Hacer las maletas o la mochila. Salir de la rutina. Coger el coche y poner rumbo a una semana de desconexión ya no en la playa o en un destino turístico comercial, sino en el pueblo de la familia, es un privilegio inaccesible para el 33,4 por ciento de los españoles , tal y como recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE) en la última Encuesta de Condiciones de Vida, y para un 35,3 por ciento de los castellano-manchegos. Los datos preocupan. Carlos Susías, presidente de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza en España (EAPN-ES), alerta de que las familias más vulnerables son las que más necesitan , al menos, una semana de vacacione s al año. «Cuanto más pobre se es más se prescinde de las vacaciones, pero posiblemente es a quienes más falta les hace esa semana de desconexión», comenta el representante de esta organización no gubernamental, para recordar que en la declaración universal de los derechos humanos de la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoce el derecho al descanso y al disfrute del tiempo libre , incluyendo vacaciones pagadas y una limitación razonable de la duración del trabajo.«Imaginemos una familia en situación de pobreza, monoparental, en la que la madre se tira todo el año eligiendo, si compra los libros de texto del colegio o pone la calefacción, si restringe la calidad de la alimentación para pagar el recibo de la luz, y así siempre, tomando decisiones que generan una situación de tensión, de agotamiento psíquico y rutina agobiante que hace especialmente importante el desconectar en algún momento», comenta para explicar cómo las vacaciones se convierten en una necesidad inalcanzable.«La encuesta del INE lo que nos dice es que uno de cada tres españoles ni siquiera se puede ir una semana al año al pueblo a casa de un familiar, generalmente de los abuelos, no pueden», explica Susías, además de indicar que las causas de estas situaciones límite que se ceban con los más vulnerables son el encarecimiento de la vivienda y los suministros.Noticia Relacionada estandar No España es el país con mayor tasa de pobreza infantil de la Unión Europea Virginia López Esplá Aunque mejora el contexto general, en el caso de los menores de edad los datos no disminuyen«En los últimos años los suministros se han encarecido y ni que decir la vivienda. Las familias que ahora alquilan a precio de mercado son aquellas con menos recursos económicos porque no tienen acceso a una hipoteca, no tienen estabilidad económica para comprar una casa y están pagando más por la vivienda que una familia acomodada en proporción a sus ingresos», explica el presidente de EAPN-ES para apuntar otra clave, como es la capacidad nula de ahorro de las familias en situación de pobreza.No obstante, según la encuesta del INE, el 28,4 por ciento de las personas con vivienda en propiedad renuncian a las vacaciones y el impacto es aún mayor entre quienes viven de alquiler: un 43,4 por ciento en el caso de los arrendamientos a precio de mercado y un 48,7 por ciento en los alquileres por debajo del precio medio, categoría que engloba el alquiler social.Susías advierte que estas familias no solo reducen o eliminan sus días de descanso, sino que también limitan sus actividades de ocio , lo que afecta a su estado de ánimo y arraigo social.Para Susías disfrutar de unos días de vacaciones al año «no está sobrevalorado» e incide en que quienes más necesitan esa válvula de escape son precisamente quienes menos pueden permitírselo. «Es preocupante, todos con carácter general necesitamos vacaciones, pero es algo muy necesario en las familias vulnerables, las que más», dice. Encarecimiento del turismoEl proceso de empobrecimiento, sobre todo de las familias más vulnerables, ha sido más intenso en estos últimos años. Susías incorpora al análisis el encarecimiento de los alojamientos turísticos, que también ha ido en contra de estas familias. « Viajar hoy cuesta un 42,7 por ciento más que en 202 1, esto en ciertas rentas no se puede asumir, pero es que en las familias en situación de pobreza es aún más complicado», añade.Así, con la segunda mayor tasa de riesgo de pobreza o exclusión social, un 34,2 por ciento, la situación en Castilla-La Mancha para EAPN «es para tomársela en serio» si también se tiene en cuenta que el 13 por ciento de los castellano-manchegos tuvieron en 2024 «mucha dificultad» para llegar a fin de mes , un dato que a nivel nacional se sitúa en el 9,1 por ciento, mientras que el de Castilla-La Mancha es el porcentaje más alto del país.Estos datos contrastan con el crecimiento del salario mínimo interprofesional, pues de 2018 a 2024 el SMI subió un 54 por cient o, pasando de 736 a 1.184 euros brutos mensuales, mientras que la evolución de los ingresos medios por persona, aunque referidos en este caso al año 2023, alcanzaron los 14.807 euros, un 5,1 por ciento superior a los registrados el año precedente.Susías aplaude estos avances, pero reitera que cuando un empleo no cumple determinadas condiciones «no permite salir de la situación de pobreza». Y este es el caso del 35,4 por ciento de los castellano-manchegos que no podrán tomarse ni una semana de vacacione s por no contar con la capacidad económica necesaria para hacer la maleta y viajar, aunque sea al pueblo de su infancia a la casa de un familiar. Hacer las maletas o la mochila. Salir de la rutina. Coger el coche y poner rumbo a una semana de desconexión ya no en la playa o en un destino turístico comercial, sino en el pueblo de la familia, es un privilegio inaccesible para el 33,4 por ciento de los españoles , tal y como recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE) en la última Encuesta de Condiciones de Vida, y para un 35,3 por ciento de los castellano-manchegos. Los datos preocupan. Carlos Susías, presidente de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza en España (EAPN-ES), alerta de que las familias más vulnerables son las que más necesitan , al menos, una semana de vacacione s al año. «Cuanto más pobre se es más se prescinde de las vacaciones, pero posiblemente es a quienes más falta les hace esa semana de desconexión», comenta el representante de esta organización no gubernamental, para recordar que en la declaración universal de los derechos humanos de la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoce el derecho al descanso y al disfrute del tiempo libre , incluyendo vacaciones pagadas y una limitación razonable de la duración del trabajo.«Imaginemos una familia en situación de pobreza, monoparental, en la que la madre se tira todo el año eligiendo, si compra los libros de texto del colegio o pone la calefacción, si restringe la calidad de la alimentación para pagar el recibo de la luz, y así siempre, tomando decisiones que generan una situación de tensión, de agotamiento psíquico y rutina agobiante que hace especialmente importante el desconectar en algún momento», comenta para explicar cómo las vacaciones se convierten en una necesidad inalcanzable.«La encuesta del INE lo que nos dice es que uno de cada tres españoles ni siquiera se puede ir una semana al año al pueblo a casa de un familiar, generalmente de los abuelos, no pueden», explica Susías, además de indicar que las causas de estas situaciones límite que se ceban con los más vulnerables son el encarecimiento de la vivienda y los suministros.Noticia Relacionada estandar No España es el país con mayor tasa de pobreza infantil de la Unión Europea Virginia López Esplá Aunque mejora el contexto general, en el caso de los menores de edad los datos no disminuyen«En los últimos años los suministros se han encarecido y ni que decir la vivienda. Las familias que ahora alquilan a precio de mercado son aquellas con menos recursos económicos porque no tienen acceso a una hipoteca, no tienen estabilidad económica para comprar una casa y están pagando más por la vivienda que una familia acomodada en proporción a sus ingresos», explica el presidente de EAPN-ES para apuntar otra clave, como es la capacidad nula de ahorro de las familias en situación de pobreza.No obstante, según la encuesta del INE, el 28,4 por ciento de las personas con vivienda en propiedad renuncian a las vacaciones y el impacto es aún mayor entre quienes viven de alquiler: un 43,4 por ciento en el caso de los arrendamientos a precio de mercado y un 48,7 por ciento en los alquileres por debajo del precio medio, categoría que engloba el alquiler social.Susías advierte que estas familias no solo reducen o eliminan sus días de descanso, sino que también limitan sus actividades de ocio , lo que afecta a su estado de ánimo y arraigo social.Para Susías disfrutar de unos días de vacaciones al año «no está sobrevalorado» e incide en que quienes más necesitan esa válvula de escape son precisamente quienes menos pueden permitírselo. «Es preocupante, todos con carácter general necesitamos vacaciones, pero es algo muy necesario en las familias vulnerables, las que más», dice. Encarecimiento del turismoEl proceso de empobrecimiento, sobre todo de las familias más vulnerables, ha sido más intenso en estos últimos años. Susías incorpora al análisis el encarecimiento de los alojamientos turísticos, que también ha ido en contra de estas familias. « Viajar hoy cuesta un 42,7 por ciento más que en 202 1, esto en ciertas rentas no se puede asumir, pero es que en las familias en situación de pobreza es aún más complicado», añade.Así, con la segunda mayor tasa de riesgo de pobreza o exclusión social, un 34,2 por ciento, la situación en Castilla-La Mancha para EAPN «es para tomársela en serio» si también se tiene en cuenta que el 13 por ciento de los castellano-manchegos tuvieron en 2024 «mucha dificultad» para llegar a fin de mes , un dato que a nivel nacional se sitúa en el 9,1 por ciento, mientras que el de Castilla-La Mancha es el porcentaje más alto del país.Estos datos contrastan con el crecimiento del salario mínimo interprofesional, pues de 2018 a 2024 el SMI subió un 54 por cient o, pasando de 736 a 1.184 euros brutos mensuales, mientras que la evolución de los ingresos medios por persona, aunque referidos en este caso al año 2023, alcanzaron los 14.807 euros, un 5,1 por ciento superior a los registrados el año precedente.Susías aplaude estos avances, pero reitera que cuando un empleo no cumple determinadas condiciones «no permite salir de la situación de pobreza». Y este es el caso del 35,4 por ciento de los castellano-manchegos que no podrán tomarse ni una semana de vacacione s por no contar con la capacidad económica necesaria para hacer la maleta y viajar, aunque sea al pueblo de su infancia a la casa de un familiar. Hacer las maletas o la mochila. Salir de la rutina. Coger el coche y poner rumbo a una semana de desconexión ya no en la playa o en un destino turístico comercial, sino en el pueblo de la familia, es un privilegio inaccesible para el 33,4 por ciento de los españoles , tal y como recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE) en la última Encuesta de Condiciones de Vida, y para un 35,3 por ciento de los castellano-manchegos. Los datos preocupan. Carlos Susías, presidente de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza en España (EAPN-ES), alerta de que las familias más vulnerables son las que más necesitan , al menos, una semana de vacacione s al año. «Cuanto más pobre se es más se prescinde de las vacaciones, pero posiblemente es a quienes más falta les hace esa semana de desconexión», comenta el representante de esta organización no gubernamental, para recordar que en la declaración universal de los derechos humanos de la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoce el derecho al descanso y al disfrute del tiempo libre , incluyendo vacaciones pagadas y una limitación razonable de la duración del trabajo.«Imaginemos una familia en situación de pobreza, monoparental, en la que la madre se tira todo el año eligiendo, si compra los libros de texto del colegio o pone la calefacción, si restringe la calidad de la alimentación para pagar el recibo de la luz, y así siempre, tomando decisiones que generan una situación de tensión, de agotamiento psíquico y rutina agobiante que hace especialmente importante el desconectar en algún momento», comenta para explicar cómo las vacaciones se convierten en una necesidad inalcanzable.«La encuesta del INE lo que nos dice es que uno de cada tres españoles ni siquiera se puede ir una semana al año al pueblo a casa de un familiar, generalmente de los abuelos, no pueden», explica Susías, además de indicar que las causas de estas situaciones límite que se ceban con los más vulnerables son el encarecimiento de la vivienda y los suministros.Noticia Relacionada estandar No España es el país con mayor tasa de pobreza infantil de la Unión Europea Virginia López Esplá Aunque mejora el contexto general, en el caso de los menores de edad los datos no disminuyen«En los últimos años los suministros se han encarecido y ni que decir la vivienda. Las familias que ahora alquilan a precio de mercado son aquellas con menos recursos económicos porque no tienen acceso a una hipoteca, no tienen estabilidad económica para comprar una casa y están pagando más por la vivienda que una familia acomodada en proporción a sus ingresos», explica el presidente de EAPN-ES para apuntar otra clave, como es la capacidad nula de ahorro de las familias en situación de pobreza.No obstante, según la encuesta del INE, el 28,4 por ciento de las personas con vivienda en propiedad renuncian a las vacaciones y el impacto es aún mayor entre quienes viven de alquiler: un 43,4 por ciento en el caso de los arrendamientos a precio de mercado y un 48,7 por ciento en los alquileres por debajo del precio medio, categoría que engloba el alquiler social.Susías advierte que estas familias no solo reducen o eliminan sus días de descanso, sino que también limitan sus actividades de ocio , lo que afecta a su estado de ánimo y arraigo social.Para Susías disfrutar de unos días de vacaciones al año «no está sobrevalorado» e incide en que quienes más necesitan esa válvula de escape son precisamente quienes menos pueden permitírselo. «Es preocupante, todos con carácter general necesitamos vacaciones, pero es algo muy necesario en las familias vulnerables, las que más», dice. Encarecimiento del turismoEl proceso de empobrecimiento, sobre todo de las familias más vulnerables, ha sido más intenso en estos últimos años. Susías incorpora al análisis el encarecimiento de los alojamientos turísticos, que también ha ido en contra de estas familias. « Viajar hoy cuesta un 42,7 por ciento más que en 202 1, esto en ciertas rentas no se puede asumir, pero es que en las familias en situación de pobreza es aún más complicado», añade.Así, con la segunda mayor tasa de riesgo de pobreza o exclusión social, un 34,2 por ciento, la situación en Castilla-La Mancha para EAPN «es para tomársela en serio» si también se tiene en cuenta que el 13 por ciento de los castellano-manchegos tuvieron en 2024 «mucha dificultad» para llegar a fin de mes , un dato que a nivel nacional se sitúa en el 9,1 por ciento, mientras que el de Castilla-La Mancha es el porcentaje más alto del país.Estos datos contrastan con el crecimiento del salario mínimo interprofesional, pues de 2018 a 2024 el SMI subió un 54 por cient o, pasando de 736 a 1.184 euros brutos mensuales, mientras que la evolución de los ingresos medios por persona, aunque referidos en este caso al año 2023, alcanzaron los 14.807 euros, un 5,1 por ciento superior a los registrados el año precedente.Susías aplaude estos avances, pero reitera que cuando un empleo no cumple determinadas condiciones «no permite salir de la situación de pobreza». Y este es el caso del 35,4 por ciento de los castellano-manchegos que no podrán tomarse ni una semana de vacacione s por no contar con la capacidad económica necesaria para hacer la maleta y viajar, aunque sea al pueblo de su infancia a la casa de un familiar. RSS de noticias de espana
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