La exposición ‘Balenciaga Las Sutilezas de un Diálogo’ llega para desarticular dos ‘fake news’ muy extendidas en los mentideros fashionistas. La primera, la falta de relación entre la institución cultural vasca y la casa de costura, hoy propiedad del grupo Kering. La mentira se desmonta enseguida ya que la muestra, además de ubicarse en el Museo Balenciaga de Guetaria hasta el 11 de enero de 2026, exhibe piezas, en su mayoría, procedentes de archivo de París. Así, «la firma expresa su compromiso de honrar la perdurable influencia de Cristóbal Balenciaga en la moda contemporánea, rindiendo homenaje a sus innovadoras contribuciones y subrayando la conexión con su legado», según cuenta a ABC Gaspard de Massé, director de patrimonio de Balenciaga. La muestra de Guetaria, tierra natal del fundador de la firma de origen español, tiene su punto de partida en París, en el histórico Hospital Laennec, donde se ubica el impresionante cuartel general de Kering. Allí se organizó una exposición anterior, concebida dentro de las Jornadas Europeas de Patrimonio 2024. Sin embargo, ahora viaja al museo vasco transformada, distinta en disposición y con un decorado fundido en negro. También con la misión de «crear una atmósfera dramática y envolvente para acentuar el impacto visual de las prendas. En este entorno más íntimo y oscuro, los colores y texturas de las creaciones históricas de Cristóbal Balenciaga y de los diseños contemporáneos de Demna irradian una nueva intensidad, ofreciendo a los visitantes una experiencia sensorial y emocional diferente a la de la edición parisina», explica Massé.Vista general de la exposición en el museo Balenciaga de Guetaria y en primer plano: top de manga larga de satén de seda rojo atado en la espalda sobre un vestido largo con cola, odelo 42 de la colección de Alta Costura número 51, de Demna para Balenciaga ©Museo Cristóbal BalenciagaEs bueno señalar que es la primera vez que el público puede ver las creaciones del Balenciaga de todos los tiempos en un entorno museístico. La sintonía entre la institución vasca y la firma de moda siempre ha sido «fluida, principalmente con fines de investigación», confirma Igor Uría, director de colecciones en la Fundación Cristóbal Balenciaga. «En años anteriores ya habíamos mantenido conversaciones, con objeto de establecer este diálogo, pero ha sido con esta exposición cuando se ha conseguido materializar». El segundo bulo está mucho más extendido. Acusa de falta de consideración con el legado de Cristóbal a Demna Gvasalia (Sujumi, Georgia, 25 de marzo de 1981), director creativo de Balenciaga hasta hace unas semanas. «Presumo que muchos de los críticos con el trabajo de Demna mantienen la vista en un espejo de cuerpo entero; sin embargo, su mirada nace de una bola de espejos, que reflejan partículas minúsculas que componen el mismo todo», defiende Uría. Dicho de forma menos elegante, pero más directa, las colecciones de la última década, consideradas por algunos como una falta de respeto al maestro, son, en realidad, un análisis amplificado y actualizado de las genialidades de costura de Cristóbal. Demna, según explica Massé, «no imita, interpreta» y aún va más allá calificando el trabajo del georgiano como «moderno, vanguardista, cargado de humor, respeto y atemporal, pero también disruptivo y profundamente arraigado en el legado de Balenciaga». Cómo dialoga la Alta CosturaMientras en Guetaria se rinde homenaje al diálogo sutil entre el modisto vasco y el diseñador georgiano, este último se despedía de la firma con una última colección de Alta Costura para otoño-invierno 2025/26. Se va a Gucci, no sin antes disparar su traca final desde el legendario salón de la avenida George V de París, donde el fundador presentaba sus creaciones hace más de 70 años. «Será muy conceptual», apenas alcanzó a decir Demna a ‘Vogue’ un mes antes del ‘show’ con la parquedad propia de Cristóbal. Como también hacía el maestro, habló con su trabajo. El desfile, celebrado el pasado 7 de julio, se hizo a puerta cerrada y sin música. Kim Kardashian, Naomi Campbell, la actriz francesa Isabelle Huppert o la top de Eva Herzigova fueron las modelos a las que admiraban desde el ‘front row’ Nicole Kidman, Katy Perry, Cardi B o el mismísimo Pierpaolo Piccioli, quien le sucederá en el cargo en Balenciaga, tras una exitosa carrera en Valentino.La colección de despedida está llena de guiños de Demna a las siluetas y a la elegancia de Cristóbal. Su personal homenaje al maestro que desmonta el bulo, también se puede ver en la exposición de Guetaria: «La estética, la técnica y la creatividad, son, sin duda, códigos icónicos muy visibles en ambos creadores, además de su concepción escultórica de la moda, ya que sus siluetas redefinen la forma del cuerpo», cuenta Massé. Para Igor Uría «la innovación y el valor de la historia» son los nexos de unión más fuertes entre ambos.Las 31 obras de Alta Costura exhibidas en el museo de Guetaria dialogan en una conversación atemporal, donde pasado y presente se unen y dividen en los siguientes temas: ‘El cuello: un encuadre para la nuca’, ‘la manga tres cuartos: perfección obsesiva’, ‘la cintura hourglass como símbolo social’, ‘la espalda cocoon: metamorfosis de las líneas’ y ‘el color Balenciaga’. «Un no-color», explica Uría, «que ha favorecido la uniformidad en la moda actual, mientras que para Cristóbal Balenciaga es un elemento que distingue la silueta, el corte y la elegancia de quien lo viste». Y Demna, al igual que el maestro, da preferencia al tono oscuro en sus creaciones porque es «profundo y sensible».Vitrina con ventanas de ojo de buey para ver en con detalle los cuellos de las piezas. De izq. a dcha.: capa de terciopelo de seda morado de tejido drapeado con cuello grande en volante, costuras que conectan con la espalda y mangas japonesas con puños, modelo 145 de la colección de invierno de 1951, de Cristóbal Balenciaga. Abrigo rojo de fieltro con escote caído en la espalda, cuello alto forrado para resaltar el rostro y mangas ‘oversize’ fruncidas, es el modelo 65 de la colección de invierno 2019, firmado por Demna para Balenciaga. Conjunto de noche verde escarabajo iridiscente compuesto por una capa con solapa ancha y fruncida que rodea el cuello y vestido con cuello barco y mangas tres cuartos, bordadas con cuentas doradas, ‘strass’ rosa y cristales esmeralda, modelo 102 de invierno de 1961, de Cristóbal Balenciaga ©Museo Cristóbal BalenciagaPara Uría, la pieza más representativa de la exposición la firma Cristóbal. Negra e icónica, se la conoce como ‘Chou’ y pertenece a la colección de Alta Costura de invierno de 1967: «Es una capa drapeada que enmarca el rostro y desdibuja la parte superior del cuerpo femenino». Massé, en cambio, se decanta por un diseño de Demna de «estructura audaz, sastrería impecable y un enfoque radical de la silueta». La obra «marca un momento crucial en la historia de la casa». Cincuenta y tres años después, la firma volvió a la superliga de la costura con este traje naranja. Muchos críticos y admiradores esperaban el retorno, que no se materializó hasta julio de 2021. Denma dio el golpe definitivo en la mesa.Vestido capa número 53 de la colección de Alta Costura de invierno 2021, firmada por Demna para Balenciaga ©Archivos Balenciaga, París, y Mark BorthwickEl diseñador georgiano «cuestiona las convenciones, el consumismo e incluso el propio papel de la moda en la sociedad contemporánea», explica Massé. Algo en lo que coincide también con el maestro: «ambos fueron conscientes de la época que vivían y lo reflejaron en sus creaciones, mostrando a la sociedad los códigos que la regían con excelencia y respeto o con laxitud y permisibilidad, sin olvidar la innovación y el valor de la historia», apuntala Uría.Vestido de la sección ‘Cintura Hourglass’, un diseño de noche llamado ‘Drama’ de terciopelo rojo arrugado, cuello alto y volante acampanado fruncido con crinolina, es el modelo 44, de la colección de verano de 2022, de Demna para Balenciaga. ©Museo Cristóbal BalenciagaSalvo una de las piezas, que pertenece al museo de Guetaria, el resto de las exhibidas en la exposición ‘Balenciaga. Las Sutilezas de un Diálogo’ proceden del archivo que atesora la firma en París, donde cuenta con obras que datan desde los primeros trabajos de Cristóbal hasta las más actuales colecciones de ‘prêt-à porter’ y Alta Costura. Visitar esta muestra, pasear por la villa natal del fundador de la casa de costura, es una experiencia única. Un disfrute. Un ejercicio, como relata Massé, de «observación, reflexión y apreciación». Un legado de «creatividad, investigación y excelencia» que, como dice Uría, hay que mostrar a las futuras generaciones. La exposición ‘Balenciaga Las Sutilezas de un Diálogo’ llega para desarticular dos ‘fake news’ muy extendidas en los mentideros fashionistas. La primera, la falta de relación entre la institución cultural vasca y la casa de costura, hoy propiedad del grupo Kering. La mentira se desmonta enseguida ya que la muestra, además de ubicarse en el Museo Balenciaga de Guetaria hasta el 11 de enero de 2026, exhibe piezas, en su mayoría, procedentes de archivo de París. Así, «la firma expresa su compromiso de honrar la perdurable influencia de Cristóbal Balenciaga en la moda contemporánea, rindiendo homenaje a sus innovadoras contribuciones y subrayando la conexión con su legado», según cuenta a ABC Gaspard de Massé, director de patrimonio de Balenciaga. La muestra de Guetaria, tierra natal del fundador de la firma de origen español, tiene su punto de partida en París, en el histórico Hospital Laennec, donde se ubica el impresionante cuartel general de Kering. Allí se organizó una exposición anterior, concebida dentro de las Jornadas Europeas de Patrimonio 2024. Sin embargo, ahora viaja al museo vasco transformada, distinta en disposición y con un decorado fundido en negro. También con la misión de «crear una atmósfera dramática y envolvente para acentuar el impacto visual de las prendas. En este entorno más íntimo y oscuro, los colores y texturas de las creaciones históricas de Cristóbal Balenciaga y de los diseños contemporáneos de Demna irradian una nueva intensidad, ofreciendo a los visitantes una experiencia sensorial y emocional diferente a la de la edición parisina», explica Massé.Vista general de la exposición en el museo Balenciaga de Guetaria y en primer plano: top de manga larga de satén de seda rojo atado en la espalda sobre un vestido largo con cola, odelo 42 de la colección de Alta Costura número 51, de Demna para Balenciaga ©Museo Cristóbal BalenciagaEs bueno señalar que es la primera vez que el público puede ver las creaciones del Balenciaga de todos los tiempos en un entorno museístico. La sintonía entre la institución vasca y la firma de moda siempre ha sido «fluida, principalmente con fines de investigación», confirma Igor Uría, director de colecciones en la Fundación Cristóbal Balenciaga. «En años anteriores ya habíamos mantenido conversaciones, con objeto de establecer este diálogo, pero ha sido con esta exposición cuando se ha conseguido materializar». El segundo bulo está mucho más extendido. Acusa de falta de consideración con el legado de Cristóbal a Demna Gvasalia (Sujumi, Georgia, 25 de marzo de 1981), director creativo de Balenciaga hasta hace unas semanas. «Presumo que muchos de los críticos con el trabajo de Demna mantienen la vista en un espejo de cuerpo entero; sin embargo, su mirada nace de una bola de espejos, que reflejan partículas minúsculas que componen el mismo todo», defiende Uría. Dicho de forma menos elegante, pero más directa, las colecciones de la última década, consideradas por algunos como una falta de respeto al maestro, son, en realidad, un análisis amplificado y actualizado de las genialidades de costura de Cristóbal. Demna, según explica Massé, «no imita, interpreta» y aún va más allá calificando el trabajo del georgiano como «moderno, vanguardista, cargado de humor, respeto y atemporal, pero también disruptivo y profundamente arraigado en el legado de Balenciaga». Cómo dialoga la Alta CosturaMientras en Guetaria se rinde homenaje al diálogo sutil entre el modisto vasco y el diseñador georgiano, este último se despedía de la firma con una última colección de Alta Costura para otoño-invierno 2025/26. Se va a Gucci, no sin antes disparar su traca final desde el legendario salón de la avenida George V de París, donde el fundador presentaba sus creaciones hace más de 70 años. «Será muy conceptual», apenas alcanzó a decir Demna a ‘Vogue’ un mes antes del ‘show’ con la parquedad propia de Cristóbal. Como también hacía el maestro, habló con su trabajo. El desfile, celebrado el pasado 7 de julio, se hizo a puerta cerrada y sin música. Kim Kardashian, Naomi Campbell, la actriz francesa Isabelle Huppert o la top de Eva Herzigova fueron las modelos a las que admiraban desde el ‘front row’ Nicole Kidman, Katy Perry, Cardi B o el mismísimo Pierpaolo Piccioli, quien le sucederá en el cargo en Balenciaga, tras una exitosa carrera en Valentino.La colección de despedida está llena de guiños de Demna a las siluetas y a la elegancia de Cristóbal. Su personal homenaje al maestro que desmonta el bulo, también se puede ver en la exposición de Guetaria: «La estética, la técnica y la creatividad, son, sin duda, códigos icónicos muy visibles en ambos creadores, además de su concepción escultórica de la moda, ya que sus siluetas redefinen la forma del cuerpo», cuenta Massé. Para Igor Uría «la innovación y el valor de la historia» son los nexos de unión más fuertes entre ambos.Las 31 obras de Alta Costura exhibidas en el museo de Guetaria dialogan en una conversación atemporal, donde pasado y presente se unen y dividen en los siguientes temas: ‘El cuello: un encuadre para la nuca’, ‘la manga tres cuartos: perfección obsesiva’, ‘la cintura hourglass como símbolo social’, ‘la espalda cocoon: metamorfosis de las líneas’ y ‘el color Balenciaga’. «Un no-color», explica Uría, «que ha favorecido la uniformidad en la moda actual, mientras que para Cristóbal Balenciaga es un elemento que distingue la silueta, el corte y la elegancia de quien lo viste». Y Demna, al igual que el maestro, da preferencia al tono oscuro en sus creaciones porque es «profundo y sensible».Vitrina con ventanas de ojo de buey para ver en con detalle los cuellos de las piezas. De izq. a dcha.: capa de terciopelo de seda morado de tejido drapeado con cuello grande en volante, costuras que conectan con la espalda y mangas japonesas con puños, modelo 145 de la colección de invierno de 1951, de Cristóbal Balenciaga. Abrigo rojo de fieltro con escote caído en la espalda, cuello alto forrado para resaltar el rostro y mangas ‘oversize’ fruncidas, es el modelo 65 de la colección de invierno 2019, firmado por Demna para Balenciaga. Conjunto de noche verde escarabajo iridiscente compuesto por una capa con solapa ancha y fruncida que rodea el cuello y vestido con cuello barco y mangas tres cuartos, bordadas con cuentas doradas, ‘strass’ rosa y cristales esmeralda, modelo 102 de invierno de 1961, de Cristóbal Balenciaga ©Museo Cristóbal BalenciagaPara Uría, la pieza más representativa de la exposición la firma Cristóbal. Negra e icónica, se la conoce como ‘Chou’ y pertenece a la colección de Alta Costura de invierno de 1967: «Es una capa drapeada que enmarca el rostro y desdibuja la parte superior del cuerpo femenino». Massé, en cambio, se decanta por un diseño de Demna de «estructura audaz, sastrería impecable y un enfoque radical de la silueta». La obra «marca un momento crucial en la historia de la casa». Cincuenta y tres años después, la firma volvió a la superliga de la costura con este traje naranja. Muchos críticos y admiradores esperaban el retorno, que no se materializó hasta julio de 2021. Denma dio el golpe definitivo en la mesa.Vestido capa número 53 de la colección de Alta Costura de invierno 2021, firmada por Demna para Balenciaga ©Archivos Balenciaga, París, y Mark BorthwickEl diseñador georgiano «cuestiona las convenciones, el consumismo e incluso el propio papel de la moda en la sociedad contemporánea», explica Massé. Algo en lo que coincide también con el maestro: «ambos fueron conscientes de la época que vivían y lo reflejaron en sus creaciones, mostrando a la sociedad los códigos que la regían con excelencia y respeto o con laxitud y permisibilidad, sin olvidar la innovación y el valor de la historia», apuntala Uría.Vestido de la sección ‘Cintura Hourglass’, un diseño de noche llamado ‘Drama’ de terciopelo rojo arrugado, cuello alto y volante acampanado fruncido con crinolina, es el modelo 44, de la colección de verano de 2022, de Demna para Balenciaga. ©Museo Cristóbal BalenciagaSalvo una de las piezas, que pertenece al museo de Guetaria, el resto de las exhibidas en la exposición ‘Balenciaga. Las Sutilezas de un Diálogo’ proceden del archivo que atesora la firma en París, donde cuenta con obras que datan desde los primeros trabajos de Cristóbal hasta las más actuales colecciones de ‘prêt-à porter’ y Alta Costura. Visitar esta muestra, pasear por la villa natal del fundador de la casa de costura, es una experiencia única. Un disfrute. Un ejercicio, como relata Massé, de «observación, reflexión y apreciación». Un legado de «creatividad, investigación y excelencia» que, como dice Uría, hay que mostrar a las futuras generaciones. La exposición ‘Balenciaga Las Sutilezas de un Diálogo’ llega para desarticular dos ‘fake news’ muy extendidas en los mentideros fashionistas. La primera, la falta de relación entre la institución cultural vasca y la casa de costura, hoy propiedad del grupo Kering. La mentira se desmonta enseguida ya que la muestra, además de ubicarse en el Museo Balenciaga de Guetaria hasta el 11 de enero de 2026, exhibe piezas, en su mayoría, procedentes de archivo de París. Así, «la firma expresa su compromiso de honrar la perdurable influencia de Cristóbal Balenciaga en la moda contemporánea, rindiendo homenaje a sus innovadoras contribuciones y subrayando la conexión con su legado», según cuenta a ABC Gaspard de Massé, director de patrimonio de Balenciaga. La muestra de Guetaria, tierra natal del fundador de la firma de origen español, tiene su punto de partida en París, en el histórico Hospital Laennec, donde se ubica el impresionante cuartel general de Kering. Allí se organizó una exposición anterior, concebida dentro de las Jornadas Europeas de Patrimonio 2024. Sin embargo, ahora viaja al museo vasco transformada, distinta en disposición y con un decorado fundido en negro. También con la misión de «crear una atmósfera dramática y envolvente para acentuar el impacto visual de las prendas. En este entorno más íntimo y oscuro, los colores y texturas de las creaciones históricas de Cristóbal Balenciaga y de los diseños contemporáneos de Demna irradian una nueva intensidad, ofreciendo a los visitantes una experiencia sensorial y emocional diferente a la de la edición parisina», explica Massé.Vista general de la exposición en el museo Balenciaga de Guetaria y en primer plano: top de manga larga de satén de seda rojo atado en la espalda sobre un vestido largo con cola, odelo 42 de la colección de Alta Costura número 51, de Demna para Balenciaga ©Museo Cristóbal BalenciagaEs bueno señalar que es la primera vez que el público puede ver las creaciones del Balenciaga de todos los tiempos en un entorno museístico. La sintonía entre la institución vasca y la firma de moda siempre ha sido «fluida, principalmente con fines de investigación», confirma Igor Uría, director de colecciones en la Fundación Cristóbal Balenciaga. «En años anteriores ya habíamos mantenido conversaciones, con objeto de establecer este diálogo, pero ha sido con esta exposición cuando se ha conseguido materializar». El segundo bulo está mucho más extendido. Acusa de falta de consideración con el legado de Cristóbal a Demna Gvasalia (Sujumi, Georgia, 25 de marzo de 1981), director creativo de Balenciaga hasta hace unas semanas. «Presumo que muchos de los críticos con el trabajo de Demna mantienen la vista en un espejo de cuerpo entero; sin embargo, su mirada nace de una bola de espejos, que reflejan partículas minúsculas que componen el mismo todo», defiende Uría. Dicho de forma menos elegante, pero más directa, las colecciones de la última década, consideradas por algunos como una falta de respeto al maestro, son, en realidad, un análisis amplificado y actualizado de las genialidades de costura de Cristóbal. Demna, según explica Massé, «no imita, interpreta» y aún va más allá calificando el trabajo del georgiano como «moderno, vanguardista, cargado de humor, respeto y atemporal, pero también disruptivo y profundamente arraigado en el legado de Balenciaga». Cómo dialoga la Alta CosturaMientras en Guetaria se rinde homenaje al diálogo sutil entre el modisto vasco y el diseñador georgiano, este último se despedía de la firma con una última colección de Alta Costura para otoño-invierno 2025/26. Se va a Gucci, no sin antes disparar su traca final desde el legendario salón de la avenida George V de París, donde el fundador presentaba sus creaciones hace más de 70 años. «Será muy conceptual», apenas alcanzó a decir Demna a ‘Vogue’ un mes antes del ‘show’ con la parquedad propia de Cristóbal. Como también hacía el maestro, habló con su trabajo. El desfile, celebrado el pasado 7 de julio, se hizo a puerta cerrada y sin música. Kim Kardashian, Naomi Campbell, la actriz francesa Isabelle Huppert o la top de Eva Herzigova fueron las modelos a las que admiraban desde el ‘front row’ Nicole Kidman, Katy Perry, Cardi B o el mismísimo Pierpaolo Piccioli, quien le sucederá en el cargo en Balenciaga, tras una exitosa carrera en Valentino.La colección de despedida está llena de guiños de Demna a las siluetas y a la elegancia de Cristóbal. Su personal homenaje al maestro que desmonta el bulo, también se puede ver en la exposición de Guetaria: «La estética, la técnica y la creatividad, son, sin duda, códigos icónicos muy visibles en ambos creadores, además de su concepción escultórica de la moda, ya que sus siluetas redefinen la forma del cuerpo», cuenta Massé. Para Igor Uría «la innovación y el valor de la historia» son los nexos de unión más fuertes entre ambos.Las 31 obras de Alta Costura exhibidas en el museo de Guetaria dialogan en una conversación atemporal, donde pasado y presente se unen y dividen en los siguientes temas: ‘El cuello: un encuadre para la nuca’, ‘la manga tres cuartos: perfección obsesiva’, ‘la cintura hourglass como símbolo social’, ‘la espalda cocoon: metamorfosis de las líneas’ y ‘el color Balenciaga’. «Un no-color», explica Uría, «que ha favorecido la uniformidad en la moda actual, mientras que para Cristóbal Balenciaga es un elemento que distingue la silueta, el corte y la elegancia de quien lo viste». Y Demna, al igual que el maestro, da preferencia al tono oscuro en sus creaciones porque es «profundo y sensible».Vitrina con ventanas de ojo de buey para ver en con detalle los cuellos de las piezas. De izq. a dcha.: capa de terciopelo de seda morado de tejido drapeado con cuello grande en volante, costuras que conectan con la espalda y mangas japonesas con puños, modelo 145 de la colección de invierno de 1951, de Cristóbal Balenciaga. Abrigo rojo de fieltro con escote caído en la espalda, cuello alto forrado para resaltar el rostro y mangas ‘oversize’ fruncidas, es el modelo 65 de la colección de invierno 2019, firmado por Demna para Balenciaga. Conjunto de noche verde escarabajo iridiscente compuesto por una capa con solapa ancha y fruncida que rodea el cuello y vestido con cuello barco y mangas tres cuartos, bordadas con cuentas doradas, ‘strass’ rosa y cristales esmeralda, modelo 102 de invierno de 1961, de Cristóbal Balenciaga ©Museo Cristóbal BalenciagaPara Uría, la pieza más representativa de la exposición la firma Cristóbal. Negra e icónica, se la conoce como ‘Chou’ y pertenece a la colección de Alta Costura de invierno de 1967: «Es una capa drapeada que enmarca el rostro y desdibuja la parte superior del cuerpo femenino». Massé, en cambio, se decanta por un diseño de Demna de «estructura audaz, sastrería impecable y un enfoque radical de la silueta». La obra «marca un momento crucial en la historia de la casa». Cincuenta y tres años después, la firma volvió a la superliga de la costura con este traje naranja. Muchos críticos y admiradores esperaban el retorno, que no se materializó hasta julio de 2021. Denma dio el golpe definitivo en la mesa.Vestido capa número 53 de la colección de Alta Costura de invierno 2021, firmada por Demna para Balenciaga ©Archivos Balenciaga, París, y Mark BorthwickEl diseñador georgiano «cuestiona las convenciones, el consumismo e incluso el propio papel de la moda en la sociedad contemporánea», explica Massé. Algo en lo que coincide también con el maestro: «ambos fueron conscientes de la época que vivían y lo reflejaron en sus creaciones, mostrando a la sociedad los códigos que la regían con excelencia y respeto o con laxitud y permisibilidad, sin olvidar la innovación y el valor de la historia», apuntala Uría.Vestido de la sección ‘Cintura Hourglass’, un diseño de noche llamado ‘Drama’ de terciopelo rojo arrugado, cuello alto y volante acampanado fruncido con crinolina, es el modelo 44, de la colección de verano de 2022, de Demna para Balenciaga. ©Museo Cristóbal BalenciagaSalvo una de las piezas, que pertenece al museo de Guetaria, el resto de las exhibidas en la exposición ‘Balenciaga. Las Sutilezas de un Diálogo’ proceden del archivo que atesora la firma en París, donde cuenta con obras que datan desde los primeros trabajos de Cristóbal hasta las más actuales colecciones de ‘prêt-à porter’ y Alta Costura. Visitar esta muestra, pasear por la villa natal del fundador de la casa de costura, es una experiencia única. Un disfrute. Un ejercicio, como relata Massé, de «observación, reflexión y apreciación». Un legado de «creatividad, investigación y excelencia» que, como dice Uría, hay que mostrar a las futuras generaciones. RSS de noticias de cultura
Noticias Similares