El pasado mayo, el Boavista, club histórico de Portugal con 122 años de historia, descendió a Segunda División como colista con 24 puntos. Su calvario solo acababa de empezar. El club arrastra una gran deuda económica y por ello no solo no ha podido inscribirse en la segunda categoría del fútbol portugués, sino que tampoco lo ha podido hacer ni en Tercera ni en Cuarta División. El único equipo que, junto al Belenenses, ha roto con la hegemonía de los tres grandes de Portugal (Oporto, Benfica y Sporting) en el campeonato liguero —consiguió alzar el título en 2001— ahora se ve relegado al fútbol amateur por una mala gestión administrativa, la del empresario español Gerard López.
El club, un histórico de Portugal que bajó esta temporada a Segunda, se ve relegado a la Quinta División por la mala gestión del español, investigado por presuntos delitos económicos
El pasado mayo, el Boavista, club histórico de Portugal con 122 años de historia, descendió a Segunda División como colista con 24 puntos. Su calvario solo acababa de empezar. El club arrastra una gran deuda económica y por ello no solo no ha podido inscribirse en la segunda categoría del fútbol portugués, sino que tampoco lo ha podido hacer ni en Tercera ni en Cuarta División. El único equipo que, junto al Belenenses, ha roto con la hegemonía de los tres grandes de Portugal (Oporto, Benfica y Sporting) en el campeonato liguero —consiguió alzar el título en 2001— ahora se ve relegado al fútbol amateur por una mala gestión administrativa, la del empresario español Gerard López.
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