La sanidad es un problema que preocupa especialmente a los andaluces. Esto no es ningún secreto. Barómetros como el del Centra lo reconocen como la segunda inquietud de la ciudadanía. Incluso el propio presidente de la Junta, Juanma Moreno, ha asumido errores en la gestión y ya ha presentado un nuevo plan de choque para, principalmente, recortar las listas de espera y aliviar a la tensionada Atención Primaria.Con este contexto no es de extrañar que las calles sean testigo de recurrentes manifestaciones reclamando un mejor servicio. Sin embargo, lo que debe ser una aspiración social corre el riesgo de instrumentalizarse a nivel político. Basta con observar la trayectoria de los impulsores o representantes de las conocidas como Mareas Blancas, presentes en cada una de las capitales de provincia de la región y también a nivel comarcal, para entenderlo.El PSOE, Izquierda Unida, Adelante Andalucía, Podemos o Sumar, cuando no el Partido Comunista, son el paraguas bajo el que han desarrollado, o desarrollan, su actividad las caras más visibles de estos movimientos que se definen como independientes en su génesis. De hecho, aunque hay médicos, enfermeros o técnicos de emergencias entre sus filas, parece que la formación sanitaria no es un requisito para llamar a las masas.Sí que confluyen ambas cuestiones, por ejemplo, en el presidente de la Marea Blanca Andaluza, Sebastián Martín Recio. Médico de profesión, se le conoce especialmente por haber sido alcalde de Carmona durante doce años y por sus distintos cargos dentro de Izquierda Unida. Recientemente, en octubre, compartió desde el perfil de Facebook de la Coordinadora Andaluza un documento que identificó como de Apuntes para un Plan de Acción. En él hacía especial hincapié en que durante más de un año la sociedad andaluza estaría inmersa en, y cito palabras textuales, «una pugna electoral de gran calado, dada la cercanía de las elecciones municipales y autonómicas de 2026».También apuntaba a que las derechas pretendían el deterioro de los servicios sanitarios públicos, la complicidad de las instituciones y los sectores políticos y la conformidad o resignación de amplios sectores de la población».En resumen, llamaba a las distintas mareas a mantener «un pulso muy fuerte, con gran capacidad de resistencia y de dinamización social y política, para defender la sanidad pública». Las alusiones al asunto político, como ven, son recurrentes. De hecho, Martín Recio lo detalla en su misiva: las Mareas deben confrontar unas estrategias alternativas que sean capaces de cambiar la correlación de fuerzas. Por ejemplo, en la mayoría que desemboque tras las elecciones. La sanidad es un problema que preocupa especialmente a los andaluces. Esto no es ningún secreto. Barómetros como el del Centra lo reconocen como la segunda inquietud de la ciudadanía. Incluso el propio presidente de la Junta, Juanma Moreno, ha asumido errores en la gestión y ya ha presentado un nuevo plan de choque para, principalmente, recortar las listas de espera y aliviar a la tensionada Atención Primaria.Con este contexto no es de extrañar que las calles sean testigo de recurrentes manifestaciones reclamando un mejor servicio. Sin embargo, lo que debe ser una aspiración social corre el riesgo de instrumentalizarse a nivel político. Basta con observar la trayectoria de los impulsores o representantes de las conocidas como Mareas Blancas, presentes en cada una de las capitales de provincia de la región y también a nivel comarcal, para entenderlo.El PSOE, Izquierda Unida, Adelante Andalucía, Podemos o Sumar, cuando no el Partido Comunista, son el paraguas bajo el que han desarrollado, o desarrollan, su actividad las caras más visibles de estos movimientos que se definen como independientes en su génesis. De hecho, aunque hay médicos, enfermeros o técnicos de emergencias entre sus filas, parece que la formación sanitaria no es un requisito para llamar a las masas.Sí que confluyen ambas cuestiones, por ejemplo, en el presidente de la Marea Blanca Andaluza, Sebastián Martín Recio. Médico de profesión, se le conoce especialmente por haber sido alcalde de Carmona durante doce años y por sus distintos cargos dentro de Izquierda Unida. Recientemente, en octubre, compartió desde el perfil de Facebook de la Coordinadora Andaluza un documento que identificó como de Apuntes para un Plan de Acción. En él hacía especial hincapié en que durante más de un año la sociedad andaluza estaría inmersa en, y cito palabras textuales, «una pugna electoral de gran calado, dada la cercanía de las elecciones municipales y autonómicas de 2026».También apuntaba a que las derechas pretendían el deterioro de los servicios sanitarios públicos, la complicidad de las instituciones y los sectores políticos y la conformidad o resignación de amplios sectores de la población».En resumen, llamaba a las distintas mareas a mantener «un pulso muy fuerte, con gran capacidad de resistencia y de dinamización social y política, para defender la sanidad pública». Las alusiones al asunto político, como ven, son recurrentes. De hecho, Martín Recio lo detalla en su misiva: las Mareas deben confrontar unas estrategias alternativas que sean capaces de cambiar la correlación de fuerzas. Por ejemplo, en la mayoría que desemboque tras las elecciones. La sanidad es un problema que preocupa especialmente a los andaluces. Esto no es ningún secreto. Barómetros como el del Centra lo reconocen como la segunda inquietud de la ciudadanía. Incluso el propio presidente de la Junta, Juanma Moreno, ha asumido errores en la gestión y ya ha presentado un nuevo plan de choque para, principalmente, recortar las listas de espera y aliviar a la tensionada Atención Primaria.Con este contexto no es de extrañar que las calles sean testigo de recurrentes manifestaciones reclamando un mejor servicio. Sin embargo, lo que debe ser una aspiración social corre el riesgo de instrumentalizarse a nivel político. Basta con observar la trayectoria de los impulsores o representantes de las conocidas como Mareas Blancas, presentes en cada una de las capitales de provincia de la región y también a nivel comarcal, para entenderlo.El PSOE, Izquierda Unida, Adelante Andalucía, Podemos o Sumar, cuando no el Partido Comunista, son el paraguas bajo el que han desarrollado, o desarrollan, su actividad las caras más visibles de estos movimientos que se definen como independientes en su génesis. De hecho, aunque hay médicos, enfermeros o técnicos de emergencias entre sus filas, parece que la formación sanitaria no es un requisito para llamar a las masas.Sí que confluyen ambas cuestiones, por ejemplo, en el presidente de la Marea Blanca Andaluza, Sebastián Martín Recio. Médico de profesión, se le conoce especialmente por haber sido alcalde de Carmona durante doce años y por sus distintos cargos dentro de Izquierda Unida. Recientemente, en octubre, compartió desde el perfil de Facebook de la Coordinadora Andaluza un documento que identificó como de Apuntes para un Plan de Acción. En él hacía especial hincapié en que durante más de un año la sociedad andaluza estaría inmersa en, y cito palabras textuales, «una pugna electoral de gran calado, dada la cercanía de las elecciones municipales y autonómicas de 2026».También apuntaba a que las derechas pretendían el deterioro de los servicios sanitarios públicos, la complicidad de las instituciones y los sectores políticos y la conformidad o resignación de amplios sectores de la población».En resumen, llamaba a las distintas mareas a mantener «un pulso muy fuerte, con gran capacidad de resistencia y de dinamización social y política, para defender la sanidad pública». Las alusiones al asunto político, como ven, son recurrentes. De hecho, Martín Recio lo detalla en su misiva: las Mareas deben confrontar unas estrategias alternativas que sean capaces de cambiar la correlación de fuerzas. Por ejemplo, en la mayoría que desemboque tras las elecciones. RSS de noticias de espana/andalucia
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