<p>La amnistía fue una de las líneas rojas que Pedro Sánchez cruzó tras las últimas elecciones generales para poder seguir como inquilino en La Moncloa. Pasó de ser algo inconstitucional o tener cabida en la Constitución. Fue uno de los pilares para articular su investidura, pactando el borrado de los delitos del procés con ERC y, sobre todo, Junts. Las aspiraciones se vieron truncadas por la decisión del Supremo de no aplicarla a la malversación y, por tanto, no aplicarla a Carles Puigdemont. La cruz. La cara para el Gobierno es el aval del Tribunal Constitucional, donde hay mayoría progresista, a la norma.</p>
La amnistía fue una de las líneas rojas que Pedro Sánchez cruzó tras las últimas elecciones generales para poder seguir como inquilino en La Moncloa. Pasó de ser algo inconstitu
<p>La amnistía fue una de las líneas rojas que Pedro Sánchez cruzó tras las últimas elecciones generales para poder seguir como inquilino en La Moncloa. Pasó de ser algo inconstitucional o tener cabida en la Constitución. Fue uno de los pilares para articular su investidura, pactando el borrado de los delitos del procés con ERC y, sobre todo, Junts. Las aspiraciones se vieron truncadas por la decisión del Supremo de no aplicarla a la malversación y, por tanto, no aplicarla a Carles Puigdemont. La cruz. La cara para el Gobierno es el aval del Tribunal Constitucional, donde hay mayoría progresista, a la norma.</p>
España