Apenas unos días después de contarle al periodista Ricard Ustrell que reza a diario, Salvador Illa dio muestra ayer de que también conoce el pasaje del Evangelio que habla de la santa ira, aquella que “nace de nuestro ser” ante la visión de “una injusticia”, en palabras del papa Francisco, QEPD. El paladín del sosiego, The Quiet Man de la política nacional, el president que susurra a sus interlocutores, está indignado por las insinuaciones de la oposición, decidida a lograr que algo de la porquería de Santos Cerdán y el resto de la banda salpique a la Generalitat y al PSC. ¿Qué podemos perder?, se habrán dicho en el PP catalán y en Vox, teniendo en cuenta que los implicados en el caso Koldo comentaron que Salvador Illa también estaba investigado cuando era ministro de Sanidad, y que en alguna de esas conversaciones interceptadas por la UCO se cita a un supuesto interlocutor suyo llamado El Chili. “No tengo ni puñetera idea de quién es el Chili”, soltó, haciendo una paradiña antes del adjetivo, como si fuera a pronunciar algo más grueso, ya saben qué. Así de airado está. Pero no se vayan, aún hay más.
Tras admitir que reza a diario, el ‘president’ muestra en el Parlament su versión más airada tras las insinuaciones de PP y Vox para vincularlo con el caso Koldo
Apenas unos días después de contarle al periodista Ricard Ustrell que reza a diario, Salvador Illa dio muestra ayer de que también conoce el pasaje del Evangelio que habla de la santa ira, aquella que “nace de nuestro ser” ante la visión de “una injusticia”, en palabras del papa Francisco, QEPD. El paladín del sosiego, The Quiet Man de la política nacional, el president que susurra a sus interlocutores, está indignado por las insinuaciones de la oposición, decidida a lograr que algo de la porquería de Santos Cerdán y el resto de la banda salpique a la Generalitat y al PSC. ¿Qué podemos perder?, se habrán dicho en el PP catalán y en Vox, teniendo en cuenta que los implicados en el caso Koldo comentaron que Salvador Illa también estaba investigado cuando era ministro de Sanidad, y que en alguna de esas conversaciones interceptadas por la UCO se cita a un supuesto interlocutor suyo llamado El Chili. “No tengo ni puñetera idea de quién es el Chili”, soltó, haciendo una paradiña antes del adjetivo, como si fuera a pronunciar algo más grueso, ya saben qué. Así de airado está. Pero no se vayan, aún hay más.
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