Poco antes de que diera comienzo la que terminó siendo la gran campanada del torneo, Diego Pablo Simeone y sus futbolistas se acomodaron en el avión de regreso de Seattle a Los Ángeles con el alivio de la victoria ante el Sounders (3-1). Enganchados a la red wifi de la aeronave, cuerpo técnico, jugadores y dirigentes rojiblancos se dispusieron a seguir el PSG-Botafogo en alerta, pero confiados en que el vigente campeón de Europa se impondría al de Sudamérica. Incluso cuando Igor Jesús marcó el tanto del conjunto carioca antes del despegue, la confianza en que, al menos, el PSG empataría, era mayoritaria entre los expedicionarios. Para cuando el Atlético aterrizó en Los Ángeles, el Botafogo había concretado la gran sorpresa del campeonato. El interior del avión se convirtió entonces en un barullo generalizado de cabezas echando cuentas del resultado que necesitará el Atlético ante el Botafogo este lunes para pasar a los octavos de final.
El avión de regreso del Atlético a Los Ángeles fue un hervidero de cuentas tras la derrota del campeón de Europa
Poco antes de que diera comienzo la que terminó siendo la gran campanada del torneo, Diego Pablo Simeone y sus futbolistas se acomodaron en el avión de regreso de Seattle a Los Ángeles con el alivio de la victoria ante el Sounders (3-1). Enganchados a la red wifi de la aeronave, cuerpo técnico, jugadores y dirigentes rojiblancos se dispusieron a seguir el PSG-Botafogo en alerta, pero confiados en que el vigente campeón de Europa se impondría al de Sudamérica. Incluso cuando Igor Jesús marcó el tanto del conjunto carioca antes del despegue, la confianza en que, al menos, el PSG empataría, era mayoritaria entre los expedicionarios. Para cuando el Atlético aterrizó en Los Ángeles, el Botafogo había concretado la gran sorpresa del campeonato. El interior del avión se convirtió entonces en un barullo generalizado de cabezas echando cuentas del resultado que necesitará el Atlético ante el Botafogo este lunes para pasar a los octavos de final.
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