza del director ruso, según otro reportaje de ‘La Repubblica’, titulado ‘El silencio de oro del maestro Gergiev por un patrimonio de lujo en Italia’, provendría de un legado de la arpista japonesa Yoko Nagae, quien a su vez era heredera del conde Renzo Ceschina, antiguo benefactor del Teatro Mariinski de San Petersburgo. A diferencia de lo que ocurrió con los oligarcas rusos, el patrimonio de Gergiev en Italia no ha sido secuestrado, ya que no está bajo las sanciones europeas.Numerosas personas se manifestaron el sábado en Milán contra la presencia de Gergiev en Italia AFPLas presiones contra la celebración del concierto en Caserta podrían llevar a Gergiev a renunciar a su dirección, cuyo caché es de 25.000 euros. La protesta política y cultural se trasladará a la calle. Están previstas tres manifestaciones de ucranianos y disidentes rusos: una en Roma, otra en Milán y la más grande en Caserta, en coincidencia con la actuación del director de orquesta ruso. Hay quienes incluso han adquirido entradas para el concierto con la intención de «contestar desde dentro esta infamia filo-putiniana», como anunció la Asociación Europa Radicale. MÁS INFORMACIÓN noticia Si Xavier Güell: «Putin sabe que la música es muy poderosa y por eso trata de manipularla» noticia No La soprano rusa Anna Netrebko condena ahora la guerra de Ucrania y vuelve a actuar en Europa noticia No Putin propone a Gergiev unificar la dirección del Teatro Mariinski con la del Bolshoi noticia Si Francia suspende todas sus relaciones con artistas e instituciones culturales de Rusia por la invasiónEl caso Gergiev, con su enrevesada sinfonía de arte, dinero y política, pone de manifiesto que, en el complicado panorama internacional actual, ni la música ni sus intérpretes son siempre neutrales. Así lo explica la directora del Instituto de Asuntos Internacionales de Roma, Nathalie Tocci, quien precisa que este caso es particular: «Una cara de la medalla es que Gergiev es un gran partidario de Putin; la otra cara es que el régimen ruso sostiene a este artista; por tanto, la realidad en este caso es que no podemos hacer una distinción clara entre arte y política». RSS de noticias de cultura
Noticias Similares