La familia es, como origen de conflictos y de sentimientos extremos, una de las fuentes fundamentales, si no la fundamental, en la historia del teatro. Y la que dibujó Esquilo en su ‘Orestíada ‘ allá por el siglo V a. C., los Átridas, es de todo menos normal; no es extraño que hayan sido muchos los autores, a lo largo de los siglos, que se hayan fijado en sus personajes para desarrollar sus propias creaciones.Uno de estos personajes es Electra , protagonista de sendos ‘spin-off’ tempranos salidos de la mano de Sófocles y Eurípides , prácticamente contemporáneos de Esquilo. Pero la vengativa hija de Agamenón no se quedó en la Grecia clásica. Ha seguido viajando por el tiempo e inspirando a creadores como Hugo von Hofmannsthal, Jean Paul Sartre, Marguerite Duras, Eugene O’Neill o el compositor Richard Strauss, autor de una ópera sublime sobre este personaje.He aquí la historia, resumida, de esta familia. Agamenón , Rey de Micenas, parte hacia la guerra de Troya pero antes, sacrifica por mandato de los dioses a su hija Ifigenia para garantizar el triunfo de la campaña bélica. Agamenón pasa diez años lejos de su casa y en ese tiempo gobierna su esposa, Clitemnestra, que se ha liado con Egisto, el mejor amigo de su marido. A su regreso, Clitemnestra asesina a Agamenón y Egisto se convierte en Rey de Micenas; Orestes , hijo de Agamenón y heredero legítimo del trono, huye mientras sus hermanas, Electra y Crisótemis , permanecen en Micenas. Electra es la más rebelde y masculla venganza, por lo que es encerrada en una cueva. Orestes regresa y con su apoyo Electra puede llevar a cabo su venganza y matar a Egisto y a su madre, Clitemnestra. En resumen, un dramón de los de toda la vida.El Festival de Mérida ha acogido en el imponente Teatro Romano varias veces a Electra; ya la encarnó la mítica Margarita Xirgu el 5 de septiembre de 1934, en una función dirigida por Cipriano Rivas Cheriff de la que se conservan unas reveladoras fotografías. Después ha vuelto en distintas ocasiones; una de las últimas fue la ‘Electra’ que dirigió en 2012 José Carlos Plaza con Ana Belén como protagonista.La versión que se ha presentado en Mérida la firma Eduardo Galán , la dirige Lautaro Perotti y la protagoniza María León ; los tres repiten después de la puesta en escena de ‘Casa de Muñecas’. El reparto de ‘Electra’ lo completan Elisa Matilla (Clitemhestra), Patxi Fréitez (Agamenón), Santi Marín (Orestes), Pepa Gracia (Crisótemis), Alejandro Bruni (Egisto) y Nacho Machi (Pílades), que además toca el piano en directo. Para el autor, la venganza es el motor de esta obra, que quiere que el espectador de hoy se pregunte cuál sería su postura frente a la venganza. Los tres hermanos -explica- tienen cada uno un punto de vista diferente: Electra es la más activa, Orestes el más dubitativo y Crisótemi la más racional. Lautaro Perotti, por su parte, asegura que esta obra es la historia de una mujer que sufrió una injusticia -la muerte, primero, de su hermana, y la de su padre después- y que como tal muestra su desesperación. El punto de partida de su puesta en escena es la música, y de hecho la escenografía la domina un piano gigante sobre el que se desarrolla buena parte de la acción. El texto, muy esquemático (la función dura apenas una hora y cuarto), deja tan solo entrever los motivos que llevan a cada uno de los personajes a tomar una postura u otra, pero sin ahondar en los dilemas morales que plantea esta venganza ni en otras cuestiones capitales en este texto como la diferencia entre la justicia y lo justo. Galán dibuja a una Electra airada, llena de odio, más cercana a Sófocles -la venganza es su manera de cumplir justicia. un deber para ella- que a Eurípides, que plantea muchas más dudas morales. La propia María León (que cumplió 41 años el día del estreno) ha dicho de su personaje que es racial y flamenco -baila sevillanas y canta un tango, en una escena que hace pensar que el espectáculo va a tener carácter de musical, pero que se queda ahí-; su Electra es más bien nerviosa, agitada y extremada en sus reacciones, algo de lo que se contagian otros personajes.Da la sensación de que la función está en fase embrionaria todavía, que busca todavía su propia identidad, el tono exacto -los momentos ‘cómicos’ no parecen oportunos- resultan para contar la terrible historia de esta familia que hoy, a todas luces, calificaríamos como disfuncional pero que nos sigue fascinando y conmoviendo igual que la hizo con sus contemporáneos. La familia es, como origen de conflictos y de sentimientos extremos, una de las fuentes fundamentales, si no la fundamental, en la historia del teatro. Y la que dibujó Esquilo en su ‘Orestíada ‘ allá por el siglo V a. C., los Átridas, es de todo menos normal; no es extraño que hayan sido muchos los autores, a lo largo de los siglos, que se hayan fijado en sus personajes para desarrollar sus propias creaciones.Uno de estos personajes es Electra , protagonista de sendos ‘spin-off’ tempranos salidos de la mano de Sófocles y Eurípides , prácticamente contemporáneos de Esquilo. Pero la vengativa hija de Agamenón no se quedó en la Grecia clásica. Ha seguido viajando por el tiempo e inspirando a creadores como Hugo von Hofmannsthal, Jean Paul Sartre, Marguerite Duras, Eugene O’Neill o el compositor Richard Strauss, autor de una ópera sublime sobre este personaje.He aquí la historia, resumida, de esta familia. Agamenón , Rey de Micenas, parte hacia la guerra de Troya pero antes, sacrifica por mandato de los dioses a su hija Ifigenia para garantizar el triunfo de la campaña bélica. Agamenón pasa diez años lejos de su casa y en ese tiempo gobierna su esposa, Clitemnestra, que se ha liado con Egisto, el mejor amigo de su marido. A su regreso, Clitemnestra asesina a Agamenón y Egisto se convierte en Rey de Micenas; Orestes , hijo de Agamenón y heredero legítimo del trono, huye mientras sus hermanas, Electra y Crisótemis , permanecen en Micenas. Electra es la más rebelde y masculla venganza, por lo que es encerrada en una cueva. Orestes regresa y con su apoyo Electra puede llevar a cabo su venganza y matar a Egisto y a su madre, Clitemnestra. En resumen, un dramón de los de toda la vida.El Festival de Mérida ha acogido en el imponente Teatro Romano varias veces a Electra; ya la encarnó la mítica Margarita Xirgu el 5 de septiembre de 1934, en una función dirigida por Cipriano Rivas Cheriff de la que se conservan unas reveladoras fotografías. Después ha vuelto en distintas ocasiones; una de las últimas fue la ‘Electra’ que dirigió en 2012 José Carlos Plaza con Ana Belén como protagonista.La versión que se ha presentado en Mérida la firma Eduardo Galán , la dirige Lautaro Perotti y la protagoniza María León ; los tres repiten después de la puesta en escena de ‘Casa de Muñecas’. El reparto de ‘Electra’ lo completan Elisa Matilla (Clitemhestra), Patxi Fréitez (Agamenón), Santi Marín (Orestes), Pepa Gracia (Crisótemis), Alejandro Bruni (Egisto) y Nacho Machi (Pílades), que además toca el piano en directo. Para el autor, la venganza es el motor de esta obra, que quiere que el espectador de hoy se pregunte cuál sería su postura frente a la venganza. Los tres hermanos -explica- tienen cada uno un punto de vista diferente: Electra es la más activa, Orestes el más dubitativo y Crisótemi la más racional. Lautaro Perotti, por su parte, asegura que esta obra es la historia de una mujer que sufrió una injusticia -la muerte, primero, de su hermana, y la de su padre después- y que como tal muestra su desesperación. El punto de partida de su puesta en escena es la música, y de hecho la escenografía la domina un piano gigante sobre el que se desarrolla buena parte de la acción. El texto, muy esquemático (la función dura apenas una hora y cuarto), deja tan solo entrever los motivos que llevan a cada uno de los personajes a tomar una postura u otra, pero sin ahondar en los dilemas morales que plantea esta venganza ni en otras cuestiones capitales en este texto como la diferencia entre la justicia y lo justo. Galán dibuja a una Electra airada, llena de odio, más cercana a Sófocles -la venganza es su manera de cumplir justicia. un deber para ella- que a Eurípides, que plantea muchas más dudas morales. La propia María León (que cumplió 41 años el día del estreno) ha dicho de su personaje que es racial y flamenco -baila sevillanas y canta un tango, en una escena que hace pensar que el espectáculo va a tener carácter de musical, pero que se queda ahí-; su Electra es más bien nerviosa, agitada y extremada en sus reacciones, algo de lo que se contagian otros personajes.Da la sensación de que la función está en fase embrionaria todavía, que busca todavía su propia identidad, el tono exacto -los momentos ‘cómicos’ no parecen oportunos- resultan para contar la terrible historia de esta familia que hoy, a todas luces, calificaríamos como disfuncional pero que nos sigue fascinando y conmoviendo igual que la hizo con sus contemporáneos. La familia es, como origen de conflictos y de sentimientos extremos, una de las fuentes fundamentales, si no la fundamental, en la historia del teatro. Y la que dibujó Esquilo en su ‘Orestíada ‘ allá por el siglo V a. C., los Átridas, es de todo menos normal; no es extraño que hayan sido muchos los autores, a lo largo de los siglos, que se hayan fijado en sus personajes para desarrollar sus propias creaciones.Uno de estos personajes es Electra , protagonista de sendos ‘spin-off’ tempranos salidos de la mano de Sófocles y Eurípides , prácticamente contemporáneos de Esquilo. Pero la vengativa hija de Agamenón no se quedó en la Grecia clásica. Ha seguido viajando por el tiempo e inspirando a creadores como Hugo von Hofmannsthal, Jean Paul Sartre, Marguerite Duras, Eugene O’Neill o el compositor Richard Strauss, autor de una ópera sublime sobre este personaje.He aquí la historia, resumida, de esta familia. Agamenón , Rey de Micenas, parte hacia la guerra de Troya pero antes, sacrifica por mandato de los dioses a su hija Ifigenia para garantizar el triunfo de la campaña bélica. Agamenón pasa diez años lejos de su casa y en ese tiempo gobierna su esposa, Clitemnestra, que se ha liado con Egisto, el mejor amigo de su marido. A su regreso, Clitemnestra asesina a Agamenón y Egisto se convierte en Rey de Micenas; Orestes , hijo de Agamenón y heredero legítimo del trono, huye mientras sus hermanas, Electra y Crisótemis , permanecen en Micenas. Electra es la más rebelde y masculla venganza, por lo que es encerrada en una cueva. Orestes regresa y con su apoyo Electra puede llevar a cabo su venganza y matar a Egisto y a su madre, Clitemnestra. En resumen, un dramón de los de toda la vida.El Festival de Mérida ha acogido en el imponente Teatro Romano varias veces a Electra; ya la encarnó la mítica Margarita Xirgu el 5 de septiembre de 1934, en una función dirigida por Cipriano Rivas Cheriff de la que se conservan unas reveladoras fotografías. Después ha vuelto en distintas ocasiones; una de las últimas fue la ‘Electra’ que dirigió en 2012 José Carlos Plaza con Ana Belén como protagonista.La versión que se ha presentado en Mérida la firma Eduardo Galán , la dirige Lautaro Perotti y la protagoniza María León ; los tres repiten después de la puesta en escena de ‘Casa de Muñecas’. El reparto de ‘Electra’ lo completan Elisa Matilla (Clitemhestra), Patxi Fréitez (Agamenón), Santi Marín (Orestes), Pepa Gracia (Crisótemis), Alejandro Bruni (Egisto) y Nacho Machi (Pílades), que además toca el piano en directo. Para el autor, la venganza es el motor de esta obra, que quiere que el espectador de hoy se pregunte cuál sería su postura frente a la venganza. Los tres hermanos -explica- tienen cada uno un punto de vista diferente: Electra es la más activa, Orestes el más dubitativo y Crisótemi la más racional. Lautaro Perotti, por su parte, asegura que esta obra es la historia de una mujer que sufrió una injusticia -la muerte, primero, de su hermana, y la de su padre después- y que como tal muestra su desesperación. El punto de partida de su puesta en escena es la música, y de hecho la escenografía la domina un piano gigante sobre el que se desarrolla buena parte de la acción. El texto, muy esquemático (la función dura apenas una hora y cuarto), deja tan solo entrever los motivos que llevan a cada uno de los personajes a tomar una postura u otra, pero sin ahondar en los dilemas morales que plantea esta venganza ni en otras cuestiones capitales en este texto como la diferencia entre la justicia y lo justo. Galán dibuja a una Electra airada, llena de odio, más cercana a Sófocles -la venganza es su manera de cumplir justicia. un deber para ella- que a Eurípides, que plantea muchas más dudas morales. La propia María León (que cumplió 41 años el día del estreno) ha dicho de su personaje que es racial y flamenco -baila sevillanas y canta un tango, en una escena que hace pensar que el espectáculo va a tener carácter de musical, pero que se queda ahí-; su Electra es más bien nerviosa, agitada y extremada en sus reacciones, algo de lo que se contagian otros personajes.Da la sensación de que la función está en fase embrionaria todavía, que busca todavía su propia identidad, el tono exacto -los momentos ‘cómicos’ no parecen oportunos- resultan para contar la terrible historia de esta familia que hoy, a todas luces, calificaríamos como disfuncional pero que nos sigue fascinando y conmoviendo igual que la hizo con sus contemporáneos. RSS de noticias de cultura
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