La falta de personal cualificado afecta desde hace años a sectores tan estratégicos para la economía gallega como la industria. Una consecuencia directa de la baja natalidad y el envejecimiento de la población, donde la ‘revolución silenciosa’ de la Formación Profesional se perfila como una solución prometedora. Una vía que la Xunta se ha propuesto explorar con opciones alternativas como las formaciones aceleradas, pioneras en España, que a partir del próximo curso permitirán obtener en cuestión de cuatro o seis meses certificaciones habilitantes en sectores como las renovables, la carpintería metálica, la automoción, la hostelería o la edificación y obra civil. Se trata de 18 formaciones que se impartirán en dos ediciones, una de septiembre a enero y, otra, de enero a julio; con 44 grupos en total , que se repartirán por todo el territorio: en las siete ciudades y en Pontedeume, Ribadeo, Ribeira, Vilagarcía de Arousa y Vilamarín. La matrícula se hará igual que con el resto de formaciones de FP, y habrá un total de 968 plazas. Se impartirán módulos que, por sí solos, explica a ABC la directora general de FP, Eugenia Pérez, serán suficientes para acceder a un puesto de trabajo, con parte teórica y práctica, y podrán «acumularse» para conseguir la titulación completa. Estas formaciones aceleradas, indica, buscan dar respuesta a dos cuestiones. Por un lado, a la necesidad de personal de estos sectores clave para la economía gallega, detectada en el marco del plan FP Conecta y las reuniones mantenidas entre la Xunta y las patronales; que, a su vez, tienen una inserción laboral muy elevada. Por el otro, pretenden ser una alternativa para aquellos que no tienen ninguna titulación oficial, y «que a veces, cuando ven una formación más larga, no se animan», añade. De este modo, podrán «tomar la decisión de acceder a una formación más rápida que los habilite para trabajar». En el sector del metal faltan 5.000 personasUna de los sectores con ocupaciones de difícil cobertura es el del metal, que en Galicia opera en actividades estratégicas como las industrias naval, aeroespacial y de la automoción. Desde la Asociación de Industrias del Metal y Tecnologías Asociadas (ASIME), según explica en una conversación con ABC su secretario general, Enrique Mallón, llevan prácticamente una década alertando de esta falta de mano de obra cualificada. Con 60.200 trabajadores en la Comunidad, el sector representa el 35% del empleo industrial, y más del 55% de sus empresas tienen una necesidad relevante de personal. En un informe que publicaron el mes pasado avisaban de que, «estudiando los números básicos», el sector necesitaría hoy en día 1.500 profesionales cualificados «solo para llevar a cabo los contratos y pedidos que ya están en vigor». Pero las «necesidades reales» son mucho mayores, señala: unos 5.000 puestos de trabajo están por cubrir. Con ellos, indica, el sector podría estar facturando un 20% más que hoy en día. «Las empresas del sector en Galicia tienen más de un 90% de su capacidad ocupada, pero hay posibilidades de crecimiento en áreas como la seguridad y la defensa, la eólica marina o en la industria aeroespacial». Noticias relacionadas estandar No Stellantis nombra al italiano Antonio Filosa nuevo CEO del grupo Patxi Fernández estandar No Las dos universidades de Galicia que están entre las mejores de España, según Forbes: cuáles son, qué carreras se imparten y precios Inés RomeroEn el campo de las renovables, añade el presidente de la Asociación Eólica de Galicia (AGE), Manuel Pazo, el patrón se repite. Galicia convive con la parálisis eólica, por lo que gran parte del personal –unas 5.600 personas – está desplazado. Contratar a personal para hacer una obra en la Galicia, indica, es «complicado», en parte porque «para realizar cualquier trabajo», como operar con aerogeneradores o en trabajos en altura hace falta estar formado. Esto, en todo caso, no aplica solo a su sector: «Actualmente, conseguir un fontanero, un carpintero o un electricista también es complicadísimo». Ya no hay «relevo natural»No hay un único motivo, aunque ambos coinciden en que la baja natalidad es una de las causas principales. Las personas que se jubilan «no tienen repuesto», señala el secretario general de la ASIME, por lo que el «relevo natural» al que la industria estaba acostumbrada ya no se produce. Pero también ha influido en la situación actual que «durante mucho tiempo se estuviese fomentando el estudio universitario y denostando la formación profesional». Esto, afortunadamente, indica, «ha cambiado en los últimos años», y «por fin se reconoce el papel relevante que tiene, especialmente en la industria», aunque todavía queda trabajo por hacer. «Sigue siendo un problema a ojos de algunas personas que no ven la FP como una salida útil», a pesar de que las elevadas tasas de inserción laboral.Eso sí, haciendo «autocrítica», añade, la promoción de la industria no ha sido suficiente. Más allá de la creencia habitual de que es «un sector con riesgo», donde «la gente está manchada todo el día de grasa o aceite», hoy en día «la mayoría son trabajos que se desarrollan en lugares con una alta seguridad , buena climatización y buenas condiciones salariales«. En esta situación, todo intento de las administraciones por aportar soluciones es bien valorado, y estas formaciones ‘exprés’, al igual que las microcredenciales y otras iniciativas, van en el buen camino . En todo caso, por sí solas no conseguirán cambiar la tendencia. Desde los sectores afectados reclaman, entre otras cuestiones, más planificación y que se actualice el catálogo de las profesiones de difícil cobertura, facilitando, a la vez, que el personal extranjero pueda entrar en el mundo laboral con más agilidad. «Tanto las empresas como la administración nos estamos acercando cada vez más a las necesidades reales» del mundo actual, pero «todavía queda por mucho por trabajar», concluye Mallón. La falta de personal cualificado afecta desde hace años a sectores tan estratégicos para la economía gallega como la industria. Una consecuencia directa de la baja natalidad y el envejecimiento de la población, donde la ‘revolución silenciosa’ de la Formación Profesional se perfila como una solución prometedora. Una vía que la Xunta se ha propuesto explorar con opciones alternativas como las formaciones aceleradas, pioneras en España, que a partir del próximo curso permitirán obtener en cuestión de cuatro o seis meses certificaciones habilitantes en sectores como las renovables, la carpintería metálica, la automoción, la hostelería o la edificación y obra civil. Se trata de 18 formaciones que se impartirán en dos ediciones, una de septiembre a enero y, otra, de enero a julio; con 44 grupos en total , que se repartirán por todo el territorio: en las siete ciudades y en Pontedeume, Ribadeo, Ribeira, Vilagarcía de Arousa y Vilamarín. La matrícula se hará igual que con el resto de formaciones de FP, y habrá un total de 968 plazas. Se impartirán módulos que, por sí solos, explica a ABC la directora general de FP, Eugenia Pérez, serán suficientes para acceder a un puesto de trabajo, con parte teórica y práctica, y podrán «acumularse» para conseguir la titulación completa. Estas formaciones aceleradas, indica, buscan dar respuesta a dos cuestiones. Por un lado, a la necesidad de personal de estos sectores clave para la economía gallega, detectada en el marco del plan FP Conecta y las reuniones mantenidas entre la Xunta y las patronales; que, a su vez, tienen una inserción laboral muy elevada. Por el otro, pretenden ser una alternativa para aquellos que no tienen ninguna titulación oficial, y «que a veces, cuando ven una formación más larga, no se animan», añade. De este modo, podrán «tomar la decisión de acceder a una formación más rápida que los habilite para trabajar». En el sector del metal faltan 5.000 personasUna de los sectores con ocupaciones de difícil cobertura es el del metal, que en Galicia opera en actividades estratégicas como las industrias naval, aeroespacial y de la automoción. Desde la Asociación de Industrias del Metal y Tecnologías Asociadas (ASIME), según explica en una conversación con ABC su secretario general, Enrique Mallón, llevan prácticamente una década alertando de esta falta de mano de obra cualificada. Con 60.200 trabajadores en la Comunidad, el sector representa el 35% del empleo industrial, y más del 55% de sus empresas tienen una necesidad relevante de personal. En un informe que publicaron el mes pasado avisaban de que, «estudiando los números básicos», el sector necesitaría hoy en día 1.500 profesionales cualificados «solo para llevar a cabo los contratos y pedidos que ya están en vigor». Pero las «necesidades reales» son mucho mayores, señala: unos 5.000 puestos de trabajo están por cubrir. Con ellos, indica, el sector podría estar facturando un 20% más que hoy en día. «Las empresas del sector en Galicia tienen más de un 90% de su capacidad ocupada, pero hay posibilidades de crecimiento en áreas como la seguridad y la defensa, la eólica marina o en la industria aeroespacial». Noticias relacionadas estandar No Stellantis nombra al italiano Antonio Filosa nuevo CEO del grupo Patxi Fernández estandar No Las dos universidades de Galicia que están entre las mejores de España, según Forbes: cuáles son, qué carreras se imparten y precios Inés RomeroEn el campo de las renovables, añade el presidente de la Asociación Eólica de Galicia (AGE), Manuel Pazo, el patrón se repite. Galicia convive con la parálisis eólica, por lo que gran parte del personal –unas 5.600 personas – está desplazado. Contratar a personal para hacer una obra en la Galicia, indica, es «complicado», en parte porque «para realizar cualquier trabajo», como operar con aerogeneradores o en trabajos en altura hace falta estar formado. Esto, en todo caso, no aplica solo a su sector: «Actualmente, conseguir un fontanero, un carpintero o un electricista también es complicadísimo». Ya no hay «relevo natural»No hay un único motivo, aunque ambos coinciden en que la baja natalidad es una de las causas principales. Las personas que se jubilan «no tienen repuesto», señala el secretario general de la ASIME, por lo que el «relevo natural» al que la industria estaba acostumbrada ya no se produce. Pero también ha influido en la situación actual que «durante mucho tiempo se estuviese fomentando el estudio universitario y denostando la formación profesional». Esto, afortunadamente, indica, «ha cambiado en los últimos años», y «por fin se reconoce el papel relevante que tiene, especialmente en la industria», aunque todavía queda trabajo por hacer. «Sigue siendo un problema a ojos de algunas personas que no ven la FP como una salida útil», a pesar de que las elevadas tasas de inserción laboral.Eso sí, haciendo «autocrítica», añade, la promoción de la industria no ha sido suficiente. Más allá de la creencia habitual de que es «un sector con riesgo», donde «la gente está manchada todo el día de grasa o aceite», hoy en día «la mayoría son trabajos que se desarrollan en lugares con una alta seguridad , buena climatización y buenas condiciones salariales«. En esta situación, todo intento de las administraciones por aportar soluciones es bien valorado, y estas formaciones ‘exprés’, al igual que las microcredenciales y otras iniciativas, van en el buen camino . En todo caso, por sí solas no conseguirán cambiar la tendencia. Desde los sectores afectados reclaman, entre otras cuestiones, más planificación y que se actualice el catálogo de las profesiones de difícil cobertura, facilitando, a la vez, que el personal extranjero pueda entrar en el mundo laboral con más agilidad. «Tanto las empresas como la administración nos estamos acercando cada vez más a las necesidades reales» del mundo actual, pero «todavía queda por mucho por trabajar», concluye Mallón. La falta de personal cualificado afecta desde hace años a sectores tan estratégicos para la economía gallega como la industria. Una consecuencia directa de la baja natalidad y el envejecimiento de la población, donde la ‘revolución silenciosa’ de la Formación Profesional se perfila como una solución prometedora. Una vía que la Xunta se ha propuesto explorar con opciones alternativas como las formaciones aceleradas, pioneras en España, que a partir del próximo curso permitirán obtener en cuestión de cuatro o seis meses certificaciones habilitantes en sectores como las renovables, la carpintería metálica, la automoción, la hostelería o la edificación y obra civil. Se trata de 18 formaciones que se impartirán en dos ediciones, una de septiembre a enero y, otra, de enero a julio; con 44 grupos en total , que se repartirán por todo el territorio: en las siete ciudades y en Pontedeume, Ribadeo, Ribeira, Vilagarcía de Arousa y Vilamarín. La matrícula se hará igual que con el resto de formaciones de FP, y habrá un total de 968 plazas. Se impartirán módulos que, por sí solos, explica a ABC la directora general de FP, Eugenia Pérez, serán suficientes para acceder a un puesto de trabajo, con parte teórica y práctica, y podrán «acumularse» para conseguir la titulación completa. Estas formaciones aceleradas, indica, buscan dar respuesta a dos cuestiones. Por un lado, a la necesidad de personal de estos sectores clave para la economía gallega, detectada en el marco del plan FP Conecta y las reuniones mantenidas entre la Xunta y las patronales; que, a su vez, tienen una inserción laboral muy elevada. Por el otro, pretenden ser una alternativa para aquellos que no tienen ninguna titulación oficial, y «que a veces, cuando ven una formación más larga, no se animan», añade. De este modo, podrán «tomar la decisión de acceder a una formación más rápida que los habilite para trabajar». En el sector del metal faltan 5.000 personasUna de los sectores con ocupaciones de difícil cobertura es el del metal, que en Galicia opera en actividades estratégicas como las industrias naval, aeroespacial y de la automoción. Desde la Asociación de Industrias del Metal y Tecnologías Asociadas (ASIME), según explica en una conversación con ABC su secretario general, Enrique Mallón, llevan prácticamente una década alertando de esta falta de mano de obra cualificada. Con 60.200 trabajadores en la Comunidad, el sector representa el 35% del empleo industrial, y más del 55% de sus empresas tienen una necesidad relevante de personal. En un informe que publicaron el mes pasado avisaban de que, «estudiando los números básicos», el sector necesitaría hoy en día 1.500 profesionales cualificados «solo para llevar a cabo los contratos y pedidos que ya están en vigor». Pero las «necesidades reales» son mucho mayores, señala: unos 5.000 puestos de trabajo están por cubrir. Con ellos, indica, el sector podría estar facturando un 20% más que hoy en día. «Las empresas del sector en Galicia tienen más de un 90% de su capacidad ocupada, pero hay posibilidades de crecimiento en áreas como la seguridad y la defensa, la eólica marina o en la industria aeroespacial». Noticias relacionadas estandar No Stellantis nombra al italiano Antonio Filosa nuevo CEO del grupo Patxi Fernández estandar No Las dos universidades de Galicia que están entre las mejores de España, según Forbes: cuáles son, qué carreras se imparten y precios Inés RomeroEn el campo de las renovables, añade el presidente de la Asociación Eólica de Galicia (AGE), Manuel Pazo, el patrón se repite. Galicia convive con la parálisis eólica, por lo que gran parte del personal –unas 5.600 personas – está desplazado. Contratar a personal para hacer una obra en la Galicia, indica, es «complicado», en parte porque «para realizar cualquier trabajo», como operar con aerogeneradores o en trabajos en altura hace falta estar formado. Esto, en todo caso, no aplica solo a su sector: «Actualmente, conseguir un fontanero, un carpintero o un electricista también es complicadísimo». Ya no hay «relevo natural»No hay un único motivo, aunque ambos coinciden en que la baja natalidad es una de las causas principales. Las personas que se jubilan «no tienen repuesto», señala el secretario general de la ASIME, por lo que el «relevo natural» al que la industria estaba acostumbrada ya no se produce. Pero también ha influido en la situación actual que «durante mucho tiempo se estuviese fomentando el estudio universitario y denostando la formación profesional». Esto, afortunadamente, indica, «ha cambiado en los últimos años», y «por fin se reconoce el papel relevante que tiene, especialmente en la industria», aunque todavía queda trabajo por hacer. «Sigue siendo un problema a ojos de algunas personas que no ven la FP como una salida útil», a pesar de que las elevadas tasas de inserción laboral.Eso sí, haciendo «autocrítica», añade, la promoción de la industria no ha sido suficiente. Más allá de la creencia habitual de que es «un sector con riesgo», donde «la gente está manchada todo el día de grasa o aceite», hoy en día «la mayoría son trabajos que se desarrollan en lugares con una alta seguridad , buena climatización y buenas condiciones salariales«. En esta situación, todo intento de las administraciones por aportar soluciones es bien valorado, y estas formaciones ‘exprés’, al igual que las microcredenciales y otras iniciativas, van en el buen camino . En todo caso, por sí solas no conseguirán cambiar la tendencia. Desde los sectores afectados reclaman, entre otras cuestiones, más planificación y que se actualice el catálogo de las profesiones de difícil cobertura, facilitando, a la vez, que el personal extranjero pueda entrar en el mundo laboral con más agilidad. «Tanto las empresas como la administración nos estamos acercando cada vez más a las necesidades reales» del mundo actual, pero «todavía queda por mucho por trabajar», concluye Mallón. RSS de noticias de espana
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