<p class=»ue-c-article__paragraph»>«¡Ei! Hace mucho que no te veía», soltaba <strong>Carlos Alcaraz</strong> a <strong>Jannik Sinner</strong> y los dos se reían. Tres semanas después de la final de Wimbledon, el pasado martes se reencontraron en las pistas de entrenamientos del Masters 1000 de Cincinnati, en un extraño complejo frente a un parque de atracciones en Estados Unidos. El español recogía sus bártulos, el italiano se preparaba para su sesión. Como siempre, los dos mostraban su buena relación; como siempre, uno hablaba más que el otro.</p>
Al contrario que el año pasado, este verano ha combinado entrenamientos para el US Open con playa en Cádiz, conciertos y karts con los amigos.«Si no tienes un respiro, la pasión se desvanece», reconoce
<p class=»ue-c-article__paragraph»>«¡Ei! Hace mucho que no te veía», soltaba <strong>Carlos Alcaraz</strong> a <strong>Jannik Sinner</strong> y los dos se reían. Tres semanas después de la final de Wimbledon, el pasado martes se reencontraron en las pistas de entrenamientos del Masters 1000 de Cincinnati, en un extraño complejo frente a un parque de atracciones en Estados Unidos. El español recogía sus bártulos, el italiano se preparaba para su sesión. Como siempre, los dos mostraban su buena relación; como siempre, uno hablaba más que el otro.</p>
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