<p class=»ue-c-article__paragraph»>A la espera de llegar a puerto, mientras anochece, unos turistas están cantando a bordo de un barco pirata: «<i>Ay, no hay que llorar / Que la vida es un carnaval</i>». Medio centenar de migrantes, justo al lado, están desembarcando en el puerto de <strong>Lampedusa</strong>. Son subsaharianos, en su mayoría hombres, que, tras zarpar desde Túnez, han permanecido a la deriva en aguas internacionales. Tras haber salido por la mañana, la Guardia Costera italiana los ha rescatado y acompañado al muelle Favaloro. Dicha escena, en esta isla siciliana, se repite varias veces al día. Casi todos los días.</p>
La llegada de refugiados crece en la isla un 10% con respecto al mismo periodo de 2024, con más de 70.000 al año
<p class=»ue-c-article__paragraph»>A la espera de llegar a puerto, mientras anochece, unos turistas están cantando a bordo de un barco pirata: «<i>Ay, no hay que llorar / Que la vida es un carnaval</i>». Medio centenar de migrantes, justo al lado, están desembarcando en el puerto de <strong>Lampedusa</strong>. Son subsaharianos, en su mayoría hombres, que, tras zarpar desde Túnez, han permanecido a la deriva en aguas internacionales. Tras haber salido por la mañana, la Guardia Costera italiana los ha rescatado y acompañado al muelle Favaloro. Dicha escena, en esta isla siciliana, se repite varias veces al día. Casi todos los días.</p>
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