No todas las aulas cierran sus puertas al inicio de la temporada veraniega. En algunas universidades, las semanas de descanso estival dan paso a una actividad frenética —la de los cursos de verano— en la que académicos, profesionales y expertos de todo tipo se dan cita para pensar, debatir, reflexionar y convivir en escenarios tan simbólicos como el Palacio de la Magdalena, en Santander, o el Monasterio de El Escorial, en Madrid. Lugares donde el conocimiento toma formas inesperadas: una conversación entre un premio Nobel y un estudiante de doctorado, un taller de meteorología al borde del mar, un debate sobre la inteligencia artificial entre científicos y juristas, o un recital poético bajo las estrellas.
Los cursos de instituciones como la Complutense, la Universidad Internacional Menéndez Pelayo o la UNED permiten reflexionar de forma cercana sobre los grandes desafíos de hoy en día
No todas las aulas cierran sus puertas al inicio de la temporada veraniega. En algunas universidades, las semanas de descanso estival dan paso a una actividad frenética —la de los cursos de verano— en la que académicos, profesionales y expertos de todo tipo se dan cita para pensar, debatir, reflexionar y convivir en escenarios tan simbólicos como el Palacio de la Magdalena, en Santander, o el Monasterio de El Escorial, en Madrid. Lugares donde el conocimiento toma formas inesperadas: una conversación entre un premio Nobel y un estudiante de doctorado, un taller de meteorología al borde del mar, un debate sobre la inteligencia artificial entre científicos y juristas, o un recital poético bajo las estrellas.
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