<p><strong>Esther Gómez Díez de la Cortina</strong> compagina sus<strong> tres pasiones</strong> gracias a la constancia y el buen hacer.<strong> Capitán médico</strong> residente de medicina intensiva en el hospital central de la Defensa Gómez Ulla (Madrid), se interesó por la vida castrense desde pequeña, pues <strong>es hija de militar.</strong> A esa vocación se le sumó <strong>la curiosidad por la Medicina</strong>, y la puerta abierta de las Fuerzas Armadas a cursar la carrera médica a la vez que la formación castrense. Seguramente, uno de los <strong>dobles grados más exigentes, </strong>donde tienen que aprobar los créditos de<strong> Anatomía Patológica</strong> mientras van de <strong>maniobras </strong>con los tres ejércitos, combinar la <strong>Biología </strong>con semanas <strong>embarcada </strong>o la <strong>Inmunología </strong>con aprender a <strong>llevar un fusil</strong> de asalto en San Gregorio. Pero Gómez lo consiguió. No solo eso, sino que a su exigente programa académico se suma <strong>su pasión deportiva: la vela.</strong></p>
Esther Gómez Díez de la Cortina compagina sus tres pasiones gracias a la constancia y el buen hacer. Capitán médico residente
<p><strong>Esther Gómez Díez de la Cortina</strong> compagina sus<strong> tres pasiones</strong> gracias a la constancia y el buen hacer.<strong> Capitán médico</strong> residente de medicina intensiva en el hospital central de la Defensa Gómez Ulla (Madrid), se interesó por la vida castrense desde pequeña, pues <strong>es hija de militar.</strong> A esa vocación se le sumó <strong>la curiosidad por la Medicina</strong>, y la puerta abierta de las Fuerzas Armadas a cursar la carrera médica a la vez que la formación castrense. Seguramente, uno de los <strong>dobles grados más exigentes, </strong>donde tienen que aprobar los créditos de<strong> Anatomía Patológica</strong> mientras van de <strong>maniobras </strong>con los tres ejércitos, combinar la <strong>Biología </strong>con semanas <strong>embarcada </strong>o la <strong>Inmunología </strong>con aprender a <strong>llevar un fusil</strong> de asalto en San Gregorio. Pero Gómez lo consiguió. No solo eso, sino que a su exigente programa académico se suma <strong>su pasión deportiva: la vela.</strong></p>
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