Los colegios Virgen de la Guía y Maestro Zubeldia de Portugalete (Vizcaya) llevan años mirándose de acera a acera, a un paso de cebra de distancia. Hoy son dos, pero lo más probable es que pronto pasen a ser uno solo. «Está en manos del Gobierno vasco», comentan desde la dirección del primero en referencia al departamento de Educación. La fusión de colegios públicos ha llegado al País Vasco como respuesta a un invierno demográfico que está dejando las aulas de los centros escolares con más mobiliario que alumnos. Allí, la consejería prevé numerosas fusiones de colegios en los próximos años, un anuncio que ha provocado manifestaciones de grupos de profesores que temen reducciones de plantilla y creen que «las fusiones no son más que cierres enmascarados» . Esta fórmula de supervivencia de las escuelas públicas se ha extendido a la mayoría de comunidades españolas y, aunque de forma aún no generalizada, en la última década se han dado puntualmente en diferentes zonas de nuestro país. «Es una de las acciones de planificación educativa inevitables, aunque la inmigración podría atemperar sus efectos» Francisco López Rupérez, investigador en política educativa Hay casos en Andalucía, Extremadura, Castilla- La Mancha, Galicia, Cantabria o Asturias . Aunque hay algunas regiones, como Cataluña, en las que no han optado por la fusión de colegios para el próximo curso. Allí, Salvador Illa anunció la supresión de 111 líneas en varios centros públicos. Las escuelas rurales ya no son las únicas que agonizan y la preocupación por las aulas vacías ha llegado a la ciudad. «Es una de las acciones de planificación educativa inevitables, aunque el incremento de la población inmigrante podría atemperar sus efectos», augura Francisco López Rupérez, investigador en política educativa y expresidente del Consejo Escolar de Estado. Según datos del Ministerio de Educación, los alumnos matriculados en España en Infantil han pasado de 1.884.342 en el curso 2013-2014, a 1.590.332 en el 2023-2024. Es decir, ha habido un descenso de la masa de estudiantes del 15,61% en una década . Sin embargo, si se mira el número de colegios de Infantil se da la paradoja de que cada vez hay más. En 2013/2014 había un total de 23.570 y, diez años más tarde, 25.384. La lectura es que, a día de hoy, sobran aulas. Si bien es cierto que la baja natalidad no afecta por igual a todas las regiones españolas. Las comunidades autónomas con mayores caídas en la natalidad son, principalmente, Canarias y Asturias , con una disminución en los últimos cinco años del 17%. Pero también se han registrado caídas significativas en Cantabria y País Vasco, con un 15% de descenso en un lustro, según datos del INE de 2023. La tasa de natalidad en esta última comunidad autónoma no deja de empeorar. Según un estudio presentado a finales del mes de abril por la Universidad Politécnica del País Vasco, la región habría entrado en situación de ‘suicidio demográfico’ de no ser por la llegada de población extranjera. PROTESTAS EN EL PAÍS VASCO Arriba, una manifestación en Bilbao como consecuencia de la fusión de dos centros. En la imagen intermedia, el cartel del colegio Txurdinaga, en la capital de Vizcaya, que se fusionará el curso que viene con el Pío Baroja por falta de estudiantes. LUIS ÁNGEL GÓMEZ El próximo curso se fusionarán los colegios bilbaínos de Txurdinaga y Pío Baroja, ambos de Infantil y Primaria. El primero contaba al inicio de curso con 204 alumnos entre el aula de 3 años y 6º de Primaria. Según su director, Jon Kepa Bustinduy, hace más de una década el centro disponía de tres aulas distintas, que al final se redujeron a una. «Fue una sorpresa cuando el departamento nos propuso la fusión con Pío Baroja», señala Bustinduy, que califica el cambio como un «reto bonito y positivo». La directora del segundo centro, Estíbaliz Pérez, plantea que el suyo es «un centro pobre» donde los 107 estudiantes «están becados» y ve la fusión como «una gran oportunidad para avanzar». El fenómeno, aunque mayoritariamente se da en centros públicos, también ha llegado a los concertados, lo que ha ocasionado algunas protestas. Ha sucedido con la plantilla del colegio Jesús María , también en Bilbao, que llegó a convocar una concentración frente a la sede del Gobierno vasco ante el riesgo de que se produzcan 60 despidos como consecuencia de la cancelación de la fusión prevista con el centro Jesuitinas.No toda las fusiones resultan siempre satisfactorias. A mitad de este curso que ahora termina, en el mes de enero de este año, la consejería de Educación de Asturias anunció la integración del colegio público de Primaria Virgen de las Mareas en las instalaciones del centro para niños de 0 a 3 años Jardín de Cantos, en Avilés. Según explican docentes del jardín de infancia a este diario, los alumnos del colegio eran en su totalidad de etnia gitana y, además, tenían problemas con la legalidad del espacio.«Ahora nos separa un tabique, perdimos tres aulas y a los padres no les hizo ninguna gracia», dicen desde un centro en Asturias «Ahora nos separa un tabique, perdimos tres aulas y a los padres no les hizo ninguna gracia la fusión que, además, llegó con el año académico ya iniciado», dicen desde el Jardín de Cantos a ABC. Aunque en la mayoría de las fusiones entre centros escolares, el cambio se ve como algo positivo, como la respuesta a una realidad demográfica que va vaciando las aulas. En 2018, la consejería de Educación de Cantabria decidió que fusionaría en uno tres centros de Santander ante la escasez de alumnado: el Ramón Pelayo, el Simón Cabarga y Los Viveros . Según se dijo entonces, la falta de profesores y de alumnos impedía desarrollar un proyecto pedagógico, pues en los centros que impartían Primaria –Simón Cabarga y Ramón Pelayo– apenas sumaban entre los dos 126 estudiantes. «Compartimos gastos de comedor y ganamos a nivel burocrático», aseguran desde un colegio integrado en Cantabria«El resultado de la integración fue bueno, hubo un incremento de matrículas. Las razones fueron pedagógicas pero también administrativas. Compartimos los gastos de comedor, por ejemplo, y a nivel burocrático hemos salido ganando», refieren a ABC desde Los Viveros, el colegio público que ‘acogió’ a los otros centros.Fusiones en Andalucía Además de en el País Vasco, en septiembre se prevé que se fusionen varios colegios públicos de Andalucía . Entre ellos figuran el San Ignacio de Loyola y San Juan de Ribera, en Sevilla. Una integración que se ha comunicado como una «gestión eficiente de los recursos públicos, porque no se está exactamente cerrando un colegio, sino que se fusionan porque en la zona en la que se encuentran hay 45 plazas vacías», dijo la consejera de Educación andaluza, María Carmen del Castillo. La reducción de matrículas ha provocado que en el San Juan de Ribera tengan cuatro alumnos en primero de Infantil, dos en segundo de Primaria y ocho en quinto. La integración se traducirá en aumento de la plantilla y desde el Gobierno andaluz insisten en que «no se cierran unidades, se gestionan mejor». Sin embargo, a algunas familias no les ha gustado la ‘obligación’ de abandonar unas instalaciones en las que ya se habían invertido numerosos recursos. La fusión de colegios en las ciudades es una opción a la que pueden verse abocados en muchas comunidades autónomas, una solución de supervivencia que viene después de la supresión de líneas, que es lo que están planteando en Cataluña, con más niños. ¿Y, después de las fusiones, qué vendría? En el medio rural se ha recurrido a otras fórmulas de planificación, como las aulas con niños de cursos diferentes. Según López Rupérez, en Secundaria habría otras formas de aprovechar esa reducción del alumnado en beneficio de una mayor rendimiento. Los franceses, por ejemplo, tienen organizada la Secundaria en dos ciclos de tres años de duración cada uno: 12-15 y 15-18, que se imparten en centros diferenciados : los ‘Collèges’ y los ‘Lycées’. Ese esquema, dice, es «mucho más racional», desde un punto de vista pedagógico, y salvaría las quejas de las familias que están surgiendo, por ejemplo en Madrid, por la coexistencia en un mismo centro de alumnos de edades muy diversas. Los colegios Virgen de la Guía y Maestro Zubeldia de Portugalete (Vizcaya) llevan años mirándose de acera a acera, a un paso de cebra de distancia. Hoy son dos, pero lo más probable es que pronto pasen a ser uno solo. «Está en manos del Gobierno vasco», comentan desde la dirección del primero en referencia al departamento de Educación. La fusión de colegios públicos ha llegado al País Vasco como respuesta a un invierno demográfico que está dejando las aulas de los centros escolares con más mobiliario que alumnos. Allí, la consejería prevé numerosas fusiones de colegios en los próximos años, un anuncio que ha provocado manifestaciones de grupos de profesores que temen reducciones de plantilla y creen que «las fusiones no son más que cierres enmascarados» . Esta fórmula de supervivencia de las escuelas públicas se ha extendido a la mayoría de comunidades españolas y, aunque de forma aún no generalizada, en la última década se han dado puntualmente en diferentes zonas de nuestro país. «Es una de las acciones de planificación educativa inevitables, aunque la inmigración podría atemperar sus efectos» Francisco López Rupérez, investigador en política educativa Hay casos en Andalucía, Extremadura, Castilla- La Mancha, Galicia, Cantabria o Asturias . Aunque hay algunas regiones, como Cataluña, en las que no han optado por la fusión de colegios para el próximo curso. Allí, Salvador Illa anunció la supresión de 111 líneas en varios centros públicos. Las escuelas rurales ya no son las únicas que agonizan y la preocupación por las aulas vacías ha llegado a la ciudad. «Es una de las acciones de planificación educativa inevitables, aunque el incremento de la población inmigrante podría atemperar sus efectos», augura Francisco López Rupérez, investigador en política educativa y expresidente del Consejo Escolar de Estado. Según datos del Ministerio de Educación, los alumnos matriculados en España en Infantil han pasado de 1.884.342 en el curso 2013-2014, a 1.590.332 en el 2023-2024. Es decir, ha habido un descenso de la masa de estudiantes del 15,61% en una década . Sin embargo, si se mira el número de colegios de Infantil se da la paradoja de que cada vez hay más. En 2013/2014 había un total de 23.570 y, diez años más tarde, 25.384. La lectura es que, a día de hoy, sobran aulas. Si bien es cierto que la baja natalidad no afecta por igual a todas las regiones españolas. Las comunidades autónomas con mayores caídas en la natalidad son, principalmente, Canarias y Asturias , con una disminución en los últimos cinco años del 17%. Pero también se han registrado caídas significativas en Cantabria y País Vasco, con un 15% de descenso en un lustro, según datos del INE de 2023. La tasa de natalidad en esta última comunidad autónoma no deja de empeorar. Según un estudio presentado a finales del mes de abril por la Universidad Politécnica del País Vasco, la región habría entrado en situación de ‘suicidio demográfico’ de no ser por la llegada de población extranjera. PROTESTAS EN EL PAÍS VASCO Arriba, una manifestación en Bilbao como consecuencia de la fusión de dos centros. En la imagen intermedia, el cartel del colegio Txurdinaga, en la capital de Vizcaya, que se fusionará el curso que viene con el Pío Baroja por falta de estudiantes. LUIS ÁNGEL GÓMEZ El próximo curso se fusionarán los colegios bilbaínos de Txurdinaga y Pío Baroja, ambos de Infantil y Primaria. El primero contaba al inicio de curso con 204 alumnos entre el aula de 3 años y 6º de Primaria. Según su director, Jon Kepa Bustinduy, hace más de una década el centro disponía de tres aulas distintas, que al final se redujeron a una. «Fue una sorpresa cuando el departamento nos propuso la fusión con Pío Baroja», señala Bustinduy, que califica el cambio como un «reto bonito y positivo». La directora del segundo centro, Estíbaliz Pérez, plantea que el suyo es «un centro pobre» donde los 107 estudiantes «están becados» y ve la fusión como «una gran oportunidad para avanzar». El fenómeno, aunque mayoritariamente se da en centros públicos, también ha llegado a los concertados, lo que ha ocasionado algunas protestas. Ha sucedido con la plantilla del colegio Jesús María , también en Bilbao, que llegó a convocar una concentración frente a la sede del Gobierno vasco ante el riesgo de que se produzcan 60 despidos como consecuencia de la cancelación de la fusión prevista con el centro Jesuitinas.No toda las fusiones resultan siempre satisfactorias. A mitad de este curso que ahora termina, en el mes de enero de este año, la consejería de Educación de Asturias anunció la integración del colegio público de Primaria Virgen de las Mareas en las instalaciones del centro para niños de 0 a 3 años Jardín de Cantos, en Avilés. Según explican docentes del jardín de infancia a este diario, los alumnos del colegio eran en su totalidad de etnia gitana y, además, tenían problemas con la legalidad del espacio.«Ahora nos separa un tabique, perdimos tres aulas y a los padres no les hizo ninguna gracia», dicen desde un centro en Asturias «Ahora nos separa un tabique, perdimos tres aulas y a los padres no les hizo ninguna gracia la fusión que, además, llegó con el año académico ya iniciado», dicen desde el Jardín de Cantos a ABC. Aunque en la mayoría de las fusiones entre centros escolares, el cambio se ve como algo positivo, como la respuesta a una realidad demográfica que va vaciando las aulas. En 2018, la consejería de Educación de Cantabria decidió que fusionaría en uno tres centros de Santander ante la escasez de alumnado: el Ramón Pelayo, el Simón Cabarga y Los Viveros . Según se dijo entonces, la falta de profesores y de alumnos impedía desarrollar un proyecto pedagógico, pues en los centros que impartían Primaria –Simón Cabarga y Ramón Pelayo– apenas sumaban entre los dos 126 estudiantes. «Compartimos gastos de comedor y ganamos a nivel burocrático», aseguran desde un colegio integrado en Cantabria«El resultado de la integración fue bueno, hubo un incremento de matrículas. Las razones fueron pedagógicas pero también administrativas. Compartimos los gastos de comedor, por ejemplo, y a nivel burocrático hemos salido ganando», refieren a ABC desde Los Viveros, el colegio público que ‘acogió’ a los otros centros.Fusiones en Andalucía Además de en el País Vasco, en septiembre se prevé que se fusionen varios colegios públicos de Andalucía . Entre ellos figuran el San Ignacio de Loyola y San Juan de Ribera, en Sevilla. Una integración que se ha comunicado como una «gestión eficiente de los recursos públicos, porque no se está exactamente cerrando un colegio, sino que se fusionan porque en la zona en la que se encuentran hay 45 plazas vacías», dijo la consejera de Educación andaluza, María Carmen del Castillo. La reducción de matrículas ha provocado que en el San Juan de Ribera tengan cuatro alumnos en primero de Infantil, dos en segundo de Primaria y ocho en quinto. La integración se traducirá en aumento de la plantilla y desde el Gobierno andaluz insisten en que «no se cierran unidades, se gestionan mejor». Sin embargo, a algunas familias no les ha gustado la ‘obligación’ de abandonar unas instalaciones en las que ya se habían invertido numerosos recursos. La fusión de colegios en las ciudades es una opción a la que pueden verse abocados en muchas comunidades autónomas, una solución de supervivencia que viene después de la supresión de líneas, que es lo que están planteando en Cataluña, con más niños. ¿Y, después de las fusiones, qué vendría? En el medio rural se ha recurrido a otras fórmulas de planificación, como las aulas con niños de cursos diferentes. Según López Rupérez, en Secundaria habría otras formas de aprovechar esa reducción del alumnado en beneficio de una mayor rendimiento. Los franceses, por ejemplo, tienen organizada la Secundaria en dos ciclos de tres años de duración cada uno: 12-15 y 15-18, que se imparten en centros diferenciados : los ‘Collèges’ y los ‘Lycées’. Ese esquema, dice, es «mucho más racional», desde un punto de vista pedagógico, y salvaría las quejas de las familias que están surgiendo, por ejemplo en Madrid, por la coexistencia en un mismo centro de alumnos de edades muy diversas. Los colegios Virgen de la Guía y Maestro Zubeldia de Portugalete (Vizcaya) llevan años mirándose de acera a acera, a un paso de cebra de distancia. Hoy son dos, pero lo más probable es que pronto pasen a ser uno solo. «Está en manos del Gobierno vasco», comentan desde la dirección del primero en referencia al departamento de Educación. La fusión de colegios públicos ha llegado al País Vasco como respuesta a un invierno demográfico que está dejando las aulas de los centros escolares con más mobiliario que alumnos. Allí, la consejería prevé numerosas fusiones de colegios en los próximos años, un anuncio que ha provocado manifestaciones de grupos de profesores que temen reducciones de plantilla y creen que «las fusiones no son más que cierres enmascarados» . Esta fórmula de supervivencia de las escuelas públicas se ha extendido a la mayoría de comunidades españolas y, aunque de forma aún no generalizada, en la última década se han dado puntualmente en diferentes zonas de nuestro país. «Es una de las acciones de planificación educativa inevitables, aunque la inmigración podría atemperar sus efectos» Francisco López Rupérez, investigador en política educativa Hay casos en Andalucía, Extremadura, Castilla- La Mancha, Galicia, Cantabria o Asturias . Aunque hay algunas regiones, como Cataluña, en las que no han optado por la fusión de colegios para el próximo curso. Allí, Salvador Illa anunció la supresión de 111 líneas en varios centros públicos. Las escuelas rurales ya no son las únicas que agonizan y la preocupación por las aulas vacías ha llegado a la ciudad. «Es una de las acciones de planificación educativa inevitables, aunque el incremento de la población inmigrante podría atemperar sus efectos», augura Francisco López Rupérez, investigador en política educativa y expresidente del Consejo Escolar de Estado. Según datos del Ministerio de Educación, los alumnos matriculados en España en Infantil han pasado de 1.884.342 en el curso 2013-2014, a 1.590.332 en el 2023-2024. Es decir, ha habido un descenso de la masa de estudiantes del 15,61% en una década . Sin embargo, si se mira el número de colegios de Infantil se da la paradoja de que cada vez hay más. En 2013/2014 había un total de 23.570 y, diez años más tarde, 25.384. La lectura es que, a día de hoy, sobran aulas. Si bien es cierto que la baja natalidad no afecta por igual a todas las regiones españolas. Las comunidades autónomas con mayores caídas en la natalidad son, principalmente, Canarias y Asturias , con una disminución en los últimos cinco años del 17%. Pero también se han registrado caídas significativas en Cantabria y País Vasco, con un 15% de descenso en un lustro, según datos del INE de 2023. La tasa de natalidad en esta última comunidad autónoma no deja de empeorar. Según un estudio presentado a finales del mes de abril por la Universidad Politécnica del País Vasco, la región habría entrado en situación de ‘suicidio demográfico’ de no ser por la llegada de población extranjera. PROTESTAS EN EL PAÍS VASCO Arriba, una manifestación en Bilbao como consecuencia de la fusión de dos centros. En la imagen intermedia, el cartel del colegio Txurdinaga, en la capital de Vizcaya, que se fusionará el curso que viene con el Pío Baroja por falta de estudiantes. LUIS ÁNGEL GÓMEZ El próximo curso se fusionarán los colegios bilbaínos de Txurdinaga y Pío Baroja, ambos de Infantil y Primaria. El primero contaba al inicio de curso con 204 alumnos entre el aula de 3 años y 6º de Primaria. Según su director, Jon Kepa Bustinduy, hace más de una década el centro disponía de tres aulas distintas, que al final se redujeron a una. «Fue una sorpresa cuando el departamento nos propuso la fusión con Pío Baroja», señala Bustinduy, que califica el cambio como un «reto bonito y positivo». La directora del segundo centro, Estíbaliz Pérez, plantea que el suyo es «un centro pobre» donde los 107 estudiantes «están becados» y ve la fusión como «una gran oportunidad para avanzar». El fenómeno, aunque mayoritariamente se da en centros públicos, también ha llegado a los concertados, lo que ha ocasionado algunas protestas. Ha sucedido con la plantilla del colegio Jesús María , también en Bilbao, que llegó a convocar una concentración frente a la sede del Gobierno vasco ante el riesgo de que se produzcan 60 despidos como consecuencia de la cancelación de la fusión prevista con el centro Jesuitinas.No toda las fusiones resultan siempre satisfactorias. A mitad de este curso que ahora termina, en el mes de enero de este año, la consejería de Educación de Asturias anunció la integración del colegio público de Primaria Virgen de las Mareas en las instalaciones del centro para niños de 0 a 3 años Jardín de Cantos, en Avilés. Según explican docentes del jardín de infancia a este diario, los alumnos del colegio eran en su totalidad de etnia gitana y, además, tenían problemas con la legalidad del espacio.«Ahora nos separa un tabique, perdimos tres aulas y a los padres no les hizo ninguna gracia», dicen desde un centro en Asturias «Ahora nos separa un tabique, perdimos tres aulas y a los padres no les hizo ninguna gracia la fusión que, además, llegó con el año académico ya iniciado», dicen desde el Jardín de Cantos a ABC. Aunque en la mayoría de las fusiones entre centros escolares, el cambio se ve como algo positivo, como la respuesta a una realidad demográfica que va vaciando las aulas. En 2018, la consejería de Educación de Cantabria decidió que fusionaría en uno tres centros de Santander ante la escasez de alumnado: el Ramón Pelayo, el Simón Cabarga y Los Viveros . Según se dijo entonces, la falta de profesores y de alumnos impedía desarrollar un proyecto pedagógico, pues en los centros que impartían Primaria –Simón Cabarga y Ramón Pelayo– apenas sumaban entre los dos 126 estudiantes. «Compartimos gastos de comedor y ganamos a nivel burocrático», aseguran desde un colegio integrado en Cantabria«El resultado de la integración fue bueno, hubo un incremento de matrículas. Las razones fueron pedagógicas pero también administrativas. Compartimos los gastos de comedor, por ejemplo, y a nivel burocrático hemos salido ganando», refieren a ABC desde Los Viveros, el colegio público que ‘acogió’ a los otros centros.Fusiones en Andalucía Además de en el País Vasco, en septiembre se prevé que se fusionen varios colegios públicos de Andalucía . Entre ellos figuran el San Ignacio de Loyola y San Juan de Ribera, en Sevilla. Una integración que se ha comunicado como una «gestión eficiente de los recursos públicos, porque no se está exactamente cerrando un colegio, sino que se fusionan porque en la zona en la que se encuentran hay 45 plazas vacías», dijo la consejera de Educación andaluza, María Carmen del Castillo. La reducción de matrículas ha provocado que en el San Juan de Ribera tengan cuatro alumnos en primero de Infantil, dos en segundo de Primaria y ocho en quinto. La integración se traducirá en aumento de la plantilla y desde el Gobierno andaluz insisten en que «no se cierran unidades, se gestionan mejor». Sin embargo, a algunas familias no les ha gustado la ‘obligación’ de abandonar unas instalaciones en las que ya se habían invertido numerosos recursos. La fusión de colegios en las ciudades es una opción a la que pueden verse abocados en muchas comunidades autónomas, una solución de supervivencia que viene después de la supresión de líneas, que es lo que están planteando en Cataluña, con más niños. ¿Y, después de las fusiones, qué vendría? En el medio rural se ha recurrido a otras fórmulas de planificación, como las aulas con niños de cursos diferentes. Según López Rupérez, en Secundaria habría otras formas de aprovechar esa reducción del alumnado en beneficio de una mayor rendimiento. Los franceses, por ejemplo, tienen organizada la Secundaria en dos ciclos de tres años de duración cada uno: 12-15 y 15-18, que se imparten en centros diferenciados : los ‘Collèges’ y los ‘Lycées’. Ese esquema, dice, es «mucho más racional», desde un punto de vista pedagógico, y salvaría las quejas de las familias que están surgiendo, por ejemplo en Madrid, por la coexistencia en un mismo centro de alumnos de edades muy diversas. 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