La cómica irlandesa Kyla Cobbler, una auténtica fuerza de a naturaleza, sube al escenario y pregunta al público cuántas de las 150 personas que llenan la pequeña sala de un espacio cultural en Via Laitena son españolas. Sólo cuatro personas levantan la mano. El resto son estadounidenses, ingleses, daneses, unos cuantos alemanes, y un par de franceses. Éste es el nuevo panorama de una escena creciente dentro del circuito de comedia de la ciudad, los espectáculos de cómicos internacionales pensados por y para los expats, los expatriados que han empezado a crear en la ciudad su lujoso gueto.No es ningún secreto que Barcelona se ha llenado en los últimos años de ingleses, estadounidenses, australianos, etc. Suelen ser profesionales liberales que están un periodo largo de tiempo en la ciudad por trabajo y que los meses que están aquí les cuesta integrarse del todo dentro de la cultura local, pero no quieren renunciar a esta parte de su vida. ¿Qué hacer entonces? Buscar espacios comunes donde poder reunirse y compartir experiencias. Y no hay mejor forma de hacer esto que con la comedia.Este pasado sábado, por ejemplo, abría la segunda sala de ‘The comedy clubhouse’, el gran motor de esta nueva escena que inició su carrera en 2021 en el sótano de un pub inglés. Su éxito les ha obligado a buscar más espacios, cada vez más grandes. El Born, meca de los turistas de los cruceros, es el barrio elegido de este nuevo local de un proyecto liderado por el cómico John Allis y que cuenta entre algunas de sus cómicas habituales con la popular Michelle Wolf, que también se instaló en la Ciudad Condal en 2021 y aquí se ha quedado. Incluso ha tenido un hijo. «Como mujer empoderada e independiente que soy, me instalé en Barcelona por amor. Ya lo ves», explica con su característica ironía. Un viaje a Finlandia, las diferencias entre Barcelona y Nueva York, sus inicios en JP Morgan justo antes de la crisis del 2008, viajar en avión con niños pequeños o el dúo omnipresente Elon Musk y Trump son algunas de las historias que esta cómica cuenta cada semana en su show/podcast ‘Michelle Wolf’s Thought Box’ . «Me encanta Barcelona, la gente, el café, los parques, los espacios públicos. Tengo un recién nacido y es maravilloso criarlo aquí. Es una ciudad tan relajada. Incluso tiene playa. En Nueva York hacía un mismo set en diferentes espacios cada día y el estrés era máximo. Aquí puedo trabajar bien uno cada semana», señala. Desde hace un año presenta semanalmente un monólogo con contenido siempre diferente ante un público fiel que la adora y que se ríe antes incluso de que diga nada. Entre el centenar de personas que llenan sus espectáculos, nos encontramos, por supuesto, con expats, pero también con turistas que se tropiezan por sorpresa con este conocido nombre de la comedia estadounidense y que ninguno de ellos esperaba encontrarse allí. El objetivo de Wolf, sin embargo, es atraer cada vez más al público local. Asegura que el humor es tan universal que todos los chistes que funcionan en Barcelona, funcionan igual cuando vuelve a Estados Unidos, así que para qué volver. «Me gusta hablar de cosas que afectan a la gente y, por supuesto, tienes que hablar de política, pero no sólo de lo que ocurre en Estados Unidos, sino que intento ser más global y acercarme a los temas con múltiples puntos de vista», asegura el cómica. Su trayectoria tuvo un meteórico ascenso que la llevó en 2018 a realizar la tradicional Cena de Corresponsales de la Casa Blanca , donde un cómico o cómica se burla del presidente de los Estados Unidos de turno. Por aquel entonces, Trump también era el presidente, pero declinó estar presente en la gala por primera vez en la historia. Esto no detuvo a Wolf para realizar un monólogo incisivo que puso nervioso a mucha gente, recibiendo todo tipo de críticas. «No me arrepiento de nada de lo que dije. Siento que eran chistes divertidos, y los defiendo. Hay gente que ama lo que haces y otros lo odian. Es inevitable. Soy una cómica. No haces monólogos para que estén de acuerdo contigo, lo haces para que se rían», comenta Wolf.Su humor directo, de rápido ingenio y una gran inteligencia emocional resuena muy alto en The Comedy Clubhouse, como lo hizo antes en el pequeño espacio de ‘ The Bluesman Bar’ . El reto es máximo, escribir cada semana 40 minutos de comedia con material totalmente nuevo. «He trabajado en diferentes programas diarios de televisión, pero allí te refugias en un gran equipo de guionistas. Aquí estoy sola y llegar a 40 minutos es más difícil de lo que pueda parecer», señala.El enrarecido mundo de la comedia americanaEl panorama de la comedia en su país se ha enrarecido un poco. Ella asegura que se ha polarizado un poco y que existen tres tipos muy claros de cómicos. Los tradicionales, ‘stand up’ de toda la vida; los que hacen ‘crowdwork’, es decir, que no tienen material propio, sino que se dedican a hablar con el público e improvisar. Por último, los surgidos de ‘podcasts’, que son cómicos casi de forma accidental. Y el humor está tan globalizado que lo mismo podría decirse de la escena española. «Empecé un podcast porque ahora tienes que hacerlo, pero tenía claro que sería para hablar yo, con mi material, no para entrevistar a nadie o hablar con amigos. No tengo nada en contra de nadie, pero lo que a mí me gusta es trabajar el chiste, hacer crecer el material, y presentarlo a un público como se ha hecho toda la vida», asegura. El panorama de grandes cómicos anglosajones atraídos por esta nueva moda es cada vez mayor. Ya han pasado por Barcelona, por ejemplo, gente como Jim Gaffigan, Louis C.K., John Bishop, Jimmy Carr, Anthony Jeselnik , Sarah Millican, Tom Segura o Hannah Gadsby . Mucho público local ni siquiera se entera de estas actuaciones que mueven su público a través de las redes sociales. El 2 de junio aterrizó Chelsea Handler en el Teatro Tívoli y el 30 de agosto se espera en el Coliseum la actuación del australiano Jim Jefferies. El humor es definitivamente el nuevo rock n’roll. «La comedia va sobre la longevidad, sobre divertir a la audiencia de forma continuada y eso se consigue con buenos chistes, son la verdadera esencia del humor», comenta Wolf.Aunque lleva aquí casi cuatro años, todavía no ha aprendido a hablar español. No hace falta. Así es el universo expat. «Soy fatal con los idiomas. Por suerte, aquí sois tan amables que me habláis en inglés». Eso no le impide estar atenta a la escena de comedia española, y no duda en ver espectáculos de colegas de aquí, aunque no los entienda del todo. «Fui a ver a Arnau García y aunque no le entendía, podía ver por su cadencia que era muy bueno. A la gente le encantaba», señala Wolf, que acabó por llevárselo de gira por Estados Unidos.Noticia Relacionada estandar No Archivan la causa contra Quequé, denunciado por bromear con «dinamitar el Valle de los Caídos» Abogados Cristianos denunció al humorista Héctor de Miguel tras realizar unas declaraciones que consideraban una «ofensa a los sentimientos religiosos»De momento, no tiene planes de volver de forma definitiva a Estados Unidos. Va y viene de Barcelona a Londres y está centrada en hacer crecer su podcast, que cada vez esté más consolidado como formato que revisitar semana a semana. Quien quiera verla, puede hacerlo también en streaming. Sólo ha de visitar las cuentas de instagram @michellewolf y @comedy_in_barcelona y estar al día del próximo show. De momento, esta semana presentará nuevo formato, ‘Michelle & friends’. La cómica irlandesa Kyla Cobbler, una auténtica fuerza de a naturaleza, sube al escenario y pregunta al público cuántas de las 150 personas que llenan la pequeña sala de un espacio cultural en Via Laitena son españolas. Sólo cuatro personas levantan la mano. El resto son estadounidenses, ingleses, daneses, unos cuantos alemanes, y un par de franceses. Éste es el nuevo panorama de una escena creciente dentro del circuito de comedia de la ciudad, los espectáculos de cómicos internacionales pensados por y para los expats, los expatriados que han empezado a crear en la ciudad su lujoso gueto.No es ningún secreto que Barcelona se ha llenado en los últimos años de ingleses, estadounidenses, australianos, etc. Suelen ser profesionales liberales que están un periodo largo de tiempo en la ciudad por trabajo y que los meses que están aquí les cuesta integrarse del todo dentro de la cultura local, pero no quieren renunciar a esta parte de su vida. ¿Qué hacer entonces? Buscar espacios comunes donde poder reunirse y compartir experiencias. Y no hay mejor forma de hacer esto que con la comedia.Este pasado sábado, por ejemplo, abría la segunda sala de ‘The comedy clubhouse’, el gran motor de esta nueva escena que inició su carrera en 2021 en el sótano de un pub inglés. Su éxito les ha obligado a buscar más espacios, cada vez más grandes. El Born, meca de los turistas de los cruceros, es el barrio elegido de este nuevo local de un proyecto liderado por el cómico John Allis y que cuenta entre algunas de sus cómicas habituales con la popular Michelle Wolf, que también se instaló en la Ciudad Condal en 2021 y aquí se ha quedado. Incluso ha tenido un hijo. «Como mujer empoderada e independiente que soy, me instalé en Barcelona por amor. Ya lo ves», explica con su característica ironía. Un viaje a Finlandia, las diferencias entre Barcelona y Nueva York, sus inicios en JP Morgan justo antes de la crisis del 2008, viajar en avión con niños pequeños o el dúo omnipresente Elon Musk y Trump son algunas de las historias que esta cómica cuenta cada semana en su show/podcast ‘Michelle Wolf’s Thought Box’ . «Me encanta Barcelona, la gente, el café, los parques, los espacios públicos. Tengo un recién nacido y es maravilloso criarlo aquí. Es una ciudad tan relajada. Incluso tiene playa. En Nueva York hacía un mismo set en diferentes espacios cada día y el estrés era máximo. Aquí puedo trabajar bien uno cada semana», señala. Desde hace un año presenta semanalmente un monólogo con contenido siempre diferente ante un público fiel que la adora y que se ríe antes incluso de que diga nada. Entre el centenar de personas que llenan sus espectáculos, nos encontramos, por supuesto, con expats, pero también con turistas que se tropiezan por sorpresa con este conocido nombre de la comedia estadounidense y que ninguno de ellos esperaba encontrarse allí. El objetivo de Wolf, sin embargo, es atraer cada vez más al público local. Asegura que el humor es tan universal que todos los chistes que funcionan en Barcelona, funcionan igual cuando vuelve a Estados Unidos, así que para qué volver. «Me gusta hablar de cosas que afectan a la gente y, por supuesto, tienes que hablar de política, pero no sólo de lo que ocurre en Estados Unidos, sino que intento ser más global y acercarme a los temas con múltiples puntos de vista», asegura el cómica. Su trayectoria tuvo un meteórico ascenso que la llevó en 2018 a realizar la tradicional Cena de Corresponsales de la Casa Blanca , donde un cómico o cómica se burla del presidente de los Estados Unidos de turno. Por aquel entonces, Trump también era el presidente, pero declinó estar presente en la gala por primera vez en la historia. Esto no detuvo a Wolf para realizar un monólogo incisivo que puso nervioso a mucha gente, recibiendo todo tipo de críticas. «No me arrepiento de nada de lo que dije. Siento que eran chistes divertidos, y los defiendo. Hay gente que ama lo que haces y otros lo odian. Es inevitable. Soy una cómica. No haces monólogos para que estén de acuerdo contigo, lo haces para que se rían», comenta Wolf.Su humor directo, de rápido ingenio y una gran inteligencia emocional resuena muy alto en The Comedy Clubhouse, como lo hizo antes en el pequeño espacio de ‘ The Bluesman Bar’ . El reto es máximo, escribir cada semana 40 minutos de comedia con material totalmente nuevo. «He trabajado en diferentes programas diarios de televisión, pero allí te refugias en un gran equipo de guionistas. Aquí estoy sola y llegar a 40 minutos es más difícil de lo que pueda parecer», señala.El enrarecido mundo de la comedia americanaEl panorama de la comedia en su país se ha enrarecido un poco. Ella asegura que se ha polarizado un poco y que existen tres tipos muy claros de cómicos. Los tradicionales, ‘stand up’ de toda la vida; los que hacen ‘crowdwork’, es decir, que no tienen material propio, sino que se dedican a hablar con el público e improvisar. Por último, los surgidos de ‘podcasts’, que son cómicos casi de forma accidental. Y el humor está tan globalizado que lo mismo podría decirse de la escena española. «Empecé un podcast porque ahora tienes que hacerlo, pero tenía claro que sería para hablar yo, con mi material, no para entrevistar a nadie o hablar con amigos. No tengo nada en contra de nadie, pero lo que a mí me gusta es trabajar el chiste, hacer crecer el material, y presentarlo a un público como se ha hecho toda la vida», asegura. El panorama de grandes cómicos anglosajones atraídos por esta nueva moda es cada vez mayor. Ya han pasado por Barcelona, por ejemplo, gente como Jim Gaffigan, Louis C.K., John Bishop, Jimmy Carr, Anthony Jeselnik , Sarah Millican, Tom Segura o Hannah Gadsby . Mucho público local ni siquiera se entera de estas actuaciones que mueven su público a través de las redes sociales. El 2 de junio aterrizó Chelsea Handler en el Teatro Tívoli y el 30 de agosto se espera en el Coliseum la actuación del australiano Jim Jefferies. El humor es definitivamente el nuevo rock n’roll. «La comedia va sobre la longevidad, sobre divertir a la audiencia de forma continuada y eso se consigue con buenos chistes, son la verdadera esencia del humor», comenta Wolf.Aunque lleva aquí casi cuatro años, todavía no ha aprendido a hablar español. No hace falta. Así es el universo expat. «Soy fatal con los idiomas. Por suerte, aquí sois tan amables que me habláis en inglés». Eso no le impide estar atenta a la escena de comedia española, y no duda en ver espectáculos de colegas de aquí, aunque no los entienda del todo. «Fui a ver a Arnau García y aunque no le entendía, podía ver por su cadencia que era muy bueno. A la gente le encantaba», señala Wolf, que acabó por llevárselo de gira por Estados Unidos.Noticia Relacionada estandar No Archivan la causa contra Quequé, denunciado por bromear con «dinamitar el Valle de los Caídos» Abogados Cristianos denunció al humorista Héctor de Miguel tras realizar unas declaraciones que consideraban una «ofensa a los sentimientos religiosos»De momento, no tiene planes de volver de forma definitiva a Estados Unidos. Va y viene de Barcelona a Londres y está centrada en hacer crecer su podcast, que cada vez esté más consolidado como formato que revisitar semana a semana. Quien quiera verla, puede hacerlo también en streaming. Sólo ha de visitar las cuentas de instagram @michellewolf y @comedy_in_barcelona y estar al día del próximo show. De momento, esta semana presentará nuevo formato, ‘Michelle & friends’. La cómica irlandesa Kyla Cobbler, una auténtica fuerza de a naturaleza, sube al escenario y pregunta al público cuántas de las 150 personas que llenan la pequeña sala de un espacio cultural en Via Laitena son españolas. Sólo cuatro personas levantan la mano. El resto son estadounidenses, ingleses, daneses, unos cuantos alemanes, y un par de franceses. Éste es el nuevo panorama de una escena creciente dentro del circuito de comedia de la ciudad, los espectáculos de cómicos internacionales pensados por y para los expats, los expatriados que han empezado a crear en la ciudad su lujoso gueto.No es ningún secreto que Barcelona se ha llenado en los últimos años de ingleses, estadounidenses, australianos, etc. Suelen ser profesionales liberales que están un periodo largo de tiempo en la ciudad por trabajo y que los meses que están aquí les cuesta integrarse del todo dentro de la cultura local, pero no quieren renunciar a esta parte de su vida. ¿Qué hacer entonces? Buscar espacios comunes donde poder reunirse y compartir experiencias. Y no hay mejor forma de hacer esto que con la comedia.Este pasado sábado, por ejemplo, abría la segunda sala de ‘The comedy clubhouse’, el gran motor de esta nueva escena que inició su carrera en 2021 en el sótano de un pub inglés. Su éxito les ha obligado a buscar más espacios, cada vez más grandes. El Born, meca de los turistas de los cruceros, es el barrio elegido de este nuevo local de un proyecto liderado por el cómico John Allis y que cuenta entre algunas de sus cómicas habituales con la popular Michelle Wolf, que también se instaló en la Ciudad Condal en 2021 y aquí se ha quedado. Incluso ha tenido un hijo. «Como mujer empoderada e independiente que soy, me instalé en Barcelona por amor. Ya lo ves», explica con su característica ironía. Un viaje a Finlandia, las diferencias entre Barcelona y Nueva York, sus inicios en JP Morgan justo antes de la crisis del 2008, viajar en avión con niños pequeños o el dúo omnipresente Elon Musk y Trump son algunas de las historias que esta cómica cuenta cada semana en su show/podcast ‘Michelle Wolf’s Thought Box’ . «Me encanta Barcelona, la gente, el café, los parques, los espacios públicos. Tengo un recién nacido y es maravilloso criarlo aquí. Es una ciudad tan relajada. Incluso tiene playa. En Nueva York hacía un mismo set en diferentes espacios cada día y el estrés era máximo. Aquí puedo trabajar bien uno cada semana», señala. Desde hace un año presenta semanalmente un monólogo con contenido siempre diferente ante un público fiel que la adora y que se ríe antes incluso de que diga nada. Entre el centenar de personas que llenan sus espectáculos, nos encontramos, por supuesto, con expats, pero también con turistas que se tropiezan por sorpresa con este conocido nombre de la comedia estadounidense y que ninguno de ellos esperaba encontrarse allí. El objetivo de Wolf, sin embargo, es atraer cada vez más al público local. Asegura que el humor es tan universal que todos los chistes que funcionan en Barcelona, funcionan igual cuando vuelve a Estados Unidos, así que para qué volver. «Me gusta hablar de cosas que afectan a la gente y, por supuesto, tienes que hablar de política, pero no sólo de lo que ocurre en Estados Unidos, sino que intento ser más global y acercarme a los temas con múltiples puntos de vista», asegura el cómica. Su trayectoria tuvo un meteórico ascenso que la llevó en 2018 a realizar la tradicional Cena de Corresponsales de la Casa Blanca , donde un cómico o cómica se burla del presidente de los Estados Unidos de turno. Por aquel entonces, Trump también era el presidente, pero declinó estar presente en la gala por primera vez en la historia. Esto no detuvo a Wolf para realizar un monólogo incisivo que puso nervioso a mucha gente, recibiendo todo tipo de críticas. «No me arrepiento de nada de lo que dije. Siento que eran chistes divertidos, y los defiendo. Hay gente que ama lo que haces y otros lo odian. Es inevitable. Soy una cómica. No haces monólogos para que estén de acuerdo contigo, lo haces para que se rían», comenta Wolf.Su humor directo, de rápido ingenio y una gran inteligencia emocional resuena muy alto en The Comedy Clubhouse, como lo hizo antes en el pequeño espacio de ‘ The Bluesman Bar’ . El reto es máximo, escribir cada semana 40 minutos de comedia con material totalmente nuevo. «He trabajado en diferentes programas diarios de televisión, pero allí te refugias en un gran equipo de guionistas. Aquí estoy sola y llegar a 40 minutos es más difícil de lo que pueda parecer», señala.El enrarecido mundo de la comedia americanaEl panorama de la comedia en su país se ha enrarecido un poco. Ella asegura que se ha polarizado un poco y que existen tres tipos muy claros de cómicos. Los tradicionales, ‘stand up’ de toda la vida; los que hacen ‘crowdwork’, es decir, que no tienen material propio, sino que se dedican a hablar con el público e improvisar. Por último, los surgidos de ‘podcasts’, que son cómicos casi de forma accidental. Y el humor está tan globalizado que lo mismo podría decirse de la escena española. «Empecé un podcast porque ahora tienes que hacerlo, pero tenía claro que sería para hablar yo, con mi material, no para entrevistar a nadie o hablar con amigos. No tengo nada en contra de nadie, pero lo que a mí me gusta es trabajar el chiste, hacer crecer el material, y presentarlo a un público como se ha hecho toda la vida», asegura. El panorama de grandes cómicos anglosajones atraídos por esta nueva moda es cada vez mayor. Ya han pasado por Barcelona, por ejemplo, gente como Jim Gaffigan, Louis C.K., John Bishop, Jimmy Carr, Anthony Jeselnik , Sarah Millican, Tom Segura o Hannah Gadsby . Mucho público local ni siquiera se entera de estas actuaciones que mueven su público a través de las redes sociales. El 2 de junio aterrizó Chelsea Handler en el Teatro Tívoli y el 30 de agosto se espera en el Coliseum la actuación del australiano Jim Jefferies. El humor es definitivamente el nuevo rock n’roll. «La comedia va sobre la longevidad, sobre divertir a la audiencia de forma continuada y eso se consigue con buenos chistes, son la verdadera esencia del humor», comenta Wolf.Aunque lleva aquí casi cuatro años, todavía no ha aprendido a hablar español. No hace falta. Así es el universo expat. «Soy fatal con los idiomas. Por suerte, aquí sois tan amables que me habláis en inglés». Eso no le impide estar atenta a la escena de comedia española, y no duda en ver espectáculos de colegas de aquí, aunque no los entienda del todo. «Fui a ver a Arnau García y aunque no le entendía, podía ver por su cadencia que era muy bueno. A la gente le encantaba», señala Wolf, que acabó por llevárselo de gira por Estados Unidos.Noticia Relacionada estandar No Archivan la causa contra Quequé, denunciado por bromear con «dinamitar el Valle de los Caídos» Abogados Cristianos denunció al humorista Héctor de Miguel tras realizar unas declaraciones que consideraban una «ofensa a los sentimientos religiosos»De momento, no tiene planes de volver de forma definitiva a Estados Unidos. Va y viene de Barcelona a Londres y está centrada en hacer crecer su podcast, que cada vez esté más consolidado como formato que revisitar semana a semana. Quien quiera verla, puede hacerlo también en streaming. Sólo ha de visitar las cuentas de instagram @michellewolf y @comedy_in_barcelona y estar al día del próximo show. De momento, esta semana presentará nuevo formato, ‘Michelle & friends’. RSS de noticias de cultura
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