<p class=»ue-c-article__paragraph»>«Yo estoy bien»; «las cinco y sin comer», son expresiones aparentemente antónimas, pero rigurosamente sinónimas en su significado intrínseco. Lo primero lo dijo cuando las inundaciones de Valencia ya se habían cobrado 228 vidas humanas. Lo segundo, después de haber sometido a los periodistas a una espera de cuatro horas mientras el Comité Federal le enjabonaba la espalda. O sea, que él es el centro y el origen del universo. Su estrategia es bastante simple: se limita a aplicar a rajatabla el principal hallazgo de <strong>Rodríguez Zapatero</strong>: no hay factor más aglutinante para los nuestros que el odio a los de enfrente. El odio es un pegamento que une mucho, más que hacer la mili juntos, y es definitivo para garantizar la unidad de la izquierda. De ahí que no haya importado la cantidad y calidad de sus perversiones, sus corrupciones y sus vicios. Al final de sus torpes balbuceos exculpatorios siempre está el broche definitivo: peor sería el PP.</p>
«Al final de los torpes balbuceos exculpatorios siempre está el broche definitivo: peor sería el PP»
<p class=»ue-c-article__paragraph»>«Yo estoy bien»; «las cinco y sin comer», son expresiones aparentemente antónimas, pero rigurosamente sinónimas en su significado intrínseco. Lo primero lo dijo cuando las inundaciones de Valencia ya se habían cobrado 228 vidas humanas. Lo segundo, después de haber sometido a los periodistas a una espera de cuatro horas mientras el Comité Federal le enjabonaba la espalda. O sea, que él es el centro y el origen del universo. Su estrategia es bastante simple: se limita a aplicar a rajatabla el principal hallazgo de <strong>Rodríguez Zapatero</strong>: no hay factor más aglutinante para los nuestros que el odio a los de enfrente. El odio es un pegamento que une mucho, más que hacer la mili juntos, y es definitivo para garantizar la unidad de la izquierda. De ahí que no haya importado la cantidad y calidad de sus perversiones, sus corrupciones y sus vicios. Al final de sus torpes balbuceos exculpatorios siempre está el broche definitivo: peor sería el PP.</p>
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