Crítica de teatro ‘El tigre’ Autor Ramon Madaula Dirección Agustí Rovira Escenografía e iluminación Dani Tort Caracterización y vestuario Nidia Tusal Intérpretes Mercè Martínez, David Olivares Lugar Aquitània Teatre, Barcelona 4Si un manual de autoayuda o de divulgación ‘resiliente’ lleva en su título las palabras ‘amor’ o ‘felicidad’ tiene más posibilidades de atraer a los lectores potenciales, advierte el marketing editorial. La búsqueda de la felicidad puede conducir a una vida infeliz. Una obsesión que instauró la Revolución Francesa y que Ramon Madaula aborda en ‘ El tigre ‘: «Por circunstancias familiares conocí a un estudioso de la felicidad estadounidense. El hombre tiene libros escritos y da charlas por el mundo entero divulgando la fórmula de la felicidad. Un día, con confianza, me confesó que él no estaba feliz. Le agradecí la confesión; me tranquilizó». Cada maestrillo tiene su librillo y el librillo más difícil es llevar la teoría de cómo ser felices a la práctica. Los dos protagonistas de esta comedia -que lleva por subtítulo ‘ La felicidad es un mal vicio ‘- tendrán que afrontar situaciones adversas. David Olivares es un ‘coach’ que ha hecho del optimismo el dogma con el que encajar los marrones que te da la vida. En sus charlas lo metaforiza en un tigre que nos ronda para devorarnos y al que podremos esquivar con el pensamiento positivo. Mercè Martínez es una fotógrafa que acaba de romper con su marido periodista porque se la pegaba con una becaria del diario. La sesión fotográfica con el charlatán de la superación personal, protagonista del suplemento dominical, se convertirá en un psicodrama sobre las servidumbres de la felicidad, ese objetivo que casi siempre acaba frustrando las exageradas expectativas de aquellos que lo persiguen. Con un planteamiento escénico muy simple, Madaula le da la vuelta a todos los discursos que proliferan en YouTube a cargo de neurocientíficos, psicólogos, nutricionistas o ‘coachs’ para concluir que la felicidad está sobrevalorada, algo que el poeta romano Horacio ya lo tenía claro con su alabanza del ‘aurea mediocritas’. Una mirada irónica a través de dos personajes que pasean su controversia por el patio de butacas. Una comedia de tesis, en este caso amena; muchos espectadores pueden verse reflejados en esta sociedad que ha hecho del selfi el icono del farde de una (presunta) felicidad. Ramon Madaula contra el vicio de ser felices. Porque Schopenhauer tenía razón. Crítica de teatro ‘El tigre’ Autor Ramon Madaula Dirección Agustí Rovira Escenografía e iluminación Dani Tort Caracterización y vestuario Nidia Tusal Intérpretes Mercè Martínez, David Olivares Lugar Aquitània Teatre, Barcelona 4Si un manual de autoayuda o de divulgación ‘resiliente’ lleva en su título las palabras ‘amor’ o ‘felicidad’ tiene más posibilidades de atraer a los lectores potenciales, advierte el marketing editorial. La búsqueda de la felicidad puede conducir a una vida infeliz. Una obsesión que instauró la Revolución Francesa y que Ramon Madaula aborda en ‘ El tigre ‘: «Por circunstancias familiares conocí a un estudioso de la felicidad estadounidense. El hombre tiene libros escritos y da charlas por el mundo entero divulgando la fórmula de la felicidad. Un día, con confianza, me confesó que él no estaba feliz. Le agradecí la confesión; me tranquilizó». Cada maestrillo tiene su librillo y el librillo más difícil es llevar la teoría de cómo ser felices a la práctica. Los dos protagonistas de esta comedia -que lleva por subtítulo ‘ La felicidad es un mal vicio ‘- tendrán que afrontar situaciones adversas. David Olivares es un ‘coach’ que ha hecho del optimismo el dogma con el que encajar los marrones que te da la vida. En sus charlas lo metaforiza en un tigre que nos ronda para devorarnos y al que podremos esquivar con el pensamiento positivo. Mercè Martínez es una fotógrafa que acaba de romper con su marido periodista porque se la pegaba con una becaria del diario. La sesión fotográfica con el charlatán de la superación personal, protagonista del suplemento dominical, se convertirá en un psicodrama sobre las servidumbres de la felicidad, ese objetivo que casi siempre acaba frustrando las exageradas expectativas de aquellos que lo persiguen. Con un planteamiento escénico muy simple, Madaula le da la vuelta a todos los discursos que proliferan en YouTube a cargo de neurocientíficos, psicólogos, nutricionistas o ‘coachs’ para concluir que la felicidad está sobrevalorada, algo que el poeta romano Horacio ya lo tenía claro con su alabanza del ‘aurea mediocritas’. Una mirada irónica a través de dos personajes que pasean su controversia por el patio de butacas. Una comedia de tesis, en este caso amena; muchos espectadores pueden verse reflejados en esta sociedad que ha hecho del selfi el icono del farde de una (presunta) felicidad. Ramon Madaula contra el vicio de ser felices. Porque Schopenhauer tenía razón. Crítica de teatro ‘El tigre’ Autor Ramon Madaula Dirección Agustí Rovira Escenografía e iluminación Dani Tort Caracterización y vestuario Nidia Tusal Intérpretes Mercè Martínez, David Olivares Lugar Aquitània Teatre, Barcelona 4Si un manual de autoayuda o de divulgación ‘resiliente’ lleva en su título las palabras ‘amor’ o ‘felicidad’ tiene más posibilidades de atraer a los lectores potenciales, advierte el marketing editorial. La búsqueda de la felicidad puede conducir a una vida infeliz. Una obsesión que instauró la Revolución Francesa y que Ramon Madaula aborda en ‘ El tigre ‘: «Por circunstancias familiares conocí a un estudioso de la felicidad estadounidense. El hombre tiene libros escritos y da charlas por el mundo entero divulgando la fórmula de la felicidad. Un día, con confianza, me confesó que él no estaba feliz. Le agradecí la confesión; me tranquilizó». Cada maestrillo tiene su librillo y el librillo más difícil es llevar la teoría de cómo ser felices a la práctica. Los dos protagonistas de esta comedia -que lleva por subtítulo ‘ La felicidad es un mal vicio ‘- tendrán que afrontar situaciones adversas. David Olivares es un ‘coach’ que ha hecho del optimismo el dogma con el que encajar los marrones que te da la vida. En sus charlas lo metaforiza en un tigre que nos ronda para devorarnos y al que podremos esquivar con el pensamiento positivo. Mercè Martínez es una fotógrafa que acaba de romper con su marido periodista porque se la pegaba con una becaria del diario. La sesión fotográfica con el charlatán de la superación personal, protagonista del suplemento dominical, se convertirá en un psicodrama sobre las servidumbres de la felicidad, ese objetivo que casi siempre acaba frustrando las exageradas expectativas de aquellos que lo persiguen. Con un planteamiento escénico muy simple, Madaula le da la vuelta a todos los discursos que proliferan en YouTube a cargo de neurocientíficos, psicólogos, nutricionistas o ‘coachs’ para concluir que la felicidad está sobrevalorada, algo que el poeta romano Horacio ya lo tenía claro con su alabanza del ‘aurea mediocritas’. Una mirada irónica a través de dos personajes que pasean su controversia por el patio de butacas. Una comedia de tesis, en este caso amena; muchos espectadores pueden verse reflejados en esta sociedad que ha hecho del selfi el icono del farde de una (presunta) felicidad. Ramon Madaula contra el vicio de ser felices. Porque Schopenhauer tenía razón. RSS de noticias de cultura
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