<p>Un zapato calcinado que llevaba puesto una niña de siete años; restos de cabello humano; peines derretidos, mochilas chamuscadas y trozos de cartas que nunca se enviaron; uniformes escolares y kimonos desintegrados por la radiación; un reloj de pulsera detenido a las 08:15, la hora exacta en la que toda la ciudad fue devorada por una enorme bola de fuego.</p>
Los últimos supervivientes de aquella catástrofe alertan de los peligros de priorizar el rearme frente a la diplomacia en un momento en que las tensiones nucleares siguen vigentes
<p>Un zapato calcinado que llevaba puesto una niña de siete años; restos de cabello humano; peines derretidos, mochilas chamuscadas y trozos de cartas que nunca se enviaron; uniformes escolares y kimonos desintegrados por la radiación; un reloj de pulsera detenido a las 08:15, la hora exacta en la que toda la ciudad fue devorada por una enorme bola de fuego.</p>
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