<p>La voz de alarma fue transmitida, de forma subrepticia, por <strong>Charles Leclerc</strong>, con un enigmático mensaje a sus ingenieros. «Puedo sentir en el coche lo que hablamos antes de la carrera. Tenemos que hablar de esas cosas antes de hacerlas», lanzó el monegasco, con la necesaria dosis de misterio. Por entonces ya sabía que sus opciones de victoria se habían esfumado en Hungaroring. De nada le valió su <i>pole</i>, ni sus fantásticas 40 primeras vueltas, porque el SF25 se desinfló sin remedio. </p>
El heptacampeón, duodécimo y doblado por Norris, dice que están pasando «cosas entre bastidores».
<p>La voz de alarma fue transmitida, de forma subrepticia, por <strong>Charles Leclerc</strong>, con un enigmático mensaje a sus ingenieros. «Puedo sentir en el coche lo que hablamos antes de la carrera. Tenemos que hablar de esas cosas antes de hacerlas», lanzó el monegasco, con la necesaria dosis de misterio. Por entonces ya sabía que sus opciones de victoria se habían esfumado en Hungaroring. De nada le valió su <i>pole</i>, ni sus fantásticas 40 primeras vueltas, porque el SF25 se desinfló sin remedio. </p>
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