El incendio en la noche del viernes en la Mezquita-Catedral es un episodio que tuvo a la ciudad con el corazón en un puño. Finalmente, los daños fueron importantes pero se limitaron a una zona muy concreta: la capilla de la Encarnación (también denominada de la Anunciación o la Expectación) sufrió el hundimiento de su techo y un oratorio que se usa como almacén -donde, en principio, se originaron las llamas- sufrió también serios desperfectos. El oratorio de la Encarnación , explicó el Cabildo Catedralicio (responsable del histórico inmueble), es un espacio «de menor valor histórico y patrimonial que el del Espíritu Santo », que está en las inmediaciones del foco de las llamas y se libró de percances de relevancia. Este último es una joya histórica y arquitectónica. Noticia Relacionada Patrimonio estandar No La Policía Científica retoma la inspección en la Mezquita de Córdoba para cerrar el informe del incendio Davinia Delgado Los agentes volverán hoy al monumento tras no poder concluir el examen inicial por zonas sin asegurar, mientras la Policía Judicial asume la investigaciónSu construcción la comenzó en 1569 Hernán Ruiz II y fue su hijo el que la concluyó en 1574. Tuvo una restauración actual , que acabó en 2021 -tras cuatro años de intervención y en la que la entidad responsable de este bien Patrimonio de la Humanidad invirtió 550.000 euros para devolverle su aspecto original y su esplendor renacentista-. Esta última tuvo el daño del humo, pero no se vio afectada la cubierta.Pero pudo haber sufrido el castigo del fuego . Ahora que ha ya han pasado las horas, con más sosiego, se van conociendo detalles de lo que fue una noche tremenda en el monumento. Agustín Moreno , canónigo de la comisión de Seguridad del ente eclesiástico, explicaba ayer a ABC, con el arnés aún puesto -había estado instantes antes con la Policía Científica- y junto a la zona afectada (la de la expansión de Almanzor), un «angustioso» episodio que se había quedado hasta ahora fuera de foco. Rememora que aproximadamente sobre la una de la mañana, cuando el incendio de la capilla de la Anunciación «ya se encuentra extinguido y su techo había colapsado», afrontan un nuevo momento crítico. «Fueron momentos de incertidumbre y angustia», afirma Agustín Moreno, canónigo de la comisión de SeguridadCuando la batalla contra las llamas parecía haber terminado, « detectamos humo en una bóveda de la capilla del Espíritu Santo ». «Se veía cada vez más humo en esa zona y no hay contacto entre ésa y la de la Encarnación. Ésa última había ardido. Le había contagiado el calor, las llamas…».Especial dificultadAl detectarse ese nuevo peligro, recuerda este canónigo, él estaba «arriba, en las cubiertas, y los bomberos pidieron: »¡Una machota y una escala!« ; una escalera, vamos». «Bajé rápidamente», explica evidenciando la lucha contra el reloj que se inició para salvar ese valioso oratorio. Se dirigió al personal de mantenimiento, que estaba en el interior del templo viendo ya la parte apagada del fuego. Y fueron a por machotas – «tres», recuerda con precisión este canónigo-. Las encontraron, así como la escalera, y se subió el citado material necesario para intervenir.Los bomberos, prosigue su relato, «fueron los primeros que intervinieron ». Pero, después, también recibieron la ayuda en esa operación para salvar el oratorio del Espíritu Santo el personal especializado de mantenimiento del monumento , que tienen un enorme dominio de los entresijos de este enorme inmueble (13.000 metros cuadrados). En concreto, resalta, tuvo un papel fundamental « Joaquín , un albañil que conoce muy bien el templo y que tiene una empresa que trabaja para la Mezquita-Catedral. Él es el encargado de reparar las tejas , pero esa noche las tuvo que romper . Es curioso». Un albañil, que conoce a la perfección el monumento, hizo un butrón en la cresta de la capilla y un bombero metió la manguera por él« Abrió la cresta de esa capilla haciendo un butrón », recuerda. Entonces, un bombero, cuyo nombre «no sé» -su voz adquiere un tono de disculpa, porque es muy evidente su agradecimiento a todos los que contribuyeron a evitar una catástrofe-, «metió la manguera por el agujero». A partir de ese momento, se pudo proceder ya a refrescar y se evitaron males mayores. Cree recordar que fueron « unos 20 minutos » -si la percepción del tiempo es subjetiva, ya se puede uno imaginar lo que sucede con ella en situaciones de dificultad máxima- los que se necesitaron para salvar la capilla del Espíritu Santo. « Fueron momentos de incertidumbre y angustia », confiesa abiertamente. «Tú no ves el fuego. No había ningún sitio para abrir, para entrar, porque la bóveda es de piedra y no se veía que hubiese entrado el fuego. Pero salía humo», rememora, como si lo estuviera viendo proyectarse ahora. «Fue un tiempo muy largo», aunque temporalmente se prolongara algo más de un cuarto de hora, reconoce. Resalta la dificultad que tenía trabajar sobre la del Espíritu Santo . «Sí, es fácil meter la manguera en las cubiertas de la Mezquita-Catedral. Pero hay que advertir de que esa capilla está más elevada en su techumbre», detalla. Y advierte de que « no se podía hacer el brutón en el muro porque se iba a tardar mucho y, además, había que utilizar una escalera en un lateral», expone. En esa situación fue determinante, reiteró, «el buen conocimiento que Joaquín tiene de las cubiertas del monumento», de cuya labor se mostró especialmente «orgulloso». No oculta el « sobresalto » que sintió cuando, una vez que se había dado por controlado el fuego, apareció el humo en el citado oratorio. «Los bomberos están más acostumbrados a eso», señala e indica después el motivo de su preocupación. «Es que este monumento no es como un inmueble normal que tienes una estructura más fácil o diáfana» en la que sea más sencillo acometer el combate contra las llamas, sino que «trabajas sobre una construcción del siglo XVI». Durante la conversación de este canónigo con ABC, la banda sonora es el trajín de los trabajos sobre la zona afectada por el incendio. Por ejemplo, se están colocando unas vigas provisionales en la capilla de la Encarnación. Al fondo, se ve el ir y venir de arquitectos, restauradores, arqueólogos, técnicos -incluidos los de la Consejería de Cultura- y personal de mantenimiento. El Cabildo informó de que se han iniciado las labores de acopio del material necesario para los trabajos que habrá que acometer próximamente en el templo. El incendio en la noche del viernes en la Mezquita-Catedral es un episodio que tuvo a la ciudad con el corazón en un puño. Finalmente, los daños fueron importantes pero se limitaron a una zona muy concreta: la capilla de la Encarnación (también denominada de la Anunciación o la Expectación) sufrió el hundimiento de su techo y un oratorio que se usa como almacén -donde, en principio, se originaron las llamas- sufrió también serios desperfectos. El oratorio de la Encarnación , explicó el Cabildo Catedralicio (responsable del histórico inmueble), es un espacio «de menor valor histórico y patrimonial que el del Espíritu Santo », que está en las inmediaciones del foco de las llamas y se libró de percances de relevancia. Este último es una joya histórica y arquitectónica. Noticia Relacionada Patrimonio estandar No La Policía Científica retoma la inspección en la Mezquita de Córdoba para cerrar el informe del incendio Davinia Delgado Los agentes volverán hoy al monumento tras no poder concluir el examen inicial por zonas sin asegurar, mientras la Policía Judicial asume la investigaciónSu construcción la comenzó en 1569 Hernán Ruiz II y fue su hijo el que la concluyó en 1574. Tuvo una restauración actual , que acabó en 2021 -tras cuatro años de intervención y en la que la entidad responsable de este bien Patrimonio de la Humanidad invirtió 550.000 euros para devolverle su aspecto original y su esplendor renacentista-. Esta última tuvo el daño del humo, pero no se vio afectada la cubierta.Pero pudo haber sufrido el castigo del fuego . Ahora que ha ya han pasado las horas, con más sosiego, se van conociendo detalles de lo que fue una noche tremenda en el monumento. Agustín Moreno , canónigo de la comisión de Seguridad del ente eclesiástico, explicaba ayer a ABC, con el arnés aún puesto -había estado instantes antes con la Policía Científica- y junto a la zona afectada (la de la expansión de Almanzor), un «angustioso» episodio que se había quedado hasta ahora fuera de foco. Rememora que aproximadamente sobre la una de la mañana, cuando el incendio de la capilla de la Anunciación «ya se encuentra extinguido y su techo había colapsado», afrontan un nuevo momento crítico. «Fueron momentos de incertidumbre y angustia», afirma Agustín Moreno, canónigo de la comisión de SeguridadCuando la batalla contra las llamas parecía haber terminado, « detectamos humo en una bóveda de la capilla del Espíritu Santo ». «Se veía cada vez más humo en esa zona y no hay contacto entre ésa y la de la Encarnación. Ésa última había ardido. Le había contagiado el calor, las llamas…».Especial dificultadAl detectarse ese nuevo peligro, recuerda este canónigo, él estaba «arriba, en las cubiertas, y los bomberos pidieron: »¡Una machota y una escala!« ; una escalera, vamos». «Bajé rápidamente», explica evidenciando la lucha contra el reloj que se inició para salvar ese valioso oratorio. Se dirigió al personal de mantenimiento, que estaba en el interior del templo viendo ya la parte apagada del fuego. Y fueron a por machotas – «tres», recuerda con precisión este canónigo-. Las encontraron, así como la escalera, y se subió el citado material necesario para intervenir.Los bomberos, prosigue su relato, «fueron los primeros que intervinieron ». Pero, después, también recibieron la ayuda en esa operación para salvar el oratorio del Espíritu Santo el personal especializado de mantenimiento del monumento , que tienen un enorme dominio de los entresijos de este enorme inmueble (13.000 metros cuadrados). En concreto, resalta, tuvo un papel fundamental « Joaquín , un albañil que conoce muy bien el templo y que tiene una empresa que trabaja para la Mezquita-Catedral. Él es el encargado de reparar las tejas , pero esa noche las tuvo que romper . Es curioso». Un albañil, que conoce a la perfección el monumento, hizo un butrón en la cresta de la capilla y un bombero metió la manguera por él« Abrió la cresta de esa capilla haciendo un butrón », recuerda. Entonces, un bombero, cuyo nombre «no sé» -su voz adquiere un tono de disculpa, porque es muy evidente su agradecimiento a todos los que contribuyeron a evitar una catástrofe-, «metió la manguera por el agujero». A partir de ese momento, se pudo proceder ya a refrescar y se evitaron males mayores. Cree recordar que fueron « unos 20 minutos » -si la percepción del tiempo es subjetiva, ya se puede uno imaginar lo que sucede con ella en situaciones de dificultad máxima- los que se necesitaron para salvar la capilla del Espíritu Santo. « Fueron momentos de incertidumbre y angustia », confiesa abiertamente. «Tú no ves el fuego. No había ningún sitio para abrir, para entrar, porque la bóveda es de piedra y no se veía que hubiese entrado el fuego. Pero salía humo», rememora, como si lo estuviera viendo proyectarse ahora. «Fue un tiempo muy largo», aunque temporalmente se prolongara algo más de un cuarto de hora, reconoce. Resalta la dificultad que tenía trabajar sobre la del Espíritu Santo . «Sí, es fácil meter la manguera en las cubiertas de la Mezquita-Catedral. Pero hay que advertir de que esa capilla está más elevada en su techumbre», detalla. Y advierte de que « no se podía hacer el brutón en el muro porque se iba a tardar mucho y, además, había que utilizar una escalera en un lateral», expone. En esa situación fue determinante, reiteró, «el buen conocimiento que Joaquín tiene de las cubiertas del monumento», de cuya labor se mostró especialmente «orgulloso». No oculta el « sobresalto » que sintió cuando, una vez que se había dado por controlado el fuego, apareció el humo en el citado oratorio. «Los bomberos están más acostumbrados a eso», señala e indica después el motivo de su preocupación. «Es que este monumento no es como un inmueble normal que tienes una estructura más fácil o diáfana» en la que sea más sencillo acometer el combate contra las llamas, sino que «trabajas sobre una construcción del siglo XVI». Durante la conversación de este canónigo con ABC, la banda sonora es el trajín de los trabajos sobre la zona afectada por el incendio. Por ejemplo, se están colocando unas vigas provisionales en la capilla de la Encarnación. Al fondo, se ve el ir y venir de arquitectos, restauradores, arqueólogos, técnicos -incluidos los de la Consejería de Cultura- y personal de mantenimiento. El Cabildo informó de que se han iniciado las labores de acopio del material necesario para los trabajos que habrá que acometer próximamente en el templo. El incendio en la noche del viernes en la Mezquita-Catedral es un episodio que tuvo a la ciudad con el corazón en un puño. Finalmente, los daños fueron importantes pero se limitaron a una zona muy concreta: la capilla de la Encarnación (también denominada de la Anunciación o la Expectación) sufrió el hundimiento de su techo y un oratorio que se usa como almacén -donde, en principio, se originaron las llamas- sufrió también serios desperfectos. El oratorio de la Encarnación , explicó el Cabildo Catedralicio (responsable del histórico inmueble), es un espacio «de menor valor histórico y patrimonial que el del Espíritu Santo », que está en las inmediaciones del foco de las llamas y se libró de percances de relevancia. Este último es una joya histórica y arquitectónica. Noticia Relacionada Patrimonio estandar No La Policía Científica retoma la inspección en la Mezquita de Córdoba para cerrar el informe del incendio Davinia Delgado Los agentes volverán hoy al monumento tras no poder concluir el examen inicial por zonas sin asegurar, mientras la Policía Judicial asume la investigaciónSu construcción la comenzó en 1569 Hernán Ruiz II y fue su hijo el que la concluyó en 1574. Tuvo una restauración actual , que acabó en 2021 -tras cuatro años de intervención y en la que la entidad responsable de este bien Patrimonio de la Humanidad invirtió 550.000 euros para devolverle su aspecto original y su esplendor renacentista-. Esta última tuvo el daño del humo, pero no se vio afectada la cubierta.Pero pudo haber sufrido el castigo del fuego . Ahora que ha ya han pasado las horas, con más sosiego, se van conociendo detalles de lo que fue una noche tremenda en el monumento. Agustín Moreno , canónigo de la comisión de Seguridad del ente eclesiástico, explicaba ayer a ABC, con el arnés aún puesto -había estado instantes antes con la Policía Científica- y junto a la zona afectada (la de la expansión de Almanzor), un «angustioso» episodio que se había quedado hasta ahora fuera de foco. Rememora que aproximadamente sobre la una de la mañana, cuando el incendio de la capilla de la Anunciación «ya se encuentra extinguido y su techo había colapsado», afrontan un nuevo momento crítico. «Fueron momentos de incertidumbre y angustia», afirma Agustín Moreno, canónigo de la comisión de SeguridadCuando la batalla contra las llamas parecía haber terminado, « detectamos humo en una bóveda de la capilla del Espíritu Santo ». «Se veía cada vez más humo en esa zona y no hay contacto entre ésa y la de la Encarnación. Ésa última había ardido. Le había contagiado el calor, las llamas…».Especial dificultadAl detectarse ese nuevo peligro, recuerda este canónigo, él estaba «arriba, en las cubiertas, y los bomberos pidieron: »¡Una machota y una escala!« ; una escalera, vamos». «Bajé rápidamente», explica evidenciando la lucha contra el reloj que se inició para salvar ese valioso oratorio. Se dirigió al personal de mantenimiento, que estaba en el interior del templo viendo ya la parte apagada del fuego. Y fueron a por machotas – «tres», recuerda con precisión este canónigo-. Las encontraron, así como la escalera, y se subió el citado material necesario para intervenir.Los bomberos, prosigue su relato, «fueron los primeros que intervinieron ». Pero, después, también recibieron la ayuda en esa operación para salvar el oratorio del Espíritu Santo el personal especializado de mantenimiento del monumento , que tienen un enorme dominio de los entresijos de este enorme inmueble (13.000 metros cuadrados). En concreto, resalta, tuvo un papel fundamental « Joaquín , un albañil que conoce muy bien el templo y que tiene una empresa que trabaja para la Mezquita-Catedral. Él es el encargado de reparar las tejas , pero esa noche las tuvo que romper . Es curioso». Un albañil, que conoce a la perfección el monumento, hizo un butrón en la cresta de la capilla y un bombero metió la manguera por él« Abrió la cresta de esa capilla haciendo un butrón », recuerda. Entonces, un bombero, cuyo nombre «no sé» -su voz adquiere un tono de disculpa, porque es muy evidente su agradecimiento a todos los que contribuyeron a evitar una catástrofe-, «metió la manguera por el agujero». A partir de ese momento, se pudo proceder ya a refrescar y se evitaron males mayores. Cree recordar que fueron « unos 20 minutos » -si la percepción del tiempo es subjetiva, ya se puede uno imaginar lo que sucede con ella en situaciones de dificultad máxima- los que se necesitaron para salvar la capilla del Espíritu Santo. « Fueron momentos de incertidumbre y angustia », confiesa abiertamente. «Tú no ves el fuego. No había ningún sitio para abrir, para entrar, porque la bóveda es de piedra y no se veía que hubiese entrado el fuego. Pero salía humo», rememora, como si lo estuviera viendo proyectarse ahora. «Fue un tiempo muy largo», aunque temporalmente se prolongara algo más de un cuarto de hora, reconoce. Resalta la dificultad que tenía trabajar sobre la del Espíritu Santo . «Sí, es fácil meter la manguera en las cubiertas de la Mezquita-Catedral. Pero hay que advertir de que esa capilla está más elevada en su techumbre», detalla. Y advierte de que « no se podía hacer el brutón en el muro porque se iba a tardar mucho y, además, había que utilizar una escalera en un lateral», expone. En esa situación fue determinante, reiteró, «el buen conocimiento que Joaquín tiene de las cubiertas del monumento», de cuya labor se mostró especialmente «orgulloso». No oculta el « sobresalto » que sintió cuando, una vez que se había dado por controlado el fuego, apareció el humo en el citado oratorio. «Los bomberos están más acostumbrados a eso», señala e indica después el motivo de su preocupación. «Es que este monumento no es como un inmueble normal que tienes una estructura más fácil o diáfana» en la que sea más sencillo acometer el combate contra las llamas, sino que «trabajas sobre una construcción del siglo XVI». Durante la conversación de este canónigo con ABC, la banda sonora es el trajín de los trabajos sobre la zona afectada por el incendio. Por ejemplo, se están colocando unas vigas provisionales en la capilla de la Encarnación. Al fondo, se ve el ir y venir de arquitectos, restauradores, arqueólogos, técnicos -incluidos los de la Consejería de Cultura- y personal de mantenimiento. El Cabildo informó de que se han iniciado las labores de acopio del material necesario para los trabajos que habrá que acometer próximamente en el templo. RSS de noticias de espana/andalucia
Noticias Similares