<p>En el noveno círculo del infierno se acomoda lo más canalla que ha dado de sí el género humano: Esos hijos de perra que asesinan a sus propios hijos en venganza vicaria contra sus ex mujeres, los pederastas y, junto a ellos, lo que una descerebrada que <strong>Sánchez </strong>se dejó nombrar como ministra de Igualdad llamó «las madres protectoras», valga como ejemplo <strong>María Sevilla</strong>, presidenta de Infancia Libre, que mantuvo a su hijo secuestrado un año en un pueblo de Cuenca, acusando falsamente a su ex marido de abusar sexualmente del niño e impidiendo el contacto con su padre, que tenía la patria potestad y sin permitirle escolarizarse o contactar con sus amigos. Fue condenada a dos años y cuatro meses de prisión, de la que la sacó un indulto del Gobierno de Sánchez, que ha hecho causa de toda complicidad posible con los delincuentes (y delincuentas, claro) que se crucen en su camino.</p>
En el noveno círculo del infierno se acomoda lo más canalla que ha dado de sí el género humano: Esos hijos de perra que asesinan a sus propios hijos en venganza vicaria contra s
<p>En el noveno círculo del infierno se acomoda lo más canalla que ha dado de sí el género humano: Esos hijos de perra que asesinan a sus propios hijos en venganza vicaria contra sus ex mujeres, los pederastas y, junto a ellos, lo que una descerebrada que <strong>Sánchez </strong>se dejó nombrar como ministra de Igualdad llamó «las madres protectoras», valga como ejemplo <strong>María Sevilla</strong>, presidenta de Infancia Libre, que mantuvo a su hijo secuestrado un año en un pueblo de Cuenca, acusando falsamente a su ex marido de abusar sexualmente del niño e impidiendo el contacto con su padre, que tenía la patria potestad y sin permitirle escolarizarse o contactar con sus amigos. Fue condenada a dos años y cuatro meses de prisión, de la que la sacó un indulto del Gobierno de Sánchez, que ha hecho causa de toda complicidad posible con los delincuentes (y delincuentas, claro) que se crucen en su camino.</p>
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