La plataforma NEOS que inició Jaime Mayor Oreja (San Sebastián, 1951) cumple tres años y se ha consolidado como punto de referencia de quienes defienden los valores cristianos como fundamento de la vida pública. Su objetivo ahora es llevar adelante un plan de actuación para consolidar una «minoría creativa» que contribuya a ese cambio. —Desde su fundación han luchado para desvincular NEOS de quienes piensan que se trata de una forma de hacer política. ¿Lo han conseguido?—Creo que sí porque se ha impuesto la verdad. Nosotros no somos ni queremos ser un partido político, pero sí estamos muy preocupados por la ausencia de un debate cultural en la vida pública y en los medios. Esa falta de sentido de la trascendencia en nuestra sociedad, esa incomparecencia cultural es una de las grandes causas de la crisis que vivimos. Tres años de NEOS pero tres años de máximo desorden político y social, no sólo en España, Francia, Alemania o Gran Bretaña, sino en muchos sitios de Occidente. ¿Por qué tanto desorden? Porque no abordamos la causa profunda de lo que nos sucede. No se trata de que todos tenemos que ser católicos, pero hay que vivir como si Dios existiera, tener un cierto sentido de la trascendencia. Y este es el debate, en el que en ocasiones gana la izquierda por venganza, por la ruptura y pierde la derecha, por comodidad porque piensa que no es su debate.Noticia Relacionada estandar No La existencia de Dios se resiste a las pruebas científicas José Ramón Navarro-Pareja La publicación simultánea de dos libros reabre el debate sobre la relación entre ciencia y religión—¿Y no tiene la sensación de que defender este tipo de ideas en este momento lleva a que una parte de la sociedad les arrincone en lo que ahora denominan ‘fachosfera’?—Es lógico que todo aquel que emerja en el ámbito cultural, frente a la ingeniería social que pretenden, pueda ser considerado un ultra. Tiende a ser marginalizado. Eso es la cultura ‘woke’, que es marginar y despreciar la defensa de los fundamentos. Tenemos un debate cultural no entre dos culturas, sino entre dos versiones de la misma, nuestra cultura occidental de siempre frente a una caricatura, una deformación, una decadencia de sí misma. Es una crisis de la verdad, una crisis de los fundamentos. El Papa Benedicto en su intervención en el Bundestag defendió el derecho natural, la razón, y decía que una mayoría, por serla, no puede permitir que haya una banda de forajidos que gobierne una nación, aunque le hayan votado. No quiero decir que él pensara en lo que está pasando en España hoy, pero lo que dijo fue propio de un visionario. Explicó lo que sucede cuando ya no hay límites.—¿Qué se necesita para esa regeneración cultural que proponen?—Hay un intento de reinventar la cultura occidental, la Historia y España. Lo que hay que hacer es no callarse y dar una gran batalla en este debate cultural. En el parlamento, en los medios, tiene que haber un espacio para esta batalla y para eso falta personas que dediquen su tiempo en que esto sea una prioridad y defender que esto no es una crisis política, ni económica sino que está en los fundamentos.—Hace unas semanas participó en el Senado en una cumbre atlántica en la que hablaban de ciertas victorias frente a la cultura ‘woke’, como la victoria de Trump. Sin embargo, la sensación que queda desde la otra parte es que están perdiendo ‘el relato’, ese concepto que la izquierda ha acuñado para definir lo que realmente quieren que ocurra, con independencia de la verdad.—Nosotros no tenemos que buscar un relato porque es el reemplazo de la verdad. Cuando el reemplazo, cuando el relato sustituye la verdad, se impone una media verdad, que es la peor de las mentiras. Y es evidente que hoy, muchas veces el relato prima sobre la verdad. En ese acto del Senado lo que defendimos es que hoy en el mundo occidental se está produciendo algún tipo de reacción más allá de los personajes que han competido en Estados Unidos y de sus definiciones, ha habido una clase media norteamericana que ha querido decir que no a la cultura ‘woke’, ha querido decir que no me impongan una visión totalitaria de la sociedad que ustedes pretenden.Sobre la polémica con el creacionismo «Dije es que la teoría de la evolución no es suficiente, que no podemos ser sólo fruto del azar, como afirmó Benedicto XVI» Jaime Mayor Oreja NEOS—Hubo también una intervención suya que generó polémica al afirmar que cada vez hay más científicos que defienden la verdad de la creación frente al relato de la evolución. ¿Pretendía negar la teoría de la evolución?—Lo que dije es que no sólo se explica con la teoría de la evolución, que no es suficiente. Pero no sólo lo digo yo, que no soy un científico, lo dijo también Benedicto XVI quien sostuvo que «si el hombre fuese solamente un producto casual de la evolución en algún lugar del universo, su vida estaría privada de sentido o sería incluso una molestia de la naturaleza», y que frente a ello, la «razón creadora estaba en el principio«. No podemos rasgarnos las vestiduras por unos matices, ni caer en ese complejo de inferioridad, cuando lo importante es sostener el debate sobre la crisis del sentido de trascendencia, en una civilización que lo está perdiendo, que se adentra en un camino sin salida.—¿Nada que ver entonces con el creacionismo que plantea que el mundo tiene apenas unos miles de años?—No, yo no me puedo arrogar lo que no soy, ni filósofo, ni teólogo ni científico. Yo lo que hago es señalar realidades que se están produciendo, de avances que se están dando en el ámbito cultural como el éxito del bestseller ‘Dios-La ciencia-las pruebas’, e introducir el gran debate sobre las causas, sobre una civilización que pierde su sentido, frente al de los políticos pragmáticos que se quedan sólo con problemas como las infraestructuras, la sanidad o los impuestos. No diré que son ciegos, pero sí miopes, porque la derecha y el centro derecha tiene que entrar en este debate y hacerlo con inteligencia. Aquí, si dices que eres neutro estás equivocado y das un recorrido a una izquierda que hoy sólo está en la ingeniería social y en robar.—He sido crítico con ese libro que cita porque aunque hay que reconocerle su éxito en ventas, que evidencia que hay un interés por la cuestión, en la práctica no presentaba pruebas científicas como parece prometer su título.—Es otra perspectiva , pero tampoco busquemos lo imposible. Las pruebas de Santo Tomas ya están ahí, pero además está la fe, para recorrer ese camino que te falta y eso es un don. Yo me voy a morir sin entender por supuesto de todo la existencia de Dios.—Volvamos sobre ‘el relato’. Afirma ese cansancio de los presupuestos de la cultura ‘woke’, pero tengo la impresión de que la derecha moderada, e incluso la que no lo es, le han comprado ese ‘relato’ a la izquierda.—Tan equivocado es decir que la cultura ‘woke’ ha muerto como el pensar que porque en Estados Unidos haya ganado Trump, hemos ganado. No se dan cuenta de que va a suponer una reactivación de esta cultura en Europa como contrapunto al trumpismo. Ya estamos viendo cómo tratan de constitucionalizar el aborto en España, en el último congreso del partido socialista, o cómo tratan en el Parlamento Europeo una resolución que van a apoyar que el aborto entre en la Carta de Derechos Fundamentales . Aunque sí empieza a producirse un hastío hacia cuestiones que van contra la razón, la ciencia y la biología. Se está empezando a estar harto de las leyes transexuales, o de memoria democrática, que en el fondo se avergüenzan de su cultura, de su civilización o de su biología. La plataforma NEOS que inició Jaime Mayor Oreja (San Sebastián, 1951) cumple tres años y se ha consolidado como punto de referencia de quienes defienden los valores cristianos como fundamento de la vida pública. Su objetivo ahora es llevar adelante un plan de actuación para consolidar una «minoría creativa» que contribuya a ese cambio. —Desde su fundación han luchado para desvincular NEOS de quienes piensan que se trata de una forma de hacer política. ¿Lo han conseguido?—Creo que sí porque se ha impuesto la verdad. Nosotros no somos ni queremos ser un partido político, pero sí estamos muy preocupados por la ausencia de un debate cultural en la vida pública y en los medios. Esa falta de sentido de la trascendencia en nuestra sociedad, esa incomparecencia cultural es una de las grandes causas de la crisis que vivimos. Tres años de NEOS pero tres años de máximo desorden político y social, no sólo en España, Francia, Alemania o Gran Bretaña, sino en muchos sitios de Occidente. ¿Por qué tanto desorden? Porque no abordamos la causa profunda de lo que nos sucede. No se trata de que todos tenemos que ser católicos, pero hay que vivir como si Dios existiera, tener un cierto sentido de la trascendencia. Y este es el debate, en el que en ocasiones gana la izquierda por venganza, por la ruptura y pierde la derecha, por comodidad porque piensa que no es su debate.Noticia Relacionada estandar No La existencia de Dios se resiste a las pruebas científicas José Ramón Navarro-Pareja La publicación simultánea de dos libros reabre el debate sobre la relación entre ciencia y religión—¿Y no tiene la sensación de que defender este tipo de ideas en este momento lleva a que una parte de la sociedad les arrincone en lo que ahora denominan ‘fachosfera’?—Es lógico que todo aquel que emerja en el ámbito cultural, frente a la ingeniería social que pretenden, pueda ser considerado un ultra. Tiende a ser marginalizado. Eso es la cultura ‘woke’, que es marginar y despreciar la defensa de los fundamentos. Tenemos un debate cultural no entre dos culturas, sino entre dos versiones de la misma, nuestra cultura occidental de siempre frente a una caricatura, una deformación, una decadencia de sí misma. Es una crisis de la verdad, una crisis de los fundamentos. El Papa Benedicto en su intervención en el Bundestag defendió el derecho natural, la razón, y decía que una mayoría, por serla, no puede permitir que haya una banda de forajidos que gobierne una nación, aunque le hayan votado. No quiero decir que él pensara en lo que está pasando en España hoy, pero lo que dijo fue propio de un visionario. Explicó lo que sucede cuando ya no hay límites.—¿Qué se necesita para esa regeneración cultural que proponen?—Hay un intento de reinventar la cultura occidental, la Historia y España. Lo que hay que hacer es no callarse y dar una gran batalla en este debate cultural. En el parlamento, en los medios, tiene que haber un espacio para esta batalla y para eso falta personas que dediquen su tiempo en que esto sea una prioridad y defender que esto no es una crisis política, ni económica sino que está en los fundamentos.—Hace unas semanas participó en el Senado en una cumbre atlántica en la que hablaban de ciertas victorias frente a la cultura ‘woke’, como la victoria de Trump. Sin embargo, la sensación que queda desde la otra parte es que están perdiendo ‘el relato’, ese concepto que la izquierda ha acuñado para definir lo que realmente quieren que ocurra, con independencia de la verdad.—Nosotros no tenemos que buscar un relato porque es el reemplazo de la verdad. Cuando el reemplazo, cuando el relato sustituye la verdad, se impone una media verdad, que es la peor de las mentiras. Y es evidente que hoy, muchas veces el relato prima sobre la verdad. En ese acto del Senado lo que defendimos es que hoy en el mundo occidental se está produciendo algún tipo de reacción más allá de los personajes que han competido en Estados Unidos y de sus definiciones, ha habido una clase media norteamericana que ha querido decir que no a la cultura ‘woke’, ha querido decir que no me impongan una visión totalitaria de la sociedad que ustedes pretenden.Sobre la polémica con el creacionismo «Dije es que la teoría de la evolución no es suficiente, que no podemos ser sólo fruto del azar, como afirmó Benedicto XVI» Jaime Mayor Oreja NEOS—Hubo también una intervención suya que generó polémica al afirmar que cada vez hay más científicos que defienden la verdad de la creación frente al relato de la evolución. ¿Pretendía negar la teoría de la evolución?—Lo que dije es que no sólo se explica con la teoría de la evolución, que no es suficiente. Pero no sólo lo digo yo, que no soy un científico, lo dijo también Benedicto XVI quien sostuvo que «si el hombre fuese solamente un producto casual de la evolución en algún lugar del universo, su vida estaría privada de sentido o sería incluso una molestia de la naturaleza», y que frente a ello, la «razón creadora estaba en el principio«. No podemos rasgarnos las vestiduras por unos matices, ni caer en ese complejo de inferioridad, cuando lo importante es sostener el debate sobre la crisis del sentido de trascendencia, en una civilización que lo está perdiendo, que se adentra en un camino sin salida.—¿Nada que ver entonces con el creacionismo que plantea que el mundo tiene apenas unos miles de años?—No, yo no me puedo arrogar lo que no soy, ni filósofo, ni teólogo ni científico. Yo lo que hago es señalar realidades que se están produciendo, de avances que se están dando en el ámbito cultural como el éxito del bestseller ‘Dios-La ciencia-las pruebas’, e introducir el gran debate sobre las causas, sobre una civilización que pierde su sentido, frente al de los políticos pragmáticos que se quedan sólo con problemas como las infraestructuras, la sanidad o los impuestos. No diré que son ciegos, pero sí miopes, porque la derecha y el centro derecha tiene que entrar en este debate y hacerlo con inteligencia. Aquí, si dices que eres neutro estás equivocado y das un recorrido a una izquierda que hoy sólo está en la ingeniería social y en robar.—He sido crítico con ese libro que cita porque aunque hay que reconocerle su éxito en ventas, que evidencia que hay un interés por la cuestión, en la práctica no presentaba pruebas científicas como parece prometer su título.—Es otra perspectiva , pero tampoco busquemos lo imposible. Las pruebas de Santo Tomas ya están ahí, pero además está la fe, para recorrer ese camino que te falta y eso es un don. Yo me voy a morir sin entender por supuesto de todo la existencia de Dios.—Volvamos sobre ‘el relato’. Afirma ese cansancio de los presupuestos de la cultura ‘woke’, pero tengo la impresión de que la derecha moderada, e incluso la que no lo es, le han comprado ese ‘relato’ a la izquierda.—Tan equivocado es decir que la cultura ‘woke’ ha muerto como el pensar que porque en Estados Unidos haya ganado Trump, hemos ganado. No se dan cuenta de que va a suponer una reactivación de esta cultura en Europa como contrapunto al trumpismo. Ya estamos viendo cómo tratan de constitucionalizar el aborto en España, en el último congreso del partido socialista, o cómo tratan en el Parlamento Europeo una resolución que van a apoyar que el aborto entre en la Carta de Derechos Fundamentales . Aunque sí empieza a producirse un hastío hacia cuestiones que van contra la razón, la ciencia y la biología. Se está empezando a estar harto de las leyes transexuales, o de memoria democrática, que en el fondo se avergüenzan de su cultura, de su civilización o de su biología. La plataforma NEOS que inició Jaime Mayor Oreja (San Sebastián, 1951) cumple tres años y se ha consolidado como punto de referencia de quienes defienden los valores cristianos como fundamento de la vida pública. Su objetivo ahora es llevar adelante un plan de actuación para consolidar una «minoría creativa» que contribuya a ese cambio. —Desde su fundación han luchado para desvincular NEOS de quienes piensan que se trata de una forma de hacer política. ¿Lo han conseguido?—Creo que sí porque se ha impuesto la verdad. Nosotros no somos ni queremos ser un partido político, pero sí estamos muy preocupados por la ausencia de un debate cultural en la vida pública y en los medios. Esa falta de sentido de la trascendencia en nuestra sociedad, esa incomparecencia cultural es una de las grandes causas de la crisis que vivimos. Tres años de NEOS pero tres años de máximo desorden político y social, no sólo en España, Francia, Alemania o Gran Bretaña, sino en muchos sitios de Occidente. ¿Por qué tanto desorden? Porque no abordamos la causa profunda de lo que nos sucede. No se trata de que todos tenemos que ser católicos, pero hay que vivir como si Dios existiera, tener un cierto sentido de la trascendencia. Y este es el debate, en el que en ocasiones gana la izquierda por venganza, por la ruptura y pierde la derecha, por comodidad porque piensa que no es su debate.Noticia Relacionada estandar No La existencia de Dios se resiste a las pruebas científicas José Ramón Navarro-Pareja La publicación simultánea de dos libros reabre el debate sobre la relación entre ciencia y religión—¿Y no tiene la sensación de que defender este tipo de ideas en este momento lleva a que una parte de la sociedad les arrincone en lo que ahora denominan ‘fachosfera’?—Es lógico que todo aquel que emerja en el ámbito cultural, frente a la ingeniería social que pretenden, pueda ser considerado un ultra. Tiende a ser marginalizado. Eso es la cultura ‘woke’, que es marginar y despreciar la defensa de los fundamentos. Tenemos un debate cultural no entre dos culturas, sino entre dos versiones de la misma, nuestra cultura occidental de siempre frente a una caricatura, una deformación, una decadencia de sí misma. Es una crisis de la verdad, una crisis de los fundamentos. El Papa Benedicto en su intervención en el Bundestag defendió el derecho natural, la razón, y decía que una mayoría, por serla, no puede permitir que haya una banda de forajidos que gobierne una nación, aunque le hayan votado. No quiero decir que él pensara en lo que está pasando en España hoy, pero lo que dijo fue propio de un visionario. Explicó lo que sucede cuando ya no hay límites.—¿Qué se necesita para esa regeneración cultural que proponen?—Hay un intento de reinventar la cultura occidental, la Historia y España. Lo que hay que hacer es no callarse y dar una gran batalla en este debate cultural. En el parlamento, en los medios, tiene que haber un espacio para esta batalla y para eso falta personas que dediquen su tiempo en que esto sea una prioridad y defender que esto no es una crisis política, ni económica sino que está en los fundamentos.—Hace unas semanas participó en el Senado en una cumbre atlántica en la que hablaban de ciertas victorias frente a la cultura ‘woke’, como la victoria de Trump. Sin embargo, la sensación que queda desde la otra parte es que están perdiendo ‘el relato’, ese concepto que la izquierda ha acuñado para definir lo que realmente quieren que ocurra, con independencia de la verdad.—Nosotros no tenemos que buscar un relato porque es el reemplazo de la verdad. Cuando el reemplazo, cuando el relato sustituye la verdad, se impone una media verdad, que es la peor de las mentiras. Y es evidente que hoy, muchas veces el relato prima sobre la verdad. En ese acto del Senado lo que defendimos es que hoy en el mundo occidental se está produciendo algún tipo de reacción más allá de los personajes que han competido en Estados Unidos y de sus definiciones, ha habido una clase media norteamericana que ha querido decir que no a la cultura ‘woke’, ha querido decir que no me impongan una visión totalitaria de la sociedad que ustedes pretenden.Sobre la polémica con el creacionismo «Dije es que la teoría de la evolución no es suficiente, que no podemos ser sólo fruto del azar, como afirmó Benedicto XVI» Jaime Mayor Oreja NEOS—Hubo también una intervención suya que generó polémica al afirmar que cada vez hay más científicos que defienden la verdad de la creación frente al relato de la evolución. ¿Pretendía negar la teoría de la evolución?—Lo que dije es que no sólo se explica con la teoría de la evolución, que no es suficiente. Pero no sólo lo digo yo, que no soy un científico, lo dijo también Benedicto XVI quien sostuvo que «si el hombre fuese solamente un producto casual de la evolución en algún lugar del universo, su vida estaría privada de sentido o sería incluso una molestia de la naturaleza», y que frente a ello, la «razón creadora estaba en el principio«. No podemos rasgarnos las vestiduras por unos matices, ni caer en ese complejo de inferioridad, cuando lo importante es sostener el debate sobre la crisis del sentido de trascendencia, en una civilización que lo está perdiendo, que se adentra en un camino sin salida.—¿Nada que ver entonces con el creacionismo que plantea que el mundo tiene apenas unos miles de años?—No, yo no me puedo arrogar lo que no soy, ni filósofo, ni teólogo ni científico. Yo lo que hago es señalar realidades que se están produciendo, de avances que se están dando en el ámbito cultural como el éxito del bestseller ‘Dios-La ciencia-las pruebas’, e introducir el gran debate sobre las causas, sobre una civilización que pierde su sentido, frente al de los políticos pragmáticos que se quedan sólo con problemas como las infraestructuras, la sanidad o los impuestos. No diré que son ciegos, pero sí miopes, porque la derecha y el centro derecha tiene que entrar en este debate y hacerlo con inteligencia. Aquí, si dices que eres neutro estás equivocado y das un recorrido a una izquierda que hoy sólo está en la ingeniería social y en robar.—He sido crítico con ese libro que cita porque aunque hay que reconocerle su éxito en ventas, que evidencia que hay un interés por la cuestión, en la práctica no presentaba pruebas científicas como parece prometer su título.—Es otra perspectiva , pero tampoco busquemos lo imposible. Las pruebas de Santo Tomas ya están ahí, pero además está la fe, para recorrer ese camino que te falta y eso es un don. Yo me voy a morir sin entender por supuesto de todo la existencia de Dios.—Volvamos sobre ‘el relato’. Afirma ese cansancio de los presupuestos de la cultura ‘woke’, pero tengo la impresión de que la derecha moderada, e incluso la que no lo es, le han comprado ese ‘relato’ a la izquierda.—Tan equivocado es decir que la cultura ‘woke’ ha muerto como el pensar que porque en Estados Unidos haya ganado Trump, hemos ganado. No se dan cuenta de que va a suponer una reactivación de esta cultura en Europa como contrapunto al trumpismo. Ya estamos viendo cómo tratan de constitucionalizar el aborto en España, en el último congreso del partido socialista, o cómo tratan en el Parlamento Europeo una resolución que van a apoyar que el aborto entre en la Carta de Derechos Fundamentales . Aunque sí empieza a producirse un hastío hacia cuestiones que van contra la razón, la ciencia y la biología. Se está empezando a estar harto de las leyes transexuales, o de memoria democrática, que en el fondo se avergüenzan de su cultura, de su civilización o de su biología. RSS de noticias de sociedad
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