La opa hostil lanzada por BBVA sobre Banco Sabadell entra en su fase final sin que esté claro el resultado, a la luz de los obstáculos que se topa la entidad presidida por Carlos Torres. La luz verde a la operación incluye condiciones más estrictas que las exigidas por la CNMC, lo que se traduce en menores ahorros y, por tanto, un menor atractivo (al menos sobre el papel) para los inversores. Ambas entidades deberán mantener su personalidad jurídica, patrimonio separado y autonomía de gestión durante al menos tres años, prorrogables a cinco si así lo decide el Ejecutivo, en función del “interés general” contemplado en la normativa. La oferta ha cumplido ya su primer año y se resolverá, si el BBVA no se retira antes, en el mes de septiembre.
La nueva condición de mantener separadas ambas entidades durante tres años complica la obtención de sinergias y alimenta las dudas sobre la operación a ojos del mercado
La opa hostil lanzada por BBVA sobre Banco Sabadell entra en su fase final sin que esté claro el resultado, a la luz de los obstáculos que se topa la entidad presidida por Carlos Torres. La luz verde a la operación incluye condiciones más estrictas que las exigidas por la CNMC, lo que se traduce en menores ahorros y, por tanto, un menor atractivo (al menos sobre el papel) para los inversores. Ambas entidades deberán mantener su personalidad jurídica, patrimonio separado y autonomía de gestión durante al menos tres años, prorrogables a cinco si así lo decide el Ejecutivo, en función del “interés general” contemplado en la normativa. La oferta ha cumplido ya su primer año y se resolverá, si el BBVA no se retira antes, en el mes de septiembre.
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