Ocho estaciones de la línea de metro de Picadilly separan el Palacio de Buckingham del estadio del Arsenal. No es casual que la reina Isabel se mostrara secretamente devota del club de los cañones, amalgama de viejas tradiciones deportivas en el corazón de Londres, ciudad que, en muchos aspectos, y el fútbol es uno de ellos, sigue siendo una metrópoli. Toda la industria del balompié inglés y sus ramificaciones financieras en Arabia y Estados Unidos estaba representada en la tribuna del Emirates este martes para asistir a la visita del Paris Saint-Germain en la ida de la semifinal de la Champions. La multitud quería verificar los indicios que apuntaban a un fenómeno extraordinario al otro lado del canal de la Mancha. Lo que vieron fue la confirmación. La victoria visitante por 0-1 fue lo menos impactante de un despliegue de prepotencia que esta misma temporada sufrieron el Manchester City, tetracampeón de la Premier, el Liverpool, campeón vigente, el Aston Villa, mayor potencia emergente, y el Arsenal, segundo clasificado y gran aspirante a suceder al duopolio City-Liverpool. Desde que la Premier se convirtió en la liga más rica y popular del planeta, nunca había experimentado una humillación parecida de un adversario continental.
La victoria del PSG (0-1) en el campo del Arsenal, este martes en Champions, coloca al técnico español en el foco del fútbol inglés
Ocho estaciones de la línea de metro de Picadilly separan el Palacio de Buckingham del estadio del Arsenal. No es casual que la reina Isabel se mostrara secretamente devota del club de los cañones, amalgama de viejas tradiciones deportivas en el corazón de Londres, ciudad que, en muchos aspectos, y el fútbol es uno de ellos, sigue siendo una metrópoli. Toda la industria del balompié inglés y sus ramificaciones financieras en Arabia y Estados Unidos estaba representada en la tribuna del Emirates este martes para asistir a la visita del Paris Saint-Germain en la ida de la semifinal de la Champions. La multitud quería verificar los indicios que apuntaban a un fenómeno extraordinario al otro lado del canal de la Mancha. Lo que vieron fue la confirmación. La victoria visitante por 0-1 fue lo menos impactante de un despliegue de prepotencia que esta misma temporada sufrieron el Manchester City, tetracampeón de la Premier, el Liverpool, campeón vigente, el Aston Villa, mayor potencia emergente, y el Arsenal, segundo clasificado y gran aspirante a suceder al duopolio City-Liverpool. Desde que la Premier se convirtió en la liga más rica y popular del planeta, nunca había experimentado una humillación parecida de un adversario continental.
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