Empiezan a trapichear desde abajo, entre colegas. Les va bien. Cogen galones y suben un peldaño. Se convierten en intermediarios del tráfico de drogas a mediana escala, accediendo a distribuidores importantes. Mueven cada vez más cocaína, que ahora compran a precios casi de saldo. Amasan mucho dinero. Pero son jóvenes. Y a veces caen en una espiral de fiestas, alcohol, incluso de consumo de la propia mercancía venden. Es un patrón con el que los investigadores se encuentran cada vez con más frecuencia. Una serie de características que, a grandes rasgos, comparten los detenidos en el último golpe policial al narcotráfico en las Rías Baixas.El pasado martes, la Policía Nacional detuvo a siete jóvenes de entre 28 y 35 años de edad en un operativo que i ncluyó seis registros en la comarca pontevedresa de O Salnés: cuatro en Vilagarcía de Arousa, uno en Cambados y otro en Vilanova. Formaban, a juicio de los investigadores, un grupo de distribución de nivel intermedio, que compraba la droga a otras organizaciones de mayor tamaño y la distribuía por varias zonas de Galicia para que otros la vendieran.Algunos grupos de jóvenes traficantes se hacen fuertes y ganan mucho dinero, pero luego se desmoronan entre derroches y excesosHacía año y medio que la Brigada Central de Estupefacientes (Udyco) les seguía la pista. Habían sido un grupo muy activo, con un historial de supuestos movimientos de droga importantes, y ya había estado en el punto de mira de otras unidades policiales. Sin embargo, su capacidad operativa fue menguando. Según explican a ABC fuentes de la investigación, la vida nocturna y las rencillas internas, también por cuestiones personales, fueron desgastando la cohesión del grupo.Cocaína en una caja fuerteLos detenidos pasaron el jueves a disposición de los juzgados de Vilagarcía de Arousa, pero todos quedaron en libertad. Según explicaron a este diario fuentes jurídicas, el fiscal había pedido enviar a prisión a dos de ellos. A uno, porque escondía medio kilo de cocaína en una caja fuerte. Al otro, porque los paquetes de droga tenían sus huellas. El último golpe policial en O Salnés: un joven ocultaba medio kilo de coca en una caja fuerte y otro fue cazado por sus huellas en la drogaSin embargo, la magistrada consideró suficiente, para estos dos, retirarles el pasaporte y obligarles a comparecer cada dos semanas en sede judicial para firmar. Los otros cinco también quedaron en libertad, pero en su caso sin medidas cautelares, según informó el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). El golpe policial dejó un sabor agridulce: cierto que fue poca la droga intervenida, pero lo importante es que un grupo presuntamente dedicado al tráfico de cocaína a mediana escala, aunque venido a menos, ha quedado desarticulado.Caída de las organizacionesLos Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado se encuentran cada vez más en sus investigaciones con grupos de traficantes jóvenes que, con el paso del tiempo y tras haber alcanzado cierto nivel en sus operaciones, van desinflándose y devorándose a sí mismos por el derroche, el exceso y los conflictos internos, como supuestamente le habría pasado a este grupo de jóvenes narcos cazados la semana pasada.Esa tendencia la confirman policías antidroga de varias unidades consultadas por este diario: «Tenemos varios casos cortados por el mismo patrón, empiezan fuerte, pero luego ven los billetes y empiezan a languidecer» . Otras fuentes apuntan en el mismo sentido: «Estamos detectando bastantes casos de chavales de esas edades que empiezan a distribuir, que ganan mucho dinero y que luego se exceden con la noche y la fiesta y acaban fatal».Labor de los intermediariosEste tipo de organizaciones operan en las cadenas de distribución a caballo entre las potentes organizaciones que importan de Brasil o Colombia grandes cantidades de cocaína y quienes luego la venden a pequeña escala. Son intermediarios, que se aprovechan del bajo precio del polvo blanco en origen para multiplicar sus beneficios, contribuyendo a inundar de cocaína la Península. Una parte de la droga queda en España, pero la mayoría prosigue su viaje, de mano en mano y por carretera, hacia el resto de Europa.En los últimos años, el volumen de incautaciones de cocaína se ha multiplicado, en buena parte por su sobreproducción en tierras americanas. Y los métodos para colarla por la costa cada vez son más variados y sofisticados . Todo esto permite a los intermediarios hacer fortuna con una droga muy barata en origen, que se va encareciendo por el camino de los intermediarios hasta el consumidor final.Lanza la cocaína por la ventanilla durante una persecución policial Trabajaba en un taller en Pontevedra, pero sus mayores ingresos los conseguía en su tiempo libre. No se dedicaba a un tráfico medio, como el prototipo de narcos descrito en este reportaje, sino que ejercía unos roles muchos más modestos en el proceso de distribución de droga en las Rías Baixas. Pero, con un trasiego continuo, gramo a gramo, amasaba miles de euros. A finales de mayo, la Policía Nacional registró su domicilio, donde guardaba 73.000 euros en efectivo, que los investigadores sostienen que proceden del tráfico de drogas. Fue detenido después de una persecución entre Pontevedra y Sanxenxo, en la que lanzó por la ventanilla unos cien gramos de cocaína. Lo cazaron y espera por el juicio en prisión preventiva. Empiezan a trapichear desde abajo, entre colegas. Les va bien. Cogen galones y suben un peldaño. Se convierten en intermediarios del tráfico de drogas a mediana escala, accediendo a distribuidores importantes. Mueven cada vez más cocaína, que ahora compran a precios casi de saldo. Amasan mucho dinero. Pero son jóvenes. Y a veces caen en una espiral de fiestas, alcohol, incluso de consumo de la propia mercancía venden. Es un patrón con el que los investigadores se encuentran cada vez con más frecuencia. Una serie de características que, a grandes rasgos, comparten los detenidos en el último golpe policial al narcotráfico en las Rías Baixas.El pasado martes, la Policía Nacional detuvo a siete jóvenes de entre 28 y 35 años de edad en un operativo que i ncluyó seis registros en la comarca pontevedresa de O Salnés: cuatro en Vilagarcía de Arousa, uno en Cambados y otro en Vilanova. Formaban, a juicio de los investigadores, un grupo de distribución de nivel intermedio, que compraba la droga a otras organizaciones de mayor tamaño y la distribuía por varias zonas de Galicia para que otros la vendieran.Algunos grupos de jóvenes traficantes se hacen fuertes y ganan mucho dinero, pero luego se desmoronan entre derroches y excesosHacía año y medio que la Brigada Central de Estupefacientes (Udyco) les seguía la pista. Habían sido un grupo muy activo, con un historial de supuestos movimientos de droga importantes, y ya había estado en el punto de mira de otras unidades policiales. Sin embargo, su capacidad operativa fue menguando. Según explican a ABC fuentes de la investigación, la vida nocturna y las rencillas internas, también por cuestiones personales, fueron desgastando la cohesión del grupo.Cocaína en una caja fuerteLos detenidos pasaron el jueves a disposición de los juzgados de Vilagarcía de Arousa, pero todos quedaron en libertad. Según explicaron a este diario fuentes jurídicas, el fiscal había pedido enviar a prisión a dos de ellos. A uno, porque escondía medio kilo de cocaína en una caja fuerte. Al otro, porque los paquetes de droga tenían sus huellas. El último golpe policial en O Salnés: un joven ocultaba medio kilo de coca en una caja fuerte y otro fue cazado por sus huellas en la drogaSin embargo, la magistrada consideró suficiente, para estos dos, retirarles el pasaporte y obligarles a comparecer cada dos semanas en sede judicial para firmar. Los otros cinco también quedaron en libertad, pero en su caso sin medidas cautelares, según informó el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). El golpe policial dejó un sabor agridulce: cierto que fue poca la droga intervenida, pero lo importante es que un grupo presuntamente dedicado al tráfico de cocaína a mediana escala, aunque venido a menos, ha quedado desarticulado.Caída de las organizacionesLos Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado se encuentran cada vez más en sus investigaciones con grupos de traficantes jóvenes que, con el paso del tiempo y tras haber alcanzado cierto nivel en sus operaciones, van desinflándose y devorándose a sí mismos por el derroche, el exceso y los conflictos internos, como supuestamente le habría pasado a este grupo de jóvenes narcos cazados la semana pasada.Esa tendencia la confirman policías antidroga de varias unidades consultadas por este diario: «Tenemos varios casos cortados por el mismo patrón, empiezan fuerte, pero luego ven los billetes y empiezan a languidecer» . Otras fuentes apuntan en el mismo sentido: «Estamos detectando bastantes casos de chavales de esas edades que empiezan a distribuir, que ganan mucho dinero y que luego se exceden con la noche y la fiesta y acaban fatal».Labor de los intermediariosEste tipo de organizaciones operan en las cadenas de distribución a caballo entre las potentes organizaciones que importan de Brasil o Colombia grandes cantidades de cocaína y quienes luego la venden a pequeña escala. Son intermediarios, que se aprovechan del bajo precio del polvo blanco en origen para multiplicar sus beneficios, contribuyendo a inundar de cocaína la Península. Una parte de la droga queda en España, pero la mayoría prosigue su viaje, de mano en mano y por carretera, hacia el resto de Europa.En los últimos años, el volumen de incautaciones de cocaína se ha multiplicado, en buena parte por su sobreproducción en tierras americanas. Y los métodos para colarla por la costa cada vez son más variados y sofisticados . Todo esto permite a los intermediarios hacer fortuna con una droga muy barata en origen, que se va encareciendo por el camino de los intermediarios hasta el consumidor final.Lanza la cocaína por la ventanilla durante una persecución policial Trabajaba en un taller en Pontevedra, pero sus mayores ingresos los conseguía en su tiempo libre. No se dedicaba a un tráfico medio, como el prototipo de narcos descrito en este reportaje, sino que ejercía unos roles muchos más modestos en el proceso de distribución de droga en las Rías Baixas. Pero, con un trasiego continuo, gramo a gramo, amasaba miles de euros. A finales de mayo, la Policía Nacional registró su domicilio, donde guardaba 73.000 euros en efectivo, que los investigadores sostienen que proceden del tráfico de drogas. Fue detenido después de una persecución entre Pontevedra y Sanxenxo, en la que lanzó por la ventanilla unos cien gramos de cocaína. Lo cazaron y espera por el juicio en prisión preventiva. Empiezan a trapichear desde abajo, entre colegas. Les va bien. Cogen galones y suben un peldaño. Se convierten en intermediarios del tráfico de drogas a mediana escala, accediendo a distribuidores importantes. Mueven cada vez más cocaína, que ahora compran a precios casi de saldo. Amasan mucho dinero. Pero son jóvenes. Y a veces caen en una espiral de fiestas, alcohol, incluso de consumo de la propia mercancía venden. Es un patrón con el que los investigadores se encuentran cada vez con más frecuencia. Una serie de características que, a grandes rasgos, comparten los detenidos en el último golpe policial al narcotráfico en las Rías Baixas.El pasado martes, la Policía Nacional detuvo a siete jóvenes de entre 28 y 35 años de edad en un operativo que i ncluyó seis registros en la comarca pontevedresa de O Salnés: cuatro en Vilagarcía de Arousa, uno en Cambados y otro en Vilanova. Formaban, a juicio de los investigadores, un grupo de distribución de nivel intermedio, que compraba la droga a otras organizaciones de mayor tamaño y la distribuía por varias zonas de Galicia para que otros la vendieran.Algunos grupos de jóvenes traficantes se hacen fuertes y ganan mucho dinero, pero luego se desmoronan entre derroches y excesosHacía año y medio que la Brigada Central de Estupefacientes (Udyco) les seguía la pista. Habían sido un grupo muy activo, con un historial de supuestos movimientos de droga importantes, y ya había estado en el punto de mira de otras unidades policiales. Sin embargo, su capacidad operativa fue menguando. Según explican a ABC fuentes de la investigación, la vida nocturna y las rencillas internas, también por cuestiones personales, fueron desgastando la cohesión del grupo.Cocaína en una caja fuerteLos detenidos pasaron el jueves a disposición de los juzgados de Vilagarcía de Arousa, pero todos quedaron en libertad. Según explicaron a este diario fuentes jurídicas, el fiscal había pedido enviar a prisión a dos de ellos. A uno, porque escondía medio kilo de cocaína en una caja fuerte. Al otro, porque los paquetes de droga tenían sus huellas. El último golpe policial en O Salnés: un joven ocultaba medio kilo de coca en una caja fuerte y otro fue cazado por sus huellas en la drogaSin embargo, la magistrada consideró suficiente, para estos dos, retirarles el pasaporte y obligarles a comparecer cada dos semanas en sede judicial para firmar. Los otros cinco también quedaron en libertad, pero en su caso sin medidas cautelares, según informó el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). El golpe policial dejó un sabor agridulce: cierto que fue poca la droga intervenida, pero lo importante es que un grupo presuntamente dedicado al tráfico de cocaína a mediana escala, aunque venido a menos, ha quedado desarticulado.Caída de las organizacionesLos Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado se encuentran cada vez más en sus investigaciones con grupos de traficantes jóvenes que, con el paso del tiempo y tras haber alcanzado cierto nivel en sus operaciones, van desinflándose y devorándose a sí mismos por el derroche, el exceso y los conflictos internos, como supuestamente le habría pasado a este grupo de jóvenes narcos cazados la semana pasada.Esa tendencia la confirman policías antidroga de varias unidades consultadas por este diario: «Tenemos varios casos cortados por el mismo patrón, empiezan fuerte, pero luego ven los billetes y empiezan a languidecer» . Otras fuentes apuntan en el mismo sentido: «Estamos detectando bastantes casos de chavales de esas edades que empiezan a distribuir, que ganan mucho dinero y que luego se exceden con la noche y la fiesta y acaban fatal».Labor de los intermediariosEste tipo de organizaciones operan en las cadenas de distribución a caballo entre las potentes organizaciones que importan de Brasil o Colombia grandes cantidades de cocaína y quienes luego la venden a pequeña escala. Son intermediarios, que se aprovechan del bajo precio del polvo blanco en origen para multiplicar sus beneficios, contribuyendo a inundar de cocaína la Península. Una parte de la droga queda en España, pero la mayoría prosigue su viaje, de mano en mano y por carretera, hacia el resto de Europa.En los últimos años, el volumen de incautaciones de cocaína se ha multiplicado, en buena parte por su sobreproducción en tierras americanas. Y los métodos para colarla por la costa cada vez son más variados y sofisticados . Todo esto permite a los intermediarios hacer fortuna con una droga muy barata en origen, que se va encareciendo por el camino de los intermediarios hasta el consumidor final.Lanza la cocaína por la ventanilla durante una persecución policial Trabajaba en un taller en Pontevedra, pero sus mayores ingresos los conseguía en su tiempo libre. No se dedicaba a un tráfico medio, como el prototipo de narcos descrito en este reportaje, sino que ejercía unos roles muchos más modestos en el proceso de distribución de droga en las Rías Baixas. Pero, con un trasiego continuo, gramo a gramo, amasaba miles de euros. A finales de mayo, la Policía Nacional registró su domicilio, donde guardaba 73.000 euros en efectivo, que los investigadores sostienen que proceden del tráfico de drogas. Fue detenido después de una persecución entre Pontevedra y Sanxenxo, en la que lanzó por la ventanilla unos cien gramos de cocaína. Lo cazaron y espera por el juicio en prisión preventiva. RSS de noticias de espana
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