<p>Probablemente se encuentre en los anales de la historia un<strong> matrimonio más polémico</strong>, más sujeto a la especulación y más viciado de injerencias e intereses (a momentos espurios) nacionales e internacionales, que el de<a href=»https://www.elmundo.es/loc/casa-real/2023/02/05/63dbf33f21efa0e1768b45aa.html»> Isabel II</a> (1830-1904) y su primo hermano el denostado rey consorte Francisco de Asís (1822-1902). Tanto, que aquel asunto vino a conocerse en toda Europa como <strong>»los matrimonios españoles»</strong>, generó ríos de tinta, forzó un pacto entre la reina Victoria de Inglaterra y el <strong>rey Luis Felipe de Francia</strong> y trajo de cabeza durante varios años a las cortes de Londres, París y Madrid, porque del matrimonio de la todavía adolescente Isabel dependían la mayor o menor influencia de Francia o de Gran Bretaña sobre la política y el futuro de España. <strong>María Cristina, la reina gobernadora</strong> madre de Isabel, luchó con ahínco por encontrar el mejor partido para su hija apostando con todas sus energías por<strong> un apuesto y aguerrido príncipe francés</strong> de la casa de Orleans, o por un <strong>príncipe moderno</strong> de la casa de Sajonia-Coburgo-Gotha. Pero París vetaba al Coburgo y Londres al Orleans, con una Francia que quería asegurarse a España como territorio sujeto a su influencia y una Inglaterra que insistía en la necesidad de un consorte liberal en la corte de Madrid.</p>
¿Afeminado, meapilas, avaro, impotente? La imagen del marido de Isabel II sigue las pautas marcadas por la sátira ‘Los Borbones en pelota’. Sin embargo, un nuevo libro, ‘Francisco de Asis. El Rey consorte’ (Almuzara), ha documentado la realidad de esta figura fundamental para el devenir de las España del XIX.
<p>Probablemente se encuentre en los anales de la historia un<strong> matrimonio más polémico</strong>, más sujeto a la especulación y más viciado de injerencias e intereses (a momentos espurios) nacionales e internacionales, que el de<a href=»https://www.elmundo.es/loc/casa-real/2023/02/05/63dbf33f21efa0e1768b45aa.html»> Isabel II</a> (1830-1904) y su primo hermano el denostado rey consorte Francisco de Asís (1822-1902). Tanto, que aquel asunto vino a conocerse en toda Europa como <strong>»los matrimonios españoles»</strong>, generó ríos de tinta, forzó un pacto entre la reina Victoria de Inglaterra y el <strong>rey Luis Felipe de Francia</strong> y trajo de cabeza durante varios años a las cortes de Londres, París y Madrid, porque del matrimonio de la todavía adolescente Isabel dependían la mayor o menor influencia de Francia o de Gran Bretaña sobre la política y el futuro de España. <strong>María Cristina, la reina gobernadora</strong> madre de Isabel, luchó con ahínco por encontrar el mejor partido para su hija apostando con todas sus energías por<strong> un apuesto y aguerrido príncipe francés</strong> de la casa de Orleans, o por un <strong>príncipe moderno</strong> de la casa de Sajonia-Coburgo-Gotha. Pero París vetaba al Coburgo y Londres al Orleans, con una Francia que quería asegurarse a España como territorio sujeto a su influencia y una Inglaterra que insistía en la necesidad de un consorte liberal en la corte de Madrid.</p>
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