La disponibilidad de vehículos de movilidad personal (VMP), un calendario de exámenes en la universidad que deja poco espacio libre en verano y, especialmente, una escasa capacidad de oferta para realizar las pruebas prácticas , son algunas de las razones que arrojan un aumento en la edad media de los jóvenes que se apuntan para sacarse el carnet de conducir.Así lo cree el presidente de la Unión Federal de Autoescuelas Andaluzas (UFAA), Rafael Cruz, que añade a Europa Press otro factor negativo, como es el costo de mantener un vehículo o adquirirlo, debido al incremento de los precios de los automóviles de primera y, en parte, segunda mano. No obstante, ha puntualizado que alcanzar la ansiada ‘L’ hoy día «vale menos que hace 30 años», en una aproximación que incluye tanto las clases de conducción como las pruebas exigidas. «Paradójicamente era mucho más que caro que hoy día», dice.Argumenta Cruz, por un lado, que los últimos exámenes que realizan los alumnos universitarios ya no son en mayo sino bien entrado el verano , una reconfiguración que deja «mucho menos tiempo» en estos meses para obtener el carnet. La proliferación de patinetes eléctricos también influye en el retraso en la matriculación, ya que con ellos «la gente se apaña, sobre todo aquellos que no pueden acceder a un coche», ha explicado, y alude también a la progresiva implantación del ‘carril bici’.Pero especialmente, el presidente de UFAA ha incidido en la escasa capacidad de oferta de pruebas de conducción que presenta , según señala, la Dirección General de Tráfico (DGT), derivado de «un sistema de calidad» en vigor desde «hace unos años». Aunque no hay menos examinadores, dice, este formato «reduce en una cuarta parte el trabajo» de estos profesionales, «de 16 a 12 pruebas», lo que engorda la lista de espera para realizar el examen.Esta situación denunciada por Cruz, si la plantilla no se incrementa lo suficiente, repercute en la dilación para obtener el carnet e, incluso, en el «boca a boca» que desincentiva a potenciales alumnos a matricularse en la autoescuela; al menos, a edades tempranas, ya que sostiene que la demanda en el sector no ha disminuido en los últimos años.Todo ello, ha llevado a que l os jóvenes que comienzan a recibir clases de conducir tienen edades «un poco más elevadas» , mientras que antes era «mucho más frecuente» alumnos con 18 o 19 años, ha detallado el presidente de la Unión Federal de Autoescuelas Andaluzas. Esta opción también ha caído en su escala de prioridades: «antes terminaban selectividad y al día siguiente estabas en la autoescuela, y ahora mucha gente piensa en irse de viaje». La disponibilidad de vehículos de movilidad personal (VMP), un calendario de exámenes en la universidad que deja poco espacio libre en verano y, especialmente, una escasa capacidad de oferta para realizar las pruebas prácticas , son algunas de las razones que arrojan un aumento en la edad media de los jóvenes que se apuntan para sacarse el carnet de conducir.Así lo cree el presidente de la Unión Federal de Autoescuelas Andaluzas (UFAA), Rafael Cruz, que añade a Europa Press otro factor negativo, como es el costo de mantener un vehículo o adquirirlo, debido al incremento de los precios de los automóviles de primera y, en parte, segunda mano. No obstante, ha puntualizado que alcanzar la ansiada ‘L’ hoy día «vale menos que hace 30 años», en una aproximación que incluye tanto las clases de conducción como las pruebas exigidas. «Paradójicamente era mucho más que caro que hoy día», dice.Argumenta Cruz, por un lado, que los últimos exámenes que realizan los alumnos universitarios ya no son en mayo sino bien entrado el verano , una reconfiguración que deja «mucho menos tiempo» en estos meses para obtener el carnet. La proliferación de patinetes eléctricos también influye en el retraso en la matriculación, ya que con ellos «la gente se apaña, sobre todo aquellos que no pueden acceder a un coche», ha explicado, y alude también a la progresiva implantación del ‘carril bici’.Pero especialmente, el presidente de UFAA ha incidido en la escasa capacidad de oferta de pruebas de conducción que presenta , según señala, la Dirección General de Tráfico (DGT), derivado de «un sistema de calidad» en vigor desde «hace unos años». Aunque no hay menos examinadores, dice, este formato «reduce en una cuarta parte el trabajo» de estos profesionales, «de 16 a 12 pruebas», lo que engorda la lista de espera para realizar el examen.Esta situación denunciada por Cruz, si la plantilla no se incrementa lo suficiente, repercute en la dilación para obtener el carnet e, incluso, en el «boca a boca» que desincentiva a potenciales alumnos a matricularse en la autoescuela; al menos, a edades tempranas, ya que sostiene que la demanda en el sector no ha disminuido en los últimos años.Todo ello, ha llevado a que l os jóvenes que comienzan a recibir clases de conducir tienen edades «un poco más elevadas» , mientras que antes era «mucho más frecuente» alumnos con 18 o 19 años, ha detallado el presidente de la Unión Federal de Autoescuelas Andaluzas. Esta opción también ha caído en su escala de prioridades: «antes terminaban selectividad y al día siguiente estabas en la autoescuela, y ahora mucha gente piensa en irse de viaje». La disponibilidad de vehículos de movilidad personal (VMP), un calendario de exámenes en la universidad que deja poco espacio libre en verano y, especialmente, una escasa capacidad de oferta para realizar las pruebas prácticas , son algunas de las razones que arrojan un aumento en la edad media de los jóvenes que se apuntan para sacarse el carnet de conducir.Así lo cree el presidente de la Unión Federal de Autoescuelas Andaluzas (UFAA), Rafael Cruz, que añade a Europa Press otro factor negativo, como es el costo de mantener un vehículo o adquirirlo, debido al incremento de los precios de los automóviles de primera y, en parte, segunda mano. No obstante, ha puntualizado que alcanzar la ansiada ‘L’ hoy día «vale menos que hace 30 años», en una aproximación que incluye tanto las clases de conducción como las pruebas exigidas. «Paradójicamente era mucho más que caro que hoy día», dice.Argumenta Cruz, por un lado, que los últimos exámenes que realizan los alumnos universitarios ya no son en mayo sino bien entrado el verano , una reconfiguración que deja «mucho menos tiempo» en estos meses para obtener el carnet. La proliferación de patinetes eléctricos también influye en el retraso en la matriculación, ya que con ellos «la gente se apaña, sobre todo aquellos que no pueden acceder a un coche», ha explicado, y alude también a la progresiva implantación del ‘carril bici’.Pero especialmente, el presidente de UFAA ha incidido en la escasa capacidad de oferta de pruebas de conducción que presenta , según señala, la Dirección General de Tráfico (DGT), derivado de «un sistema de calidad» en vigor desde «hace unos años». Aunque no hay menos examinadores, dice, este formato «reduce en una cuarta parte el trabajo» de estos profesionales, «de 16 a 12 pruebas», lo que engorda la lista de espera para realizar el examen.Esta situación denunciada por Cruz, si la plantilla no se incrementa lo suficiente, repercute en la dilación para obtener el carnet e, incluso, en el «boca a boca» que desincentiva a potenciales alumnos a matricularse en la autoescuela; al menos, a edades tempranas, ya que sostiene que la demanda en el sector no ha disminuido en los últimos años.Todo ello, ha llevado a que l os jóvenes que comienzan a recibir clases de conducir tienen edades «un poco más elevadas» , mientras que antes era «mucho más frecuente» alumnos con 18 o 19 años, ha detallado el presidente de la Unión Federal de Autoescuelas Andaluzas. Esta opción también ha caído en su escala de prioridades: «antes terminaban selectividad y al día siguiente estabas en la autoescuela, y ahora mucha gente piensa en irse de viaje». 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