Crearon un tablero para que fueran colocando a las fichas antes de empezar la partida. Desde Ferraz montaron un sistema para acabar con el poder en Andalucía de Susana Díaz. Pedro Sánchez envió José Luis Ábalos y a Santos Cerdán a preparar el terreno negociando con líderes locales que hasta entonces apoyaban a la expresidenta de la Junta. Y, sobre todo, idearon un sistema con el cual dar un vuelco en las urnas en aquellas agrupaciones que no controlaban. El punto de partida fue Coria del Río. En este municipio de Sevilla acababa de dimitir en bloque la ejecutiva local y se estaba a la espera de que se nombrase una gestora. Hubo dos meses de lapso, en el que la agrupación estaba descabezada, a la deriva, momento en que aprovecharon para colar en el censo 32 militantes falsos. ¿Por qué se consideran así? Porque en sus fichas de afiliación se repetía el mismo tipo de letra y en ninguna de ellas aparecía ningún número de cuenta. Fue David Díaz, actual secretario de la agrupación, que entonces pugnaba por ese puesto, quien fue metiendo una tras otra. Utilizó para ello a una compañera de partido, María Iglesias, coordinadora de Izquierda Socialista -un movimiento inserto dentro de la formación, que tiene su propia asamblea-, para que fuera ella la que enviase a Ferraz directamente las fichas de afiliación escaneadas. La propia Iglesias lo reconoce así en un audio que envió a un grupo de socialistas, y al que ha tenido acceso ABC: «Hubiéramos apoyado a cualquiera que no fuera Susana Díaz. Fue Juan Espadas, pero hubiéramos apoyado a Periquito el de los palotes. Obviamente no a Susana después de haber ido contra Pedro».Esta fontanera del partido en Sevilla admite que fue la dirección nacional del partido quien les instó a que mandasen las solicitudes de afiliados directamente, tras lo cual fueron incluidos en el censo. Se trataba de una irregularidad porque, en primer lugar, la normativa interna suspende cualquier proceso de afiliación durante el nombramiento de una gestora. Y, segundo, porque los estatutos determinan que para apuntarse a alguna agrupación, debe pasar por la ejecutiva de ésta. Y no ocurrió. Iglesias, en el audio, afirma que meses antes se le negaba la entrada a esos nuevos militantes y que, por tanto, recurrió a la vía directa. En declaraciones a ABC, la fontanera que trabajó para el candidato de Sánchez, y por el cual fue premiada con un cargo en la ejecutiva de Espadas, que ahora mantiene con Montero, señala que su labor se ciñó a ese correo electrónico. «Nada más». De lo que ocurrió después afirma no conocer nada: «Perdí el contacto en el momento que lo envié», algo de lo que ahora dice arrepentirse. Así se extendióUna vez que aterrizó la gestora, encabezada por Antonio Pradas, y tras descubrir las afiliaciones falsas, remitieron un informe con todos los datos a la Comisión Federal de Garantías del partido, en Madrid, que no contestó. Los 32 afiliados podían votar y decantar también el futuro de la propia agrupación local. Quedaban nueve meses para las primarias. El terreno estaba ya abonado para que el candidato sanchista tuviera la estructura montada para derrocar a Susana Díaz. Y así, comenzaron a llegar directamente a Ferraz cientos de fichas de afiliados nuevos en agrupaciones locales de toda Andalucía que controlaba Susana Díaz: Peñarroya-Pueblo Nuevo y Guadalcázar en Córdoba, Almería capital, el barrio de la Macarena en Sevilla capital… Llegaban fuera de plazo, una vez cerrado ya el censo para las primarias, y pese a que desde la candidatura de Díaz se reclamó a Ferraz la nulidad por las irregularidades, la Comisión de Garantías dio por válidos todos los nuevos militantes. María Iglesias, tanto en el audio que envió a sus compañeros de partido como en la conversación mantenida con ABC, niega cualquier vinculación de su actuación con una trama de amaños superior. «Yo sólo eché una mano al compañero de Coria que quería presentarse», admite. Y contextualiza lo ocurrido de una manera distinta: «No tenían nada que ver ni con Juan Espadas ni con las primarias de María Jesús. Esto ahora lo meten en el entorno de las primarias de Juan Espadas y, como podéis comprobar, esto es fuego amigo de la gente de Susana Díaz, que intentan ensuciar ahora las primarias de Pedro, las de Juan Espadas, y esto no tiene absolutamente nada que ver». Crearon un tablero para que fueran colocando a las fichas antes de empezar la partida. Desde Ferraz montaron un sistema para acabar con el poder en Andalucía de Susana Díaz. Pedro Sánchez envió José Luis Ábalos y a Santos Cerdán a preparar el terreno negociando con líderes locales que hasta entonces apoyaban a la expresidenta de la Junta. Y, sobre todo, idearon un sistema con el cual dar un vuelco en las urnas en aquellas agrupaciones que no controlaban. El punto de partida fue Coria del Río. En este municipio de Sevilla acababa de dimitir en bloque la ejecutiva local y se estaba a la espera de que se nombrase una gestora. Hubo dos meses de lapso, en el que la agrupación estaba descabezada, a la deriva, momento en que aprovecharon para colar en el censo 32 militantes falsos. ¿Por qué se consideran así? Porque en sus fichas de afiliación se repetía el mismo tipo de letra y en ninguna de ellas aparecía ningún número de cuenta. Fue David Díaz, actual secretario de la agrupación, que entonces pugnaba por ese puesto, quien fue metiendo una tras otra. Utilizó para ello a una compañera de partido, María Iglesias, coordinadora de Izquierda Socialista -un movimiento inserto dentro de la formación, que tiene su propia asamblea-, para que fuera ella la que enviase a Ferraz directamente las fichas de afiliación escaneadas. La propia Iglesias lo reconoce así en un audio que envió a un grupo de socialistas, y al que ha tenido acceso ABC: «Hubiéramos apoyado a cualquiera que no fuera Susana Díaz. Fue Juan Espadas, pero hubiéramos apoyado a Periquito el de los palotes. Obviamente no a Susana después de haber ido contra Pedro».Esta fontanera del partido en Sevilla admite que fue la dirección nacional del partido quien les instó a que mandasen las solicitudes de afiliados directamente, tras lo cual fueron incluidos en el censo. Se trataba de una irregularidad porque, en primer lugar, la normativa interna suspende cualquier proceso de afiliación durante el nombramiento de una gestora. Y, segundo, porque los estatutos determinan que para apuntarse a alguna agrupación, debe pasar por la ejecutiva de ésta. Y no ocurrió. Iglesias, en el audio, afirma que meses antes se le negaba la entrada a esos nuevos militantes y que, por tanto, recurrió a la vía directa. En declaraciones a ABC, la fontanera que trabajó para el candidato de Sánchez, y por el cual fue premiada con un cargo en la ejecutiva de Espadas, que ahora mantiene con Montero, señala que su labor se ciñó a ese correo electrónico. «Nada más». De lo que ocurrió después afirma no conocer nada: «Perdí el contacto en el momento que lo envié», algo de lo que ahora dice arrepentirse. Así se extendióUna vez que aterrizó la gestora, encabezada por Antonio Pradas, y tras descubrir las afiliaciones falsas, remitieron un informe con todos los datos a la Comisión Federal de Garantías del partido, en Madrid, que no contestó. Los 32 afiliados podían votar y decantar también el futuro de la propia agrupación local. Quedaban nueve meses para las primarias. El terreno estaba ya abonado para que el candidato sanchista tuviera la estructura montada para derrocar a Susana Díaz. Y así, comenzaron a llegar directamente a Ferraz cientos de fichas de afiliados nuevos en agrupaciones locales de toda Andalucía que controlaba Susana Díaz: Peñarroya-Pueblo Nuevo y Guadalcázar en Córdoba, Almería capital, el barrio de la Macarena en Sevilla capital… Llegaban fuera de plazo, una vez cerrado ya el censo para las primarias, y pese a que desde la candidatura de Díaz se reclamó a Ferraz la nulidad por las irregularidades, la Comisión de Garantías dio por válidos todos los nuevos militantes. María Iglesias, tanto en el audio que envió a sus compañeros de partido como en la conversación mantenida con ABC, niega cualquier vinculación de su actuación con una trama de amaños superior. «Yo sólo eché una mano al compañero de Coria que quería presentarse», admite. Y contextualiza lo ocurrido de una manera distinta: «No tenían nada que ver ni con Juan Espadas ni con las primarias de María Jesús. Esto ahora lo meten en el entorno de las primarias de Juan Espadas y, como podéis comprobar, esto es fuego amigo de la gente de Susana Díaz, que intentan ensuciar ahora las primarias de Pedro, las de Juan Espadas, y esto no tiene absolutamente nada que ver». Crearon un tablero para que fueran colocando a las fichas antes de empezar la partida. Desde Ferraz montaron un sistema para acabar con el poder en Andalucía de Susana Díaz. Pedro Sánchez envió José Luis Ábalos y a Santos Cerdán a preparar el terreno negociando con líderes locales que hasta entonces apoyaban a la expresidenta de la Junta. Y, sobre todo, idearon un sistema con el cual dar un vuelco en las urnas en aquellas agrupaciones que no controlaban. El punto de partida fue Coria del Río. En este municipio de Sevilla acababa de dimitir en bloque la ejecutiva local y se estaba a la espera de que se nombrase una gestora. Hubo dos meses de lapso, en el que la agrupación estaba descabezada, a la deriva, momento en que aprovecharon para colar en el censo 32 militantes falsos. ¿Por qué se consideran así? Porque en sus fichas de afiliación se repetía el mismo tipo de letra y en ninguna de ellas aparecía ningún número de cuenta. Fue David Díaz, actual secretario de la agrupación, que entonces pugnaba por ese puesto, quien fue metiendo una tras otra. Utilizó para ello a una compañera de partido, María Iglesias, coordinadora de Izquierda Socialista -un movimiento inserto dentro de la formación, que tiene su propia asamblea-, para que fuera ella la que enviase a Ferraz directamente las fichas de afiliación escaneadas. La propia Iglesias lo reconoce así en un audio que envió a un grupo de socialistas, y al que ha tenido acceso ABC: «Hubiéramos apoyado a cualquiera que no fuera Susana Díaz. Fue Juan Espadas, pero hubiéramos apoyado a Periquito el de los palotes. Obviamente no a Susana después de haber ido contra Pedro».Esta fontanera del partido en Sevilla admite que fue la dirección nacional del partido quien les instó a que mandasen las solicitudes de afiliados directamente, tras lo cual fueron incluidos en el censo. Se trataba de una irregularidad porque, en primer lugar, la normativa interna suspende cualquier proceso de afiliación durante el nombramiento de una gestora. Y, segundo, porque los estatutos determinan que para apuntarse a alguna agrupación, debe pasar por la ejecutiva de ésta. Y no ocurrió. Iglesias, en el audio, afirma que meses antes se le negaba la entrada a esos nuevos militantes y que, por tanto, recurrió a la vía directa. En declaraciones a ABC, la fontanera que trabajó para el candidato de Sánchez, y por el cual fue premiada con un cargo en la ejecutiva de Espadas, que ahora mantiene con Montero, señala que su labor se ciñó a ese correo electrónico. «Nada más». De lo que ocurrió después afirma no conocer nada: «Perdí el contacto en el momento que lo envié», algo de lo que ahora dice arrepentirse. Así se extendióUna vez que aterrizó la gestora, encabezada por Antonio Pradas, y tras descubrir las afiliaciones falsas, remitieron un informe con todos los datos a la Comisión Federal de Garantías del partido, en Madrid, que no contestó. Los 32 afiliados podían votar y decantar también el futuro de la propia agrupación local. Quedaban nueve meses para las primarias. El terreno estaba ya abonado para que el candidato sanchista tuviera la estructura montada para derrocar a Susana Díaz. Y así, comenzaron a llegar directamente a Ferraz cientos de fichas de afiliados nuevos en agrupaciones locales de toda Andalucía que controlaba Susana Díaz: Peñarroya-Pueblo Nuevo y Guadalcázar en Córdoba, Almería capital, el barrio de la Macarena en Sevilla capital… Llegaban fuera de plazo, una vez cerrado ya el censo para las primarias, y pese a que desde la candidatura de Díaz se reclamó a Ferraz la nulidad por las irregularidades, la Comisión de Garantías dio por válidos todos los nuevos militantes. María Iglesias, tanto en el audio que envió a sus compañeros de partido como en la conversación mantenida con ABC, niega cualquier vinculación de su actuación con una trama de amaños superior. «Yo sólo eché una mano al compañero de Coria que quería presentarse», admite. Y contextualiza lo ocurrido de una manera distinta: «No tenían nada que ver ni con Juan Espadas ni con las primarias de María Jesús. Esto ahora lo meten en el entorno de las primarias de Juan Espadas y, como podéis comprobar, esto es fuego amigo de la gente de Susana Díaz, que intentan ensuciar ahora las primarias de Pedro, las de Juan Espadas, y esto no tiene absolutamente nada que ver». RSS de noticias de espana/andalucia
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