Argentina, la tierra natal del papa Francisco, lo despidió este lunes con la tristeza de no haberlo visto volver a casa como Pontífice y dividida sobre su recuerdo. El Gobierno argentino decretó siete días de luto. El presidente, Javier Milei, suspendió toda su agenda oficial y se preparó para volar a Roma. Los partidos de fútbol fueron aplazados, en los colegios católicos se guardó un minuto de silencio, las redes se llenaron de mensajes de duelo y las iglesias abrieron sus puertas para recibir a los fieles. Buenos Aires, la ciudad que vio nacer a Francisco como Jorge Bergoglio hace 88 años, fue el epicentro de los homenajes en el país sudamericano, pero muchos de sus habitantes siguieron con la rutina ajenos a una noticia de relevancia mundial.
En los barrios más pobres de Buenos Aires lloran la pérdida del Pontífice que les abrió las puertas de la Iglesia; otros critican por su rol político o se muestran simplemente ajenos a la noticia
Argentina, la tierra natal del papa Francisco, lo despidió este lunes con la tristeza de no haberlo visto volver a casa como Pontífice y dividida sobre su recuerdo. El Gobierno argentino decretó siete días de luto. El presidente, Javier Milei, suspendió toda su agenda oficial y se preparó para volar a Roma. Los partidos de fútbol fueron aplazados, en los colegios católicos se guardó un minuto de silencio, las redes se llenaron de mensajes de duelo y las iglesias abrieron sus puertas para recibir a los fieles. Buenos Aires, la ciudad que vio nacer a Francisco como Jorge Bergoglio hace 88 años, fue el epicentro de los homenajes en el país sudamericano, pero muchos de sus habitantes siguieron con la rutina ajenos a una noticia de relevancia mundial.
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