Fuente inspiración para artistas de todas las épocas, el Corpus Christi de Lagartera (Toledo) mantiene intacta su esencia gracias a las mujeres, y hoy también hombres, que custodian en sus casas un patrimonio textil de valor incalculable . Cada domingo de Corpus, desde bien temprano, las familias abren los arcones, los cofres y los baúles para compartir con todo aquel que les visite una tradición centenaria: los altares para la procesión del Corpus.En el siglo XIX el fotógrafo francés Jean Laurent quedó impresionado con la belleza de la indumentaria con la que se vestía en este este pueblo, al igual que el pintor Joaquín Sorolla, que en marzo de 1912 visitaba Lagartera para plasmar con sus pinceles el color y la tradición de estos tejidos que décadas después plasmaría en uno de sus cuadros el pintor toledano Cecilio Mariano Guerrero Malagón que bautizó a esta composición como ‘Toledo símbolo’, una obra de grandes dimensiones que hoy se encuentra en el salón de plenos de la Diputación Provincial.Desde primera hora de la mañana, y a pesar del chubasco que sorprendía a eso de las diez menos cuarto, generaciones y generaciones de lagarteranos iniciaban el montaje de los altares, todos con el mismo diseño y estructura, claves para que la tradición se haya mantenido intacta .María Jesús Moreno recuerda hoy a su madre, Felicitas García, impulsora del altar familiar que llevan levantando desde hace más de cuatro décadas. «Es un día muy importante que vivimos con muchísima ilusión, aunque nuestra madre ya no esté entre nosotros», explica emocionada mientras los más jóvenes terminan de colocar las labores bordadas en la facha de la casa , antes de sacar la mesa que hará de altar, y exponer una antiquísima escultura del Niño Jesús.El colorido de los trajes tradicionales de Lagartera y su permanencia en el tiempo los hace únicos J. GuayerbasY es que Lagartera se convierte durante unas horas en un museo de estas pequeñas imágenes que representan la infancia de Jesús. Las más mayores se encargan de vestir a los niños que presiden todos y cada uno de los 40 altares que se han montado este año. Los hay de los siglos XVII y XVIII, barrocos, y otros, incluso, más antiguos, de los siglos XV y XVI de la escuela flamenca de Malinas. Son auténticas joyas del patrimonio sacro, entre las que conviven otras de dudosa calidad , restando armonía al conjunto de los altares.En uno de esos portalones se encuentra Teresa Moreno, acaba de llegar de Oviedo para vestirse de lagarterana, del traje tradicional de su pueblo. «Es el día más especial del año», comenta junto a su madre Pilar, quien explica que una de las piezas más antiguas del traje familiar que luce su hija es la gorguina de tejidillos , una especie de corsé ceñido al pecho bordado por el revés. «Fíjate en el hilo, es antiquísimo», explica orgullosa, «este pañuelo que llamamos de bellotas también es antiguo, y estas otras cintas, que conocemos como la del festón, la de las llamas o la de la hoja de parra», indica mientras señala cada una de estas pasamanerías en la falda que lleva Teresa.En los ojos de todos ellos se ve el orgullo unánime de un pueblo por conservar sus tradiciones y su patrimonio. Más allá de ser una celebración de interés turístico regional o de estar protegida con la declaración de Bien de Interés Cultural en la categoría de Bien Inmaterial, el Corpus de Lagartera es la tradición que pasa de generación en generación, una fiesta de carácter religioso que trasciende lo espiritual y convierte lo tangible en emociones a través del olor a hinojo, juncia, mistranzo, tomillo y romero que se pisa en las calles, y del color de los hilos que dan forma a labores imposibles que son la máxima expresión de lo artesano, como las colchas de patarata con grecas renacentistas y mitológicas o el guardapiés que visten las lagarteranas con sus cintas multicolor bordadas decorando esta falda.El Corpus de Lagartera está declarado Fiesta de Interés Turístico Regional desde 2007 J. GuayerbasJulia Cano, vestida con lo que llaman traje de ras, característico por su blusa abullonada, es una de las voluntarias que este Corpus participa en las visitas guiadas por los altares, una iniciativa de éxito, didáctica, para que los cientos de visitantes que este domingo han decidido conocer esta celebración aprendan lo que significa el Corpus de Lagartera, como tradición, patrimonio y expresión de fe del pueblo. «Tienes que vivirlo y sentirlo», asegura esta joven, casi sin palabras para describir los recuerdos que se agolpan en cada una de las prendas que forman su atuendo. «Las medias eran de mi bisabuela, llevarlas hoy es todo un orgullo», afirma.Tradición y vanguardiaCaminando de altar en altar y llevándose mil y una fotos en su teléfono móvil se encuentra Abraham Menéndez, asturiano natural de Gijón, creador del estudio de diseño ‘Abe The Ape’ . «Estoy impresionado, llevaba años queriendo conocer el Corpus de Lagartera», asegura.No está solo, lleva como cicerone a Juan Carlos Albarrán de Centro Cerámico Talavera, el taller en el que desarrolla sus diseños para cerámica que tanta aceptación han tenido en el sector de la decoración de interiores. Son un ejemplo de que la vanguardia tiene cabida en la tradición , que el diseño del siglo XXI tiene traducción en las técnicas ancestrales de la cerámica talaverana. Así es el Corpus de Lagartera, una tradición de siglo en la que conviven los bordados de antaño con los actuales, pero siempre fieles a la técnica original.Quien también ha tenido ocasión de disfrutar de esta cita ha sido el vicepresidente de la Diputación Provincial de Toledo, Joaquín Romera. «El Corpus y Toledo van inherentes, hoy miles de personas podrán ver como un pueblo se vuelca para engalanar sus calles para dar mayor esplendor a la cultura, a la tradición y a la fe «, ha explicado, mientras que el alcalde, Sergio Alía, ha agradecido el apoyo institucional que reciben desde la Diputación para mantener la fiesta del Corpus como referente en la provincia.Además de los trajes de lagarterana y lagarterano, en la procesión han participado invitados por el pueblo representantes de otros municipios con su indumentaria tradicional, entre ellos, un amplio grupo de valencianas, una pareja con el traje de Montehermoso en Cáceres y otra de Puente del Congosto en Salamanca . Novedades de una celebración que por primera vez cuenta con una mujer como mayordoma, su nombre, Fabiola Amor Toribio, de la Cofradía de la Vera Cruz, a la par que teniente de alcalde del Ayuntamiento de Lagartera. Fuente inspiración para artistas de todas las épocas, el Corpus Christi de Lagartera (Toledo) mantiene intacta su esencia gracias a las mujeres, y hoy también hombres, que custodian en sus casas un patrimonio textil de valor incalculable . Cada domingo de Corpus, desde bien temprano, las familias abren los arcones, los cofres y los baúles para compartir con todo aquel que les visite una tradición centenaria: los altares para la procesión del Corpus.En el siglo XIX el fotógrafo francés Jean Laurent quedó impresionado con la belleza de la indumentaria con la que se vestía en este este pueblo, al igual que el pintor Joaquín Sorolla, que en marzo de 1912 visitaba Lagartera para plasmar con sus pinceles el color y la tradición de estos tejidos que décadas después plasmaría en uno de sus cuadros el pintor toledano Cecilio Mariano Guerrero Malagón que bautizó a esta composición como ‘Toledo símbolo’, una obra de grandes dimensiones que hoy se encuentra en el salón de plenos de la Diputación Provincial.Desde primera hora de la mañana, y a pesar del chubasco que sorprendía a eso de las diez menos cuarto, generaciones y generaciones de lagarteranos iniciaban el montaje de los altares, todos con el mismo diseño y estructura, claves para que la tradición se haya mantenido intacta .María Jesús Moreno recuerda hoy a su madre, Felicitas García, impulsora del altar familiar que llevan levantando desde hace más de cuatro décadas. «Es un día muy importante que vivimos con muchísima ilusión, aunque nuestra madre ya no esté entre nosotros», explica emocionada mientras los más jóvenes terminan de colocar las labores bordadas en la facha de la casa , antes de sacar la mesa que hará de altar, y exponer una antiquísima escultura del Niño Jesús.El colorido de los trajes tradicionales de Lagartera y su permanencia en el tiempo los hace únicos J. GuayerbasY es que Lagartera se convierte durante unas horas en un museo de estas pequeñas imágenes que representan la infancia de Jesús. Las más mayores se encargan de vestir a los niños que presiden todos y cada uno de los 40 altares que se han montado este año. Los hay de los siglos XVII y XVIII, barrocos, y otros, incluso, más antiguos, de los siglos XV y XVI de la escuela flamenca de Malinas. Son auténticas joyas del patrimonio sacro, entre las que conviven otras de dudosa calidad , restando armonía al conjunto de los altares.En uno de esos portalones se encuentra Teresa Moreno, acaba de llegar de Oviedo para vestirse de lagarterana, del traje tradicional de su pueblo. «Es el día más especial del año», comenta junto a su madre Pilar, quien explica que una de las piezas más antiguas del traje familiar que luce su hija es la gorguina de tejidillos , una especie de corsé ceñido al pecho bordado por el revés. «Fíjate en el hilo, es antiquísimo», explica orgullosa, «este pañuelo que llamamos de bellotas también es antiguo, y estas otras cintas, que conocemos como la del festón, la de las llamas o la de la hoja de parra», indica mientras señala cada una de estas pasamanerías en la falda que lleva Teresa.En los ojos de todos ellos se ve el orgullo unánime de un pueblo por conservar sus tradiciones y su patrimonio. Más allá de ser una celebración de interés turístico regional o de estar protegida con la declaración de Bien de Interés Cultural en la categoría de Bien Inmaterial, el Corpus de Lagartera es la tradición que pasa de generación en generación, una fiesta de carácter religioso que trasciende lo espiritual y convierte lo tangible en emociones a través del olor a hinojo, juncia, mistranzo, tomillo y romero que se pisa en las calles, y del color de los hilos que dan forma a labores imposibles que son la máxima expresión de lo artesano, como las colchas de patarata con grecas renacentistas y mitológicas o el guardapiés que visten las lagarteranas con sus cintas multicolor bordadas decorando esta falda.El Corpus de Lagartera está declarado Fiesta de Interés Turístico Regional desde 2007 J. GuayerbasJulia Cano, vestida con lo que llaman traje de ras, característico por su blusa abullonada, es una de las voluntarias que este Corpus participa en las visitas guiadas por los altares, una iniciativa de éxito, didáctica, para que los cientos de visitantes que este domingo han decidido conocer esta celebración aprendan lo que significa el Corpus de Lagartera, como tradición, patrimonio y expresión de fe del pueblo. «Tienes que vivirlo y sentirlo», asegura esta joven, casi sin palabras para describir los recuerdos que se agolpan en cada una de las prendas que forman su atuendo. «Las medias eran de mi bisabuela, llevarlas hoy es todo un orgullo», afirma.Tradición y vanguardiaCaminando de altar en altar y llevándose mil y una fotos en su teléfono móvil se encuentra Abraham Menéndez, asturiano natural de Gijón, creador del estudio de diseño ‘Abe The Ape’ . «Estoy impresionado, llevaba años queriendo conocer el Corpus de Lagartera», asegura.No está solo, lleva como cicerone a Juan Carlos Albarrán de Centro Cerámico Talavera, el taller en el que desarrolla sus diseños para cerámica que tanta aceptación han tenido en el sector de la decoración de interiores. Son un ejemplo de que la vanguardia tiene cabida en la tradición , que el diseño del siglo XXI tiene traducción en las técnicas ancestrales de la cerámica talaverana. Así es el Corpus de Lagartera, una tradición de siglo en la que conviven los bordados de antaño con los actuales, pero siempre fieles a la técnica original.Quien también ha tenido ocasión de disfrutar de esta cita ha sido el vicepresidente de la Diputación Provincial de Toledo, Joaquín Romera. «El Corpus y Toledo van inherentes, hoy miles de personas podrán ver como un pueblo se vuelca para engalanar sus calles para dar mayor esplendor a la cultura, a la tradición y a la fe «, ha explicado, mientras que el alcalde, Sergio Alía, ha agradecido el apoyo institucional que reciben desde la Diputación para mantener la fiesta del Corpus como referente en la provincia.Además de los trajes de lagarterana y lagarterano, en la procesión han participado invitados por el pueblo representantes de otros municipios con su indumentaria tradicional, entre ellos, un amplio grupo de valencianas, una pareja con el traje de Montehermoso en Cáceres y otra de Puente del Congosto en Salamanca . Novedades de una celebración que por primera vez cuenta con una mujer como mayordoma, su nombre, Fabiola Amor Toribio, de la Cofradía de la Vera Cruz, a la par que teniente de alcalde del Ayuntamiento de Lagartera. Fuente inspiración para artistas de todas las épocas, el Corpus Christi de Lagartera (Toledo) mantiene intacta su esencia gracias a las mujeres, y hoy también hombres, que custodian en sus casas un patrimonio textil de valor incalculable . Cada domingo de Corpus, desde bien temprano, las familias abren los arcones, los cofres y los baúles para compartir con todo aquel que les visite una tradición centenaria: los altares para la procesión del Corpus.En el siglo XIX el fotógrafo francés Jean Laurent quedó impresionado con la belleza de la indumentaria con la que se vestía en este este pueblo, al igual que el pintor Joaquín Sorolla, que en marzo de 1912 visitaba Lagartera para plasmar con sus pinceles el color y la tradición de estos tejidos que décadas después plasmaría en uno de sus cuadros el pintor toledano Cecilio Mariano Guerrero Malagón que bautizó a esta composición como ‘Toledo símbolo’, una obra de grandes dimensiones que hoy se encuentra en el salón de plenos de la Diputación Provincial.Desde primera hora de la mañana, y a pesar del chubasco que sorprendía a eso de las diez menos cuarto, generaciones y generaciones de lagarteranos iniciaban el montaje de los altares, todos con el mismo diseño y estructura, claves para que la tradición se haya mantenido intacta .María Jesús Moreno recuerda hoy a su madre, Felicitas García, impulsora del altar familiar que llevan levantando desde hace más de cuatro décadas. «Es un día muy importante que vivimos con muchísima ilusión, aunque nuestra madre ya no esté entre nosotros», explica emocionada mientras los más jóvenes terminan de colocar las labores bordadas en la facha de la casa , antes de sacar la mesa que hará de altar, y exponer una antiquísima escultura del Niño Jesús.El colorido de los trajes tradicionales de Lagartera y su permanencia en el tiempo los hace únicos J. GuayerbasY es que Lagartera se convierte durante unas horas en un museo de estas pequeñas imágenes que representan la infancia de Jesús. Las más mayores se encargan de vestir a los niños que presiden todos y cada uno de los 40 altares que se han montado este año. Los hay de los siglos XVII y XVIII, barrocos, y otros, incluso, más antiguos, de los siglos XV y XVI de la escuela flamenca de Malinas. Son auténticas joyas del patrimonio sacro, entre las que conviven otras de dudosa calidad , restando armonía al conjunto de los altares.En uno de esos portalones se encuentra Teresa Moreno, acaba de llegar de Oviedo para vestirse de lagarterana, del traje tradicional de su pueblo. «Es el día más especial del año», comenta junto a su madre Pilar, quien explica que una de las piezas más antiguas del traje familiar que luce su hija es la gorguina de tejidillos , una especie de corsé ceñido al pecho bordado por el revés. «Fíjate en el hilo, es antiquísimo», explica orgullosa, «este pañuelo que llamamos de bellotas también es antiguo, y estas otras cintas, que conocemos como la del festón, la de las llamas o la de la hoja de parra», indica mientras señala cada una de estas pasamanerías en la falda que lleva Teresa.En los ojos de todos ellos se ve el orgullo unánime de un pueblo por conservar sus tradiciones y su patrimonio. Más allá de ser una celebración de interés turístico regional o de estar protegida con la declaración de Bien de Interés Cultural en la categoría de Bien Inmaterial, el Corpus de Lagartera es la tradición que pasa de generación en generación, una fiesta de carácter religioso que trasciende lo espiritual y convierte lo tangible en emociones a través del olor a hinojo, juncia, mistranzo, tomillo y romero que se pisa en las calles, y del color de los hilos que dan forma a labores imposibles que son la máxima expresión de lo artesano, como las colchas de patarata con grecas renacentistas y mitológicas o el guardapiés que visten las lagarteranas con sus cintas multicolor bordadas decorando esta falda.El Corpus de Lagartera está declarado Fiesta de Interés Turístico Regional desde 2007 J. GuayerbasJulia Cano, vestida con lo que llaman traje de ras, característico por su blusa abullonada, es una de las voluntarias que este Corpus participa en las visitas guiadas por los altares, una iniciativa de éxito, didáctica, para que los cientos de visitantes que este domingo han decidido conocer esta celebración aprendan lo que significa el Corpus de Lagartera, como tradición, patrimonio y expresión de fe del pueblo. «Tienes que vivirlo y sentirlo», asegura esta joven, casi sin palabras para describir los recuerdos que se agolpan en cada una de las prendas que forman su atuendo. «Las medias eran de mi bisabuela, llevarlas hoy es todo un orgullo», afirma.Tradición y vanguardiaCaminando de altar en altar y llevándose mil y una fotos en su teléfono móvil se encuentra Abraham Menéndez, asturiano natural de Gijón, creador del estudio de diseño ‘Abe The Ape’ . «Estoy impresionado, llevaba años queriendo conocer el Corpus de Lagartera», asegura.No está solo, lleva como cicerone a Juan Carlos Albarrán de Centro Cerámico Talavera, el taller en el que desarrolla sus diseños para cerámica que tanta aceptación han tenido en el sector de la decoración de interiores. Son un ejemplo de que la vanguardia tiene cabida en la tradición , que el diseño del siglo XXI tiene traducción en las técnicas ancestrales de la cerámica talaverana. Así es el Corpus de Lagartera, una tradición de siglo en la que conviven los bordados de antaño con los actuales, pero siempre fieles a la técnica original.Quien también ha tenido ocasión de disfrutar de esta cita ha sido el vicepresidente de la Diputación Provincial de Toledo, Joaquín Romera. «El Corpus y Toledo van inherentes, hoy miles de personas podrán ver como un pueblo se vuelca para engalanar sus calles para dar mayor esplendor a la cultura, a la tradición y a la fe «, ha explicado, mientras que el alcalde, Sergio Alía, ha agradecido el apoyo institucional que reciben desde la Diputación para mantener la fiesta del Corpus como referente en la provincia.Además de los trajes de lagarterana y lagarterano, en la procesión han participado invitados por el pueblo representantes de otros municipios con su indumentaria tradicional, entre ellos, un amplio grupo de valencianas, una pareja con el traje de Montehermoso en Cáceres y otra de Puente del Congosto en Salamanca . Novedades de una celebración que por primera vez cuenta con una mujer como mayordoma, su nombre, Fabiola Amor Toribio, de la Cofradía de la Vera Cruz, a la par que teniente de alcalde del Ayuntamiento de Lagartera. RSS de noticias de espana
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