<p>»A mi padre lo arrestaron el viernes mientras estaba tomando un café. Aún no sabemos por qué, porque ni siquiera tenía orden de deportación. Entraron en la cafetería donde estaba y se lo llevaron», explica a EL MUNDO su hijo, <strong>Rodrigo</strong>, visiblemente nervioso y con una gran bandera mexicana en la mano. Unas horas más tarde, su padre, <strong>Delfino Aguilar Martínez</strong>, de 51 años, pasó a formar parte de un comunicado del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) donde se enumeraba a lo «peor de lo peor de los criminales indocumentados» arrestados desde el viernes por los agentes de Inmigración en <strong>Los Ángeles</strong>, el mismo hombre al que su hijo describe como una persona apacible que se dedicaba a cuidar a su nieto todos los días. </p>
Las protestas del domingo se saldaron con arrestos, enfrentamientos entre la policía y los manifestantes, y varios coches quemados
<p>»A mi padre lo arrestaron el viernes mientras estaba tomando un café. Aún no sabemos por qué, porque ni siquiera tenía orden de deportación. Entraron en la cafetería donde estaba y se lo llevaron», explica a EL MUNDO su hijo, <strong>Rodrigo</strong>, visiblemente nervioso y con una gran bandera mexicana en la mano. Unas horas más tarde, su padre, <strong>Delfino Aguilar Martínez</strong>, de 51 años, pasó a formar parte de un comunicado del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) donde se enumeraba a lo «peor de lo peor de los criminales indocumentados» arrestados desde el viernes por los agentes de Inmigración en <strong>Los Ángeles</strong>, el mismo hombre al que su hijo describe como una persona apacible que se dedicaba a cuidar a su nieto todos los días. </p>
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