La Xunta espera poder prohibir la venta de vapeadores y bebidas energéticas a menores antes de que termine el año, tras aprobar ayer el Proyecto de Ley de protección de la salud de las personas menores y prevención de las conductas adictivas, que ahora se debatirá en el Parlamento. Así lo informaron ayer el presidente, Alfonso Rueda, y el conselleiro de Sanidade, Gonzalo Gómez Caamaño, que destacaron el carácter «ambicioso» de la norma, la primera de su estilo en España. Con ella, indicó el conselleiro, Galicia pasa a ser «pionera», haciendo frente «a las amenazas severas» que suponen el «inicio temprano en el consumo del alcohol, tabaco y cannabis, la normalización social de las conductas adictivas, la presencia de nuevas adicciones sin sustancias –como el uso compulsivo de las nuevas tecnologías, y la desinformación y la falta de herramientas» a la que se enfrentan las familias y los centros educativos para prevenir y afrontar estas conductas de riesgo. La ley, continuó Caamaño, tiene un enfoque «transversal», actuando tanto sobre los espacios clave en el desarrollo de los menores, como sobre los propios productos «que entrañan riesgos para su salud». Eso sí, la prioridad continúa siendo la prevención, primado los mecanismos educativos ante las sanciones económicas y «buscando la máxima coordinación entre la Administración, os centros sanitarios, los entornos educativos, las familias y las entidades sociales». Ni alcohol ni botellonesEn primer lugar, para frenar el consumo temprano y abusivo de alcohol, esta norma «intensifica la lucha contra el botellón», que «si bien ya está regulado por la normativa básica estatal desde hace varios años, continúa siendo una práctica habitual», reconoció el conselleiro. Para revertir la situación, explicó que la ley «asume la potestad de sanción» en este tipo de encuentros, que hasta ahora ostentaban los gobiernos municipales. Tampoco estará permitida la venta de alcohol en centros docentes para menores, centros de ocio infantil o recintos destinados a espectáculos públicos cuando se realicen actividades dirigidas a este tipo de audiencia. Además, queda prohibido que los locales que sí venden alcohol realicen actividades de promoción que inciten a su consumo abusivo. Otro ámbito sobre el que aplicará la norma son las bebidas energéticas, que quedarán equiparadas a las bebidas alcohólicas en lo que al consumo y venta a menores se refiere. Para contribuir a la concienciación social sobre los perjuicios que pueden derivarse del consumo de estas bebidas, en los establecimientos deberán situarse en un espacio distinto al de los refrescos. Además, teniendo en cuenta que consumo es habitual mezclado con alcohol, incrementando el riesgo de comas etílicos, cuando un menor tenga que ser atendido por una intoxicación derivada del consumo de alguna sustancia psicoactiva, los servicios sanitarios tendrán que solicitar la presencia de las familias. De repetirse la situación, se ofrecerá al menor que participe en un programa de ayuda, recomendando la participación del adulto responsable. Cigarrillos electrónicosDel mismo modo, se equipararán los dispositivos susceptibles de liberar nicotina –como los cigarrillos electrónicos o vapeadores– al tabaco convencional, de forma que su venta también quedará prohibida a los menores de edad. Se trata, explicó el titular de la cartera gallega de Sanidade, de una «medida necesaria partiendo de la evidencia científica, que alerta sobre el riesgo para la salud y para la introducción tabáquica de este tipo de dispositivos»; teniendo en cuenta, además, que alguna vez han sido consumidos por más del 40% de los niños de menos de 14 años. Junto a esta, el conselleiro destacó otras medidas, como la prohibición de fumar en los accesos de los centros de la Administración autonómica, los centros educativos o los centros sanitarios en radio de 50 metro o la prohibición de fumar en las paradas de transporte público y en las piscinas de uso público. Menos multas, más cursosFinalmente, en línea con la pretensión de la Xunta de fomentar la formación, las personas menores a las que se le imponga algún tipo de sanción económica por el consumo de estas sustancias tendrán la posibilidad de convalidarla participando en iniciativas educativas, como programas de prevención –para dejar de fumar o parra conciencias sobre los riesgos del alcohol, por ejemplo– o trabajos en beneficio de la comunidad, preferentemente relacionados con la conducta por la cual fue multado. Del mismo modo, en los controles de salud que coincidan con las denominadas fases de experimentación –de los 12 a los 13 años– y de consolidación –de los 14 a los 15 años– se incorporarán intervenciones preventivas sobre el consumo de alcohol, tabaco, cannabis y bebidas energéticas, y también sobre el uso problemático de las tecnologías digitales y las adicciones que se pueden derivar de él. Tras su aprobación ayer en el Consello de la Xunta, ahora la el proyecto de ley será remitido al Parlamento para su debate, con el objetivo de aprobarla en el último trimestre del año. Se trata, insistió el conselleiro ante los medios de comunicación, de una «norma necesaria, ambiciosa e integral, que busca una acción coordinada del conjunto de la sociedad en la protección de la salud de los menores, con especial atención a la prevención y la formación». La Xunta espera poder prohibir la venta de vapeadores y bebidas energéticas a menores antes de que termine el año, tras aprobar ayer el Proyecto de Ley de protección de la salud de las personas menores y prevención de las conductas adictivas, que ahora se debatirá en el Parlamento. Así lo informaron ayer el presidente, Alfonso Rueda, y el conselleiro de Sanidade, Gonzalo Gómez Caamaño, que destacaron el carácter «ambicioso» de la norma, la primera de su estilo en España. Con ella, indicó el conselleiro, Galicia pasa a ser «pionera», haciendo frente «a las amenazas severas» que suponen el «inicio temprano en el consumo del alcohol, tabaco y cannabis, la normalización social de las conductas adictivas, la presencia de nuevas adicciones sin sustancias –como el uso compulsivo de las nuevas tecnologías, y la desinformación y la falta de herramientas» a la que se enfrentan las familias y los centros educativos para prevenir y afrontar estas conductas de riesgo. La ley, continuó Caamaño, tiene un enfoque «transversal», actuando tanto sobre los espacios clave en el desarrollo de los menores, como sobre los propios productos «que entrañan riesgos para su salud». Eso sí, la prioridad continúa siendo la prevención, primado los mecanismos educativos ante las sanciones económicas y «buscando la máxima coordinación entre la Administración, os centros sanitarios, los entornos educativos, las familias y las entidades sociales». Ni alcohol ni botellonesEn primer lugar, para frenar el consumo temprano y abusivo de alcohol, esta norma «intensifica la lucha contra el botellón», que «si bien ya está regulado por la normativa básica estatal desde hace varios años, continúa siendo una práctica habitual», reconoció el conselleiro. Para revertir la situación, explicó que la ley «asume la potestad de sanción» en este tipo de encuentros, que hasta ahora ostentaban los gobiernos municipales. Tampoco estará permitida la venta de alcohol en centros docentes para menores, centros de ocio infantil o recintos destinados a espectáculos públicos cuando se realicen actividades dirigidas a este tipo de audiencia. Además, queda prohibido que los locales que sí venden alcohol realicen actividades de promoción que inciten a su consumo abusivo. Otro ámbito sobre el que aplicará la norma son las bebidas energéticas, que quedarán equiparadas a las bebidas alcohólicas en lo que al consumo y venta a menores se refiere. Para contribuir a la concienciación social sobre los perjuicios que pueden derivarse del consumo de estas bebidas, en los establecimientos deberán situarse en un espacio distinto al de los refrescos. Además, teniendo en cuenta que consumo es habitual mezclado con alcohol, incrementando el riesgo de comas etílicos, cuando un menor tenga que ser atendido por una intoxicación derivada del consumo de alguna sustancia psicoactiva, los servicios sanitarios tendrán que solicitar la presencia de las familias. De repetirse la situación, se ofrecerá al menor que participe en un programa de ayuda, recomendando la participación del adulto responsable. Cigarrillos electrónicosDel mismo modo, se equipararán los dispositivos susceptibles de liberar nicotina –como los cigarrillos electrónicos o vapeadores– al tabaco convencional, de forma que su venta también quedará prohibida a los menores de edad. Se trata, explicó el titular de la cartera gallega de Sanidade, de una «medida necesaria partiendo de la evidencia científica, que alerta sobre el riesgo para la salud y para la introducción tabáquica de este tipo de dispositivos»; teniendo en cuenta, además, que alguna vez han sido consumidos por más del 40% de los niños de menos de 14 años. Junto a esta, el conselleiro destacó otras medidas, como la prohibición de fumar en los accesos de los centros de la Administración autonómica, los centros educativos o los centros sanitarios en radio de 50 metro o la prohibición de fumar en las paradas de transporte público y en las piscinas de uso público. Menos multas, más cursosFinalmente, en línea con la pretensión de la Xunta de fomentar la formación, las personas menores a las que se le imponga algún tipo de sanción económica por el consumo de estas sustancias tendrán la posibilidad de convalidarla participando en iniciativas educativas, como programas de prevención –para dejar de fumar o parra conciencias sobre los riesgos del alcohol, por ejemplo– o trabajos en beneficio de la comunidad, preferentemente relacionados con la conducta por la cual fue multado. Del mismo modo, en los controles de salud que coincidan con las denominadas fases de experimentación –de los 12 a los 13 años– y de consolidación –de los 14 a los 15 años– se incorporarán intervenciones preventivas sobre el consumo de alcohol, tabaco, cannabis y bebidas energéticas, y también sobre el uso problemático de las tecnologías digitales y las adicciones que se pueden derivar de él. Tras su aprobación ayer en el Consello de la Xunta, ahora la el proyecto de ley será remitido al Parlamento para su debate, con el objetivo de aprobarla en el último trimestre del año. Se trata, insistió el conselleiro ante los medios de comunicación, de una «norma necesaria, ambiciosa e integral, que busca una acción coordinada del conjunto de la sociedad en la protección de la salud de los menores, con especial atención a la prevención y la formación». La Xunta espera poder prohibir la venta de vapeadores y bebidas energéticas a menores antes de que termine el año, tras aprobar ayer el Proyecto de Ley de protección de la salud de las personas menores y prevención de las conductas adictivas, que ahora se debatirá en el Parlamento. Así lo informaron ayer el presidente, Alfonso Rueda, y el conselleiro de Sanidade, Gonzalo Gómez Caamaño, que destacaron el carácter «ambicioso» de la norma, la primera de su estilo en España. Con ella, indicó el conselleiro, Galicia pasa a ser «pionera», haciendo frente «a las amenazas severas» que suponen el «inicio temprano en el consumo del alcohol, tabaco y cannabis, la normalización social de las conductas adictivas, la presencia de nuevas adicciones sin sustancias –como el uso compulsivo de las nuevas tecnologías, y la desinformación y la falta de herramientas» a la que se enfrentan las familias y los centros educativos para prevenir y afrontar estas conductas de riesgo. La ley, continuó Caamaño, tiene un enfoque «transversal», actuando tanto sobre los espacios clave en el desarrollo de los menores, como sobre los propios productos «que entrañan riesgos para su salud». Eso sí, la prioridad continúa siendo la prevención, primado los mecanismos educativos ante las sanciones económicas y «buscando la máxima coordinación entre la Administración, os centros sanitarios, los entornos educativos, las familias y las entidades sociales». Ni alcohol ni botellonesEn primer lugar, para frenar el consumo temprano y abusivo de alcohol, esta norma «intensifica la lucha contra el botellón», que «si bien ya está regulado por la normativa básica estatal desde hace varios años, continúa siendo una práctica habitual», reconoció el conselleiro. Para revertir la situación, explicó que la ley «asume la potestad de sanción» en este tipo de encuentros, que hasta ahora ostentaban los gobiernos municipales. Tampoco estará permitida la venta de alcohol en centros docentes para menores, centros de ocio infantil o recintos destinados a espectáculos públicos cuando se realicen actividades dirigidas a este tipo de audiencia. Además, queda prohibido que los locales que sí venden alcohol realicen actividades de promoción que inciten a su consumo abusivo. Otro ámbito sobre el que aplicará la norma son las bebidas energéticas, que quedarán equiparadas a las bebidas alcohólicas en lo que al consumo y venta a menores se refiere. Para contribuir a la concienciación social sobre los perjuicios que pueden derivarse del consumo de estas bebidas, en los establecimientos deberán situarse en un espacio distinto al de los refrescos. Además, teniendo en cuenta que consumo es habitual mezclado con alcohol, incrementando el riesgo de comas etílicos, cuando un menor tenga que ser atendido por una intoxicación derivada del consumo de alguna sustancia psicoactiva, los servicios sanitarios tendrán que solicitar la presencia de las familias. De repetirse la situación, se ofrecerá al menor que participe en un programa de ayuda, recomendando la participación del adulto responsable. Cigarrillos electrónicosDel mismo modo, se equipararán los dispositivos susceptibles de liberar nicotina –como los cigarrillos electrónicos o vapeadores– al tabaco convencional, de forma que su venta también quedará prohibida a los menores de edad. Se trata, explicó el titular de la cartera gallega de Sanidade, de una «medida necesaria partiendo de la evidencia científica, que alerta sobre el riesgo para la salud y para la introducción tabáquica de este tipo de dispositivos»; teniendo en cuenta, además, que alguna vez han sido consumidos por más del 40% de los niños de menos de 14 años. Junto a esta, el conselleiro destacó otras medidas, como la prohibición de fumar en los accesos de los centros de la Administración autonómica, los centros educativos o los centros sanitarios en radio de 50 metro o la prohibición de fumar en las paradas de transporte público y en las piscinas de uso público. Menos multas, más cursosFinalmente, en línea con la pretensión de la Xunta de fomentar la formación, las personas menores a las que se le imponga algún tipo de sanción económica por el consumo de estas sustancias tendrán la posibilidad de convalidarla participando en iniciativas educativas, como programas de prevención –para dejar de fumar o parra conciencias sobre los riesgos del alcohol, por ejemplo– o trabajos en beneficio de la comunidad, preferentemente relacionados con la conducta por la cual fue multado. Del mismo modo, en los controles de salud que coincidan con las denominadas fases de experimentación –de los 12 a los 13 años– y de consolidación –de los 14 a los 15 años– se incorporarán intervenciones preventivas sobre el consumo de alcohol, tabaco, cannabis y bebidas energéticas, y también sobre el uso problemático de las tecnologías digitales y las adicciones que se pueden derivar de él. Tras su aprobación ayer en el Consello de la Xunta, ahora la el proyecto de ley será remitido al Parlamento para su debate, con el objetivo de aprobarla en el último trimestre del año. Se trata, insistió el conselleiro ante los medios de comunicación, de una «norma necesaria, ambiciosa e integral, que busca una acción coordinada del conjunto de la sociedad en la protección de la salud de los menores, con especial atención a la prevención y la formación». RSS de noticias de espana
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