En torno a una mesa caoba, en un despacho del Parlamento andaluz, se sentaban Teodoro García Egea (PP), Javier Ortega Smith (Vox), el por entonces juez estrella de la ultraderecha Francisco Serrano y quien acabó siendo el principal beneficiario de la reunión, Juan Manuel Moreno Bonilla, que aquel 9 de enero de 2019 salió de la sala con su investidura en el bote. El precio fue firmar el primer acuerdo de Vox con el PP, que empezaba a incorporar planteamientos del repertorio extremista, entre ellos comprometerse a “garantizar una inmigración respetuosa con nuestra cultura occidental”.
Desde su primer pacto en 2019, el partido de Feijóo no ha dejado de aceptar premisas extremistas, aunque luego trate de disimularlo
En torno a una mesa caoba, en un despacho del Parlamento andaluz, se sentaban Teodoro García Egea (PP), Javier Ortega Smith (Vox), el por entonces juez estrella de la ultraderecha Francisco Serrano y quien acabó siendo el principal beneficiario de la reunión, Juan Manuel Moreno Bonilla, que aquel 9 de enero de 2019 salió de la sala con su investidura en el bote. El precio fue firmar el primer acuerdo de Vox con el PP, que empezaba a incorporar planteamientos del repertorio extremista, entre ellos comprometerse a “garantizar una inmigración respetuosa con nuestra cultura occidental”.
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