La pesadilla de la testigo protegida 777 comenzó en 2019 en la ciudad de Quito, capital de Ecuador. Allí vivía esta joven de 21 años que, con una hija de cuatro años a su cargo, trabajaba cuidando a los hijos de otros para ganarse la vida. Había emigrado a Ecuador huyendo de la situación política y social de su Venezuela natal y después de haber superado un cáncer de matriz. A través de una amiga, conoció a K.F.R, un chico de 30 años que después de varios encuentros y de muchas charlas telefónicas, le ofreció viajar a España para trabajar en el sector de la hostelería. Ella consiguió reunir los 1.300 euros que costaba el billete y que entregó en metálico en el aeropuerto de Caracas a un amigo de K.F.R, que le prometió alojarla en su casa y ayudarle a conseguir el permiso de residencia y un trabajo en Mallorca. Algo que nunca pasó.
La Audiencia Provincial de Palma condena a ocho años de cárcel a un hombre por explotar sexualmente en varios prostíbulos a una mujer venezolana a la que engañó para viajar a España
La pesadilla de la testigo protegida 777 comenzó en 2019 en la ciudad de Quito, capital de Ecuador. Allí vivía esta joven de 21 años que, con una hija de cuatro años a su cargo, trabajaba cuidando a los hijos de otros para ganarse la vida. Había emigrado a Ecuador huyendo de la situación política y social de su Venezuela natal y después de haber superado un cáncer de matriz. A través de una amiga, conoció a K.F.R, un chico de 30 años que después de varios encuentros y de muchas charlas telefónicas, le ofreció viajar a España para trabajar en el sector de la hostelería. Ella consiguió reunir los 1.300 euros que costaba el billete y que entregó en metálico en el aeropuerto de Caracas a un amigo de K.F.R, que le prometió alojarla en su casa y ayudarle a conseguir el permiso de residencia y un trabajo en Mallorca. Algo que nunca pasó.
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