Esther Bendahan (Tetuán, 1964) acaba de publicar la novela ‘Escucha el silencio’ (ed. Nagrela), en la que recorre una pequeña gran historia familiar que empieza en Uruguay y pasa por Madrid y una aldea gallega. Precisamente allí, la protagonista, que padece sordera, busca el testimonio de quienes salvaron a su abuela cuando huía del Holocausto. Un crimen y el ambiente asfixiante de una localidad perdida y encerrada en un misterio son el condimento de esta narración que también reflexiona sobre el valor del testimonio de quienes hicieron el bien en tiempos difíciles. Noticia Relacionada estandar Si La extrema izquierda se convierte en la familia política más antisemita de Francia Juan Pedro Quiñonero Según un sondeo realizado por Ipsos, por cuenta de la cadena BFMTV, el 55 % de los electores de La Francia Insumisa son hoy antisemitas-¿Por qué eligió la historia de salvación de un superviviente de la Shoah?-He conocido a supervivientes que han venido a España para testimoniar. Annette Cabelli relató la ilusión de su madre por viajar a España. Eran sefarditas griegos, su madre murió en la Shoah pero Anette tuvo la alegría de obtener el pasaporte español; también Isaac Revah, Jaime Vandor, Violeta Friedman o Eva Benatar, quien cuenta su historia en un libro: ‘Los papeles secretos de Pape’. En todos ellos encontré el mismo deseo de testimoniar, pero sobre todo de descubrir el camino del bien, las fuerzas que se enfrentan al crimen, descubrir su mecanismo es lo único que puede salvarnos.-La busca de los Justos entre las Naciones está vigente…-En el ABC hay un artículo sobre estos héroes (debería ser la actitud corriente): Ángel Sanz-Briz, José Ruiz Santaella y su esposa, Carmen Schrader, Eduardo Propper de Callejón, Concepción Faya Blásquez, Martín Aguirre y Otegui Sebastián de Romero Radigales, españoles a quien se ha dado el título de justos de la humanidad. Muchos de los supervivientes a los que he tenido el privilegio de escuchar han sido salvados por estos españoles. No puedes evitar estremecerte.-¿Por qué seguir en este empeño?-Debemos conocer la historia, pero también para descubrir los mecanismos que posibilitan los totalitarismos. No hay señales de alarma que nos avisen del peligro, porque no hay sensores, ni organismos externos preparados para dar la señal de alarma. Pero es tan importante como prevenir la gota fría o un terremoto. Necesitamos estructuras sólidas y ciudadanos con visión y compromiso. Aparte, escuchar al testigo ayuda a reparar el daño. -En la aldea de la novela una trama de intereses oscuros, corporativos, dominan el espacio público. ¿Es una metáfora de nuestra sociedad?-Exactamente. Hay un desplazamiento de lo público hacia el sector privado que acumula más poder, entendiendo por poder la capacidad para resolver cuestiones de interés general. ¿No es sorprendente que los satélites de comunicaciones estén en el sector privado? ¿Qué riesgos entraña esta situación? -La protagonista es sorda y ello da para muchas reflexiones, no solo literarias. Me gustaría que comentase qué le ha aportado esa decisión narrativa.-En el título quise que estuviera la palabra ‘escucha’. Escucha es una de las plegarias judías más importantes. El libro subraya la importancia de escuchar. A la protagonista Mira una enfermedad le produjo una sordera parcial. Por indicaciones de su abuela, superviviente, huida de Francia de niña, estudió lengua de signos en la universidad de Gallaudet. Me interesaba ese territorio. Leí el libro de Oliver Sacks ‘Veo una voz’ y me sorprendió descubrir la conciencia de una cultura propia. El personaje surgió así, forma parte de nuestra realidad. Una joven con dificultad auditiva, sin embargo, que escucha a su abuela se me impuso como historia. -La discapacidad permite subrayar la hostilidad del mundo o nuestra fragilidad. ¿Vivimos en un mundo más peligroso de lo que creemos?-Al ver la dana de Valencia, por ejemplo, me doy cuenta de que vivimos ignorantes de nuestra fragilidad, de lo vulnerables que somos. Lo sorprendente es ver cómo en una guerra uno necesita agarrarse desesperadamente a los ritos, a las costumbres. Comprar flores, por ejemplo, mientras caen misiles es un acto de resistencia. Nos habla del impulso por vivir. Pero también es heroico cuando uno es diferente en sus capacidades, necesita silla de ruedas por ejemplo.-¿Qué reflexión propone como escritora para la sociedad española de hoy?-Me gustaría proponer que volvamos a formularnos las preguntas en lugar de tener ya cerradas, empaquetadas por otros, las respuestas. Y recordar una cita de Lord Saks: la valentía no es necesaria para el optimismo, pero es esencial para la esperanza. -La trama de la novela se desarrolla como un relato policiaco. ¿Por qué?-El relato policiaco permite hacer preguntas, inquietar al lector. Quién es el asesino, me pregunté leyendo una noticia que suscitó mi curiosidad, así surgió la novela. Acabo de leer un autor que me ha apasionado, Chaim Potok. En una escena sobre discusiones del talmud, el protagonista dice sobre un profesor: «Me gustan sus preguntas, aunque no me gusten sus respuestas». La novela, la literatura cuestiona, observa desde diferentes ángulos. He aprendido sobre el siglo XX con la novela ‘Vida y Destino’, creo en el poder de la novela para mantener el interés, para decir lo que de otro modo no se puede. -¿Y España se presta al género?-En mi caso, al principio quise hacer un relato como los que le gustaban a mi madre, que cuando le contabas directamente algo no te creía, pensaba que siempre ocultabas algo. Además me hice varias preguntas, ¿cómo es posible que en España estuviesen a la vez Violeta Friedman y León Degrelle? ¿Cómo llegan a salvarse los criminales nazis? Hay libros muy interesantes históricos sobre los pasos fronterizos españoles, que he podido consultar, de Josep Calvet. Pero la novela es lo que es, una ficción que nace y existe por sí misma y ya no puedes hacer nada más que esperar a que siga viva. -El mundo cambió el 7 de octubre de 2023. En Occidente se vive una ola de antisemitismo en la opinión pública. ¿En qué afecta a la vida de los judíos en España, en Europa?-Supuso un nuevo trauma colectivo. Independientemente de las posiciones políticas muchos jóvenes judíos se han visto señalados. La sola mención de Israel o de ser judío es un motivo de exclusión. Me contaba un joven que en su universidad a un profesor cuando supo que tenia familia en Israel, en lugar de decirle: espero que estén bien le preguntó si no le daba vergüenza. No supo qué responder. Espero que la democracia israelí salga de algún modo reforzada y que encuentre nuevos líderes que sepan encauzar la paz. Para los judíos al menos europeos ha sido un aviso. Esther Bendahan (Tetuán, 1964) acaba de publicar la novela ‘Escucha el silencio’ (ed. Nagrela), en la que recorre una pequeña gran historia familiar que empieza en Uruguay y pasa por Madrid y una aldea gallega. Precisamente allí, la protagonista, que padece sordera, busca el testimonio de quienes salvaron a su abuela cuando huía del Holocausto. Un crimen y el ambiente asfixiante de una localidad perdida y encerrada en un misterio son el condimento de esta narración que también reflexiona sobre el valor del testimonio de quienes hicieron el bien en tiempos difíciles. Noticia Relacionada estandar Si La extrema izquierda se convierte en la familia política más antisemita de Francia Juan Pedro Quiñonero Según un sondeo realizado por Ipsos, por cuenta de la cadena BFMTV, el 55 % de los electores de La Francia Insumisa son hoy antisemitas-¿Por qué eligió la historia de salvación de un superviviente de la Shoah?-He conocido a supervivientes que han venido a España para testimoniar. Annette Cabelli relató la ilusión de su madre por viajar a España. Eran sefarditas griegos, su madre murió en la Shoah pero Anette tuvo la alegría de obtener el pasaporte español; también Isaac Revah, Jaime Vandor, Violeta Friedman o Eva Benatar, quien cuenta su historia en un libro: ‘Los papeles secretos de Pape’. En todos ellos encontré el mismo deseo de testimoniar, pero sobre todo de descubrir el camino del bien, las fuerzas que se enfrentan al crimen, descubrir su mecanismo es lo único que puede salvarnos.-La busca de los Justos entre las Naciones está vigente…-En el ABC hay un artículo sobre estos héroes (debería ser la actitud corriente): Ángel Sanz-Briz, José Ruiz Santaella y su esposa, Carmen Schrader, Eduardo Propper de Callejón, Concepción Faya Blásquez, Martín Aguirre y Otegui Sebastián de Romero Radigales, españoles a quien se ha dado el título de justos de la humanidad. Muchos de los supervivientes a los que he tenido el privilegio de escuchar han sido salvados por estos españoles. No puedes evitar estremecerte.-¿Por qué seguir en este empeño?-Debemos conocer la historia, pero también para descubrir los mecanismos que posibilitan los totalitarismos. No hay señales de alarma que nos avisen del peligro, porque no hay sensores, ni organismos externos preparados para dar la señal de alarma. Pero es tan importante como prevenir la gota fría o un terremoto. Necesitamos estructuras sólidas y ciudadanos con visión y compromiso. Aparte, escuchar al testigo ayuda a reparar el daño. -En la aldea de la novela una trama de intereses oscuros, corporativos, dominan el espacio público. ¿Es una metáfora de nuestra sociedad?-Exactamente. Hay un desplazamiento de lo público hacia el sector privado que acumula más poder, entendiendo por poder la capacidad para resolver cuestiones de interés general. ¿No es sorprendente que los satélites de comunicaciones estén en el sector privado? ¿Qué riesgos entraña esta situación? -La protagonista es sorda y ello da para muchas reflexiones, no solo literarias. Me gustaría que comentase qué le ha aportado esa decisión narrativa.-En el título quise que estuviera la palabra ‘escucha’. Escucha es una de las plegarias judías más importantes. El libro subraya la importancia de escuchar. A la protagonista Mira una enfermedad le produjo una sordera parcial. Por indicaciones de su abuela, superviviente, huida de Francia de niña, estudió lengua de signos en la universidad de Gallaudet. Me interesaba ese territorio. Leí el libro de Oliver Sacks ‘Veo una voz’ y me sorprendió descubrir la conciencia de una cultura propia. El personaje surgió así, forma parte de nuestra realidad. Una joven con dificultad auditiva, sin embargo, que escucha a su abuela se me impuso como historia. -La discapacidad permite subrayar la hostilidad del mundo o nuestra fragilidad. ¿Vivimos en un mundo más peligroso de lo que creemos?-Al ver la dana de Valencia, por ejemplo, me doy cuenta de que vivimos ignorantes de nuestra fragilidad, de lo vulnerables que somos. Lo sorprendente es ver cómo en una guerra uno necesita agarrarse desesperadamente a los ritos, a las costumbres. Comprar flores, por ejemplo, mientras caen misiles es un acto de resistencia. Nos habla del impulso por vivir. Pero también es heroico cuando uno es diferente en sus capacidades, necesita silla de ruedas por ejemplo.-¿Qué reflexión propone como escritora para la sociedad española de hoy?-Me gustaría proponer que volvamos a formularnos las preguntas en lugar de tener ya cerradas, empaquetadas por otros, las respuestas. Y recordar una cita de Lord Saks: la valentía no es necesaria para el optimismo, pero es esencial para la esperanza. -La trama de la novela se desarrolla como un relato policiaco. ¿Por qué?-El relato policiaco permite hacer preguntas, inquietar al lector. Quién es el asesino, me pregunté leyendo una noticia que suscitó mi curiosidad, así surgió la novela. Acabo de leer un autor que me ha apasionado, Chaim Potok. En una escena sobre discusiones del talmud, el protagonista dice sobre un profesor: «Me gustan sus preguntas, aunque no me gusten sus respuestas». La novela, la literatura cuestiona, observa desde diferentes ángulos. He aprendido sobre el siglo XX con la novela ‘Vida y Destino’, creo en el poder de la novela para mantener el interés, para decir lo que de otro modo no se puede. -¿Y España se presta al género?-En mi caso, al principio quise hacer un relato como los que le gustaban a mi madre, que cuando le contabas directamente algo no te creía, pensaba que siempre ocultabas algo. Además me hice varias preguntas, ¿cómo es posible que en España estuviesen a la vez Violeta Friedman y León Degrelle? ¿Cómo llegan a salvarse los criminales nazis? Hay libros muy interesantes históricos sobre los pasos fronterizos españoles, que he podido consultar, de Josep Calvet. Pero la novela es lo que es, una ficción que nace y existe por sí misma y ya no puedes hacer nada más que esperar a que siga viva. -El mundo cambió el 7 de octubre de 2023. En Occidente se vive una ola de antisemitismo en la opinión pública. ¿En qué afecta a la vida de los judíos en España, en Europa?-Supuso un nuevo trauma colectivo. Independientemente de las posiciones políticas muchos jóvenes judíos se han visto señalados. La sola mención de Israel o de ser judío es un motivo de exclusión. Me contaba un joven que en su universidad a un profesor cuando supo que tenia familia en Israel, en lugar de decirle: espero que estén bien le preguntó si no le daba vergüenza. No supo qué responder. Espero que la democracia israelí salga de algún modo reforzada y que encuentre nuevos líderes que sepan encauzar la paz. Para los judíos al menos europeos ha sido un aviso. Esther Bendahan (Tetuán, 1964) acaba de publicar la novela ‘Escucha el silencio’ (ed. Nagrela), en la que recorre una pequeña gran historia familiar que empieza en Uruguay y pasa por Madrid y una aldea gallega. Precisamente allí, la protagonista, que padece sordera, busca el testimonio de quienes salvaron a su abuela cuando huía del Holocausto. Un crimen y el ambiente asfixiante de una localidad perdida y encerrada en un misterio son el condimento de esta narración que también reflexiona sobre el valor del testimonio de quienes hicieron el bien en tiempos difíciles. Noticia Relacionada estandar Si La extrema izquierda se convierte en la familia política más antisemita de Francia Juan Pedro Quiñonero Según un sondeo realizado por Ipsos, por cuenta de la cadena BFMTV, el 55 % de los electores de La Francia Insumisa son hoy antisemitas-¿Por qué eligió la historia de salvación de un superviviente de la Shoah?-He conocido a supervivientes que han venido a España para testimoniar. Annette Cabelli relató la ilusión de su madre por viajar a España. Eran sefarditas griegos, su madre murió en la Shoah pero Anette tuvo la alegría de obtener el pasaporte español; también Isaac Revah, Jaime Vandor, Violeta Friedman o Eva Benatar, quien cuenta su historia en un libro: ‘Los papeles secretos de Pape’. En todos ellos encontré el mismo deseo de testimoniar, pero sobre todo de descubrir el camino del bien, las fuerzas que se enfrentan al crimen, descubrir su mecanismo es lo único que puede salvarnos.-La busca de los Justos entre las Naciones está vigente…-En el ABC hay un artículo sobre estos héroes (debería ser la actitud corriente): Ángel Sanz-Briz, José Ruiz Santaella y su esposa, Carmen Schrader, Eduardo Propper de Callejón, Concepción Faya Blásquez, Martín Aguirre y Otegui Sebastián de Romero Radigales, españoles a quien se ha dado el título de justos de la humanidad. Muchos de los supervivientes a los que he tenido el privilegio de escuchar han sido salvados por estos españoles. No puedes evitar estremecerte.-¿Por qué seguir en este empeño?-Debemos conocer la historia, pero también para descubrir los mecanismos que posibilitan los totalitarismos. No hay señales de alarma que nos avisen del peligro, porque no hay sensores, ni organismos externos preparados para dar la señal de alarma. Pero es tan importante como prevenir la gota fría o un terremoto. Necesitamos estructuras sólidas y ciudadanos con visión y compromiso. Aparte, escuchar al testigo ayuda a reparar el daño. -En la aldea de la novela una trama de intereses oscuros, corporativos, dominan el espacio público. ¿Es una metáfora de nuestra sociedad?-Exactamente. Hay un desplazamiento de lo público hacia el sector privado que acumula más poder, entendiendo por poder la capacidad para resolver cuestiones de interés general. ¿No es sorprendente que los satélites de comunicaciones estén en el sector privado? ¿Qué riesgos entraña esta situación? -La protagonista es sorda y ello da para muchas reflexiones, no solo literarias. Me gustaría que comentase qué le ha aportado esa decisión narrativa.-En el título quise que estuviera la palabra ‘escucha’. Escucha es una de las plegarias judías más importantes. El libro subraya la importancia de escuchar. A la protagonista Mira una enfermedad le produjo una sordera parcial. Por indicaciones de su abuela, superviviente, huida de Francia de niña, estudió lengua de signos en la universidad de Gallaudet. Me interesaba ese territorio. Leí el libro de Oliver Sacks ‘Veo una voz’ y me sorprendió descubrir la conciencia de una cultura propia. El personaje surgió así, forma parte de nuestra realidad. Una joven con dificultad auditiva, sin embargo, que escucha a su abuela se me impuso como historia. -La discapacidad permite subrayar la hostilidad del mundo o nuestra fragilidad. ¿Vivimos en un mundo más peligroso de lo que creemos?-Al ver la dana de Valencia, por ejemplo, me doy cuenta de que vivimos ignorantes de nuestra fragilidad, de lo vulnerables que somos. Lo sorprendente es ver cómo en una guerra uno necesita agarrarse desesperadamente a los ritos, a las costumbres. Comprar flores, por ejemplo, mientras caen misiles es un acto de resistencia. Nos habla del impulso por vivir. Pero también es heroico cuando uno es diferente en sus capacidades, necesita silla de ruedas por ejemplo.-¿Qué reflexión propone como escritora para la sociedad española de hoy?-Me gustaría proponer que volvamos a formularnos las preguntas en lugar de tener ya cerradas, empaquetadas por otros, las respuestas. Y recordar una cita de Lord Saks: la valentía no es necesaria para el optimismo, pero es esencial para la esperanza. -La trama de la novela se desarrolla como un relato policiaco. ¿Por qué?-El relato policiaco permite hacer preguntas, inquietar al lector. Quién es el asesino, me pregunté leyendo una noticia que suscitó mi curiosidad, así surgió la novela. Acabo de leer un autor que me ha apasionado, Chaim Potok. En una escena sobre discusiones del talmud, el protagonista dice sobre un profesor: «Me gustan sus preguntas, aunque no me gusten sus respuestas». La novela, la literatura cuestiona, observa desde diferentes ángulos. He aprendido sobre el siglo XX con la novela ‘Vida y Destino’, creo en el poder de la novela para mantener el interés, para decir lo que de otro modo no se puede. -¿Y España se presta al género?-En mi caso, al principio quise hacer un relato como los que le gustaban a mi madre, que cuando le contabas directamente algo no te creía, pensaba que siempre ocultabas algo. Además me hice varias preguntas, ¿cómo es posible que en España estuviesen a la vez Violeta Friedman y León Degrelle? ¿Cómo llegan a salvarse los criminales nazis? Hay libros muy interesantes históricos sobre los pasos fronterizos españoles, que he podido consultar, de Josep Calvet. Pero la novela es lo que es, una ficción que nace y existe por sí misma y ya no puedes hacer nada más que esperar a que siga viva. -El mundo cambió el 7 de octubre de 2023. En Occidente se vive una ola de antisemitismo en la opinión pública. ¿En qué afecta a la vida de los judíos en España, en Europa?-Supuso un nuevo trauma colectivo. Independientemente de las posiciones políticas muchos jóvenes judíos se han visto señalados. La sola mención de Israel o de ser judío es un motivo de exclusión. Me contaba un joven que en su universidad a un profesor cuando supo que tenia familia en Israel, en lugar de decirle: espero que estén bien le preguntó si no le daba vergüenza. No supo qué responder. Espero que la democracia israelí salga de algún modo reforzada y que encuentre nuevos líderes que sepan encauzar la paz. Para los judíos al menos europeos ha sido un aviso. RSS de noticias de cultura
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