La pasión que sigue generando el cineasta David Lynch se demuestra con una simple cafetera. El propio Lynch, fallecido el pasado 16 de enero a los 78 años, era en sí mismo un amante del café; tanto que bebía hasta 20 tazas al día. Quedó demostrado con los tres primeros objetos que salieron a la venta este miércoles en una subasta con más de 400 lotes del director. Fueron una taza inspirada en la serie Twin Peaks y hecha por una fan, un molinillo de café y una cafetera Marzocco para hacer espressos en casa. Los responsables de la subasta esperaban que recaudaran unos 200, 700 y 3.000 dólares, como máximo, cada uno. La taza logró colocarse en nada menos que 9.000 dólares. El molinillo, en 8.000. Y la cafetera se vendió por unos astronómicos 35.000 dólares. Y todo, antes de impuestos: a esas sumas hay que añadirle otro 30% más. No sale barato el café à la Lynch.
Tras la muerte del director de cine en enero, la casa Julien’s Auction ha vendido en Los Ángeles cientos de recuerdos personales del creador, así como de sus películas y series, que han recaudado más de cuatro millones de dólares
La pasión que sigue generando el cineasta David Lynch se demuestra con una simple cafetera. El propio Lynch, fallecido el pasado 16 de enero a los 78 años, era en sí mismo un amante del café; tanto que bebía hasta 20 tazas al día. Quedó demostrado con los tres primeros objetos que salieron a la venta este miércoles en una subasta con más de 400 lotes del director. Fueron una taza inspirada en la serie Twin Peaks y hecha por una fan, un molinillo de café y una cafetera Marzocco para hacer espressos en casa. Los responsables de la subasta esperaban que recaudaran unos 200, 700 y 3.000 dólares, como máximo, cada uno. La taza logró colocarse en nada menos que 9.000 dólares. El molinillo, en 8.000. Y la cafetera se vendió por unos astronómicos 35.000 dólares. Y todo, antes de impuestos: a esas sumas hay que añadirle otro 30% más. No sale barato el café à la Lynch.
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