No hace ni un mes que el Sevilla FC destituyó a Xavi García Pimienta y es posible que ya haya quién le eche de menos. El catalán dejó de ser entrenador sevillista el pasado 13 de abril, el desenlace de un fin de semana convulso tras caer el equipo derrotado en Mestalla el pasado Viernes de Dolores. Una decisión que se estaba cocinando, pero que se precipitó a última hora por las presiones que se produjeron dentro del propio consejo de administración del club sevillista.El clima hostil, que se ha ido incrementando por la concatenación de resultados negativos, motivó a la dirección a adelantar esta destitución para dar un golpe de efecto con el cambio de banquillo. La elección de Joaquín Caparrós no fue casual, su perfil era el idóneo para acallar ciertas críticas. O eso pensaban. No obstante, este mecanismo siempre tiene un coste, tanto económico como reputacional.En el apartado del dinero, se ha especulado mucho sobre lo que el Sevilla tendrá que abonarle a García Pimienta . Según ha podido confirmar ABC de Sevilla, el técnico tiene acordado con el club un finiquito que es igual a la cuantía de una temporada de sueldo , más los siete partidos que se ha quedado en el tintero de este curso. De esta forma, el Sevilla no tendrá que pagarle íntegramente las temporada por las que había renovado el técnico. Cabe recordar que el Sevilla contrató al entrenador catalán por una temporada, pero tras disputarse cinco jornadas se anunció la renovación por dos años más. Es decir, Pimienta sería el técnico del Sevilla hasta 2027. Una decisión motivada por la intención de darle solidez y continuidad al proyecto que había echado a andar en julio de 2024. Pero las palabritas se las lleva el viento, y el banquillo de Nervión hace mucho tiempo que dejó de tener un dueño real. Sólo interinidad para un equipo sin pies ni cabeza, mal confeccionado y con rumbo a la deriva.Más de veinte millonesLa renovación que tanto revuelo causó, sólo serviría para seguir agrandando el agujero económico al club. Si bien es cierto que el catalán no ha sido, ni de lejos, el despido más costoso de los últimos seis. En menos de tres años, la entidad sevillista se ha gastado más de 20 millones de euros en indemnizaciones para sus entrenadores. Un dato escalofriante si se tiene en cuenta la gruesa deuda que arrastra. Y es que la semana pasada trascendió que el Sevilla tuvo 81,7 millones de pérdidas durante el pasado curso 2023-2024, más de la mitad del global de todos los equipos de LaLiga. Una cifra inquietante que mantiene al sevillismo en vilo. De ahí que parezca poco comprensible la destitución del entrenador a falta de siete jornadas por disputarse. Una vez más, el Sevilla tiene que abonar un gasto imprevisto por su escasa paciencia o cero olfato a la hora de elegir entrenador. Bien es cierto que, con la mayoría de ellos, se ha podido llegar a un acuerdo económico , pero incluso con estos pactos, el despido de Sampaoli hace dos temporadas costó ocho millones de euros. Una cantidad elevadísima para los cinco meses que estuvo dirigiendo al equipo.Este despilfarro se podría perdonar si el ‘efecto Caparrós’ se hubiera dado ya, pero la realidad es que Pimienta dejó al equipo a ocho puntos del descenso y el utrerano lo tiene a cinco dos jornadas después. Tras reposar los ánimos, es evidente que la directiva sevillista de precipitó para salvar su propia cabeza. Algo que, por cierto, no ha conseguido. Nuevos candidatosEl reestreno del utrerano con el Sevilla ha dejado la friolera de un punto de seis posibles. Caparrós ha tocado teclas dentro del equipo , por ejemplo el banquillazo de Isaac Romero por primera vez en toda la temporada, algo que ya se pedía a gritos desde hace tiempo. Sin embargo, la impresión que sigue imperando en el equipo es que los resultados siguen sin darse por la falta de mimbres. La confección de la plantilla , unida las lesiones, han motivado esta situación. Aún quedan cinco jornadas para el final, pero el Sevilla tiene el deber imperioso de ganar esta semana al Leganés en casa para tener medio atada la permanencia . Un final de curso amargo, que Caparrós se va a comer por su amor a los colores, pero que Pimienta debería haber capitaneado y ya en junio separar los caminos. El Sevilla ya hace un tiempo que trabaja en la búsqueda de un nuevo técnico , pero se está encontrando con dos problemas principales: la falta de dinero y la falta de ganas de fichar por el conjunto sevillista. Ya le pasó el año pasado cuando quiso fichar a Jagoba Arrasate y el técnico se decantó por el Mallorca , al considerar que iba a tener un ambiente más tranquilo y propicio para llevar a cabo su trabajo. No le faltaba razón.Ahora, el consejo de administración tendrá que ponerse de acuerdo para elegir un perfil asequible, que desee recalar en Sevilla y, además, encaje mejor con la filosofía de juego que gusta en Nervión. O simplemente buscar alguien que tenga poco que perder a estas alturas. No hace ni un mes que el Sevilla FC destituyó a Xavi García Pimienta y es posible que ya haya quién le eche de menos. El catalán dejó de ser entrenador sevillista el pasado 13 de abril, el desenlace de un fin de semana convulso tras caer el equipo derrotado en Mestalla el pasado Viernes de Dolores. Una decisión que se estaba cocinando, pero que se precipitó a última hora por las presiones que se produjeron dentro del propio consejo de administración del club sevillista.El clima hostil, que se ha ido incrementando por la concatenación de resultados negativos, motivó a la dirección a adelantar esta destitución para dar un golpe de efecto con el cambio de banquillo. La elección de Joaquín Caparrós no fue casual, su perfil era el idóneo para acallar ciertas críticas. O eso pensaban. No obstante, este mecanismo siempre tiene un coste, tanto económico como reputacional.En el apartado del dinero, se ha especulado mucho sobre lo que el Sevilla tendrá que abonarle a García Pimienta . Según ha podido confirmar ABC de Sevilla, el técnico tiene acordado con el club un finiquito que es igual a la cuantía de una temporada de sueldo , más los siete partidos que se ha quedado en el tintero de este curso. De esta forma, el Sevilla no tendrá que pagarle íntegramente las temporada por las que había renovado el técnico. Cabe recordar que el Sevilla contrató al entrenador catalán por una temporada, pero tras disputarse cinco jornadas se anunció la renovación por dos años más. Es decir, Pimienta sería el técnico del Sevilla hasta 2027. Una decisión motivada por la intención de darle solidez y continuidad al proyecto que había echado a andar en julio de 2024. Pero las palabritas se las lleva el viento, y el banquillo de Nervión hace mucho tiempo que dejó de tener un dueño real. Sólo interinidad para un equipo sin pies ni cabeza, mal confeccionado y con rumbo a la deriva.Más de veinte millonesLa renovación que tanto revuelo causó, sólo serviría para seguir agrandando el agujero económico al club. Si bien es cierto que el catalán no ha sido, ni de lejos, el despido más costoso de los últimos seis. En menos de tres años, la entidad sevillista se ha gastado más de 20 millones de euros en indemnizaciones para sus entrenadores. Un dato escalofriante si se tiene en cuenta la gruesa deuda que arrastra. Y es que la semana pasada trascendió que el Sevilla tuvo 81,7 millones de pérdidas durante el pasado curso 2023-2024, más de la mitad del global de todos los equipos de LaLiga. Una cifra inquietante que mantiene al sevillismo en vilo. De ahí que parezca poco comprensible la destitución del entrenador a falta de siete jornadas por disputarse. Una vez más, el Sevilla tiene que abonar un gasto imprevisto por su escasa paciencia o cero olfato a la hora de elegir entrenador. Bien es cierto que, con la mayoría de ellos, se ha podido llegar a un acuerdo económico , pero incluso con estos pactos, el despido de Sampaoli hace dos temporadas costó ocho millones de euros. Una cantidad elevadísima para los cinco meses que estuvo dirigiendo al equipo.Este despilfarro se podría perdonar si el ‘efecto Caparrós’ se hubiera dado ya, pero la realidad es que Pimienta dejó al equipo a ocho puntos del descenso y el utrerano lo tiene a cinco dos jornadas después. Tras reposar los ánimos, es evidente que la directiva sevillista de precipitó para salvar su propia cabeza. Algo que, por cierto, no ha conseguido. Nuevos candidatosEl reestreno del utrerano con el Sevilla ha dejado la friolera de un punto de seis posibles. Caparrós ha tocado teclas dentro del equipo , por ejemplo el banquillazo de Isaac Romero por primera vez en toda la temporada, algo que ya se pedía a gritos desde hace tiempo. Sin embargo, la impresión que sigue imperando en el equipo es que los resultados siguen sin darse por la falta de mimbres. La confección de la plantilla , unida las lesiones, han motivado esta situación. Aún quedan cinco jornadas para el final, pero el Sevilla tiene el deber imperioso de ganar esta semana al Leganés en casa para tener medio atada la permanencia . Un final de curso amargo, que Caparrós se va a comer por su amor a los colores, pero que Pimienta debería haber capitaneado y ya en junio separar los caminos. El Sevilla ya hace un tiempo que trabaja en la búsqueda de un nuevo técnico , pero se está encontrando con dos problemas principales: la falta de dinero y la falta de ganas de fichar por el conjunto sevillista. Ya le pasó el año pasado cuando quiso fichar a Jagoba Arrasate y el técnico se decantó por el Mallorca , al considerar que iba a tener un ambiente más tranquilo y propicio para llevar a cabo su trabajo. No le faltaba razón.Ahora, el consejo de administración tendrá que ponerse de acuerdo para elegir un perfil asequible, que desee recalar en Sevilla y, además, encaje mejor con la filosofía de juego que gusta en Nervión. O simplemente buscar alguien que tenga poco que perder a estas alturas. No hace ni un mes que el Sevilla FC destituyó a Xavi García Pimienta y es posible que ya haya quién le eche de menos. El catalán dejó de ser entrenador sevillista el pasado 13 de abril, el desenlace de un fin de semana convulso tras caer el equipo derrotado en Mestalla el pasado Viernes de Dolores. Una decisión que se estaba cocinando, pero que se precipitó a última hora por las presiones que se produjeron dentro del propio consejo de administración del club sevillista.El clima hostil, que se ha ido incrementando por la concatenación de resultados negativos, motivó a la dirección a adelantar esta destitución para dar un golpe de efecto con el cambio de banquillo. La elección de Joaquín Caparrós no fue casual, su perfil era el idóneo para acallar ciertas críticas. O eso pensaban. No obstante, este mecanismo siempre tiene un coste, tanto económico como reputacional.En el apartado del dinero, se ha especulado mucho sobre lo que el Sevilla tendrá que abonarle a García Pimienta . Según ha podido confirmar ABC de Sevilla, el técnico tiene acordado con el club un finiquito que es igual a la cuantía de una temporada de sueldo , más los siete partidos que se ha quedado en el tintero de este curso. De esta forma, el Sevilla no tendrá que pagarle íntegramente las temporada por las que había renovado el técnico. Cabe recordar que el Sevilla contrató al entrenador catalán por una temporada, pero tras disputarse cinco jornadas se anunció la renovación por dos años más. Es decir, Pimienta sería el técnico del Sevilla hasta 2027. Una decisión motivada por la intención de darle solidez y continuidad al proyecto que había echado a andar en julio de 2024. Pero las palabritas se las lleva el viento, y el banquillo de Nervión hace mucho tiempo que dejó de tener un dueño real. Sólo interinidad para un equipo sin pies ni cabeza, mal confeccionado y con rumbo a la deriva.Más de veinte millonesLa renovación que tanto revuelo causó, sólo serviría para seguir agrandando el agujero económico al club. Si bien es cierto que el catalán no ha sido, ni de lejos, el despido más costoso de los últimos seis. En menos de tres años, la entidad sevillista se ha gastado más de 20 millones de euros en indemnizaciones para sus entrenadores. Un dato escalofriante si se tiene en cuenta la gruesa deuda que arrastra. Y es que la semana pasada trascendió que el Sevilla tuvo 81,7 millones de pérdidas durante el pasado curso 2023-2024, más de la mitad del global de todos los equipos de LaLiga. Una cifra inquietante que mantiene al sevillismo en vilo. De ahí que parezca poco comprensible la destitución del entrenador a falta de siete jornadas por disputarse. Una vez más, el Sevilla tiene que abonar un gasto imprevisto por su escasa paciencia o cero olfato a la hora de elegir entrenador. Bien es cierto que, con la mayoría de ellos, se ha podido llegar a un acuerdo económico , pero incluso con estos pactos, el despido de Sampaoli hace dos temporadas costó ocho millones de euros. Una cantidad elevadísima para los cinco meses que estuvo dirigiendo al equipo.Este despilfarro se podría perdonar si el ‘efecto Caparrós’ se hubiera dado ya, pero la realidad es que Pimienta dejó al equipo a ocho puntos del descenso y el utrerano lo tiene a cinco dos jornadas después. Tras reposar los ánimos, es evidente que la directiva sevillista de precipitó para salvar su propia cabeza. Algo que, por cierto, no ha conseguido. Nuevos candidatosEl reestreno del utrerano con el Sevilla ha dejado la friolera de un punto de seis posibles. Caparrós ha tocado teclas dentro del equipo , por ejemplo el banquillazo de Isaac Romero por primera vez en toda la temporada, algo que ya se pedía a gritos desde hace tiempo. Sin embargo, la impresión que sigue imperando en el equipo es que los resultados siguen sin darse por la falta de mimbres. La confección de la plantilla , unida las lesiones, han motivado esta situación. Aún quedan cinco jornadas para el final, pero el Sevilla tiene el deber imperioso de ganar esta semana al Leganés en casa para tener medio atada la permanencia . Un final de curso amargo, que Caparrós se va a comer por su amor a los colores, pero que Pimienta debería haber capitaneado y ya en junio separar los caminos. El Sevilla ya hace un tiempo que trabaja en la búsqueda de un nuevo técnico , pero se está encontrando con dos problemas principales: la falta de dinero y la falta de ganas de fichar por el conjunto sevillista. Ya le pasó el año pasado cuando quiso fichar a Jagoba Arrasate y el técnico se decantó por el Mallorca , al considerar que iba a tener un ambiente más tranquilo y propicio para llevar a cabo su trabajo. No le faltaba razón.Ahora, el consejo de administración tendrá que ponerse de acuerdo para elegir un perfil asequible, que desee recalar en Sevilla y, además, encaje mejor con la filosofía de juego que gusta en Nervión. O simplemente buscar alguien que tenga poco que perder a estas alturas. RSS de noticias de deportes
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