“Si te sobran trabajadores, te arruinas; si el pedido llega tarde, la gente se enfada y pierdes clientes”. En opinión de Iñigo Barea, director general de Just Eat en España, en esa disyuntiva del ajuste de la oferta y la demanda se encuentra el éxito del negocio de las plataformas de reparto de comida y el modelo laboral que se aplica es determinante para el éxito o el fracaso. Esa es la base del juicio iniciado este martes en Barcelona, en el que Just Eat demanda a Glovo por competencia desleal al considerar que su flota de repartidores autónomos, más flexible pero también considerada ilegal, le da ventaja ante los riders con contrato laboral que utiliza Just Eat. Le reclama por ello 295 millones de euros.
Un tribunal de Barcelona dirime si el modelo de repartidores sin contrato laboral de la compañía catalana es un caso de competencia desleal y valora una indemnización de 295 millones
“Si te sobran trabajadores, te arruinas; si el pedido llega tarde, la gente se enfada y pierdes clientes”. En opinión de Iñigo Barea, director general de Just Eat en España, en esa disyuntiva del ajuste de la oferta y la demanda se encuentra el éxito del negocio de las plataformas de reparto de comida y el modelo laboral que se aplica es determinante para el éxito o el fracaso. Esa es la base del juicio iniciado este martes en Barcelona, en el que Just Eat demanda a Glovo por competencia desleal al considerar que su flota de repartidores autónomos, más flexible pero también considerada ilegal, le da ventaja ante los riders con contrato laboral que utiliza Just Eat. Le reclama por ello 295 millones de euros.
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