La norma decretada por el Gobierno de Donald Trump para paralizar la llegada de estudiantes extranjeros a Estados Unidos es un destrozo para la economía del país. Pero también puede resultar un balón de oxígeno para las escuelas de negocios europeas. Los números varían según las fuentes, pero el desgarro económico resulta inmenso. El Instituto de Educación Internacional (IIE, en sus siglas inglesas) estima que hay más de 1,1 millones de estudiantes foráneos. El 6% de la enseñanza superior. En el curso 2023-2024 estos alumnos aportaron, acorde con la Asociación Nacional de Consejeros de Estudiantes Extranjeros (Nafsa), 43.800 millones de dólares (unos 38.400 millones de euros).
Visados en punto muerto
Como en un fotograma de una película, esta es la situación para cualquier alumno que solicite una visa (F1) pensando en estudiar en Estados Unidos. Y, por supuesto, los españoles. “Quien haya hecho ya la entrevista en la Embajada estadounidense o tenga una hora asignada no tiene ningún problema”, valora Javier Mariana, consultor de universidadesusa.es. El texto de la orden dice que se estudiarán los contenidos de las redes sociales de todos los estudiantes. Pero las embajadas aún no tienen implementados los sistemas para analizar estos flujos de información. Por lo tanto, no se darán nuevas citas hasta que, a través de inteligencia artificial, u otro tipo de instrumentos, no resulte posible este control, explica.
En principio, es cuestión de días o semanas. Pero algunos cursos empiezan a mitad de agosto y veremos si llegan los estudiantes. Mariana señala que los profesores no tienen problemas, en principio, porque ellos solicitan un visado de trabajo. Pero resulta fácil intuir que la sucesión de algunos términos en las redes puede llevar a la prohibición del viaje: Gaza, genocidio, Israel, asesinato, Trump. Difícil buscar visa para un sueño.
El cierre de EE UU a los estudiantes extranjeros es una oportunidad para que los centros de formación continentales capten alumnos y talento
La norma decretada por el Gobierno de Donald Trump para paralizar la llegada de estudiantes extranjeros a Estados Unidos es un destrozo para la economía del país. Pero también puede resultar un balón de oxígeno para las escuelas de negocios europeas. Los números varían según las fuentes, pero el desgarro económico resulta inmenso. El Instituto de Educación Internacional (IIE, en sus siglas inglesas) estima que hay más de 1,1 millones de estudiantes foráneos. El 6% de la enseñanza superior. En el curso 2023-2024 estos alumnos aportaron, acorde con la Asociación Nacional de Consejeros de Estudiantes Extranjeros (Nafsa), 43.800 millones de dólares (unos 38.400 millones de euros).
Visados en punto muerto
Como en un fotograma de una película, esta es la situación para cualquier alumno que solicite una visa (F1) pensando en estudiar en Estados Unidos. Y, por supuesto, los españoles. “Quien haya hecho ya la entrevista en la Embajada estadounidense o tenga una hora asignada no tiene ningún problema”, valora Javier Mariana, consultor de universidadesusa.es. El texto de la orden dice que se estudiarán los contenidos de las redes sociales de todos los estudiantes. Pero las embajadas aún no tienen implementados los sistemas para analizar estos flujos de información. Por lo tanto, no se darán nuevas citas hasta que, a través de inteligencia artificial, u otro tipo de instrumentos, no resulte posible este control, explica.
En principio, es cuestión de días o semanas. Pero algunos cursos empiezan a mitad de agosto y veremos si llegan los estudiantes. Mariana señala que los profesores no tienen problemas, en principio, porque ellos solicitan un visado de trabajo. Pero resulta fácil intuir que la sucesión de algunos términos en las redes puede llevar a la prohibición del viaje: Gaza, genocidio, Israel, asesinato, Trump. Difícil buscar visa para un sueño.
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