Hace ya 20 años, con el entonces cardenal Antonio Cañizares como responsable de la Archidiócesis de Toledo, se decidió crear el Instituto de Ciencias Religiosas ‘Santa María’ de Toledo , que durante todo este tiempo ha visto el paso de más de 1.300 alumnos por sus centros de la capital toledana y Talavera para estudiar unas materias de formación católica dirigida a la sociedad laica, representada en profesionales de los más diversos ámbitos y profesiones. Unos alumnos que reconocen lo positivo de esta experiencia y se muestran dispuestos a poner su testimonio a favor de esta vía de formación académica sobre valores dentro de la Iglesia.Como hecho simbólico, hace unos días tuvo lugar un acto académico de graduación conjunta, presidido por el arzobispo toledano, Francisco Cerro Chaves, que reunió a cerca de un centenar de alumnos de las distintas promociones llevadas a cabo, como forma de celebración y agradecimiento a la parte laica de la diócesis y con el fin de animar a su participación activa en la vida eclesial y social.Algunos de los alumnos son entrevistados para ABCDavid Sánchez , actual director de este instituto, señala a ABC que el instituto nació sobre todo para la formación de los laicos, porque si todos los seminaristas tienen su espacio de formación teológica, para la vida consagrada y laicos Antonio Cañizares quiso dar una institucionalización mayor a por ejemplo las escuelas de catequesis y un rigor académico propio de estos estudios. Y ahora ofrece el grado y master en Ciencias Religiosas».Sobre el alumnado señala que «es muy variado, desde jóvenes que pasan tras la PAU, que son los menos, padres y madres de familia, médicos, políticos, ingenieros, periodistas, gente de la vida pública, algunos jubilados, que deciden formarse en estas humanidades». Una decisión que «si bien a algunos les facilita para poder dar Religión en algún instituto, creo que se debe más a un interés personal de descubrir esta materia y darle una consistencia racional».José Pablo Sabrido, licenciado en Derecho, funcionario en varios puestos de la Junta, otros cargos en el Ministerio de Defensa y vicealcalde y concejal de Urbanismo con el PSOE durante cuatro años, y ya jubilado, es uno de los alumnos que hace años se matriculó en este Instituto. Manifiesta que «no sé si es una deformación infantil porque yo estudié en el Seminario y era como una asignatura pendiente, pero confieso que yo lo que quería era estudiar Teología, aunque eso era para los que estudiaban la carrera eclesiástica y los demás debíamos optar por estos estudios, por eso me apunté para defender ideas».Pero al mismo tiempo reconoce que «me apunté solo por una inquietud personal, aunque algunas veces tienes la sensación de si eres algo friki, qué pinto yo aquí, por motivos ideológicos o de práctica política, aunque también hubo un movimiento muy fuerte como fue cristianos por el socialismo. Por eso quiero reivindicar que ser socialista no es nada arbitrario para que se pueda estar interesado por las ciencias religiosas y defender los movimientos cristianos, aunque sin tener que ser necesariamente un dogmático, sino a adquirir conocimientos que te puedan servir para defender parte de ese dogmatismo».Reconoce que «yo que me muevo en un ambiente que se denomina progresista puede resultar un poco chocante que estudies ciencias religiosas, pero defiendo cosas que aquí se dicen, aunque también digo que se podía ser más crítico, aunque me siento muy a gusto viniendo», algo que afirma que le ha permitido «cubrir inquietudes, que es algo que pasa cuando vas teniendo más años, así como más inseguridades».Luis Fernando López Almodóvar , cirujano del Hospital Universitario de Toledo en el área de cardiología, recuerda que «llegué aquí de rebote cuando ya estaba instalado en Toledo y parecía que todo estaba hecho, pero se me cruza el cable y como me considero un bicho raro hace 20 años me dio por hacer una carrera de letras, y un día mirando por internet miro una cosa que se llamaba Teología a distancia con contenidos de religión que me atraían bastante y me metí e este Instituto que había creado el arzobispo García-Gasco, de Corral de Almaguer, con una estructura. Allí hice la diplomatura, pero luego me casé, tuve hijas y no pude seguir». Con el paso de los años se reenganchó a estos estudios viendo que en Toledo se podían cursar, aunque con las dificultades de la convalidación con el Plan Bolonia.López Almodóvar asegura que estos estudios «a nivel profesional te ayuda como un conocimiento más para intentar dar ejemplo. Otra cosa es que lo consigas dar. Y a nivel personal sí que es mucho más importante, porque he comprendido que solo se pueda amar aquello que realmente se conoce». Y pone por ejemplo que «he rezado muchas veces eso de las notas de la Iglesia: una, santa, católica y apostólica, pero sin saber lo que decía. Ahora, cuando te explican y comprendes lo que significa eso, el amor a la iglesia te hace un subidón tremendo».Respecto a las características de la sociedad actual, López Almodóvar indica que «no creo que sea tan diferente la vida actual de la de los filósofos y teólogos anteriores. En todas las épocas ha habido sus crisis, subidas y bajadas, porque la gente de entonces también tenía problemas a sus niveles, como los de ahora, y de todo se ha salido adelante», y asegura que en todo caso «hay una dimensión espiritual en la vida que aunque tú no la veas no se puede decir que no exista».La periodista toledana Alicia Sánchez es otra de las alumnas de estos cursos, a los que llegó por una cuestión espiritual, «porque tuve la gracia de Dios de tener una pequeña conversión a lo largo de mi vida, además de la vida de mis hijos, y sobre todo un hecho más fuerte como fue perder a un ser querido. En esta sociedad tan secularizada parece que hay que explicar que tenemos alma, y a esa conversión yo quería poner razones a eso tan bonito que me ocurría, poner conocimiento a un sentimiento, a la dimensión religiosa que tiene el ser humano».Desde la perspectiva periodística, indica que lo que pasa ahora en nuestra sociedad no es mucho más diferente a las revoluciones de siglos atrás, con desapariciones de civilizaciones incluidas. Por tanto, «está todo dicho, y cuando vienes aquí al ver un telediario te da menos miedo porque descubres la mentira enseguida, ya que te enseñan la verdad. Por eso estoy de acuerdo en lo que se ha dicho de que para amar hay que conocer».David Sánchez resalta el aumento del papel del laico en el día a día de la Iglesia. Afirma que su misión es la de «ser luz del mundo y santificarla. No es cuestión de clericalizarlos, que era uno de los problemas que veía el Papa Francisco por aquello de quitamos al párroco y ponemos al laico, sino que cuanto más se forman los laicos mejores testigos pueden ser, y en cada profesión saber dar la razón de su fe. Por eso, esta formación les ayuda a que su liderazgo no sea sobre ideas pasajeras, sino solidificado sobre la verdad revelada».Sobre esta cuestión, Sabrido manifiesta una posición crítica al manifestar que «una cosa es la Teología como ciencia, pero para mi cualquier estudio que haga tiene que ser crítico, porque la gente en la calle necesita a veces más de nuestro ejemplo que de lo que les digamos, convencer más con los hechos que con las palabras. Debemos aceptar que en la calle hay muchas críticas racionales, que son las que quiero discutir con la formación de aquí, y otras críticas que son de actitudes, que a veces son difíciles de defender. La verdad hay que discutirla y si se dice esta es la verdad y en la calla te la cuestionan, hay que tener argumentos para defenderla».Para López Almodóvar, «cuando uno viene aquí a este Instituto uno tiene más argumentos para defenderse de acusaciones u opiniones, porque hoy todo el mundo tiene derecho a opinar. Mis abuelos dudo que hace ochenta años se hubieran permitido discutirle algo a un periodista o un médico. Pero otra cosa es lo de ser ejemplo de vida, porque como dijo Juan Pablo II, muchos el único evangelio que van a ver es nuestro ejemplo. Antonio Machado decía: tu verdad, no, la verdad, y ven conmigo a buscarla, la tuya guárdatela».A la hora de animar a la gente a recibir este tipo de formación personal y profesional, Sabrido manifiesta que «yo animo a la gente que tenga interés e inquietud religiosa, pero no de beato sino de verdades, a que vengan con ánimo de hacer un aprendizaje crítico, porque si no es así para mi no es educación. Hay verdades que, aunque sean verdad, la gente nos pide explicaciones sobre esa verdad. Y no hay mejor manera de llegar a decir que eso es verdad que con el planteamiento crítico del pensamiento, porque si no estamos absolutamente indefensos. Aquí te enseñan a pensar».Rango universitarioEl Instituto de Ciencias Religiosas, adscrito a la Universidad de San Dámaso, ofrece un grado-bachillerato de Ciencias Religiosas de tres años y un máster-licenciatura de dos con rango universitario y de estudios superiores. Esto permite a su graduados desempeñar roles como los de profesor de Religión, catequistas, agentes de pastoral y otros servicios eclesiales. Está formado en su claustro por unos 40 profesores, algunos de ellos doctores, y otros formados en Roma y o bien aquí. La mayoría son sacerdotes pero hay también laicos.. En septiembre se abre el plazo de matriculación y se pueden inscribir físicamente en el Seminario o bien a través de la página web.. Hace ya 20 años, con el entonces cardenal Antonio Cañizares como responsable de la Archidiócesis de Toledo, se decidió crear el Instituto de Ciencias Religiosas ‘Santa María’ de Toledo , que durante todo este tiempo ha visto el paso de más de 1.300 alumnos por sus centros de la capital toledana y Talavera para estudiar unas materias de formación católica dirigida a la sociedad laica, representada en profesionales de los más diversos ámbitos y profesiones. Unos alumnos que reconocen lo positivo de esta experiencia y se muestran dispuestos a poner su testimonio a favor de esta vía de formación académica sobre valores dentro de la Iglesia.Como hecho simbólico, hace unos días tuvo lugar un acto académico de graduación conjunta, presidido por el arzobispo toledano, Francisco Cerro Chaves, que reunió a cerca de un centenar de alumnos de las distintas promociones llevadas a cabo, como forma de celebración y agradecimiento a la parte laica de la diócesis y con el fin de animar a su participación activa en la vida eclesial y social.Algunos de los alumnos son entrevistados para ABCDavid Sánchez , actual director de este instituto, señala a ABC que el instituto nació sobre todo para la formación de los laicos, porque si todos los seminaristas tienen su espacio de formación teológica, para la vida consagrada y laicos Antonio Cañizares quiso dar una institucionalización mayor a por ejemplo las escuelas de catequesis y un rigor académico propio de estos estudios. Y ahora ofrece el grado y master en Ciencias Religiosas».Sobre el alumnado señala que «es muy variado, desde jóvenes que pasan tras la PAU, que son los menos, padres y madres de familia, médicos, políticos, ingenieros, periodistas, gente de la vida pública, algunos jubilados, que deciden formarse en estas humanidades». Una decisión que «si bien a algunos les facilita para poder dar Religión en algún instituto, creo que se debe más a un interés personal de descubrir esta materia y darle una consistencia racional».José Pablo Sabrido, licenciado en Derecho, funcionario en varios puestos de la Junta, otros cargos en el Ministerio de Defensa y vicealcalde y concejal de Urbanismo con el PSOE durante cuatro años, y ya jubilado, es uno de los alumnos que hace años se matriculó en este Instituto. Manifiesta que «no sé si es una deformación infantil porque yo estudié en el Seminario y era como una asignatura pendiente, pero confieso que yo lo que quería era estudiar Teología, aunque eso era para los que estudiaban la carrera eclesiástica y los demás debíamos optar por estos estudios, por eso me apunté para defender ideas».Pero al mismo tiempo reconoce que «me apunté solo por una inquietud personal, aunque algunas veces tienes la sensación de si eres algo friki, qué pinto yo aquí, por motivos ideológicos o de práctica política, aunque también hubo un movimiento muy fuerte como fue cristianos por el socialismo. Por eso quiero reivindicar que ser socialista no es nada arbitrario para que se pueda estar interesado por las ciencias religiosas y defender los movimientos cristianos, aunque sin tener que ser necesariamente un dogmático, sino a adquirir conocimientos que te puedan servir para defender parte de ese dogmatismo».Reconoce que «yo que me muevo en un ambiente que se denomina progresista puede resultar un poco chocante que estudies ciencias religiosas, pero defiendo cosas que aquí se dicen, aunque también digo que se podía ser más crítico, aunque me siento muy a gusto viniendo», algo que afirma que le ha permitido «cubrir inquietudes, que es algo que pasa cuando vas teniendo más años, así como más inseguridades».Luis Fernando López Almodóvar , cirujano del Hospital Universitario de Toledo en el área de cardiología, recuerda que «llegué aquí de rebote cuando ya estaba instalado en Toledo y parecía que todo estaba hecho, pero se me cruza el cable y como me considero un bicho raro hace 20 años me dio por hacer una carrera de letras, y un día mirando por internet miro una cosa que se llamaba Teología a distancia con contenidos de religión que me atraían bastante y me metí e este Instituto que había creado el arzobispo García-Gasco, de Corral de Almaguer, con una estructura. Allí hice la diplomatura, pero luego me casé, tuve hijas y no pude seguir». Con el paso de los años se reenganchó a estos estudios viendo que en Toledo se podían cursar, aunque con las dificultades de la convalidación con el Plan Bolonia.López Almodóvar asegura que estos estudios «a nivel profesional te ayuda como un conocimiento más para intentar dar ejemplo. Otra cosa es que lo consigas dar. Y a nivel personal sí que es mucho más importante, porque he comprendido que solo se pueda amar aquello que realmente se conoce». Y pone por ejemplo que «he rezado muchas veces eso de las notas de la Iglesia: una, santa, católica y apostólica, pero sin saber lo que decía. Ahora, cuando te explican y comprendes lo que significa eso, el amor a la iglesia te hace un subidón tremendo».Respecto a las características de la sociedad actual, López Almodóvar indica que «no creo que sea tan diferente la vida actual de la de los filósofos y teólogos anteriores. En todas las épocas ha habido sus crisis, subidas y bajadas, porque la gente de entonces también tenía problemas a sus niveles, como los de ahora, y de todo se ha salido adelante», y asegura que en todo caso «hay una dimensión espiritual en la vida que aunque tú no la veas no se puede decir que no exista».La periodista toledana Alicia Sánchez es otra de las alumnas de estos cursos, a los que llegó por una cuestión espiritual, «porque tuve la gracia de Dios de tener una pequeña conversión a lo largo de mi vida, además de la vida de mis hijos, y sobre todo un hecho más fuerte como fue perder a un ser querido. En esta sociedad tan secularizada parece que hay que explicar que tenemos alma, y a esa conversión yo quería poner razones a eso tan bonito que me ocurría, poner conocimiento a un sentimiento, a la dimensión religiosa que tiene el ser humano».Desde la perspectiva periodística, indica que lo que pasa ahora en nuestra sociedad no es mucho más diferente a las revoluciones de siglos atrás, con desapariciones de civilizaciones incluidas. Por tanto, «está todo dicho, y cuando vienes aquí al ver un telediario te da menos miedo porque descubres la mentira enseguida, ya que te enseñan la verdad. Por eso estoy de acuerdo en lo que se ha dicho de que para amar hay que conocer».David Sánchez resalta el aumento del papel del laico en el día a día de la Iglesia. Afirma que su misión es la de «ser luz del mundo y santificarla. No es cuestión de clericalizarlos, que era uno de los problemas que veía el Papa Francisco por aquello de quitamos al párroco y ponemos al laico, sino que cuanto más se forman los laicos mejores testigos pueden ser, y en cada profesión saber dar la razón de su fe. Por eso, esta formación les ayuda a que su liderazgo no sea sobre ideas pasajeras, sino solidificado sobre la verdad revelada».Sobre esta cuestión, Sabrido manifiesta una posición crítica al manifestar que «una cosa es la Teología como ciencia, pero para mi cualquier estudio que haga tiene que ser crítico, porque la gente en la calle necesita a veces más de nuestro ejemplo que de lo que les digamos, convencer más con los hechos que con las palabras. Debemos aceptar que en la calle hay muchas críticas racionales, que son las que quiero discutir con la formación de aquí, y otras críticas que son de actitudes, que a veces son difíciles de defender. La verdad hay que discutirla y si se dice esta es la verdad y en la calla te la cuestionan, hay que tener argumentos para defenderla».Para López Almodóvar, «cuando uno viene aquí a este Instituto uno tiene más argumentos para defenderse de acusaciones u opiniones, porque hoy todo el mundo tiene derecho a opinar. Mis abuelos dudo que hace ochenta años se hubieran permitido discutirle algo a un periodista o un médico. Pero otra cosa es lo de ser ejemplo de vida, porque como dijo Juan Pablo II, muchos el único evangelio que van a ver es nuestro ejemplo. Antonio Machado decía: tu verdad, no, la verdad, y ven conmigo a buscarla, la tuya guárdatela».A la hora de animar a la gente a recibir este tipo de formación personal y profesional, Sabrido manifiesta que «yo animo a la gente que tenga interés e inquietud religiosa, pero no de beato sino de verdades, a que vengan con ánimo de hacer un aprendizaje crítico, porque si no es así para mi no es educación. Hay verdades que, aunque sean verdad, la gente nos pide explicaciones sobre esa verdad. Y no hay mejor manera de llegar a decir que eso es verdad que con el planteamiento crítico del pensamiento, porque si no estamos absolutamente indefensos. Aquí te enseñan a pensar».Rango universitarioEl Instituto de Ciencias Religiosas, adscrito a la Universidad de San Dámaso, ofrece un grado-bachillerato de Ciencias Religiosas de tres años y un máster-licenciatura de dos con rango universitario y de estudios superiores. Esto permite a su graduados desempeñar roles como los de profesor de Religión, catequistas, agentes de pastoral y otros servicios eclesiales. Está formado en su claustro por unos 40 profesores, algunos de ellos doctores, y otros formados en Roma y o bien aquí. La mayoría son sacerdotes pero hay también laicos.. En septiembre se abre el plazo de matriculación y se pueden inscribir físicamente en el Seminario o bien a través de la página web.. Hace ya 20 años, con el entonces cardenal Antonio Cañizares como responsable de la Archidiócesis de Toledo, se decidió crear el Instituto de Ciencias Religiosas ‘Santa María’ de Toledo , que durante todo este tiempo ha visto el paso de más de 1.300 alumnos por sus centros de la capital toledana y Talavera para estudiar unas materias de formación católica dirigida a la sociedad laica, representada en profesionales de los más diversos ámbitos y profesiones. Unos alumnos que reconocen lo positivo de esta experiencia y se muestran dispuestos a poner su testimonio a favor de esta vía de formación académica sobre valores dentro de la Iglesia.Como hecho simbólico, hace unos días tuvo lugar un acto académico de graduación conjunta, presidido por el arzobispo toledano, Francisco Cerro Chaves, que reunió a cerca de un centenar de alumnos de las distintas promociones llevadas a cabo, como forma de celebración y agradecimiento a la parte laica de la diócesis y con el fin de animar a su participación activa en la vida eclesial y social.Algunos de los alumnos son entrevistados para ABCDavid Sánchez , actual director de este instituto, señala a ABC que el instituto nació sobre todo para la formación de los laicos, porque si todos los seminaristas tienen su espacio de formación teológica, para la vida consagrada y laicos Antonio Cañizares quiso dar una institucionalización mayor a por ejemplo las escuelas de catequesis y un rigor académico propio de estos estudios. Y ahora ofrece el grado y master en Ciencias Religiosas».Sobre el alumnado señala que «es muy variado, desde jóvenes que pasan tras la PAU, que son los menos, padres y madres de familia, médicos, políticos, ingenieros, periodistas, gente de la vida pública, algunos jubilados, que deciden formarse en estas humanidades». Una decisión que «si bien a algunos les facilita para poder dar Religión en algún instituto, creo que se debe más a un interés personal de descubrir esta materia y darle una consistencia racional».José Pablo Sabrido, licenciado en Derecho, funcionario en varios puestos de la Junta, otros cargos en el Ministerio de Defensa y vicealcalde y concejal de Urbanismo con el PSOE durante cuatro años, y ya jubilado, es uno de los alumnos que hace años se matriculó en este Instituto. Manifiesta que «no sé si es una deformación infantil porque yo estudié en el Seminario y era como una asignatura pendiente, pero confieso que yo lo que quería era estudiar Teología, aunque eso era para los que estudiaban la carrera eclesiástica y los demás debíamos optar por estos estudios, por eso me apunté para defender ideas».Pero al mismo tiempo reconoce que «me apunté solo por una inquietud personal, aunque algunas veces tienes la sensación de si eres algo friki, qué pinto yo aquí, por motivos ideológicos o de práctica política, aunque también hubo un movimiento muy fuerte como fue cristianos por el socialismo. Por eso quiero reivindicar que ser socialista no es nada arbitrario para que se pueda estar interesado por las ciencias religiosas y defender los movimientos cristianos, aunque sin tener que ser necesariamente un dogmático, sino a adquirir conocimientos que te puedan servir para defender parte de ese dogmatismo».Reconoce que «yo que me muevo en un ambiente que se denomina progresista puede resultar un poco chocante que estudies ciencias religiosas, pero defiendo cosas que aquí se dicen, aunque también digo que se podía ser más crítico, aunque me siento muy a gusto viniendo», algo que afirma que le ha permitido «cubrir inquietudes, que es algo que pasa cuando vas teniendo más años, así como más inseguridades».Luis Fernando López Almodóvar , cirujano del Hospital Universitario de Toledo en el área de cardiología, recuerda que «llegué aquí de rebote cuando ya estaba instalado en Toledo y parecía que todo estaba hecho, pero se me cruza el cable y como me considero un bicho raro hace 20 años me dio por hacer una carrera de letras, y un día mirando por internet miro una cosa que se llamaba Teología a distancia con contenidos de religión que me atraían bastante y me metí e este Instituto que había creado el arzobispo García-Gasco, de Corral de Almaguer, con una estructura. Allí hice la diplomatura, pero luego me casé, tuve hijas y no pude seguir». Con el paso de los años se reenganchó a estos estudios viendo que en Toledo se podían cursar, aunque con las dificultades de la convalidación con el Plan Bolonia.López Almodóvar asegura que estos estudios «a nivel profesional te ayuda como un conocimiento más para intentar dar ejemplo. Otra cosa es que lo consigas dar. Y a nivel personal sí que es mucho más importante, porque he comprendido que solo se pueda amar aquello que realmente se conoce». Y pone por ejemplo que «he rezado muchas veces eso de las notas de la Iglesia: una, santa, católica y apostólica, pero sin saber lo que decía. Ahora, cuando te explican y comprendes lo que significa eso, el amor a la iglesia te hace un subidón tremendo».Respecto a las características de la sociedad actual, López Almodóvar indica que «no creo que sea tan diferente la vida actual de la de los filósofos y teólogos anteriores. En todas las épocas ha habido sus crisis, subidas y bajadas, porque la gente de entonces también tenía problemas a sus niveles, como los de ahora, y de todo se ha salido adelante», y asegura que en todo caso «hay una dimensión espiritual en la vida que aunque tú no la veas no se puede decir que no exista».La periodista toledana Alicia Sánchez es otra de las alumnas de estos cursos, a los que llegó por una cuestión espiritual, «porque tuve la gracia de Dios de tener una pequeña conversión a lo largo de mi vida, además de la vida de mis hijos, y sobre todo un hecho más fuerte como fue perder a un ser querido. En esta sociedad tan secularizada parece que hay que explicar que tenemos alma, y a esa conversión yo quería poner razones a eso tan bonito que me ocurría, poner conocimiento a un sentimiento, a la dimensión religiosa que tiene el ser humano».Desde la perspectiva periodística, indica que lo que pasa ahora en nuestra sociedad no es mucho más diferente a las revoluciones de siglos atrás, con desapariciones de civilizaciones incluidas. Por tanto, «está todo dicho, y cuando vienes aquí al ver un telediario te da menos miedo porque descubres la mentira enseguida, ya que te enseñan la verdad. Por eso estoy de acuerdo en lo que se ha dicho de que para amar hay que conocer».David Sánchez resalta el aumento del papel del laico en el día a día de la Iglesia. Afirma que su misión es la de «ser luz del mundo y santificarla. No es cuestión de clericalizarlos, que era uno de los problemas que veía el Papa Francisco por aquello de quitamos al párroco y ponemos al laico, sino que cuanto más se forman los laicos mejores testigos pueden ser, y en cada profesión saber dar la razón de su fe. Por eso, esta formación les ayuda a que su liderazgo no sea sobre ideas pasajeras, sino solidificado sobre la verdad revelada».Sobre esta cuestión, Sabrido manifiesta una posición crítica al manifestar que «una cosa es la Teología como ciencia, pero para mi cualquier estudio que haga tiene que ser crítico, porque la gente en la calle necesita a veces más de nuestro ejemplo que de lo que les digamos, convencer más con los hechos que con las palabras. Debemos aceptar que en la calle hay muchas críticas racionales, que son las que quiero discutir con la formación de aquí, y otras críticas que son de actitudes, que a veces son difíciles de defender. La verdad hay que discutirla y si se dice esta es la verdad y en la calla te la cuestionan, hay que tener argumentos para defenderla».Para López Almodóvar, «cuando uno viene aquí a este Instituto uno tiene más argumentos para defenderse de acusaciones u opiniones, porque hoy todo el mundo tiene derecho a opinar. Mis abuelos dudo que hace ochenta años se hubieran permitido discutirle algo a un periodista o un médico. Pero otra cosa es lo de ser ejemplo de vida, porque como dijo Juan Pablo II, muchos el único evangelio que van a ver es nuestro ejemplo. Antonio Machado decía: tu verdad, no, la verdad, y ven conmigo a buscarla, la tuya guárdatela».A la hora de animar a la gente a recibir este tipo de formación personal y profesional, Sabrido manifiesta que «yo animo a la gente que tenga interés e inquietud religiosa, pero no de beato sino de verdades, a que vengan con ánimo de hacer un aprendizaje crítico, porque si no es así para mi no es educación. Hay verdades que, aunque sean verdad, la gente nos pide explicaciones sobre esa verdad. Y no hay mejor manera de llegar a decir que eso es verdad que con el planteamiento crítico del pensamiento, porque si no estamos absolutamente indefensos. Aquí te enseñan a pensar».Rango universitarioEl Instituto de Ciencias Religiosas, adscrito a la Universidad de San Dámaso, ofrece un grado-bachillerato de Ciencias Religiosas de tres años y un máster-licenciatura de dos con rango universitario y de estudios superiores. Esto permite a su graduados desempeñar roles como los de profesor de Religión, catequistas, agentes de pastoral y otros servicios eclesiales. Está formado en su claustro por unos 40 profesores, algunos de ellos doctores, y otros formados en Roma y o bien aquí. La mayoría son sacerdotes pero hay también laicos.. En septiembre se abre el plazo de matriculación y se pueden inscribir físicamente en el Seminario o bien a través de la página web.. RSS de noticias de espana
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