En los últimos años se ha vuelto común escuchar que en muchos barrios hay más perros que niños o que con la caída de la natalidad, el número de perros es superior al de menores de 10 años. Aunque sigue siendo objeto de debate, la realidad es que se trata de un fenómeno sin precedentes que refleja un cambio profundo en la relación entre humanos y animales: los perros ya no son solo mascotas, sino miembros de la familia, y muchos son percibidos —y criados— como verdaderos hijos, o en este caso “perrhijos”, como son apodados coloquialmente. Un artículo publicado recientemente por la revista European Psychologist recoge este cambio cultural que ha provocado que muchas personas hayan redirigido sus necesidades de criar y cuidar niños hacia los animales.
La baja natalidad, los cambios sociales y la necesidad biológica de cuidar han redefinido la relación entre canes y humanos, que se remonta 35.000 años
En los últimos años se ha vuelto común escuchar que en muchos barrios hay más perros que niños o que con la caída de la natalidad, el número de perros es superior al de menores de 10 años. Aunque sigue siendo objeto de debate, la realidad es que se trata de un fenómeno sin precedentes que refleja un cambio profundo en la relación entre humanos y animales: los perros ya no son solo mascotas, sino miembros de la familia, y muchos son percibidos —y criados— como verdaderos hijos, o en este caso “perrhijos”, como son apodados coloquialmente. Un artículo publicado recientemente por la revista European Psychologist recoge este cambio cultural que ha provocado que muchas personas hayan redirigido sus necesidades de criar y cuidar niños hacia los animales.
Feed MRSS-S Noticias