«Algunos parecían otra cosa, pero al final todos han manseado», salía diciendo un aficionado de Las Ventas. Perfecto resumen de la novillada. Frente a los de Los Maños estuvo una terna de ilusionante futuro: destacó el valor de El Mella, la mano de los dineros de Cid y la inteligencia de Candelas. Una presentación en Madrid más que digna fue la del Mella, con susto incluido en la suerte suprema: El novillo, que esperaba, le prendió y lo sostuvo una eternidad por el pitón. Un susto tremendo del que se levantó sin mirarse, para tranquilidad de los presentes, a los que había brindado el novillo. A este primer novillo, un precioso cárdeno careto, lo había llevado el extremeño con un buen galleo por chicuelinas al caballo, donde tuvo más genio que bravura Volador, y le realizó Cid de María un bonito quite de tintes orteguistas por delantales, abrochados por una bonita media. Comenzó en los medios Sergio, tras una buena lidia, y encontró la distancia perfecta del utrero desde el principio. Parecía que el novillo se iba a quedar ahí, pero el buen hacer del novillero hizo que se viniera arriba. Supo sujetarlo y embarcarlo a la perfección Domínguez, y respondió bien el noble animal , que siempre tendía a salir desentendido. Pese a que se embarulló un poco al final, estuvo muy bien el chaval.Con cinco largas y una media de rodillas recibió El Mella al cuatro. Original inicio y toda una declaración de intenciones. Pelea de manso tuvo en varas, donde no se le picó pese a que intentó lucirlo Domínguez. Pero pocas virtudes había que lucir. Se encaró el picador con el público, y la pitada se debió oír hasta en Barcarrota… Pero era complicado picar a un toro que pegaba brincos y coces al sentir el hierro, con evidente riesgo para el varilarguero, que a punto estuvo de caer de la cabalgadura. Pese a las buenas intenciones de Sergio, que expuso mucho, poco pudo hacer con Corbeto.A portagayola se fue Cid de María a recibir a Barbatristres. A manos de Robleño fue el brindis del alcarreno, que ligó series templadas a un utrero que no decía nada. Pese a eso, dio naturales francamente buenos, con un concepto muy puro. Los remates por bajo, de mucha torería. A gorrazos anduvo Cristian, al que se le pidió la oreja de un novillo que no la tenía. Mención especial merece la perfecta estocada, que ya era merecedora del premio, no concedido de forma injusta por la presidencia. Noticia Relacionada Los finalistas del Cénate Las Ventas estandar Si «Cuando uno se entrega, Dios también pone de su parte para que las cosas salgan» Alicia P. VelardeCon una buena media abrochó el recibo de Cid a este Robahierba, un novillo de embestida franca. Lo cuidó de primeras el de Yunquera, porque el animal tampoco era un derroche de bravura, y supo sacarle buenos muletazos con la zurda, ya obligando al cárdeno con naturales muy profundos, y un cambio de mano muy bueno. Una lástima que se atascara con la espada.Mansito de salida fue el tercero, que propinó una voltereta a Ignacio Candelas con el capote, sin consecuencias. Buena vara de Francisco Javier Ortiz, y mejor la media de El Mella en el quite, aunque le novillo no humillaba ni por equivocación. Expuso muchísimo Víctor del Pozo con los palos. Comenzó por bajo Candelas en un buen inicio, pero el novillo era tardo y manseaba. Pese a eso, repetía cuando le citaba, aunque se distraía con el vuelo de una mosca. Tecloso y de embestida incómoda. Novillo más de público predispuesto con el hierro, que para el novillero. Muy por encima de este Cupletero estuvo el rondeño. LAS VENTAS Plaza de toros Monumental de Las Ventas. Jueves, 7 de agosto de 2025. Entrada: 7.463 espectadores. Novillos de Los Maños, de justa presentación, mansos y teclosos en líneas generales, encastado el 6º. El Mella, de caña y oro. Estocada atravesada, dos pinchazo y descabello (silencio). Estocada tendida, contraria y atravesada (saludos). Cid de María, de gris perla y oro. Estoconazo (vuelta tras petición). Cinco pinchazos, dos pinchazos hondos y descabello (silencio). Ignacio Candelas, de corinto y azabache. Pinchazo, estocada tendida y descabello (saludos). Estocada muy trasera caída y tres descabellos (silencio).Tras pinchar, el manso le pegó un arreón (cosa que hizo en varios momentos de la faena), dándole otro porrazo. Le esperaba a la segunda, dejando el chaval una estocada tendida, aunque tuvo mérito que metiera la mano. Tras descabellar, indicada Ignacio a su cuadrilla que le dolía el tobillo derecho. Normal después del volteretón. Se nota el público veraniego, que ovacionó a este mentiroso novillo, que nunca se entregó ni embistió por derecho.Cerró la noche un negro entrepelado al que se le pegó fuerte en varas, y lo bregó muy bien Del Pozo. Con el tobillo vendado y una visible cojera, Candelas intentó poderle en un inicio por bajo. El utrero quería todo por abajo y trasmitía, aunque no terminaba de humillar, pero era de lejos el mejor de la noche. Encastadito fue el animal, aunque se acabó pronto, e inteligente estuvo el novillero, mermado físicamente pero con las ideas claras. Finalizó por unas limpias manoletinas, y en el momento justo cogió la espada. Se pasó mucho con el estoque, pero fue otra buena presentación. «Algunos parecían otra cosa, pero al final todos han manseado», salía diciendo un aficionado de Las Ventas. Perfecto resumen de la novillada. Frente a los de Los Maños estuvo una terna de ilusionante futuro: destacó el valor de El Mella, la mano de los dineros de Cid y la inteligencia de Candelas. Una presentación en Madrid más que digna fue la del Mella, con susto incluido en la suerte suprema: El novillo, que esperaba, le prendió y lo sostuvo una eternidad por el pitón. Un susto tremendo del que se levantó sin mirarse, para tranquilidad de los presentes, a los que había brindado el novillo. A este primer novillo, un precioso cárdeno careto, lo había llevado el extremeño con un buen galleo por chicuelinas al caballo, donde tuvo más genio que bravura Volador, y le realizó Cid de María un bonito quite de tintes orteguistas por delantales, abrochados por una bonita media. Comenzó en los medios Sergio, tras una buena lidia, y encontró la distancia perfecta del utrero desde el principio. Parecía que el novillo se iba a quedar ahí, pero el buen hacer del novillero hizo que se viniera arriba. Supo sujetarlo y embarcarlo a la perfección Domínguez, y respondió bien el noble animal , que siempre tendía a salir desentendido. Pese a que se embarulló un poco al final, estuvo muy bien el chaval.Con cinco largas y una media de rodillas recibió El Mella al cuatro. Original inicio y toda una declaración de intenciones. Pelea de manso tuvo en varas, donde no se le picó pese a que intentó lucirlo Domínguez. Pero pocas virtudes había que lucir. Se encaró el picador con el público, y la pitada se debió oír hasta en Barcarrota… Pero era complicado picar a un toro que pegaba brincos y coces al sentir el hierro, con evidente riesgo para el varilarguero, que a punto estuvo de caer de la cabalgadura. Pese a las buenas intenciones de Sergio, que expuso mucho, poco pudo hacer con Corbeto.A portagayola se fue Cid de María a recibir a Barbatristres. A manos de Robleño fue el brindis del alcarreno, que ligó series templadas a un utrero que no decía nada. Pese a eso, dio naturales francamente buenos, con un concepto muy puro. Los remates por bajo, de mucha torería. A gorrazos anduvo Cristian, al que se le pidió la oreja de un novillo que no la tenía. Mención especial merece la perfecta estocada, que ya era merecedora del premio, no concedido de forma injusta por la presidencia. Noticia Relacionada Los finalistas del Cénate Las Ventas estandar Si «Cuando uno se entrega, Dios también pone de su parte para que las cosas salgan» Alicia P. VelardeCon una buena media abrochó el recibo de Cid a este Robahierba, un novillo de embestida franca. Lo cuidó de primeras el de Yunquera, porque el animal tampoco era un derroche de bravura, y supo sacarle buenos muletazos con la zurda, ya obligando al cárdeno con naturales muy profundos, y un cambio de mano muy bueno. Una lástima que se atascara con la espada.Mansito de salida fue el tercero, que propinó una voltereta a Ignacio Candelas con el capote, sin consecuencias. Buena vara de Francisco Javier Ortiz, y mejor la media de El Mella en el quite, aunque le novillo no humillaba ni por equivocación. Expuso muchísimo Víctor del Pozo con los palos. Comenzó por bajo Candelas en un buen inicio, pero el novillo era tardo y manseaba. Pese a eso, repetía cuando le citaba, aunque se distraía con el vuelo de una mosca. Tecloso y de embestida incómoda. Novillo más de público predispuesto con el hierro, que para el novillero. Muy por encima de este Cupletero estuvo el rondeño. LAS VENTAS Plaza de toros Monumental de Las Ventas. Jueves, 7 de agosto de 2025. Entrada: 7.463 espectadores. Novillos de Los Maños, de justa presentación, mansos y teclosos en líneas generales, encastado el 6º. El Mella, de caña y oro. Estocada atravesada, dos pinchazo y descabello (silencio). Estocada tendida, contraria y atravesada (saludos). Cid de María, de gris perla y oro. Estoconazo (vuelta tras petición). Cinco pinchazos, dos pinchazos hondos y descabello (silencio). Ignacio Candelas, de corinto y azabache. Pinchazo, estocada tendida y descabello (saludos). Estocada muy trasera caída y tres descabellos (silencio).Tras pinchar, el manso le pegó un arreón (cosa que hizo en varios momentos de la faena), dándole otro porrazo. Le esperaba a la segunda, dejando el chaval una estocada tendida, aunque tuvo mérito que metiera la mano. Tras descabellar, indicada Ignacio a su cuadrilla que le dolía el tobillo derecho. Normal después del volteretón. Se nota el público veraniego, que ovacionó a este mentiroso novillo, que nunca se entregó ni embistió por derecho.Cerró la noche un negro entrepelado al que se le pegó fuerte en varas, y lo bregó muy bien Del Pozo. Con el tobillo vendado y una visible cojera, Candelas intentó poderle en un inicio por bajo. El utrero quería todo por abajo y trasmitía, aunque no terminaba de humillar, pero era de lejos el mejor de la noche. Encastadito fue el animal, aunque se acabó pronto, e inteligente estuvo el novillero, mermado físicamente pero con las ideas claras. Finalizó por unas limpias manoletinas, y en el momento justo cogió la espada. Se pasó mucho con el estoque, pero fue otra buena presentación. «Algunos parecían otra cosa, pero al final todos han manseado», salía diciendo un aficionado de Las Ventas. Perfecto resumen de la novillada. Frente a los de Los Maños estuvo una terna de ilusionante futuro: destacó el valor de El Mella, la mano de los dineros de Cid y la inteligencia de Candelas. Una presentación en Madrid más que digna fue la del Mella, con susto incluido en la suerte suprema: El novillo, que esperaba, le prendió y lo sostuvo una eternidad por el pitón. Un susto tremendo del que se levantó sin mirarse, para tranquilidad de los presentes, a los que había brindado el novillo. A este primer novillo, un precioso cárdeno careto, lo había llevado el extremeño con un buen galleo por chicuelinas al caballo, donde tuvo más genio que bravura Volador, y le realizó Cid de María un bonito quite de tintes orteguistas por delantales, abrochados por una bonita media. Comenzó en los medios Sergio, tras una buena lidia, y encontró la distancia perfecta del utrero desde el principio. Parecía que el novillo se iba a quedar ahí, pero el buen hacer del novillero hizo que se viniera arriba. Supo sujetarlo y embarcarlo a la perfección Domínguez, y respondió bien el noble animal , que siempre tendía a salir desentendido. Pese a que se embarulló un poco al final, estuvo muy bien el chaval.Con cinco largas y una media de rodillas recibió El Mella al cuatro. Original inicio y toda una declaración de intenciones. Pelea de manso tuvo en varas, donde no se le picó pese a que intentó lucirlo Domínguez. Pero pocas virtudes había que lucir. Se encaró el picador con el público, y la pitada se debió oír hasta en Barcarrota… Pero era complicado picar a un toro que pegaba brincos y coces al sentir el hierro, con evidente riesgo para el varilarguero, que a punto estuvo de caer de la cabalgadura. Pese a las buenas intenciones de Sergio, que expuso mucho, poco pudo hacer con Corbeto.A portagayola se fue Cid de María a recibir a Barbatristres. A manos de Robleño fue el brindis del alcarreno, que ligó series templadas a un utrero que no decía nada. Pese a eso, dio naturales francamente buenos, con un concepto muy puro. Los remates por bajo, de mucha torería. A gorrazos anduvo Cristian, al que se le pidió la oreja de un novillo que no la tenía. Mención especial merece la perfecta estocada, que ya era merecedora del premio, no concedido de forma injusta por la presidencia. Noticia Relacionada Los finalistas del Cénate Las Ventas estandar Si «Cuando uno se entrega, Dios también pone de su parte para que las cosas salgan» Alicia P. VelardeCon una buena media abrochó el recibo de Cid a este Robahierba, un novillo de embestida franca. Lo cuidó de primeras el de Yunquera, porque el animal tampoco era un derroche de bravura, y supo sacarle buenos muletazos con la zurda, ya obligando al cárdeno con naturales muy profundos, y un cambio de mano muy bueno. Una lástima que se atascara con la espada.Mansito de salida fue el tercero, que propinó una voltereta a Ignacio Candelas con el capote, sin consecuencias. Buena vara de Francisco Javier Ortiz, y mejor la media de El Mella en el quite, aunque le novillo no humillaba ni por equivocación. Expuso muchísimo Víctor del Pozo con los palos. Comenzó por bajo Candelas en un buen inicio, pero el novillo era tardo y manseaba. Pese a eso, repetía cuando le citaba, aunque se distraía con el vuelo de una mosca. Tecloso y de embestida incómoda. Novillo más de público predispuesto con el hierro, que para el novillero. Muy por encima de este Cupletero estuvo el rondeño. LAS VENTAS Plaza de toros Monumental de Las Ventas. Jueves, 7 de agosto de 2025. Entrada: 7.463 espectadores. Novillos de Los Maños, de justa presentación, mansos y teclosos en líneas generales, encastado el 6º. El Mella, de caña y oro. Estocada atravesada, dos pinchazo y descabello (silencio). Estocada tendida, contraria y atravesada (saludos). Cid de María, de gris perla y oro. Estoconazo (vuelta tras petición). Cinco pinchazos, dos pinchazos hondos y descabello (silencio). Ignacio Candelas, de corinto y azabache. Pinchazo, estocada tendida y descabello (saludos). Estocada muy trasera caída y tres descabellos (silencio).Tras pinchar, el manso le pegó un arreón (cosa que hizo en varios momentos de la faena), dándole otro porrazo. Le esperaba a la segunda, dejando el chaval una estocada tendida, aunque tuvo mérito que metiera la mano. Tras descabellar, indicada Ignacio a su cuadrilla que le dolía el tobillo derecho. Normal después del volteretón. Se nota el público veraniego, que ovacionó a este mentiroso novillo, que nunca se entregó ni embistió por derecho.Cerró la noche un negro entrepelado al que se le pegó fuerte en varas, y lo bregó muy bien Del Pozo. Con el tobillo vendado y una visible cojera, Candelas intentó poderle en un inicio por bajo. El utrero quería todo por abajo y trasmitía, aunque no terminaba de humillar, pero era de lejos el mejor de la noche. Encastadito fue el animal, aunque se acabó pronto, e inteligente estuvo el novillero, mermado físicamente pero con las ideas claras. Finalizó por unas limpias manoletinas, y en el momento justo cogió la espada. Se pasó mucho con el estoque, pero fue otra buena presentación. RSS de noticias de cultura
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