Todos tenemos pensamientos que nos asaltan de forma recurrente. Nuestra época se ha caracterizado por la poderosa influencia que las redes sociales ejercen en nosotros. De todos los fenómenos que surgen y desaparecen con la rapidez a la que nos hemos acostumbrado en internet, la moda de los vídeos ASMR se ha expandido a todas las temáticas en plataformas como TikTok, Facebook, YouTube o Instagram. Las redes sociales han revelado que los hombres tienen una extraña propensión a pensar en el Imperio Romano, pero también, a someterse a unas extrañas estimulaciones sensoriales producidas por vídeos en los que el sonido tiene, quizás, más importancia que la imagen, y a los que nuestro cerebro responde con una placentera descarga de dopamina. EL PAÍS cuenta en esta entrega de la serie de verano Mi imperio romano, por qué los vídeos ASMR han llegado para quedarse.
El fenómeno de los vídeos con respuesta sensorial meridiana autónoma (ASMR) ha explotado hasta abarcar vídeos tan diversos como algunos de deportes extremos, peluquería o gastronomía
Todos tenemos pensamientos que nos asaltan de forma recurrente. Nuestra época se ha caracterizado por la poderosa influencia que las redes sociales ejercen en nosotros. De todos los fenómenos que surgen y desaparecen con la rapidez a la que nos hemos acostumbrado en internet, la moda de los vídeos ASMR se ha expandido a todas las temáticas en plataformas como TikTok, Facebook, YouTube o Instagram. Las redes sociales han revelado que los hombres tienen una extraña propensión a pensar en el Imperio Romano, pero también, a someterse a unas extrañas estimulaciones sensoriales producidas por vídeos en los que el sonido tiene, quizás, más importancia que la imagen, y a los que nuestro cerebro responde con una placentera descarga de dopamina. EL PAÍS cuenta en esta entrega de la serie de verano Mi imperio romano, por qué los vídeos ASMR han llegado para quedarse.
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