España siempre ha sido ‘cum laude’ en eso de estar a la altura de las grandes citas. El ambiente vivido hoy en el parque de Berlín de la capital , donde la RFEF ha instalado una pantalla gigante, era de euforia por un equipo que podía firmar un doblete de Mundial y Eurocopa . Cientos de personas -y familias- vestidas de rojo se juntaron en este recinto de Chamartín. El calor -alrededor de 35 grados en Madrid- que lleva semanas instalado en la capital no dejó a nadie en su casa. De todas maneras, en la previa los espectadores esperaron apegados a los árboles, amarrados a la sombra que da la naturaleza de este parque. Tampoco faltaron el refresco, la cerveza y el agua -seguramente esta se llevó la palma- en mano. Los más atrevidos aguardaron de pie bajo un sol sin tregua o, incluso, sentados sobre toallas y telas de picnic y sillas de playa. Se repartieron banderas españolas y camisetas para que el atuendo de los asistentes estuviese a la altura del torneo firmado por quienes estaban en el verde. Una larga cola se formó alrededor de la carpa en que se repartían las elásticas. Algunos empleados se paseaban por esta fila pintando caras de rojo y gualda y distribuyendo aplaudidores ecológicos, que atronaron por vez primera con la parada de Coll en el 21 tras un error en defensa.La fiesta la destapó el himno de nuestro país, entonado por el ‘lololo’ de siempre. El primer suspiro colectivo se oyó con una llegada de las inglesas en el minuto 4. Y el primer ‘uy’ con un remate de Esther González.Noticia Relacionada El Árbitro de ABC opinion Si Una final de guante blanco con apenas una jugada polémica y un penalti «a lo Julián Álvarez» Martínez Montoro La colegiada Frappart gestionó bien un partido que apenas la exigió en la segunda mitad y en el desempate finalEl gol de la mallorquina Caldentey antes de la media hora de partido mandó a sonar las vuvucelas que tanto recuerdan al Mundial de Sudáfrica 2010. Y al filo del descanso, la megapantalla quedó congelada durante un minuto, que aun siendo relativamente poco, en el fútbol es una vida. Al volver todo al orden, una delantera inglesa pisaba área. Quedó en nada. «El técnico es un poco inglés», bromeó el speaker del evento. Cosas del directo. El rojo mandó en Chamartín, pero también algunos extranjeros -visitantes de verano y habitantes- acudieron al parque de Berlín. Es el caso del londinense Jack y su grupo de amigos, todos ingleses, que no temieron pisar tierra enemiga para ver a su selección nacional. Dice estar sorprendido por el comportamiento que mostramos los españoles ante un partido como este -asegura que en su país el alcohol cobraría mucho más protagonismo- y por la extensa presencia de policías en la zona. Trabaja aquí, pero no comprende el rápido español de la comentarista de la televisión española y opta por revisar los detalles del encuentro en ‘The Guardian’. Un amplio dispositivo de la Policía Municipal y los servicios de emergencias garantizaron la seguridad en el recinto. Además, la alcaldesa en funciones de la capital, Inma Sanz, y la delegada de Deporte, Sonia Cea, estuvieron presentes en el parque de Berlín. Dos remates lejanos, de Caldentey y Putellas reengancharon a la gente al partido tras la merienda del descanso. Pero el tanto de Russo en el 57 congeló el ánimo. Jack y su cuadrilla lo celebran sin miedo, sabedores de que el ambiente era familiar y que no había qué temer. Más de uno les dio la enhorabuena.A medida que avanzó la tarde la sombra se fue estirando y los aficionados se atrevieron a despegarse de los arboles y poblar la explanada de arena situada ante la pantalla. La misericordia del sol también animó a más gente a venir y la muchedumbre presente fue más numerosa. En el peor momento para las nuestras, tras empate y asedió inglés, fue cuando más se animó el parque de Berlín. Un paradón de Coll a Kelly hizo sonar el ‘¡España, España!’ más sonoro de la tarde.Se acercaba el pitido final que mandaba todo a la prórroga y Montse Tomé apostó por Vicky López y Salma Paralluelo para tratar de ganar en 90 minutos. A esta última le bastó un minuto para tener su primera llegada peligrosa. Se desesperaba Madrid, con manos a la cabeza y más de una expresión malsonante. Un centro de Batlle que se paseó por el área rompió el hielo de silencio que dominó el lugar durante la prórroga, donde la animación se tomó un respiro. Las manos que a las 18 horas sujetaban cervezas y cantimploras de agua ahora hacían el gesto de la tarjeta amarilla y aplaudían las ocasiones de Vicky y Paralluelo en la segunda parte de la prórroga. Los aspavientos que se harían en el salón de casa se trasladaron al parque de Berlín. En el descuento que abocaba todo a la lotería de los once metros varios se metieron en el papel de entrenadores y vieron mejor que la propia Bonmatí las líneas de pase entre centrales. Debe de haber sentado precedente el famoso penalti de Julián Álvarez, porque los aficionados de Madrid reclaman al segundo el doble toque de la jugadora de Inglaterra en el primer penalti. El posterior tanto de Guijarro se vivió con intensidad, pero el fallo de Aitana hizo abandonar, decepcionados, el recinto a más de uno. La organización dejó de mostrar el partido en apenas un minuto, y en unos pocos el parque de Berlín, donde se esperaba celebrar un título que todavía se resiste, quedó vació. Sin pantallas en BarcelonaLa iniciativa llevada a cabo en la capital se replicó en algunas de las grandes ciudades de España. Valencia pudo disfrutar del partido en la Zona de La Petxina, Las Palmas en la Plaza del Pilar y Burgos y Salamanca en sus conocidas plazas mayores. En Toledo, en cambio, se habilitó el coso taurino para presenciar la final del europeo femenino. No obstante, en Barcelona no hubo pantalla, pese a que sí se puso en Plaza Cataluña para la final de la Eurocopa masculina de 2024 y para la final de la Champions de mayo entre el Barça y el Arsenal, en el parque de Glòries. España siempre ha sido ‘cum laude’ en eso de estar a la altura de las grandes citas. El ambiente vivido hoy en el parque de Berlín de la capital , donde la RFEF ha instalado una pantalla gigante, era de euforia por un equipo que podía firmar un doblete de Mundial y Eurocopa . Cientos de personas -y familias- vestidas de rojo se juntaron en este recinto de Chamartín. El calor -alrededor de 35 grados en Madrid- que lleva semanas instalado en la capital no dejó a nadie en su casa. De todas maneras, en la previa los espectadores esperaron apegados a los árboles, amarrados a la sombra que da la naturaleza de este parque. Tampoco faltaron el refresco, la cerveza y el agua -seguramente esta se llevó la palma- en mano. Los más atrevidos aguardaron de pie bajo un sol sin tregua o, incluso, sentados sobre toallas y telas de picnic y sillas de playa. Se repartieron banderas españolas y camisetas para que el atuendo de los asistentes estuviese a la altura del torneo firmado por quienes estaban en el verde. Una larga cola se formó alrededor de la carpa en que se repartían las elásticas. Algunos empleados se paseaban por esta fila pintando caras de rojo y gualda y distribuyendo aplaudidores ecológicos, que atronaron por vez primera con la parada de Coll en el 21 tras un error en defensa.La fiesta la destapó el himno de nuestro país, entonado por el ‘lololo’ de siempre. El primer suspiro colectivo se oyó con una llegada de las inglesas en el minuto 4. Y el primer ‘uy’ con un remate de Esther González.Noticia Relacionada El Árbitro de ABC opinion Si Una final de guante blanco con apenas una jugada polémica y un penalti «a lo Julián Álvarez» Martínez Montoro La colegiada Frappart gestionó bien un partido que apenas la exigió en la segunda mitad y en el desempate finalEl gol de la mallorquina Caldentey antes de la media hora de partido mandó a sonar las vuvucelas que tanto recuerdan al Mundial de Sudáfrica 2010. Y al filo del descanso, la megapantalla quedó congelada durante un minuto, que aun siendo relativamente poco, en el fútbol es una vida. Al volver todo al orden, una delantera inglesa pisaba área. Quedó en nada. «El técnico es un poco inglés», bromeó el speaker del evento. Cosas del directo. El rojo mandó en Chamartín, pero también algunos extranjeros -visitantes de verano y habitantes- acudieron al parque de Berlín. Es el caso del londinense Jack y su grupo de amigos, todos ingleses, que no temieron pisar tierra enemiga para ver a su selección nacional. Dice estar sorprendido por el comportamiento que mostramos los españoles ante un partido como este -asegura que en su país el alcohol cobraría mucho más protagonismo- y por la extensa presencia de policías en la zona. Trabaja aquí, pero no comprende el rápido español de la comentarista de la televisión española y opta por revisar los detalles del encuentro en ‘The Guardian’. Un amplio dispositivo de la Policía Municipal y los servicios de emergencias garantizaron la seguridad en el recinto. Además, la alcaldesa en funciones de la capital, Inma Sanz, y la delegada de Deporte, Sonia Cea, estuvieron presentes en el parque de Berlín. Dos remates lejanos, de Caldentey y Putellas reengancharon a la gente al partido tras la merienda del descanso. Pero el tanto de Russo en el 57 congeló el ánimo. Jack y su cuadrilla lo celebran sin miedo, sabedores de que el ambiente era familiar y que no había qué temer. Más de uno les dio la enhorabuena.A medida que avanzó la tarde la sombra se fue estirando y los aficionados se atrevieron a despegarse de los arboles y poblar la explanada de arena situada ante la pantalla. La misericordia del sol también animó a más gente a venir y la muchedumbre presente fue más numerosa. En el peor momento para las nuestras, tras empate y asedió inglés, fue cuando más se animó el parque de Berlín. Un paradón de Coll a Kelly hizo sonar el ‘¡España, España!’ más sonoro de la tarde.Se acercaba el pitido final que mandaba todo a la prórroga y Montse Tomé apostó por Vicky López y Salma Paralluelo para tratar de ganar en 90 minutos. A esta última le bastó un minuto para tener su primera llegada peligrosa. Se desesperaba Madrid, con manos a la cabeza y más de una expresión malsonante. Un centro de Batlle que se paseó por el área rompió el hielo de silencio que dominó el lugar durante la prórroga, donde la animación se tomó un respiro. Las manos que a las 18 horas sujetaban cervezas y cantimploras de agua ahora hacían el gesto de la tarjeta amarilla y aplaudían las ocasiones de Vicky y Paralluelo en la segunda parte de la prórroga. Los aspavientos que se harían en el salón de casa se trasladaron al parque de Berlín. En el descuento que abocaba todo a la lotería de los once metros varios se metieron en el papel de entrenadores y vieron mejor que la propia Bonmatí las líneas de pase entre centrales. Debe de haber sentado precedente el famoso penalti de Julián Álvarez, porque los aficionados de Madrid reclaman al segundo el doble toque de la jugadora de Inglaterra en el primer penalti. El posterior tanto de Guijarro se vivió con intensidad, pero el fallo de Aitana hizo abandonar, decepcionados, el recinto a más de uno. La organización dejó de mostrar el partido en apenas un minuto, y en unos pocos el parque de Berlín, donde se esperaba celebrar un título que todavía se resiste, quedó vació. Sin pantallas en BarcelonaLa iniciativa llevada a cabo en la capital se replicó en algunas de las grandes ciudades de España. Valencia pudo disfrutar del partido en la Zona de La Petxina, Las Palmas en la Plaza del Pilar y Burgos y Salamanca en sus conocidas plazas mayores. En Toledo, en cambio, se habilitó el coso taurino para presenciar la final del europeo femenino. No obstante, en Barcelona no hubo pantalla, pese a que sí se puso en Plaza Cataluña para la final de la Eurocopa masculina de 2024 y para la final de la Champions de mayo entre el Barça y el Arsenal, en el parque de Glòries. España siempre ha sido ‘cum laude’ en eso de estar a la altura de las grandes citas. El ambiente vivido hoy en el parque de Berlín de la capital , donde la RFEF ha instalado una pantalla gigante, era de euforia por un equipo que podía firmar un doblete de Mundial y Eurocopa . Cientos de personas -y familias- vestidas de rojo se juntaron en este recinto de Chamartín. El calor -alrededor de 35 grados en Madrid- que lleva semanas instalado en la capital no dejó a nadie en su casa. De todas maneras, en la previa los espectadores esperaron apegados a los árboles, amarrados a la sombra que da la naturaleza de este parque. Tampoco faltaron el refresco, la cerveza y el agua -seguramente esta se llevó la palma- en mano. Los más atrevidos aguardaron de pie bajo un sol sin tregua o, incluso, sentados sobre toallas y telas de picnic y sillas de playa. Se repartieron banderas españolas y camisetas para que el atuendo de los asistentes estuviese a la altura del torneo firmado por quienes estaban en el verde. Una larga cola se formó alrededor de la carpa en que se repartían las elásticas. Algunos empleados se paseaban por esta fila pintando caras de rojo y gualda y distribuyendo aplaudidores ecológicos, que atronaron por vez primera con la parada de Coll en el 21 tras un error en defensa.La fiesta la destapó el himno de nuestro país, entonado por el ‘lololo’ de siempre. El primer suspiro colectivo se oyó con una llegada de las inglesas en el minuto 4. Y el primer ‘uy’ con un remate de Esther González.Noticia Relacionada El Árbitro de ABC opinion Si Una final de guante blanco con apenas una jugada polémica y un penalti «a lo Julián Álvarez» Martínez Montoro La colegiada Frappart gestionó bien un partido que apenas la exigió en la segunda mitad y en el desempate finalEl gol de la mallorquina Caldentey antes de la media hora de partido mandó a sonar las vuvucelas que tanto recuerdan al Mundial de Sudáfrica 2010. Y al filo del descanso, la megapantalla quedó congelada durante un minuto, que aun siendo relativamente poco, en el fútbol es una vida. Al volver todo al orden, una delantera inglesa pisaba área. Quedó en nada. «El técnico es un poco inglés», bromeó el speaker del evento. Cosas del directo. El rojo mandó en Chamartín, pero también algunos extranjeros -visitantes de verano y habitantes- acudieron al parque de Berlín. Es el caso del londinense Jack y su grupo de amigos, todos ingleses, que no temieron pisar tierra enemiga para ver a su selección nacional. Dice estar sorprendido por el comportamiento que mostramos los españoles ante un partido como este -asegura que en su país el alcohol cobraría mucho más protagonismo- y por la extensa presencia de policías en la zona. Trabaja aquí, pero no comprende el rápido español de la comentarista de la televisión española y opta por revisar los detalles del encuentro en ‘The Guardian’. Un amplio dispositivo de la Policía Municipal y los servicios de emergencias garantizaron la seguridad en el recinto. Además, la alcaldesa en funciones de la capital, Inma Sanz, y la delegada de Deporte, Sonia Cea, estuvieron presentes en el parque de Berlín. Dos remates lejanos, de Caldentey y Putellas reengancharon a la gente al partido tras la merienda del descanso. Pero el tanto de Russo en el 57 congeló el ánimo. Jack y su cuadrilla lo celebran sin miedo, sabedores de que el ambiente era familiar y que no había qué temer. Más de uno les dio la enhorabuena.A medida que avanzó la tarde la sombra se fue estirando y los aficionados se atrevieron a despegarse de los arboles y poblar la explanada de arena situada ante la pantalla. La misericordia del sol también animó a más gente a venir y la muchedumbre presente fue más numerosa. En el peor momento para las nuestras, tras empate y asedió inglés, fue cuando más se animó el parque de Berlín. Un paradón de Coll a Kelly hizo sonar el ‘¡España, España!’ más sonoro de la tarde.Se acercaba el pitido final que mandaba todo a la prórroga y Montse Tomé apostó por Vicky López y Salma Paralluelo para tratar de ganar en 90 minutos. A esta última le bastó un minuto para tener su primera llegada peligrosa. Se desesperaba Madrid, con manos a la cabeza y más de una expresión malsonante. Un centro de Batlle que se paseó por el área rompió el hielo de silencio que dominó el lugar durante la prórroga, donde la animación se tomó un respiro. Las manos que a las 18 horas sujetaban cervezas y cantimploras de agua ahora hacían el gesto de la tarjeta amarilla y aplaudían las ocasiones de Vicky y Paralluelo en la segunda parte de la prórroga. Los aspavientos que se harían en el salón de casa se trasladaron al parque de Berlín. En el descuento que abocaba todo a la lotería de los once metros varios se metieron en el papel de entrenadores y vieron mejor que la propia Bonmatí las líneas de pase entre centrales. Debe de haber sentado precedente el famoso penalti de Julián Álvarez, porque los aficionados de Madrid reclaman al segundo el doble toque de la jugadora de Inglaterra en el primer penalti. El posterior tanto de Guijarro se vivió con intensidad, pero el fallo de Aitana hizo abandonar, decepcionados, el recinto a más de uno. La organización dejó de mostrar el partido en apenas un minuto, y en unos pocos el parque de Berlín, donde se esperaba celebrar un título que todavía se resiste, quedó vació. Sin pantallas en BarcelonaLa iniciativa llevada a cabo en la capital se replicó en algunas de las grandes ciudades de España. Valencia pudo disfrutar del partido en la Zona de La Petxina, Las Palmas en la Plaza del Pilar y Burgos y Salamanca en sus conocidas plazas mayores. En Toledo, en cambio, se habilitó el coso taurino para presenciar la final del europeo femenino. No obstante, en Barcelona no hubo pantalla, pese a que sí se puso en Plaza Cataluña para la final de la Eurocopa masculina de 2024 y para la final de la Champions de mayo entre el Barça y el Arsenal, en el parque de Glòries. RSS de noticias de espana
Noticias Similares