Hace justo un año y un día que Miquel Buch se convertía en el primer beneficiario de la Ley de Amnistía. Consejero de Interior durante la época de las protestas contra las sentencias del procés, fue condenado a cuatro años y medio de cárcel y a 20 de inhabilitación por haber malversado y prevaricado al permitir que un mosso d’Esquadra hiciera de escolta de Carles Puigdemont durante su permanencia en Bélgica. El 25 de junio de 2024 el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) le aplicaba la ley del olvido penal, lo que suponía hacer borrón de “cuantos registros, anotaciones y antecedentes, incluidos los policiales, se hayan llevado a cabo exclusivamente en virtud de los actos expresamente amnistiados”. Como él, el escolta Lluís Escolà disfrutó de la misma medida. Y, como un cuentagotas, fueron cayendo decisiones judiciales en el mismo sentido.
Hasta ahora la medida de gracia se ha aplicado a unos 210 ciudadanos y activistas y a 164 agentes, según el conteo de Òmnium Cultural
Hace justo un año y un día que Miquel Buch se convertía en el primer beneficiario de la Ley de Amnistía. Consejero de Interior durante la época de las protestas contra las sentencias del procés, fue condenado a cuatro años y medio de cárcel y a 20 de inhabilitación por haber malversado y prevaricado al permitir que un mosso d’Esquadra hiciera de escolta de Carles Puigdemont durante su permanencia en Bélgica. El 25 de junio de 2024 el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) le aplicaba la ley del olvido penal, lo que suponía hacer borrón de “cuantos registros, anotaciones y antecedentes, incluidos los policiales, se hayan llevado a cabo exclusivamente en virtud de los actos expresamente amnistiados”. Como él, el escolta Lluís Escolà disfrutó de la misma medida. Y, como un cuentagotas, fueron cayendo decisiones judiciales en el mismo sentido.
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