<p>Sentados aquí, con una vista panorámica de los alrededores de <strong>Bilbao</strong>, <strong>Mo Chara</strong>, <strong>Móglaí Bap </strong>y <strong>DJ Próva</strong> podrían ser tres tipos de cualquier barrio irlandés. Dos chavales con sus gorras, sus gafas de sol ovaladas y sus chándales de Nike y un tío en torno a los 40 con sus canas empezando a teñirse el pelo de rojo. Pero los tres integrantes de Kneecap, que se toman todo como un chiste, tienen el mundo al borde de la combustión. De un lado, una legión de seguidores que morirían por ellos hoy mismo. Al otro, otra idéntica de detractores que quiere verles caer cueste lo que cueste.</p>
Los raperos irlandeses se han convertido en los grandes agitadores de la música. Uno de sus miembros está en juicio por incitación al terrorismo, Starmer ha pedido que se les cancele y la BBC no emitió su show en Glastonbury
<p>Sentados aquí, con una vista panorámica de los alrededores de <strong>Bilbao</strong>, <strong>Mo Chara</strong>, <strong>Móglaí Bap </strong>y <strong>DJ Próva</strong> podrían ser tres tipos de cualquier barrio irlandés. Dos chavales con sus gorras, sus gafas de sol ovaladas y sus chándales de Nike y un tío en torno a los 40 con sus canas empezando a teñirse el pelo de rojo. Pero los tres integrantes de Kneecap, que se toman todo como un chiste, tienen el mundo al borde de la combustión. De un lado, una legión de seguidores que morirían por ellos hoy mismo. Al otro, otra idéntica de detractores que quiere verles caer cueste lo que cueste.</p>
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