Pese a su reconocida importancia para la seguridad nacional, España se ha quedado definitivamente sin presencia militar en el Sahel tras el fin de la última misión que permanecía activa en la región tras un progresivo repliegue de tropas de la zona.Las tropas del Destacamento Aéreo Táctico (DAT) Marfil en Senegal volverán a España de manera definitiva el próximo miércoles, aunque el avión T.21 del destacamento llevó a cabo su última rotación operativa el pasado día 12 y ayer celebraron un acto de arriado de bandera con el que se dio por concluido el despliegue español. El fin de esta misión sigue a la progresiva salida del Sahel que toda Europa inició hace unos años debido a la hostilidad de los países locales, tras una sucesión de golpes de estado y rebeliones que han sumido en la inestabilidad la región. A ello se suma el aumento de la influencia económica, política y militar de Rusia y China.El abandono europeo del Sahel, y en concreto de España, contrasta con el discurso del Gobierno de Pedro Sánchez sobre la importancia de África para nuestra seguridad. Este mensaje no queda en un mero discurso político, sino que su relevancia queda reflejada en múltiples documentos oficiales, como el último informe anual elaborado por el Departamento de Seguridad Nacional. El Sahel aparece como pieza fundamental sobre todo en dos apartados del documento: el relativo al terrorismo y el referente a la inmigración irregular.Noticia Relacionada estandar Si Trump acumula fuerzas militares cerca de Irán para presionar al ayatolá Jamenei David Alandete Desplaza buques de guerra y bombarderos a Oriente Próximo ante una eventual entrada de EE.UU. en el conflicto para ayudar a Israel contra el régimen de TeheránSeguridad Nacional alerta de que el terrorismo «se mantiene como una de las principales amenazas para la seguridad global» y, dentro de este enfoque, avisa de que el Sahel se ha convertido en «epicentro» de la actividad yihadista . Un factor favorecido por la inestabilidad institucional y la retirada de las misiones internacionales. Lejos de apaciguarse la actividad delictiva en la región, la violencia yihadista se incrementó «de forma exponencial» durante el año 2024, un hecho que los analistas reconocen como muy peligroso para España por su posición de frontera sur de Europa.De todo ello está puntualmente avisado el Palacio de la Moncloa, ya que Seguridad Nacional, que depende directamente de Presidencia del Gobierno, incluye en sus informes llamadas sobre la actividad de los grupos terroristas y su conexión con el crimen organizado. Esto, alerta, «genera gran inestabilidad e inseguridad que, unido a otros factores, provoca un aumento de los flujos migratorios irregulares hacia Europa». «Estos flujos pueden ser utilizados por individuos vinculados al terrorismo que se valen de estos movimientos para alcanzar el continente europeo», advierte el órgano dirigido por la general Loreto Gutiérrez Hurtado.El año 2024 fue precisamente el de mayor número de llegadas de inmigrantes irregulares por vía marítima a España y, además, tuvo un lugar un cambio de perfil: si antes el inmigrante que optaba por esta opción de salida de África era mayoritariamente marroquí, actualmente es originario de países del Sahel. Seguridad Nacional achaca esta situación a la conexión de los factores tradicionales -precariedad socioeconómica, inseguridad alimentaria y estrés hídrico- con la inestabilidad política acentuada durante los últimos años y la proliferación de grupos terroristas.Todo ello hace imprescindible que tanto Europa como España cuenten con una importante presencia en la región, tanto para manejar información sobre el terreno como para la relación con los gobiernos locales. Pese al mantenimiento de actividades de seguridad cooperativa con algunos países y la presencia de agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en la zona, los expertos coinciden en que la ausencia de presencia militar dificulta mucho la capacidad influencia y relación con la población local.El fenómeno es también ampliamente abordado por los foros de investigación geopolítica y think tanks nacionales e internacionales. Entre ellos se encuentra el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), dependiente del Ministerio de Defensa, que durante los últimos meses ha publicado diversos informes que alertan del aumento de la inestabilidad en el Sahel y sus consecuencias para España . En un análisis, el coronel de artillería Ignacio Fuente Cobo constata que la región africana atraviesa una crisis de seguridad «sin precedentes», marcada por la intensificación de la violencia y la expansión territorial de grupos yihadistas. En este contexto, coincide en que la retirada de las fuerzas internacionales ha dejado un vacío de poder aprovechado por los grupos extremistas para expandir su control.España llegó a tener alrededor de 500 militares desplegados en Malí, a los que daba apoyo logístico la operación de Senegal. Todo este despliegue sin embargo fue reduciéndose desde hace dos años hasta su total desaparición. Durante los últimos años , el Estado Mayor de la Defensa (EMAD) subraya que el destacamento se había convertido en «un instrumento de proyección estratégica y cooperación internacional al servicio de la política exterior española». Un papel que ahora se pierde con el arriado de bandera. Pese a su reconocida importancia para la seguridad nacional, España se ha quedado definitivamente sin presencia militar en el Sahel tras el fin de la última misión que permanecía activa en la región tras un progresivo repliegue de tropas de la zona.Las tropas del Destacamento Aéreo Táctico (DAT) Marfil en Senegal volverán a España de manera definitiva el próximo miércoles, aunque el avión T.21 del destacamento llevó a cabo su última rotación operativa el pasado día 12 y ayer celebraron un acto de arriado de bandera con el que se dio por concluido el despliegue español. El fin de esta misión sigue a la progresiva salida del Sahel que toda Europa inició hace unos años debido a la hostilidad de los países locales, tras una sucesión de golpes de estado y rebeliones que han sumido en la inestabilidad la región. A ello se suma el aumento de la influencia económica, política y militar de Rusia y China.El abandono europeo del Sahel, y en concreto de España, contrasta con el discurso del Gobierno de Pedro Sánchez sobre la importancia de África para nuestra seguridad. Este mensaje no queda en un mero discurso político, sino que su relevancia queda reflejada en múltiples documentos oficiales, como el último informe anual elaborado por el Departamento de Seguridad Nacional. El Sahel aparece como pieza fundamental sobre todo en dos apartados del documento: el relativo al terrorismo y el referente a la inmigración irregular.Noticia Relacionada estandar Si Trump acumula fuerzas militares cerca de Irán para presionar al ayatolá Jamenei David Alandete Desplaza buques de guerra y bombarderos a Oriente Próximo ante una eventual entrada de EE.UU. en el conflicto para ayudar a Israel contra el régimen de TeheránSeguridad Nacional alerta de que el terrorismo «se mantiene como una de las principales amenazas para la seguridad global» y, dentro de este enfoque, avisa de que el Sahel se ha convertido en «epicentro» de la actividad yihadista . Un factor favorecido por la inestabilidad institucional y la retirada de las misiones internacionales. Lejos de apaciguarse la actividad delictiva en la región, la violencia yihadista se incrementó «de forma exponencial» durante el año 2024, un hecho que los analistas reconocen como muy peligroso para España por su posición de frontera sur de Europa.De todo ello está puntualmente avisado el Palacio de la Moncloa, ya que Seguridad Nacional, que depende directamente de Presidencia del Gobierno, incluye en sus informes llamadas sobre la actividad de los grupos terroristas y su conexión con el crimen organizado. Esto, alerta, «genera gran inestabilidad e inseguridad que, unido a otros factores, provoca un aumento de los flujos migratorios irregulares hacia Europa». «Estos flujos pueden ser utilizados por individuos vinculados al terrorismo que se valen de estos movimientos para alcanzar el continente europeo», advierte el órgano dirigido por la general Loreto Gutiérrez Hurtado.El año 2024 fue precisamente el de mayor número de llegadas de inmigrantes irregulares por vía marítima a España y, además, tuvo un lugar un cambio de perfil: si antes el inmigrante que optaba por esta opción de salida de África era mayoritariamente marroquí, actualmente es originario de países del Sahel. Seguridad Nacional achaca esta situación a la conexión de los factores tradicionales -precariedad socioeconómica, inseguridad alimentaria y estrés hídrico- con la inestabilidad política acentuada durante los últimos años y la proliferación de grupos terroristas.Todo ello hace imprescindible que tanto Europa como España cuenten con una importante presencia en la región, tanto para manejar información sobre el terreno como para la relación con los gobiernos locales. Pese al mantenimiento de actividades de seguridad cooperativa con algunos países y la presencia de agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en la zona, los expertos coinciden en que la ausencia de presencia militar dificulta mucho la capacidad influencia y relación con la población local.El fenómeno es también ampliamente abordado por los foros de investigación geopolítica y think tanks nacionales e internacionales. Entre ellos se encuentra el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), dependiente del Ministerio de Defensa, que durante los últimos meses ha publicado diversos informes que alertan del aumento de la inestabilidad en el Sahel y sus consecuencias para España . En un análisis, el coronel de artillería Ignacio Fuente Cobo constata que la región africana atraviesa una crisis de seguridad «sin precedentes», marcada por la intensificación de la violencia y la expansión territorial de grupos yihadistas. En este contexto, coincide en que la retirada de las fuerzas internacionales ha dejado un vacío de poder aprovechado por los grupos extremistas para expandir su control.España llegó a tener alrededor de 500 militares desplegados en Malí, a los que daba apoyo logístico la operación de Senegal. Todo este despliegue sin embargo fue reduciéndose desde hace dos años hasta su total desaparición. Durante los últimos años , el Estado Mayor de la Defensa (EMAD) subraya que el destacamento se había convertido en «un instrumento de proyección estratégica y cooperación internacional al servicio de la política exterior española». Un papel que ahora se pierde con el arriado de bandera. Pese a su reconocida importancia para la seguridad nacional, España se ha quedado definitivamente sin presencia militar en el Sahel tras el fin de la última misión que permanecía activa en la región tras un progresivo repliegue de tropas de la zona.Las tropas del Destacamento Aéreo Táctico (DAT) Marfil en Senegal volverán a España de manera definitiva el próximo miércoles, aunque el avión T.21 del destacamento llevó a cabo su última rotación operativa el pasado día 12 y ayer celebraron un acto de arriado de bandera con el que se dio por concluido el despliegue español. El fin de esta misión sigue a la progresiva salida del Sahel que toda Europa inició hace unos años debido a la hostilidad de los países locales, tras una sucesión de golpes de estado y rebeliones que han sumido en la inestabilidad la región. A ello se suma el aumento de la influencia económica, política y militar de Rusia y China.El abandono europeo del Sahel, y en concreto de España, contrasta con el discurso del Gobierno de Pedro Sánchez sobre la importancia de África para nuestra seguridad. Este mensaje no queda en un mero discurso político, sino que su relevancia queda reflejada en múltiples documentos oficiales, como el último informe anual elaborado por el Departamento de Seguridad Nacional. El Sahel aparece como pieza fundamental sobre todo en dos apartados del documento: el relativo al terrorismo y el referente a la inmigración irregular.Noticia Relacionada estandar Si Trump acumula fuerzas militares cerca de Irán para presionar al ayatolá Jamenei David Alandete Desplaza buques de guerra y bombarderos a Oriente Próximo ante una eventual entrada de EE.UU. en el conflicto para ayudar a Israel contra el régimen de TeheránSeguridad Nacional alerta de que el terrorismo «se mantiene como una de las principales amenazas para la seguridad global» y, dentro de este enfoque, avisa de que el Sahel se ha convertido en «epicentro» de la actividad yihadista . Un factor favorecido por la inestabilidad institucional y la retirada de las misiones internacionales. Lejos de apaciguarse la actividad delictiva en la región, la violencia yihadista se incrementó «de forma exponencial» durante el año 2024, un hecho que los analistas reconocen como muy peligroso para España por su posición de frontera sur de Europa.De todo ello está puntualmente avisado el Palacio de la Moncloa, ya que Seguridad Nacional, que depende directamente de Presidencia del Gobierno, incluye en sus informes llamadas sobre la actividad de los grupos terroristas y su conexión con el crimen organizado. Esto, alerta, «genera gran inestabilidad e inseguridad que, unido a otros factores, provoca un aumento de los flujos migratorios irregulares hacia Europa». «Estos flujos pueden ser utilizados por individuos vinculados al terrorismo que se valen de estos movimientos para alcanzar el continente europeo», advierte el órgano dirigido por la general Loreto Gutiérrez Hurtado.El año 2024 fue precisamente el de mayor número de llegadas de inmigrantes irregulares por vía marítima a España y, además, tuvo un lugar un cambio de perfil: si antes el inmigrante que optaba por esta opción de salida de África era mayoritariamente marroquí, actualmente es originario de países del Sahel. Seguridad Nacional achaca esta situación a la conexión de los factores tradicionales -precariedad socioeconómica, inseguridad alimentaria y estrés hídrico- con la inestabilidad política acentuada durante los últimos años y la proliferación de grupos terroristas.Todo ello hace imprescindible que tanto Europa como España cuenten con una importante presencia en la región, tanto para manejar información sobre el terreno como para la relación con los gobiernos locales. Pese al mantenimiento de actividades de seguridad cooperativa con algunos países y la presencia de agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en la zona, los expertos coinciden en que la ausencia de presencia militar dificulta mucho la capacidad influencia y relación con la población local.El fenómeno es también ampliamente abordado por los foros de investigación geopolítica y think tanks nacionales e internacionales. Entre ellos se encuentra el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), dependiente del Ministerio de Defensa, que durante los últimos meses ha publicado diversos informes que alertan del aumento de la inestabilidad en el Sahel y sus consecuencias para España . En un análisis, el coronel de artillería Ignacio Fuente Cobo constata que la región africana atraviesa una crisis de seguridad «sin precedentes», marcada por la intensificación de la violencia y la expansión territorial de grupos yihadistas. En este contexto, coincide en que la retirada de las fuerzas internacionales ha dejado un vacío de poder aprovechado por los grupos extremistas para expandir su control.España llegó a tener alrededor de 500 militares desplegados en Malí, a los que daba apoyo logístico la operación de Senegal. Todo este despliegue sin embargo fue reduciéndose desde hace dos años hasta su total desaparición. Durante los últimos años , el Estado Mayor de la Defensa (EMAD) subraya que el destacamento se había convertido en «un instrumento de proyección estratégica y cooperación internacional al servicio de la política exterior española». Un papel que ahora se pierde con el arriado de bandera. RSS de noticias de espana
Noticias Similares