<p>Los vídeos, los recordará, son de finales de marzo de 2024, en el retorno de la Semana Santa. Se hicieron virales y mostraban una cola de decenas de coches eléctricos de la marca <strong>Tesla</strong> aguardando su turno para recargar en la electrolinera de la marca en Atalaya de Cañavete, a mitad de camino entre Madrid y Valencia. Las esperas llegaron a las dos horas y se convirtieron en alimento para las críticas de los haters del coche eléctrico, una tecnología muy polarizada en la opinión pública por el empeño de los políticos en imponerla. <br>Las razones del colapso fueron varias. La primera es de pura física: igual que pasa con los recurrentes atascos en la A3 en épocas de grandes desplazamientos, llegaron demasiados vehículos a la vez a la que, en aquel momento, era la única zona de supercargadores de Tesla. Hoy, aparte de aumentar su potencia máxima a 250 kW (150 entonces), ha añadido una segunda ubicación en Saelices, a unos 110 km de Madrid. <br>La segunda explicación tiene que ver con las características de la red de Tesla y que hicieron que muchos usuarios optasen por comerse el atasco, en lugar de dirigirse a los postes de otros operadores que estaban cerca. Esas características son, básicamente: una conexión rápida y sin problemas, precios bonificados y velocidades de recarga altas y mantenidas. De hecho, en los conectores más rápidos de los 70.000 que la estadounidense tiene por el mundo, se pueden recuperar hasta 325 km de autonomía en sólo 15 minutos. <br>Abundamos en la explicación para abrir un debate: para que el coche de baterías se consolide, ¿es más importante la autonomía o la velocidad de recarga? Antes de responder, piense si al conductor de un deportivo le importa parar un par de veces en un viaje largo para repostar combustible. Van a ser 10 minutos y sigue camino. Aparte de que los expertos recomiendan hacer un descanso cada 200 kms o dos horas. Un consejo que dobla su valor cuando el exceso de tráfico, el calor o las ganas de llegar a destino aumentan el estrés.</p>
El temor a viajar con un modelo de baterías se disipa gracias a los puntos de 150 kW de potencia o más, casi 4.400 ya. Igualan las paradas a las de un modelo de combustión, aunque el vehículo debe poder admitir esas recargas.
<p>Los vídeos, los recordará, son de finales de marzo de 2024, en el retorno de la Semana Santa. Se hicieron virales y mostraban una cola de decenas de coches eléctricos de la marca <strong>Tesla</strong> aguardando su turno para recargar en la electrolinera de la marca en Atalaya de Cañavete, a mitad de camino entre Madrid y Valencia. Las esperas llegaron a las dos horas y se convirtieron en alimento para las críticas de los haters del coche eléctrico, una tecnología muy polarizada en la opinión pública por el empeño de los políticos en imponerla. <br>Las razones del colapso fueron varias. La primera es de pura física: igual que pasa con los recurrentes atascos en la A3 en épocas de grandes desplazamientos, llegaron demasiados vehículos a la vez a la que, en aquel momento, era la única zona de supercargadores de Tesla. Hoy, aparte de aumentar su potencia máxima a 250 kW (150 entonces), ha añadido una segunda ubicación en Saelices, a unos 110 km de Madrid. <br>La segunda explicación tiene que ver con las características de la red de Tesla y que hicieron que muchos usuarios optasen por comerse el atasco, en lugar de dirigirse a los postes de otros operadores que estaban cerca. Esas características son, básicamente: una conexión rápida y sin problemas, precios bonificados y velocidades de recarga altas y mantenidas. De hecho, en los conectores más rápidos de los 70.000 que la estadounidense tiene por el mundo, se pueden recuperar hasta 325 km de autonomía en sólo 15 minutos. <br>Abundamos en la explicación para abrir un debate: para que el coche de baterías se consolide, ¿es más importante la autonomía o la velocidad de recarga? Antes de responder, piense si al conductor de un deportivo le importa parar un par de veces en un viaje largo para repostar combustible. Van a ser 10 minutos y sigue camino. Aparte de que los expertos recomiendan hacer un descanso cada 200 kms o dos horas. Un consejo que dobla su valor cuando el exceso de tráfico, el calor o las ganas de llegar a destino aumentan el estrés.</p>
Actualidad Económica