El sistema de financiación autonómica que tantas quejas provoca entre los partidos nacionalistas e independentistas ha registrado un ritmo de inyección de dinero a Cataluña superior al que ha recibido el resto de comunidades autónomas en la última década. En concreto, la Generalitat ha visto cómo el crecimiento de los recursos de la actual Ley de Financiación (LOFCA) han aumentado a un ritmo del 6% entre 2013 y 2024. Una década en la que el ritmo del alza de los recursos disponibles para la media de las comunidades del régimen común ha sido del 5,4%. Es decir, inferior al que ha llegado a Cataluña. Los datos, que recoge la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) en su último informe sobre la ejecución presupuestaria de cada autonomía, revelan además cómo los recursos de los que dispone Cataluña para su financiación han superado la barrera del 15% sobre su Producto Interior Bruto (PIB) justo en 2024. Se trata, aproximadamente, de unos 48.000 millones de euros tanto de lo generado por la actividad de la propia región como del reparto de fondos de financiación autonómica que rompen con el relato político que insiste en la falta de dinero de la comunidad para gestionar sus servicios básicos.Después de los dos años condicionados por el ‘shock’ de la pandemia , un periodo en el que todas las comunidades, incluida Cataluña, percibieron inyecciones millonarias de la Administración para hacer frente a todos los gastos derivados de aquella crisis –entonces sus recursos sobre PIB rozaron el 20%–, la tendencia dibujada por estas cuantías ha ido en ascenso durante los últimos diez años desde poco más del 10% sobre PIB de 2013 hasta superar el mencionado 15%. Además del de la Airef, son otros estudios los que vienen constatando cómo Cataluña ha tenido «una financiación en la media» del resto de comunidades a pesar de las quejas de buena parte de sus dirigentes. Así lo indica el informe ‘De singularidades y ordinalidades’ elaborado por Javier Suárez Pandiello para Fedea. El hándicap que todos esos estudios ponen encima de la mesa no es tanto el de los ingresos propios y los recursos recibidos, sino el nivel de gasto de la Generalitat. O más bien el destino de esas partidas y su impacto en las cuentas de la región. Ese texto de Fedea recuerda que Cataluña «ha venido gastando claramente por encima de la media». Algo que no se da, por ejemplo en el caso de la Comunidad Valenciana, otra de las regiones que se queja por la infrafinanciación, pero en cuyo caso mantiene un gasto en la media y un nivel de financiación «muy por debajo» del que gozan el resto de comunidades autónomas. El informe de la Autoridad Fiscal publicado esta semana apunta que la reducción del déficit que han registrado todas las comunidades ha sido inferior en el caso de Cataluña con respecto al resto. Entre otras circunstancias por incrementar su gasto no financiero (excluyendo los intereses de la deuda, por ejemplo) a un ritmo del 4,6% desde 2013 frente al 4,2% contabilizado de media en todas las regiones. El alza del gasto es aún más palpable si se comparan los datos de Cataluña con los de Madrid , región que suele estar en la diana de la Generalitat al criticar el sistema de financiación actual. Con las mismas partidas presupuestarias comunes (excluida la seguridad, por ejemplo) hay una brecha de unos 14.700 millones , cuantía que Cataluña gasta más en comparación con Madrid. Entre otras cuestiones, hay una partida de 69 millones de gasto en acción exterior de la Generalitat que no tiene Madrid, tal y como indica el libro ‘La factura del cupo catalán’ de Francisco de la Torre y Jesús Fernández Villaverde. El lastre de la deudaLa consecuencia de estas variables es la derivada de la deuda autonómica. La Airef recuerda que Cataluña se financia básicamente gracias al apoyo del Estado: hasta en un 90% depende el endeudamiento de esa región del respaldo del Gobierno. Desde 2013 la deuda de Cataluña «se ha mantenido en niveles próximos al 30%», apunta la Airef. En 2024 alcanzó el 29,7% del PIB regional, similar a la existente una década antes. La garantía que aporta el Estado a esta situación, ya que Cataluña casi no puede salir a los mercados a financiarse, quiere ser resuelta ahora con la anunciada quita por la que la Generalitat dejaría de deber a Estado más de 80.000 millones que adeuda, aunque es importe pasaría a formar parte de la deuda pública, ya de por si disparada a 1,66 billones de euros. El sistema de financiación autonómica que tantas quejas provoca entre los partidos nacionalistas e independentistas ha registrado un ritmo de inyección de dinero a Cataluña superior al que ha recibido el resto de comunidades autónomas en la última década. En concreto, la Generalitat ha visto cómo el crecimiento de los recursos de la actual Ley de Financiación (LOFCA) han aumentado a un ritmo del 6% entre 2013 y 2024. Una década en la que el ritmo del alza de los recursos disponibles para la media de las comunidades del régimen común ha sido del 5,4%. Es decir, inferior al que ha llegado a Cataluña. Los datos, que recoge la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) en su último informe sobre la ejecución presupuestaria de cada autonomía, revelan además cómo los recursos de los que dispone Cataluña para su financiación han superado la barrera del 15% sobre su Producto Interior Bruto (PIB) justo en 2024. Se trata, aproximadamente, de unos 48.000 millones de euros tanto de lo generado por la actividad de la propia región como del reparto de fondos de financiación autonómica que rompen con el relato político que insiste en la falta de dinero de la comunidad para gestionar sus servicios básicos.Después de los dos años condicionados por el ‘shock’ de la pandemia , un periodo en el que todas las comunidades, incluida Cataluña, percibieron inyecciones millonarias de la Administración para hacer frente a todos los gastos derivados de aquella crisis –entonces sus recursos sobre PIB rozaron el 20%–, la tendencia dibujada por estas cuantías ha ido en ascenso durante los últimos diez años desde poco más del 10% sobre PIB de 2013 hasta superar el mencionado 15%. Además del de la Airef, son otros estudios los que vienen constatando cómo Cataluña ha tenido «una financiación en la media» del resto de comunidades a pesar de las quejas de buena parte de sus dirigentes. Así lo indica el informe ‘De singularidades y ordinalidades’ elaborado por Javier Suárez Pandiello para Fedea. El hándicap que todos esos estudios ponen encima de la mesa no es tanto el de los ingresos propios y los recursos recibidos, sino el nivel de gasto de la Generalitat. O más bien el destino de esas partidas y su impacto en las cuentas de la región. Ese texto de Fedea recuerda que Cataluña «ha venido gastando claramente por encima de la media». Algo que no se da, por ejemplo en el caso de la Comunidad Valenciana, otra de las regiones que se queja por la infrafinanciación, pero en cuyo caso mantiene un gasto en la media y un nivel de financiación «muy por debajo» del que gozan el resto de comunidades autónomas. El informe de la Autoridad Fiscal publicado esta semana apunta que la reducción del déficit que han registrado todas las comunidades ha sido inferior en el caso de Cataluña con respecto al resto. Entre otras circunstancias por incrementar su gasto no financiero (excluyendo los intereses de la deuda, por ejemplo) a un ritmo del 4,6% desde 2013 frente al 4,2% contabilizado de media en todas las regiones. El alza del gasto es aún más palpable si se comparan los datos de Cataluña con los de Madrid , región que suele estar en la diana de la Generalitat al criticar el sistema de financiación actual. Con las mismas partidas presupuestarias comunes (excluida la seguridad, por ejemplo) hay una brecha de unos 14.700 millones , cuantía que Cataluña gasta más en comparación con Madrid. Entre otras cuestiones, hay una partida de 69 millones de gasto en acción exterior de la Generalitat que no tiene Madrid, tal y como indica el libro ‘La factura del cupo catalán’ de Francisco de la Torre y Jesús Fernández Villaverde. El lastre de la deudaLa consecuencia de estas variables es la derivada de la deuda autonómica. La Airef recuerda que Cataluña se financia básicamente gracias al apoyo del Estado: hasta en un 90% depende el endeudamiento de esa región del respaldo del Gobierno. Desde 2013 la deuda de Cataluña «se ha mantenido en niveles próximos al 30%», apunta la Airef. En 2024 alcanzó el 29,7% del PIB regional, similar a la existente una década antes. La garantía que aporta el Estado a esta situación, ya que Cataluña casi no puede salir a los mercados a financiarse, quiere ser resuelta ahora con la anunciada quita por la que la Generalitat dejaría de deber a Estado más de 80.000 millones que adeuda, aunque es importe pasaría a formar parte de la deuda pública, ya de por si disparada a 1,66 billones de euros. El sistema de financiación autonómica que tantas quejas provoca entre los partidos nacionalistas e independentistas ha registrado un ritmo de inyección de dinero a Cataluña superior al que ha recibido el resto de comunidades autónomas en la última década. En concreto, la Generalitat ha visto cómo el crecimiento de los recursos de la actual Ley de Financiación (LOFCA) han aumentado a un ritmo del 6% entre 2013 y 2024. Una década en la que el ritmo del alza de los recursos disponibles para la media de las comunidades del régimen común ha sido del 5,4%. Es decir, inferior al que ha llegado a Cataluña. Los datos, que recoge la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) en su último informe sobre la ejecución presupuestaria de cada autonomía, revelan además cómo los recursos de los que dispone Cataluña para su financiación han superado la barrera del 15% sobre su Producto Interior Bruto (PIB) justo en 2024. Se trata, aproximadamente, de unos 48.000 millones de euros tanto de lo generado por la actividad de la propia región como del reparto de fondos de financiación autonómica que rompen con el relato político que insiste en la falta de dinero de la comunidad para gestionar sus servicios básicos.Después de los dos años condicionados por el ‘shock’ de la pandemia , un periodo en el que todas las comunidades, incluida Cataluña, percibieron inyecciones millonarias de la Administración para hacer frente a todos los gastos derivados de aquella crisis –entonces sus recursos sobre PIB rozaron el 20%–, la tendencia dibujada por estas cuantías ha ido en ascenso durante los últimos diez años desde poco más del 10% sobre PIB de 2013 hasta superar el mencionado 15%. Además del de la Airef, son otros estudios los que vienen constatando cómo Cataluña ha tenido «una financiación en la media» del resto de comunidades a pesar de las quejas de buena parte de sus dirigentes. Así lo indica el informe ‘De singularidades y ordinalidades’ elaborado por Javier Suárez Pandiello para Fedea. El hándicap que todos esos estudios ponen encima de la mesa no es tanto el de los ingresos propios y los recursos recibidos, sino el nivel de gasto de la Generalitat. O más bien el destino de esas partidas y su impacto en las cuentas de la región. Ese texto de Fedea recuerda que Cataluña «ha venido gastando claramente por encima de la media». Algo que no se da, por ejemplo en el caso de la Comunidad Valenciana, otra de las regiones que se queja por la infrafinanciación, pero en cuyo caso mantiene un gasto en la media y un nivel de financiación «muy por debajo» del que gozan el resto de comunidades autónomas. El informe de la Autoridad Fiscal publicado esta semana apunta que la reducción del déficit que han registrado todas las comunidades ha sido inferior en el caso de Cataluña con respecto al resto. Entre otras circunstancias por incrementar su gasto no financiero (excluyendo los intereses de la deuda, por ejemplo) a un ritmo del 4,6% desde 2013 frente al 4,2% contabilizado de media en todas las regiones. El alza del gasto es aún más palpable si se comparan los datos de Cataluña con los de Madrid , región que suele estar en la diana de la Generalitat al criticar el sistema de financiación actual. Con las mismas partidas presupuestarias comunes (excluida la seguridad, por ejemplo) hay una brecha de unos 14.700 millones , cuantía que Cataluña gasta más en comparación con Madrid. Entre otras cuestiones, hay una partida de 69 millones de gasto en acción exterior de la Generalitat que no tiene Madrid, tal y como indica el libro ‘La factura del cupo catalán’ de Francisco de la Torre y Jesús Fernández Villaverde. El lastre de la deudaLa consecuencia de estas variables es la derivada de la deuda autonómica. La Airef recuerda que Cataluña se financia básicamente gracias al apoyo del Estado: hasta en un 90% depende el endeudamiento de esa región del respaldo del Gobierno. Desde 2013 la deuda de Cataluña «se ha mantenido en niveles próximos al 30%», apunta la Airef. En 2024 alcanzó el 29,7% del PIB regional, similar a la existente una década antes. La garantía que aporta el Estado a esta situación, ya que Cataluña casi no puede salir a los mercados a financiarse, quiere ser resuelta ahora con la anunciada quita por la que la Generalitat dejaría de deber a Estado más de 80.000 millones que adeuda, aunque es importe pasaría a formar parte de la deuda pública, ya de por si disparada a 1,66 billones de euros. RSS de noticias de economia
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